¿Incómodos con la discrepancia? (post- 148)
Alguna vez me han dicho que retuerzo argumentos con cierta desmesura o incluso que me gusta la polémica.
También me han tildado de pesado por insistir mucho en una idea en la que he creído; y entonces yo respondo “oye, qué se le va a hacer, no quiero tener un millón de amigos, ni me voy a dedicar a la política”.
Ese tipo de alusiones antes (en mis años de moza inseguridad) me generaban dudas, pero ahora sé que el problema lo tienen ellos. ¿Qué carajo pasa con la dialéctica y el contrapunto en este país? ¿Por qué tanta pereza? ¿Tenemos tanta prisa por ocultar la entropía y aparentar falsos apaños?
Están de moda los corredores de sprint, con potencia líquida, esa que se consume rápido. Disparan unos cuantos argumentos y a la menor resistencia, bajan las velas. Cambian de tercio, se aburren. Venga, lo dejamos, no me apetece, no quiero “malos rollos”.
No me veo ahí, me va más el medio fondo. Creo que hay formas amables y apasionantes (es decir, que no aburren) de escudriñar territorios difíciles sin necesidad de saltar de una rama a otra para poder liberar endorfina. Pienso que tendríamos que ser más constantes, insisto, más constantes en la reflexión.
En el dospuntocerismo, por ejemplo, se lleva bastante lo de esforzarse por parecer un tío/a guay que cultiva una peña numerosa. El tinglado está montado sobre la idea de socializar, y así vemos cómo la gente evita entrar en situaciones espinosas que impliquen una abierta divergencia, y menos aún si tiene que hacerlo con un/a “peje gordo” de la movida.
Siempre lo digo. El síndrome-del-tío-guay provoca consensos y unanimidades bastante forzadas cuando se busca engordar las estadísticas de seguidores a base de ser adorable y conciliador tanto como se pueda. Pero a estas alturas deberíamos haber aprendido que “divergencia” no significa “beligerancia”, ni discrepar implica deslealtad o “mal rollo”, ¡¡y ya ni te digo entre buenos amigos!!
Hace un tiempo hablé del Groupthink, definiéndolo como la tendencia de un grupo a forzar el consenso y la cohesión por evitar el conflicto. Comentaba entonces que en tal situación, cada miembro del grupo intenta adaptar su opinión a la que cree que es la mayoritaria, renunciando así a practicar un pensamiento independiente que podría añadir riqueza y mejoraría los resultados. Ésta es, como ves, una de las consecuencias del miedo a la discrepancia.
Juan Freire me va a echar una mano en mi argumentación con su estupendo artículo “El valor de la diversidad: consenso y conflicto para la innovación”, en el que dice esto: “La diversidad puede generar consenso y conflicto y ambos pueden resultar útiles o contraproducentes dependiendo de la situación y de los objetivos. Pero en muchas ocasiones se entiende únicamente el consenso como un resultado positivo mientras el conflicto se identifica con un problema o una consecuencia indeseada. Sin embargo, el conflicto puede ser la mejor ruta para hacer aflorar la diversidad de conocimientos y opiniones y de este modo alcanzar un consenso mejor fundamentado y de mayor alcance”.
Iré más lejos. Vengo notando en la blogosfera hispana (o más bien, ibérica) un grado falso de convergencia que se me antoja aburrido, y poco enriquecedor, si se compara con el ejercicio de la sana diferencia que se manifiesta abiertamente en el mundo anglosajón.
Lo he dicho otras veces: en el mundo 2.0 no hay tanto criterio propio como parece, ni tanta diversidad como me gustaría. Aquí es más difícil, por ejemplo, encontrarte un post con una larga cadena de objeciones a un argumento, y menos aún una conversación intensa en réplicas y contra-réplicas.
El espíritu latino parece sentirse incómodo en la discrepancia, y por eso ves que el propio autor o autora del blog intenta pronto dar el carpetazo, no respondiendo más, o haciéndolo con un comentario que más bien te invita a que lo dejes.
