4 mitos en consultoría 2.0 (post-206)
Estamos en tiempos de corregir euforias 2.0. Bendito sea.
La curva se empinó por el efecto-moda, y cae en picada… hasta que alcance el punto de tino que el temita merece.
Algunos ya anuncian funerales del 2.0, como hicieron con los blogs, para solo cambiarle el nombre y poder servirlo en un envoltorio nuevo y lustroso que llaman “social media” o “social business”.
Mientras tanto, los que nos dedicamos a esto (y a otras cosas) hemos aprendido mucho. Nos hemos dado porrazos de todos los colores. La realidad es cruel e higiénica al mismo tiempo, y receta unas curas de humildad que ni te cuento.
Voy al grano. Hoy traigo 4 “mitos” de la consultoría 2.0 para discutir con vosotros. Son tópicos que me gustaría desmitificar en este post:
- Lo 1.0/2.0 es un estado binario
- El consultor 2.0 como implantador
- El cambio 2.0 como una demanda explícita
- No se gana dinero con los modelos 2.0
Allá voy con cada uno de ellos:
1. “Lo 1.0/2.0 es un estado binario”:
Menudo hábito el nuestro de ignorar las zonas grises. Entre el 1.0 y el 2.0 hay un itinerario gradual, un camino por recorrer. Es un continuo de degradación de colores, en el que cada paso debe interpretarse como un avance.
Ya lo he contado en este blog, pero permíteme repetirme: Si yo trabajo con una empresa que está en un estadio 1.0 y le ayudo a que se mueva hasta (digamos) el 1.3, he conseguido imprimir una dinámica de cambio positiva, así que celebrémoslo porque hemos dado un empujón, quizás el único que era posible dadas sus circunstancias de ese momento.
Ahora bien, también pienso que la coherencia entre las acciones genera unas sinergias muy positivas y que son las responsables de disparar el círculo virtuoso que a cualquier organización le gustaría generar. Y si por el contrario, ignora abiertamente algunos principios como el de transparencia o de participación genuina, entonces la cosa no va a funcionar: “se rompe el encanto”, se siembra la duda… y así no carbura la transformación.
2. “El consultor 2.0 como implantador“:
Ya empieza a prosperar en el mundillo 2.0 la venta de implantaciones, ese negocio que heredamos de la Gestión de Calidad. Resulta que ahora el consultor-de-la-maletita llega a la empresa a “implantar” modelos 2.0. ¡¡Pues no, y mil veces no!!
Si hay un concepto que choca frontalmente con la filosofía 2.0 es el de imponer dinámicas desde afuera, sin complicidad natural. Aviso para consultores/clientes: pretender hacerlo solo genera desgaste y frustración, y también es a menudo una tomadura de pelo.
El cambio se tiene que producir desde adentro, y si no hay una clara disposición de hacerlo, a otra cosa mariposa, no intentes navegar contra corriente. Una cosa es que lo expliques, pongas ejemplos, difundas las ventajas, pero la iniciativa tiene que venir de adentro, con una implicación clara y muchísimas ganas.
3. “El cambio 2.0 como una demanda explícita”:
Es que me río. Nadie te llama para que conviertas a su Empresa en 2.0. Es un mito o una milonga para pedir subvenciones. Eso, desgraciadamente para mi gusto, no ocurre.
Todo empieza por pedir algo tan concreto como esto: 1) “Necesito mejorar mi marketing”, 2) “Ayúdame a cambiar el clima laboral”, 3) “Quiero potenciar la identidad digital de mi empresa”, 4) “Estamos pensando en mejorar la Gestión del Conocimiento”, 5) “Oye, Amalio, hazme un plan de innovación para la gestión del cambio, que esta empresa va fatal”, o más sencillo todavía, 7) “No estoy facturando lo que me merezco, algo no funciona, y necesito tu ayuda”.
Estos son los tipos de demandas explícitas que te hace el empresario. Otra cosa es que cuando empieces a estudiar el problema descubras, si es el caso, que la adopción de lógicas 2.0 de gestión puede ayudar a mejorar significativamente el problema por el que te han llamado, y de paso muchos otros en los que el empresario todavía ni había pensado.
Así que un buen consultor en este campo debería: A) Ser honesto en la gestión de expectativas, B) Reflexionar junto con el empresario en lugar de imponer sus recetas, C) Convertir en demandas “percibidas” las necesidades “latentes” (por ejemplo, la de introducir dinámicas 2.0) que haya podido detectar en su diagnóstico.
