Mi opinión sobre el 27S en Cataluña (post-471)

Sé que expresar públicamente una opinión sobre el desafío soberanista de Cataluña es, ni más ni menos, que meterse en un berenjenal. Es imposible decir algo que no mosquee a alguien, pero están pasando tantas cosas últimamente alrededor de este delicado asunto que resulta difícil abstraerse y mirar hacia otro lado.
Como tengo por costumbre que este blog me sirva para ordenar lo que pienso, y así hacerlo mejor, ahí dejo algunas ideas que me sugieren las elecciones “plebiscitarias” catalanas del 27S. Antes, por situar mi opinión en el contexto adecuado porque sé que estos detalles son importantes, puntualizo: 1º) vivo en Málaga, no en Cataluña, 2º) no soy de origen español pero me encanta España, siento un gran afecto por este país, después de haber vivido aquí unos estupendos 21 años, 3º) creo conocer la realidad de Cataluña, tengo muchos amigos allí, y he trabajado en varios proyectos en Barcelona y en el interior de la comunidad que me han permitido apreciar sus particularidades, así que allá voy con mis tribulaciones:
- El derecho de autodeterminación de cualquier pueblo o región del mundo es irrenunciable. Cataluña tiene el mismo derecho que Escocia o que Quebec de decidir en qué marco quiere vivir. Esas expectativas son legítimas y se asientan en argumentos no sólo económicos, sino también (y sobre todo) culturales.
- Las elecciones autonómicas-plebiscitarias del 27S son ambiguas, oscuras y una tapadera perfecta para lavar a corruptos y oportunistas. Pero, también, el desenlace lógico de una política miope de negación sistemática por la Moncloa (y sobre todo por los gobiernos conservadores del PP) de habilitar canales más flexibles y de respeto mutuo que permitieran encajar mejor las expectativas del pueblo catalán dentro del estado español. Es lo que pasa cuando se hace política desde la arrogancia o se pretende “resolver” los problemas como el avestruz, escondiendo la cabeza a la espera de que desaparezcan por agotamiento. A nadie le gusta que le ignoren, así que la impotencia activa la creatividad, y eso nos ha llevado al 27S.
- Me parece un insulto al sentido común que se defienda la idea de que los derechos de Cataluña se tienen que decidir en una votación de todo el estado español, o sea, que 39 millones de no-catalanes determinen las preferencias de los 7 millones que viven allí. Es como si para separarme o divorciarme de mi pareja me exigieran por ley que ella también esté de acuerdo, o sea, un absurdo que no se sostiene. Nadie más que yo puede decidir con quién quiero convivir.
- Cataluña es una nación, una cultura, y está por ver si un estado. Confieso (no me escondo) que a mí me gustaría que siguiera siendo española, pero a todos los efectos lo que yo piense no vale un pimiento y tiene cero legitimidad. Puede existir la nación catalana dentro de España o fuera de ella, y nadie me va a convencer que lo segundo sea imposible o «inviable» por mucho que se repita en plan machacón desde Madrid en una versión reeditada de la política cínica del avestruz.
- La independencia es un cambio demasiado serio, estructural y de impacto a largo plazo (afectaría a varias generaciones), para que una decisión de ese enorme calibre se tome por una mayoría simple de más del 50%. Sé que este es un asunto delicado que puede dar para un largo debate, y hay mucha teoría al respecto, pero mi intuición me dice que una declaración de secesión debería necesitar el respaldo de una mayoría cualificada de residentes de Cataluña, o sea, de una super-mayoría. No sé dónde poner los mínimos porque para eso están los expertos, pero creo que siempre por encima del 60/40, o incluso de 2/3 de la población. Digo esto porque lo que hoy es 46-54%, mañana puede ser 54-46%, así que un resultado relativamente ajustado sería muy inestable. Sé que en Escocia no se planteó así, pero a mí me parece un error que en casos como éstos se invoque una mayoría simple con margenes tan estrechos.