El autor escribe algo, y entonces tú le publicas un comentario que añade aspectos nuevos o implica un sano cuestionamiento del planteamiento original. Si tienes suerte, entra al debate admitiendo el nuevo material o aportando argumentos para rechazarlo. Entonces tú, al leerlo, crees que el asunto sigue teniendo tela, y vuelves a dar tu opinión.
En fin, dialéctica de la buena, esa que afila las entendederas porque mientras más intercambio, más profundizas, pero qué lástima, pronto ¡¡pasa algo!!… el autor se cansa o mal entiende que pretendes un juego-de-suma-cero, una carrera a ver quién gana, y da el carpetazo o te ignora. No sé, mucha gente se pone nerviosa con la dialéctica y la diferencia.
Y a algunos bloguer@s de caché les molesta dedicar más de dos o tres respuestas a una réplica hecha por un modesto visitante porque puede parecer que le están dando demasiada importancia. Es “su” casa y ahí el micrófono es suyo; cuidado con que alguien pretenda bailar en casa del trompo.
En resumen, mucha pereza y búsqueda equivocada de buenrollismo. Todo esto hace que el debate se haga demasiado líquido, efímero, y profundicemos tan poco.
María Ripoll Cera
Discrepo contigo, Amalio. El mundo ha de ser uniforme que si no nos da mucho trabajo.
Amalio
Maria: Bonito juego éste del gato y el raton. ¿y si resulta que yo vuelvo a discrepar contigo? ¿y si entramos en un bucle infinito? Pues eso, lo de que discrepar da mucho trabajo es un buen argumento para pensarmelo bien, asi que mira… por esta vez estoy de acuerdo contigo…
Julen
Amalio, no sé si has leído a Slavoj Žižek. Tiene un librito (algo durillo, por cierto) que puede ser útil: En defensa de la intolerancia. Está publicado en Sequitur, Madrid, 2007.
Seguimos discrepando 😉
Amalio
Julen: Gracias por la recomendación. En el FNAC de Marbella pregunté por el libro y el tio que me atendía me dijo literalmente “Slavoj Zizek es para lectores minoritarios, difícil que tengamos un ejemplar de esos por aqui”, y se cumplió su augurio. Así que intentaré agenciarmelo en otra librería. Alguien me había hablado ya de “En defensa de la intolerancia”, y creo que me va a gustar. Me viene bien que me lo recuerdes.
Saludos, compañero…
QQ
Hola Amalio
Para mi el tema está en que por estos lares el opinar diferente está ligado a algo negativo. ¿Somos inseguros? ¿nos lo tomamos como algo personal? Es como si se diera por hecho que nos están amenazando;
Yo soy de Sevilla, y se de lo que hablas.
El motivo de que seamos así supongo que habrá que buscarlo en la historia/cultura (¿tendrá algo que ver que por ejemplo en Andalucía hemos sido invadidos unas 8 veces? ¿tiene que ver con la herencia de quienes nos conquistaron? que se yo)
Sabes, siempre le he dado vueltas a por qué somos así. No solo existe ese confortable borreguismo sino que si alguien se atreve a ser diferente pues le tiramos unas piedrecillas de esas que no matan;
Por ejemplo, cuando iba a trabajar como azafato en la fundación cultural de Cajasol, mi compis me tomaban por friki (con bromas que nunca entendí) porque usaba un sombrero. Me gustan los sombreros que le voy a hacer.
Y sabes que, si un holandés con piel blanca y bigote típico se pone un sombrero pues oye le queda genial, mira que bien le queda. Claro, él es giri, no se ha escapado del rebaño.
Gracia por el post, Amalio, ayuda a no conformarse y no quedarse solo.
Amalio for president! (de la Junta) 🙂
Amalio
Hola, compañero:
Sí, coincido contigo en que hay un poco (o bastante) de inseguridad en esa actitud de mostrar recelo hacia la discrepancia.