4. “No se gana dinero con los modelos 2.0”:
El otro día en Twitter alguien preguntaba irónicamente: “¿quién del 2.0 gana dinero y quienes de los que ganan dinero están en el 2.0?”. El que deslizaba la duda obviamente insinuaba que nadie, pero el error está otra vez en lo de siempre: reducir todo a los productos digitales, en lugar de poner el foco en lo importante, que es la filosofía de gestión.
Por ejemplo, una empresa que fabrica calzado, y que no aborda las redes sociales como un negocio explícito, pudiera mejorar su salud financiera (entre otros objetivos) adoptando prácticas más abiertas, transparentes y colaborativas, que son algunos de los atributos que promueve el Dospuntocerismo.
Lo que sí hay que advertir es que las lógicas 2.0 no son la pócima para buscar pelotazos, ni multiplicar ingresos a corto plazo, sino una oportunidad para generar fuentes genuinas sostenibles en el tiempo.
Lo 2.0 es más una cuestión de procesos, que de productos: Mucha gente constriñe lo 2.0 a modelos de negocio basados en redes sociales o a vender herramientas y productos digitales basados en la Web Social; pero esa es solo la parte más visible, más glamurosa de la historia.
Esto me recuerda a Richard Jefferson, CEO de la biotecnológica CAMBIA, al que preguntaron una vez cómo se podía ganar dinero con el open-source, y él respondió: “No se hace dinero vendiéndolo, sino usándolo”.
¡¡Eso mismo digo yo!!: Debajo de la punta del iceberg, sumergida bajo las aguas, en el backoffice y en los procesos internos de gobernanza, está la verdadera contribución que los modelos 2.0 pueden hacer a la empresa y también, su principal fuente de monetización.
¿Y qué piensas tú de todo esto? Venga, participa…
lamiquiz
Lo recupero dos años después y me sigue inspirando. Qué curioso, que a la vuelta, el texto del artículo me sigue encantando, pero en lo que he reparado ahora es en las aportaciones y comentarios. De enorme interés.
Un abrazo desde el norte 🙂
Amalio
Gracias!!!
Pues si, los comentarios es lo mejor siempre de todo esto. Lo bueno de este post es que generó una reflexión muy rica, con buenas preguntas, y eso hace que el texto mejore mucho.
Me alegro que al regresar al mismo sitio, después de un tiempo, encuentres nuevos matices que enriquezcan la lectura anterior. Es la magia de los blogs…
un abrazo desde el calorazo sureño… 🙂
Bartolome
Hola Amalio:
Completamente de acuerdo en todo, hay que destilar del 2.0 la filosofía y quedarse muchas veces con el fondo y no tanto con las formas.
Huyamos de los “talibanes” de cualquier cosa.
Un fuerte abrazo
Amalio
Hola, Bartolome:
¡¡a destilar, compañero!! nada de talibanes, no??
un abrazo
Jesús Mª Pérez
Buenos días, Amalio.
Post que invita a la reflexión. Últimamente, lo que más escucho por parte de los clientes es: “quiero estar aquí para sacar rentabilidad, que la cosa está muy mal…”. Y la pregunta siguiente es: ¿rentabilidad a corto, medio o largo plazo? Ahí se descubre el pastel, para bien o para “mal”.
A mi me gusta, antes de cada reunión, comprar unos pies de plomo, como obsequio para el “posible cliente”. También llevo tiritas, porque sé que se hará rozaduras los primeros meses… Pero muchas veces, no se por qué, a los 2 días llaman diciendo que no quieren pies de plomo, que ya buscan otro zapatero… =P
Un abrazo, y Felices Fiestas Amalio!
Amalio
Hola, Jesus:
Lo de llevar tiritas me parece un buen simil. Si eres honesto en tu trabajo, seguro que hay rozaduras. Está claro, el riesgo de perder clientes siempre está ahi, pero lo mismo te venía bien no trabajar para ciertos tipos de clientes.
un abrazo, y felices fiestas para tí tambien 🙂
Andy Garcia
Muchas gracias por tus respuestas aquí en tu blog y en el congreso de Málaga.
Estoy deacuerdo en lo que dices pero es insuficiente y además de hacerte caso voy a implementar otras ideas complementarias relacionadas con la publicidad tradicional (para llevar la contraria) y por supuesto como me dijiste, trataré de acordarme de la paciencia y del zen.
Mucha suerte con tus proyectos, nos leemos y nos vemos, un abrazo.