- Si Cataluña se independizara, tendría que irse con lo bueno y también con lo malo. Esto es importante que se deje claro y se sopese en las fórmulas de pérdidas y ganancias. Las cargas habría que compartirlas sin trampas, y por supuesto la parte proporcional de la deuda acumulada y otras losas que se han generado por las dos partes. Esta negociación es algo serio, y tendría que abordarse con la participación de un mediador internacional independiente que asegure un reparto justo y equitativo de las responsabilidades. No habría lugar para el marido abusón que arrebata los derechos a su ex por querer dejarle, ni para la mujer oportunista que se va por peteneras desentendiéndose de todos los marrones que dejó su vida en común. O, si lo prefieres, ponemos el ejemplo al revés.
- La política del miedo es intolerable. Me da lo mismo que venga del nacionalismo español, del catalán, o de la madre que lo parió. Ahora se está escenificando una campaña inquietante desde los poderes fácticos (banca-política-instituciones-medios de difusión) para asustar al votante con amenazas absurdas. Que si el corralito, que si os quedáis fuera de Europa, que si se va la banca, que si huyen las empresas, que el Barca se queda sin Liga. No podía faltar el caduco Felipe González que se ha apuntado a la fiesta comparando el reclamo de autodeterminación de los catalanes con el envío por Stalin de ciudadanos rusos a los gulags. En fin, pataletas ofensivas e impropias de una clase política que es demócrata sólo de boquilla. Tengo claro que si Cataluña decidiera irse de España (insisto, por mucho que a mí me apetezca que siga dentro de un esquema federal de más autonomía), volvería a la Unión Europea, su dinero atraerá a los bancos (que van donde haya dinero), habrán muchas empresas interesadas en un mercado de 7 millones de consumidores, y tendrán al Barca o al Español en una buena liga, sea la española, la francesa o la que sea. El voto ha de ser informado y responsable, sopesando los pros y los contras, con el corazón y la razón, pero por favor, que nadie cambie su decisión por miedo, amenazas o chantajes, en ninguno de los dos sentidos.
Goio Borge
Hola, Amalio, buenas tardes
Por intentar aportar una visión distinta, que supongo es algo muy difícil en tan (cansino), siempre nos olvidamos lo mucho que han contribuido los catalanes a que España sea como es, para lo bueno como para lo malo. Cuando se dice que España es inentendible sin Cataluña, creo que en gran parte se obvia su contribución económica y cultural (por usar los términos que das, hay más: contribución política, social, deportiva, urbanística, turística…) a que esta España de hoy, para algunos de los catalanes ahora completamente inentendible y sorda, sea así. No hablo ya de que en una independencia pierdan tangibles o intangibles en el resto de España (que no sé si entrarían en las negociaciones, pero de ellos no se habla), sino de que, demonios, por sus cuotas de poder y por su presencia en los cuadros, han sido de los principales constructores (pun) del país… ¿no están huyendo más bien de un desastre -entiendo que así lo ven- que contribuyeron en gran parte a hacer?
Amalio Rey
Totalmente de acuerdo, Goio. Hay muchas interdependencias en los éxitos y fracasos, que algunos no quieren ver. Ya sabes, «tirar balones fuera» es uno de los deportes preferidos en este pais 🙂
Dabizinho
Buenas Amalio.
Ante todo enhorabuena por tu comentario, con el que estoy de acuerdo en muchos puntos, no así en otros.
Actualmente vivo, desde hace bien poco, en Madrid. Antes de aquí he vivido durante catorce años en Barcelona, donde ha vivido un poco de todo.
Estoy de acuerdo contigo en los dos primeros puntos. En el tercero no tanto. Es cierto que 39 millones de personas no deben decidir por siete, también estoy de acuerdo que si ellos se quieren independizar, están en su derecho. Pero te falta la otra cara de la moneda, tampoco tenemos porque permitir que se independicen y se queden con todo lo que se ha construido allí, entre todos. Al final 7 millones tampoco pueden decidir que se quedan con todo lo que han construido 46 millones, y eso es lo que pretenden.
En cuanto al punto cuarto, Cataluña, ni ha sido, ni es una nación. Probablemente lo será, eso sí. Tiene cultura propia, como tienen los vascos, andaluces y tenemos los gallegos, pero esa cultura propia, no nos hace tan diferentes. Tampoco sé si Cataluña, como nación puede existir dentro de España. ¿No tendremos el resto de Españoles el derecho de decidir si queremos, o no queremos, convivir con ellos en esas condiciones?
En lo demás estamos totalmente de acuerdo.