Lo de las “piedrecillas”, lo suscribo. El giri cuenta siempre con patente de corso, pero el local lo tiene crudo para salirse del rebaño.
Pero por suerte tenemos cada vez mas a gente que viaja por ahi, ve cosas, y se anima. Ya Andalucía va dejando de ser lo que era antes.
Gracias por los animos… y no pierdas la costumbre de visitarnos…
Jesús Mª Pérez
Quedar bien con todo el mundo es algo muy extendido en la Hispania, pero luego por la espalda te atizan como locos…
¿Porqué no mejor atizar en la cara? Seguro que sacaríamos más cosas en claro.
Muy honesto este post. Merece una reflexión profunda.
Un abrazo!
Amalio
Eso es, Jesus, lo decía en un comentario anterior: “luego te atizan como locos por la espalda”. Detesto ese rollo de la conspiración en privado despues de soltarte una sonrisita de aprobación buenrollista. Hay que ir de frente, y confiar en que es la mejor manera de construir una comunidad sana. Tambien es verdad que mucha gente no esta preparada para tanta franqueza… asi que tendremos que seguir currándonos eso…
Saludos…
Juan Martínez de Salinas
Hola Amalio,
Das en el clavo desde mi punto de vista.
La divergencia o las posturas contrarias al resto con argumentación suelen ser vistas como un ataque y no como una aportación de valor dando otro punto de vista. La diversidad de opinión enriquece y nos permite aprender a todos. Aquellos que con sus diálogos sólo buscan la adulación están equivocados. Eso si, determinadas personas solo saben discrepar recurriendo al recurso fácil de la amenaza y descalificaciones dejando patente su calaña y falta de criterio.
Los debates que se forman en los foros y en los blogs dan vida al espíritu de colaboración 2.0 existente en la red.
Comparto la opinión de José Miguel respecto a que los debates intensos son mejor cara a cara porque de la otra forma te pierdes muchas cosas que no se transmiten en algo escrito.
Saludos,
Juan
Amalio
Juan: Suscribo tu opinion y la de JM de que los debates cara a cara, desvirtualizados, son mucho mejores. Tener que escribir siempre es mas engorroso, y con ello se pierden matices.
Pero no siempre se puede hacer, y tenemos que tirar de lo que tenemos. Los foros y los blogs dan muchisimo juego, si practicamos la discrepancia respetando estos principios: 1) No discrepes por discrepar, como un fin en si mismo, seria una gilipollez, 2) Sé respetuoso siempre, 3) Piensa primero si añades valor, 4) No temas nunca en quedar en minoria, incluso como si estas solo, si crees realmente en lo que piensas, 5) Cuidado con la unanimidad, suele ser sospechosa, a mí me pone en guardia, 6) Si discrepas, procura tener buenos argumentos, piensa primero, 7) No abandones tan rapido, mucha gente impone ideas por agotamiento.
Seguimos leyendonos…
Economía Sencilla
Muy interesante post, Amalio.
Creo que fuiste tú quien comentaba en un post anterior que también se suele dar bastante el peloteo en los blogs, por aquello del “buenrrollismo”, y por el contrario, muchos autores, cuando alguien difiere o les contradice argumentando, pierden el interés o tratan de ganar la batalla/llevar la razón caiga quien caiga.
Estoy de acuerdo en lo que comentas (así que no voy a diferir ;-), y muchas veces los posts se enriquecen en gran manera con estas pequeñas (o grandes) divergencias y con estos matices añadidos, que para mí sería una pena que se perdieran, puesto que -al igual que tú- aprecio las posibilidades que ofrece el formato blog para el debate de ideas, aun con sus limitaciones.
Al respecto del debate de ideas y del seguidismo o borreguismo que se produce en ocasiones, es interesante la paradoja de Abilene, me voy a permitir ponerte un link de un post que hice sobre ella:
http://www.economiasencilla.com/herramientas-y-tecnicas-de-gestion-de-empresas/tecnicas-y-herramientas-para-la-gestion-empresarial/abilene-y-las-sinergias.html
Un abrazo, y gracias por estos interesantes debates que promueves, y por tu dedicación no sólo al post, sino a las respuestas.