Amalio
Hola, Andy:
Está bien que esto sea insuficiente. Es el camino para seguir aprendiendo. No te conformes, sigue con hambre, buscando tu verdad.
Suerte tambien para ti…
Un abrazo
María José de Acuña
Amalio, GRACIAS por este magnífico post.
Otra autónom(a) 2.0.
María José
@mj_acuna
Amalio
Gracias a tí, María Jose, por pasarte por aqui 🙂
Marta
Hola Amalio. Me ha gustado que sacaras este debate vs. el estado de euforia actual del dospuntocerismo como dices.
En los últimos dos años he estudiado cómo empresas de distintos sectores han puesto en práctica la Web 2.0 en sus organizaciones. Tanto a nivel académico como para mis consultorías.
Lo que se ha metido a los directivos por los ojos es algo que poco tiene que ver con la realidad, al menos, a priori: “Con las redes sociales tu empresa va a vender mucho más”. Como razón que apoya lo anterior se esgrime el efecto viral. De ahí, en parte, el aluvión de acciones de los departamentos de MKT para estar en las redes sociales. Eso sí, con mayor o menor acierto.
El problema que tiene esto está a nivel de dirección. No se les ha explicado en qué se traduce ese “vender más”. ¿Pueden de verdad todas las empresas “vender más” con la Web 2.0 o sólo algunas? ¿Se debe convertir como otras tecnologías (ej IT) en un coste necesario en el que la empresa debe incurrir?
Para mí, la clave está en tu punto 3. Plantear la demanda de 2.0 como algo explícito nos haría caer en los mismos errores que tradicionalmente se han achacado a las tecnologías. Refrescando la memoria: las tecnologías como un fin, en lugar de como un medio.
¿Cuántos de los directivos conocen realmente lo que está detrás del concepto Web 2.0? ¿Y cuántos consultores saben realmente explicar cómo la colaboración y la cooperación en sistemas con poca intervención top-down pueden hacer que a las empresas les vaya mucho mejor? Y no hablo sólo de mejorar en su repercusión de marca o en la publicidad de sus productos.
Marta
@marta_dominguez
Amalio
Buenas, Marta.
Me parece muy interesante tu estudio. A ver si nos das mas referencias.
Yo creo, honestamente, que las redes sociales pueden ayudar a vender mucho mas, pero como parte de un proceso mas integral y mas a largo plazo. Lo que Pere Rosales llama el “communiting”, que se basa en construir confianza a largo plazo, o dicho de otra forma “reputación que te mereces de verdad”.
Por otra parte, es posible que la empresa no venda mas, pero consiga que la gente esté mas contenta, se respire un ambiente de mayor satisfacción, un sentido de proposito, y tener clientes mas contentos. Éstos tambien pueden ser objetivos de una empresa, ¿por que no?
un saludo
Marta
Hola Amalio, los primeros resultados del estudio están ya publicados. Los podéis ver en los links abajo. Una salvedad a la hora de hacer extrapolaciones. Las empresas del informe son grandes corporaciones, por tanto hay que tener en cuenta la variable tamaño si queréis hacer comparaciones. Elegí el sector banca porque si de aversión al riesgo y pérdida de control (asociados a todo lo 2.0) se trata, los grandes bancos eran los candidatos perfectos a “cobayas”
http://www.slideshare.net/martadominguez/nota-147-web-20-y-banca-i
http://www.slideshare.net/martadominguez/nota-151-web-20-y-banca-ii
En efecto, hay algo de beneficios intangibles en algunas de las estrategias, por ejemplo el que comentas de tener los clientes más contentos, que en los bancos se traduce en que “los clientes confien más en tí”. Pero, en general, hay muy poco de “hacer que se respire un ambiente mejor”. Parece que las iniciativas internas de blogosferas no sólo exigen mucho trabajo, sino que no se les da el cariño adecuado y se convierten en “zombis”… Pero hablar de casos de no éxito es más peliagudo… Aunque algo estoy preparando sobre el tema.
Roberto González Fontenla
Fantástico post. Yo creo que entre todo estamos definiendo todavía lo que es la empresa 2.0 (en marzo se celebrará en Sevilla el congreso de Empresas 2.0 por cierto). Yo soy un humilde autónomo 2.0 🙂
Juan Martínez de Salinas
Hola Amalio,
Estupenda reflexión.