Pablo Rodríguez
Amalio
Querido Pablo: Como siempre, me alegra tenerte por aquí con tus interesantes aportaciones. He visitado el post que me recomendaste, y tiene bastante relación con los comportamientos del tipo “Groupthink” o “pensamiento de grupo” que citaba en este post.
No conocía la “Paradoja de Abilene” que comentas en tu blog, asi que invito a los lectores que se den una vuelta por el enlace de Pablo. Lo que me sugiere esa paradoja es que cuando uno adopta una actitud pasiva ante algo, en realidad estas “activando” otra opción por no haberte resistido a ella. Si callas o aceptas sin más una solución que no te gusta, solo por adaptarte al consenso, estas de facto votando por una opcion alternativa. Tarde o temprano eso tendrá un coste para tí, y para el grupo, en terminos de desgaste o falta de implicación. El silencio del objetor termina consagrando la peor solución.
Por cierto, me ha gustado mucho esta frase de Josep Julian que citas en tu post: “No estoy de acuerdo contigo, pero me gusta cómo piensas”. Es un bonito ejemplo de tolerancia auténtica. un abrazo
Enrique
Hola Amalio, igual que Legran soy nuevo en estos menesteres.
Enhorabuena y gracias por el Blog.
Curiosamente si te doy la razón a tu argumento del post, con mi opinión complaciente te la quito y si me opongo al mismo te la estaria dando…
Bueno me gustaría apuntar un par de conceptos, el conflicto, en mi opinión no discutir o no tener diferentes posturas no evita un conflicto, lo enmascara.
“No quiero discutir, no quiero conflictos…” cuantas veces hemos oído esto en multitud de situaciones, en mi opinión si no quieres conflictos no respires, creo que es la única manera de no tenerlos, ¿la solución? saber resolverlos, saber empatizar con el otro y llegar a una situación en el que el conflicto desaparezca, que no quiere decir que acaben todos pensando lo mismo (NO AL PENSAMIENTO UNICO).
Otro concepto que me gustaría traer a colación es la que yo llamo falsa tolerancia, en ocasiones se desde mi punto de vista decimos ser tolerante con alguien por el mero hecho de “dejar” que opine de manera diferente (faltaría más), pero no empatizamos, no nos ponemos en su lugar, no asimilamos sus ideas y condiciones, e incluso si podemos nos apartamos. Esto no es ser tolerante, la tolerancia implica más, implica ponerse en la piel del otro, asumir sus ideas eincluso caminar juntos aunque pensemos diferentes.
Amalio
Enrique: Gracias por visitarme, y por dejar aqui tu impronta. Oye, porfa, no estoy promoviendo el conflicto por el conflicto. Asi que si me das la razon, no me la estas quitando…jjjj.
Bueno, yendo al grano de lo que comentas. Me gusta esta idea: “no discrepar cuando hay diferencias no evita el conflicto, sino que lo enmarcara”. Traducido al andaluz antiguo, se podría decir tambien “si no ventilas tus diferencias en un espacio sano y constructivo, terminarás haciendolo en los pasillos o en charlas de cotilleo”, porque lo que no nos gusta necesitamos compartirlo de algún modo. Es mejor hacerlo de frente y por los cauces donde se pueda intentar la convergencia honesta.
Totalmente de acuerdo con tu idea de “tolerancia”. Abunda en el barrio gente que dice ser tolerante, pero de respeto por la diferencia nada de nada. Falta empatía en la formula, y por eso no nos vale. Tenemos mucho que aprender, todavía, para discrepar desde la tolerancia genuina
Michal
Lot of smarts in that pogtins!
Legran
Es la primera vez que paso por aquí y me gustaría decir que difiero con lo que dices. No creo que el “ser amable” y dejar que cada uno exprese lo que quiera sin tener que obtener o dar una respuesta, sea señal de cansancio y de impostura.
A veces, dejas que las personas se expresen tal y como quieran. Entiendo que cuando alguien da una opinión, lo hace en el sentido de “dar” sin esperar nada a cambio. Al menos eso es lo que yo hago. Ahora mismo dejo este comentario, pero no espero nada más que manifestar mi opinión.
Creo que no se trata de dialéctica, ni diálogo, ni discusión. Se trata de expectativas y si uno quiere que los demás respondan como uno respondería, se entra en el riesgo de que el 50% de la teoría no se cumpla.
Puedes escribir un blog por mil razones y una de ellas puede ser para que la gente se exprese sin más, siendo tú un agente invisible. Yo no necesito moderar en mi blog (entre otras cosas porque casi en dos años todavía no se dió el caso). Yo no existo. Existe mi blog y mis contenidos. Soy creadora y no poseo mis creaciones. No me interesa. De hecho en mi blog ni existen copyrights, ni derechos de nada. Me rijo por la economía del compartir.
A veces hay que hablar menos y dejar de “defender” cosas. Porque sólo defiende el que se siente atacado. Quien está en paz, guarda esa energía para seguir creando.
Pero bueno…esta es mi opinión.
Un saludo y…mil gracias por compartir!!
Amalio
Legran: Un placer que te pases por aqui por primera vez. La verdad es que no entiendo bien por qué dices que “difieres” de lo que digo. Más bien creo que añades apuntes interesantes, que lo complementan. Al menos es así como yo lo veo.
Yo no defiendo la divergencia y la dialectica como un fin en sí mismo. Eso me parece una estupidez. Lo que yo digo es que la diferencia y el conflicto constructivo es necesario para encontrar las mejores soluciones cuando de resolver problemas sociales se trata.
Hay muchos tipos de blog. Algunos tratan temas abiertos, en los que caben muchas opiniones, y donde no hay ninguna necesidad de encontrar puntos de convergencia. El mundo de la creación cultural es un ejemplo claro de ello. Pero hay muchos otros, como el mío por ejemplo, donde no oculto mi intención de debatir aspectos que afectan a nuestra realidad o que conducen a cierta toma de posturas.
No conozco tu blog, ni sé sobre qué temas escribes (ahora lo visitaré, por cierto). Tienes todo el derecho a elegir el papel de “agente invisible”. Pero no es la opción que elijo yo. De hecho, creo que si todos los blogs hicieramos eso, y no hubiera debate y reflexión entre posturas, esta sociedad no cambiaría un ápice, ¡¡y mira que lo necesita!!
No se trata de “defender” cosas. Primero hay que escuchar con empatía, o en el caso de los blogs, leer con atención, pero para mí la historia no debe terminar ahí. Si el tema me incumbe, o me afecta, está muy bien en que dialogue, converse y difiera si es el caso. Lo de quedarme ahí “invisible” me parece, y hablo por mí, una postura poco comprometida. No dejo de estar “en paz” por eso, todo lo contrario, encuentro la paz y me lleno de energía a partir de la sana dialéctica que se da cuando vale la pena.
Mil gracias a tí por aportar este punto de vista tan interesante!!!
Legran
Amalio…
como he leído que no te gusta el tema de personal branding por lo que connota y llevaba tiempo intentando ajustar el título del blog, tu comentario de hoy ha sido el catalizador del cambio.
Muchas gracias. Toda opinión es siempre una oportunidad.
Me seguiré pasando, suelo ser invisible, pero siempre estoy…
Amalio
Vaya, Verónica, ¿ves lo buena que es la discrepancia constructiva? Entré en tu blog, se me ocurrió comentarte algo que no me gustaba (podía haberme quedado “invisible”…jjj) y a tí te pareció bien, te lo tomaste como una oportunidad. Cual ha sido mi sorpresa al ver ahora que has cambiado el nombre del blog, y que el nuevo es muchísimo mejor. Me encanta el nombre “Perspectiva” con ese enorme signo “+”. Lo de “Personal branding” no hacía honor a los temas tan interesantes que tratas. Gracias por este encuentro…
Jorge
Sí, “divergencia” no significa “beligerancia”, pero cuántas veces las confundimos… yo creo que ahí está la base del problema.