El espíritu de colaboración, interactuación y dialogo horizontal debe de sentirse y quererse implementar en sus múltiples versiones porque parte de un cambio buscado que se ve necesario. Es decir, no se puede pretender estar en las redes porque están los demás porque eso no es garantía de nada.
El espíritu 2.0 no es aparentar que hacemos y somos sino que supone ser en mayúsculas como somos mostrándonos con naturalidad, humanidad y objetividad.
Saludos,
Juan
Amalio
Hola, Juan: Gracias. Todo redunda en predicar con el ejemplo, de eso venimos hablando (y haciendo) hace tiempo.
saludos
José Miguel Bolívar
Te ha quedado un post “redondo”, compañero. Me quedo especialmente con “ser honesto y reflexionar junto al empresario”. Lo bueno es que cuando pase la moda del “dospuntocerismo”, quedará el auténtico espíritu 2.0.
Amalio
Gracias, Jose Miguel. Pues si, honestidad… es poderosa en consultoría. Lo del puntocerismo como moda me parece de risa. Llámenle como quieran, son los nombres los que cambian (para usar despues eufemismos vendibles), pero la cultura y los fundamentos se quedan ahí. Yo seguiré usando la etiqueta 2.0 porque me parece comodísima 🙂
un abrazo
Víctor Puig
Hola Amalio
Hace un tiempo que leo tu blog, y en este caso no me resisto a añadir un comentario a tu post, con el que coincido al 99%. Seguiré tus cuatro puntos:
– el paso del 1.0 al 2.0. Totalmente de acuerdo en la escala de grises, pero, ¿no te ha pasado nunca que una empresa que anda anclada en el 1.0 de pronto lo quiere todo, sin tener ni idea de para qué, y que cuando le planteas objetivos más realistas, paso a paso, ves que no es lo que quiere oir? De la misma manera que hay quien se empeña en vender el paquete completo por vender más, hay quien se encabezona en querer comprar herramientas que no va saber usar, ni las necesita en ese momento…
– el consultor implantador. Cierto. El modelo que yo defiendo no es ni el de “te cuento como se hace y lo haces tú” ni el “déjame esto a mi que sé de qué va”. Una vez más, la escala de grises pasa por llevar de la mano al cliente, gestionar hasta que se sienta cómodo, hasta que tenga el know how imprescindible, y luego guiarle para que no meta la pata más que el común de los mortales…
– uno el tercer y cuarto punto en vender en el modelo 2.0 ¿Y no te pasa que algunos clientes se cierran en el “o tengo roi a corto o paso de todo esto”? A mi sí me pasa, que de la misma manera que hay quien vende lo que no debería, hay quien quiere comprar quimeras y mitos… A menudo, si al quiere recuperar su inversión en el mismo año fiscal le cuentas procesos, filosofías, prácticas abiertas y mejoras intangibles a corto, te mira como diciendo “¿qué me estás contando?”
¿Cómo hacemos entre todos para que palabras como “consultoría” “procesos” “2.0” “social media” tengan el valor que deberían y dejen de ser nubes de humo de mal vendedor y peor comprador? ¿Cómo logramos ganarnos al exceptico sin decir esas palabras o al revés, bajar a la realidad al cliente que cree que a golpe de presupuesto (siempre reducido) mañana a primera hora va tener su lustroso ROI?
saludos Amalio (y muy buenas las aportaciones recibidas hasta ahora!! Plenamente de acuerdo con el “no tengo tiempo” que mencionaba David: es muy habitual…)
Amalio
Gracias, Victor, por aportar unas opiniones tan interesantes a esta conversación. No pierdas la costumbre 🙂
Te contesto por puntos:
1) Es cierto, totalmente de acuerdo: “empresas que de repente lo quieren todo”… buscan dar el salto cuantico hacia el paraiso de la innovación, y para eso confian todas sus esperanzas en el consultor-ilusionista que viene contando algo que suena de lo mas guay. En estos casos, segun mi experiencia, son pocos los consultores que dicen “NO”, y tienen el coraje de poner las cosas en su sitio.
2) De acuerdo. El término “facilitador” incluye todas esas características de las que hablas. No estamos hablando de un “formador” que cuenta su rollo y se va corriendo… sino de alguien que se arremanga, se pone el mono, y co-crea con el cliente. Pero es el cliente el que “empuja” el carro.
3-4) Vaya, la vida misma: “o tengo roi a corto o paso de todo esto”, entonces tú le dices: “oye, esto no va asi”… pero despues viene otro consultor, el de la maletita, que te contradice: “sí, yo te voy a dar ROI a corto plazo”… y se lleva el negocio.