Me recuerda a una frase que creo haber leído por aquí y que decía claramente algo sobre saber diferenciar la dialéctica (el debate, el diferir intelectual), de la discusión (el diferir sentimental o más visceral).
La frase no era así, creo que era mejor, de esas que uno debería guardarse para luego encontrarlas fácilmente. Pero nada, no parece ser el caso. Dichosa sobreinformación.
En fin, eso, que parece que no entendemos el valor de saber diferir alegremente, por así decirlo. Y claro, el “buenrollismo” surge de creer que no puede haber buen rollo si no hay acuerdo, así que forzamos éste para salvar aquél.
A mí se me abrió la mente cuando aprendí el concepto del “acuerdo de diferir”, cuando más allá de toda dialéctica, decidimos que no estamos de acuerdo, y sin embargo lo aceptamos sanamente, desde el respeto mutuo.
Sabiendo que, a malas, te plantarás en ese límite, debatir (difiriendo, acordando, negociando) es un placer.
Amalio
Jorge: Tenemos una triste tradición en la practica de la dialectica, en el ejercicio de la discrepancia constructiva. Y eso se está agravando a pesar de las enormes posibilidades que abre la web social. Hay tres problemas de fondo: 1) Confundir la diferencia con la enemistad, o el desencuentro, 2) La prisa y el estres con que andamos, que no nos dejar profundizar en nada, 3) La pereza mental que nos contagia esta “sociedad liquida”.
Todo eso configura un coctel explosivo, el que conduce al “buenrollismo”.
No hay cosa mas agradable que descubrir cómo un grupo es capaz de llegar a la mejor solución posible, al “optimo social”, despues de un proceso de rica convergencia a partir de la diferencia. Lo que sale de ahí siempre es superior al debate desde la uniformidad. Esto ya lo aprendí hace mucho tiempo…
Gracias…
José Miguel Bolívar
Veo aquí al menos dos temas distintos. Uno es el de la poca asertividad defendiendo los puntos de vista. Otro es el de los debates vía blog. En el primero comparto todo lo que comentas. Sin restricciones. En cuanto al segundo, creo que el blog está bien para lanzar ideas y darles una “primera vuelta”. A partir de ahí a mí el formato se me queda corto. El cuerpo me pide más conversación pero con “audio” y si puede ser con “video”. Vamos, que sea una conversación algo más que escrita. La argumentación detallada por escrito me aburre… 🙂
Amalio
Gracias, JM, por aportar tu opinión, que valoro mucho. Tienes sobrada experiencia en estos menesteres.
Lo de la falta de asertividad, en efecto, es un problema. Ahí estamos de acuerdo. Pero lo del blog como espacio para debatir a fondo un tema, creo que es un formato que lo admite perfectamente. Por supuesto que es mejor el audio o el video, sería de tontos negar eso, pero si no lo tienes a mano, si no es posible una multi-conferencia (como ocurre en la mayoría de los casos), entonces el blog me basta.
Se estan desarrollando nuevas herramientas que van a ayudar a la reflexión colectiva, que facilitarán la argumentación y la toma de posturas dentro de un debate divergente. Estas herramientas de inteligencia colectiva van a generar un entorno más cómodo para gestionar la diferencia, pero mientras tanto creo que el blog es un espacio que se puede aprovechar mucho mejor. A mí no me aburre la argumentación por escrito, pero entiendo que haya gente que sí le pase. En todo caso, date una vuelta por algunos blogs anglosajones, donde se discuten temas muy interesantes, y veras la cola de comentarios con argumentos que enriquecen la idea original, y donde la replica-contraréplica añade muchísimo valor. Un abrazo, colega…