Todo esto que cuentas es así. Refleja la complejidad de trabajar un tema como éste, y explica que alguna gente del mundo de la consultoría ya se esté quitando del medio. El personal quiere vender cosas más simples, con menos lios: instalar ERPs, montar capañitas para aumentar visibilidad, y esas cosas.
Así que al final los que seguimos aqui, defendiendo esta lógica, es porque nos gusta. Meterse en estos fregaos solo por facturar no compensa mucho, creeme. Tambien creo que hay algunas empresas/empresarios que sí están dispuestos a abrirse a un planteamiento mas sensato, y de lo que se trata es de encontrarlos. Ser más proactivos en esto, en buscar/elegir a nuestros clientes, en lugar de quedarnos solo con los que nos tocan la puerta para pedirnos lo que sea.
Muy buenas tus aportaciones, asi que estaré encantado de que sigas participando en la conversación,
un saludo
David Soler
Muy bueno Amalio.
Del 1.0 al 2.0. Coincidimos en todo! yo siempre digo dos cosas a clientes y alumnos: hay una zona de grises inmensa y necesaria y la gracia está casi en el 1.5 más que en el 2.0.
No sé si implantamos, cada uno en su terreno, pero sí facilitamos. Lo que está claro es que si una empresa no tiene habilidades 2.0 y cree que es lo que necesita o contrata talento o subcontrata a alguien que le ayude a adaptarse.
Pero hay que ser honesto. Como todas las profesiones liberales y la venta de servicios es muy fácil caer en la tentación de vender grandes proyectos, o caros, a quien no los necesita. Dicho de otro modo, vender por vender. Pero en este caso, el del 2.0, es más dramático porque al haber tal nivel de desconocimiento global es terreno abonado para pillar “mirlos blancos”. Es una pena pero espero que el tiempo haga que esta practica baje (no creo que desaparezca).
En mi área, el marketing 2.0, no son más que las RRPP de siempre pero a lo bestia en todos los sentidos. Así que no se pueden generar expectativas a corto porque te estrellas fijo. Pero siempre existen consultores como los de antes dispuestos a decir lo contrario. Quizás no ganes dinero cuantificable pero ganas otras cosas más intangibles.
Lo que sí es cierto es que la consultoría 2.0 es de difícil monetización porque las herramientas “parecen” no tener costes y por extensión los que las explicamos también.
Los comentarios del resto son de lujo. Eso es dinámica 2.0 pura y dura. Me encanta.
Y para terminar te diré, como alguien más ha comentado, que estoy dando unas sesiones 2.0 a una gran empresa y la predisposición del personal a formar parte del tema es casi 0. La mayoría dicen: esto es cosa de los de marketing o no tengo tiempo de hacer esto.
Amalio
David: Pues si, moverse en zonas grises siempre tiene su gracia, un montón de adrenalina e incertidumbre. Pero es que tenemos que aprender a hacerlo, porque es ahí donde se cuece la verdad. Nada es binario en esta vida.
Lo más dramático de “vender por vender” el 2.0 no es tanto el desconocimiento, sino la incoherencia. Si estas hablando de compartir, ser más generoso, ser más social, ser más transparente, etc, etc… canta por peteneras que eso se empaquete en un servicio/interacción que sea todo lo contrario: precios poco transparentes, relación experto-aprendiz, nada de trabajo en equipo, externalización del liderazgo, “implantación”…
En cuanto al último punto, la formación 2.0 en grandes empresas es un asunto peliagudo. No sé, tendríamos que entrar en detalles. Pero en esto sí que pienso que “el tamaño importa” 🙂
un abrazo
David Sanchez Bote
El otro día ayuda a un estudiante de MBA en su proyecto sobre web social y Banca. Esta persona había identificado un montón de cuentas y perfiles en las redes sociales de siempre. Sin embargo, eramos incapaces de visualizar el beneficio que esos bancos y sus usuarios estaban logrando con todas esas actuaciones (pero sí imagino el beneficio de las consultoras que les han ayudado a hacerlo).
El objeto final del proyecto es proponer líneas de acción en el banco donde esta persona trabaja y, mira tu por donde, terminamos hablando de todo menos de Facebook, Twitter, etc. Nos fijamos en las dinámicas de colaboración usuarios-banco y de repente nos pareció que teníamos ideas que merecían la pena.
Pero, sinceramente, a muchas empresas les entra la pereza inmensa en cuento empiezas a hablar de algo más que de abrir perfiles…a fin de cuentas quien es responsable de colaboración en una organización por ejemplo? Los responsables de comunicación ven un canal de comunicación más en todo esto y no quieren saber nada de complicarse la vida con comunidades que realmente aporten valor en un sentido plenamente social o 2.0
Creo que para sacar valor a lo 2.0 las empresas deben ser conscientes de que necesitan hacer cosas diferentes y no una nueva forma, quizás mejor, de hacer lo mismo
Amalio
David:
“Visualizar el beneficio”, mira que es complicado cuando hablamos de modelos culturales que arraigan a medio y largo plazo. Definamos primero el “beneficio” que pretendemos “visualizar”: 1º) ¿Qué buscas con esto?, 2º) ¿Cómo lo medimos/visualizamos?
Tengo claro que si el “beneficio” que se busca es a corto plazo, y consiste en los indicadores de siempre (facturación, etc.), esto terminará influyendo en el tipo de consultoría que vendamos. Hablamos, como siempre, de Gestión de Expectativas, de donde parten la mayoría de las mentiras/verdades en la profesión del consultor.
Tirar del hilo de efectos menos obvios, menos superficiales, incluso menos medibles, como el de las “dinámicas de colaboración” con los clientes es precisamente el camino.
Esa pereza de la que hablas es un rasgo de las empresas-clientes, pero tambien de los consultores-proveedores. Estamos muy lejos todavía de querer gestionar la complejidad, y como alguien decía por ahí, la simplificación es puro embuste, no refleja la realidad.
El reto está en persuadir de la importancia del trabajo paciente, y en encontrar “indicadores de cambio” que reflejen las dinámicas “de proceso”, y de calidad de la siembra. ¿que los clientes no entienden este lenguaje? No me lo creo, pienso que nosotros tenemos parte de la culpa, por no saber explicarlo, o por no insistir lo suficiente.
Tengo claro que el interlocutor para esto NO es el “responsable de comunicación”. Yo nunca hablo con gente de ese perfil. No nos entenderíamos porque tendría que “visibilizar beneficios” que no me creo.
Gracias, David, por pasarte por aqui…
Paco Luis Benítez
Estimado Amalio,
Totalmente de acuerdo con tus apreciaciones. Se ha vendido demasiado humo y “esperanzas” entorno al concepto 2.0. Se ha trasladado la percepción de que lo importante ocurre en la esfera digital, cuando la verdad es que los hechos y las interacciones suceden en el plano analógico; algo que con frecuencia se olvida en este mundo.
Especialmente de acuerdo con el punto 3. La consultoría debe hacerse desde dentro hacia fuera, acompañando en el camino a nuestros clientes y nunca con recetas prediseñadas. La cultura de empresa es vital para la gestión del cambio.
Además hay que tener en cuenta las nuevas visiones de la gestión estratégica de la empresa como la RSC 2.0 o el social confirming, que sin duda ayudarán a desarrollar modelos propios de transparencia y gestión de los canales de clientes de forma totalmente novedosa.
Espero que pronto tengamos la oportunidad para desvirtualizarnos.
Un fuerte abrazo.
Amalio
Hola, Paco:
El impacto es mixto: analógico/digital. Es dificil fijar las fronteras. Ocurre como con la tecnología: el hombre modifica la tecnología, pero la tecnología hace un poco de lo mismo con el hombre. La mutua influencia es compleja, nada lineal.
Pero es cierto que ha habido mucho “ombliguismo digital”, y tambien una obsesión por resaltar la parte de marketing en detrimento del cambio genuino desde dentro.
Eso, a ver si tenemos la oportunidad de coincidir en algún sarao de éstos por donde nos movemos..
un abrazo
Lisandro Sosa
Gran articulo y muy realista. En Argentina considero que estamos en una etapa de fomento del 2.0 y yo lo veo desde el lado que vos planteas. Imposible ir a “implementar” el 2.0 como consultor a una organizacion como si se hablara de un producto, lo importante es que se entienda la filosofia del 2.0 (hay muchos que hablan pero conducen la conversacion a su conveniencia para intentar vender algo).
Es verdad que comienza con una iniciativa por parte de la empresa ante la necesidad de resolver un problema (en mi caso, implementacion de planes de Innovacion) y a partir de ahi, con un diagnostico general, intentar sugerir el resto de los cambios.
A mi criterio el 2.0 es un cambio que viene desde abajo, cambio de actitud, procesos, apertura mental.
Un saludo,
@lisosa
Amalio
Hola, Lisandro. Conozco bastante a Argentina, he ido muchas veces. Sin embargo, nunca he trabajado profesionalmente alli, así que siento curiosidad por saber cómo puede adoptarse la filosofía 2.0 en tu país. Debe haber diferencias porque se añade el factor de una economía/sociedad latinoamericana, muy dependiente, con sus virtudes y defectos.
En efecto, pienso que el mejor canal para difundir estas ideas en las empresas es precisamente el de la innovación.
Un saludo
Lisandro Sosa
Hola Amalio, como vos bien decis, no es facil fomentar la filosofia 2.0 por esta region. Somos pocos los que hablamos del tema por aca y hay un paradigma en las organizaciones que es bastante dificil de romper, pero bueno, estamos en eso. Sabemos que el cambio de modelo sera algo que no se podra evitar e intentamos que las organizaciones sufran la transicion lo menos posible,
Saludos,
Antonio Molina
Querer estar en un lugar desconocido es desgraciadamente la tónica mas común en los modos de actuación, mismas reglas diferentes empresas, todos quieren recoger el fruto, pocos planta la semilla.
Felicidades, muy bueno.
Amalio
Antonio:
Pues si, “plantar la semilla”, y trabajar para que dé frutos a medio y largo plazo. Pero no, mucha prisa, demasiada…
Gracias
Juan Sobejano
Me ha gustado mucho tu artículo, Amalio (para variar 🙂
Hace poco hablaba con una amiga común, Giselle Della Mea y me comentaba con mucha razón que uno de los primeros servicios que ha de hacer un consultor es ayudar al cliente a hacerse las preguntas correctas.
Me he encontrado en mis conversaciones con empresarios (sabes que estoy en el sector turístico) a muchos que quieren estar en redes sociales “porque es lo que hacen todos”. En ocasiones lo que se oculta detrás de esta aparente necesidad es un problema de relevancia, promoción o rentabilidad, y es muy posible que ese cliente no tenga ni las capacidades ni la predisposición a estar en esas redes sociales (me parece fundamental lo que dices de que el cambio ha de venir desde dentro)
También creo que es esencial hacer comprender que el 2.0 (o como cada uno quiera llamarlo) sólo aporta todo su valor si lo enfocamos como una mejora en la gestión, un cambio y desarrollo de nuestras capacidades, más allá del mero posicionamiento más o menos exitoso en Youtube, Facebook o Twitter (la santísima trinidad).
Magnífico artículo, Amalio
Amalio
Juan:
Gracias, compañero.
Nuestra amiga comun, la buena de Giselle, tiene razón: ayudar a que la gente se haga buenas preguntas = ¡¡Facilitar, no suplantar!!
Bueno, yo defiendo que se puede querer estar en las redes sociales por una “necesidad de relevancia o rentabilidad”, en definitiva son empresas, pero tiene que haber algo más. Debe haber una “predisposición cultural” a asimilar nuevos fundamentos. O como me gusta decir, al menos unas ganas de re-aprender. Eso lo he notado en los ojos de algunos empresarios con los que he hablado, y es para mí un indicio de que podemos trabajar juntos por el cambio. Si están dispuestos a re-aprender, a revisar ciertas premisas, y NECESITAN ese cambio profundo… entonces adelante. Porque son ellos los que lo van a “pilotar”, y eso lo dejo claro desde el principio.
Algunos creen que pueden pagar “liderazgo externo” (oximoron del bueno) igual que hacen cuando externalizan la publicidad. Es un error que alimentan algunos consultores para engordar su factura, o pillar un negocio como sea.
En el post que sigue a éste he compartido mi PPT en el Congreso de Social Media Marketing. Hay una diapo que ilustra las 4 incoherencias que yo veo en esto, y la más grave es precisamente el conflicto entre IDENTIDAD e IMAGEN, es decir, entre cómo nos vemos nosotros mismos en la empresa, hacia adentro, y cómo pretendemos que se nos vea desde fuera…
un abrazo, Juan…
Andy Garcia
Amalio, me gusta tu forma de pensar pero no voy a contestar para darte la razón (sería muy aburrido) sino para aportar un punto de vista distinto pero complementario.
Intento convencer a muchos clientes para que ellos mismos (o sus empleados) sean los que controlen su propia publicidad, me ofrezco para darles la formación y la consultoría que creo que necesitan y demasiadas veces terminan contratando a otra empresa que si les da lo que creen que quieren, es decir, un presupuesto cerrado para ponerlo todo en marcha y desentenderse de todo.
Por ese motivo, desde hace muy poco tiempo yo también estoy ofreciendo presupuestos cerrados de marketing on-line para que las empresas puedan “centrarse en sus negocios y olvidarse de la publicidad online”, no me gusta pero tengo que comer.
Te escucharé con atención en el congreso, un saludo…
Amalio
Andy:
Un placer verte de nuevo. Siento no tenerte en el Master, pero ya sabes cómo son estos procesos con tantos candidatos. Espero, sinceramente, que te incorpores al proximo…
Me gusta tu aportación, porque añade realismo, y eso siempre se agradece. No me vale solo con pensar bien. Quiero pensar cosas que se puedan hacer, que sean útiles.
Lo que dices es meridianamente cierto, y merece una reflexión más “zen”. ¿Qué hacemos con esos clientes? ¿Les decimos que no? ¿”dejamos de comer” porque el mercado no esta preparado todavía para entender lo que es una consultoría genuina? Son preguntas dificiles de contestar, y por eso son las buenas, las que nos pones en una situación de frontera. Eso nos obliga a ser honestos.
Desgraciadamente me consta que es una situación que uno se encuentra bastante a menudo. Habría que estudiar las causas. Intentaré resumirte mi punto de vista al respecto, pero es uno más, no pretendo tener la razon:
1) Diferenciemos entre “consultoria 2.0” y “Marketing 2.0”. Si es la primera, no hay tutia… ¡¡imposible “desatenderse de todo”!! ¿que “gestión del cambio” van a hacer “externalizada”? Pero si es Social Media Marketing, por ejemplo, un plan de social media, cabría la posibilidad de que te impliques más, incluso sustituyendo en parte lo que deberían hacer ellos, PERO “estando” en la empresa. A esto yo le llamo “Estar”, es decir, no puedes “conversar” en nombre de la empresa sino “estas” en ella al menos 2-3 días a la semana, empapandote bien de lo que hace, entendiendo a fondo su negocio.
2) Hay que analizar las razones de por qué quiere externalizar. Eso es importante. Si es un indicio de baja implicación, de que solo busca un atajo fácil, y despues de varias conversaciones “no se entera”, yo lo dejo, no me meto en lios. Si quiere una campaña-express, entonces tiendo a decir que no. Y cuando digo que “si”, va a asociada a “micro-objetivos”. Los objetivos se ajustan al compromiso y al cortoplacismo del cliente. En definitiva, propongo seguir una honesta gestión de expectativas.
3) Esto necesita paciencia. Mucha paciencia. Hay que “educar” mucho a partir de ejemplos. Llevar una cartera llena de ejemplos, y matarse explicando lo que esto realmente significa. Yo creo mucho en la eficacia de este mensaje: “oye, no me compres el pescado, mejor te enseño a pescarlo, a la larga te va a salir muchisimo mas barato”. Si esto se explica bien, la gente lo entiende. Lo que pasa que muchos consultores (no es tu caso) prefieren engordar la facturación con servicios de externalización. Eso ocurre mucho, y me consta…
Un saludo, compañero… me has puesto a pensar… 🙂
Nacho Muñoz
La empresa dos.cero pasa porque “sus gentes” (propietarios de la empresa + empledos) crean genuinamente en el modelo y participen activamente en el mismo. Esta pequeña frase (y gran barrera en la realidad) quizá haga que se entienda nítidamente que:
1- Esto no se trata de estados binarios y sí de un proceso gradual.
2- El consultor es un facilitador, no un mago con una varita mágica.
3- La lógica dos.cero puede resolver parcialmente, como estrategia, una demanda explícita de la organización.
4- Lo dos.cero no es un lugar en el que pegar pelotazos.
Un abrazo amigo.
Amalio
Hola, Nacho:
Gracias por pasarte, como siempre. Me alegro que uses el adjetivo “genuino”, porque al final todo se reduce a eso. Si no hay participación auténtica, no hay nada que hacer. Eso no significa que eso se va a conseguir del día a la noche. Se necesita un “tempo”, y mucha paciencie, pero los avances deben darse desde abajo.
Sí, hay demandas explicitas y muy concretas de las organizaciones que se pueden resolver con modelos 2.0, y un ámbito ideal para eso (y que tú conoces muy bien) es precisamente el de RRHH o gestión de personas.
un abrazo