En cualquier caso, que no te engañen, el problema es económico. Les han comido la cabeza con el España ens roba, y así están las cosas. Ofréceles una confederación con el resto de España y ya verás como aceptan. Nunca reconocerán que para ellos estar como están otras comunidades, por motivos de oportunidad geográfica, la mayor parte de las veces, se han empobrecido de una forma absurda desde el siglo XIX, principalmente. Podrías preguntarte, que ha pasado con la industria del lino en Galicia, y los aranceles al textil catalán.
Es cierto que en el resto de España no hay demasiada empatía hacia los catalanes, pero claro, si te dedicas a insultar y a insultar al resto, no pretenderás que te amen…
En fin, es cierto, que la situación es difícil, pero no es justo atribuir sólo la culpa a Rajoy o al PP, que tiene mucha. Ellos se han buscado que no se les pueda ni ver.
En cuanto a si el resto decidimos, te aseguro que sería beneficioso para ellos. Tengo mis dudas de si un referédum pro independencia ganaría en Cataluña, ahora bien, un referéndum en el resto del territorio para echarlos, ganaría por goleada.
Amalio Rey
Hola, Dabizinho:
Contesto a los temas que tratas:
1) Lo que dices de que no se pueden quedar con todo lo que se ha construido ahi, ya está contestado en parte por mi post, en el punto-6. En segundo lugar, y creo que es lo más importante, lo que se ha construido ahí por el Estado Español es la parte que le corresponde a los catalanes por lo que pagan de impuestos. No es un regalo de España, sino algo que les corresponde por pleno derecho. Incluso está claro que han sufrido un deficit fiscal sistémico.
2) No voy a discutir si Cataluña es o no una nación, porque me parece algo muy obvio.
3) Insisto, el problema es mucho más que económico. Es reduccionista creer que con «la pela es la pela» se soluciona todo.
4) Rajoy y el PP han sido los desencadenantes claros de esta crisis. Su rigidez ha sido absurda e indignante. Han «vendido» a Cataluña.
No quiero echar a nadie. Esa opinión, pienso, te quita credibilidad para opinar con criterio sobre este tema.
Gisela Torner
Hola Amalio,
Ante todo agradecerte por tu objetividad e imparcialidad, hacía tiempo que no leía una opinión tan saludable. De verdad, gracias.
Soy catalana con 26 años y, por tan solo 4-5 años, independentista. Desde que tengo razón, la opinión española (medios de difusión) hacia Cataluña siempre ha sido horrible, pero eres pequeña no acabas de entender y te da igual. Fui creciendo, y cambiando de canal en la tele me encontraba con según que programa que provocaba que me sangraran los oídos… Después, con la entrada de Internet en mi vida, la cosa solo fue a peor…
Cuando fui lo suficiente mayor como para trabajar y poder viajar, como tengo familia en Andalucía, cada año, en verano o navidades iba a verlos. Ellos tenían un bar y me pasaba el día en el ayudando, lo que hace que los clientes, al hablar con un acento diferente, te pregunten de donde eres, y una vez enterados, seguido de preguntas inquisitivas sobre política y fútbol. Al principio les seguía el juego y les daba mi opinión, pero al final una se cansa de explicar que todo lo que vomitan por la tele sobre nosotros es mentira.
Lo que quiero decir con esto, es que, en mi opinión, una parte importante del descontento de los catalanes (dejando la historia, la crisis, la economía a un lado) es la mala propaganda que se nos da al resto de España. Tan solo esto crea resentimiento y malestar, y al juntarlo con la llegada de la crisis, la corrupción y muchísimas cosas mas, es lo que ha hecho que gente conformista como yo, a la que, aún con la demagogia le estaba bien la situación como estaba y ni siquiera se planteara la independencia, haya cambiado de opinión y haya dejado el conformismo a un lado.
Amalio Rey
Totalmente de acuerdo, Gisela. Por eso digo que el tema es mucho más complejo que el económico. Se ha quebrado el respeto y la confianza, y eso es complicado reconstruirlo si no se hace con ganas y generosidad. Yo veo mucho insulto en ambas direcciones, porque igual que tú has tenido que morderte la lengua en tus visitas a la familia, yo también he escuchado barbaridades en Cataluña sobre los andaluces. Y todo eso es por ignorancia y una cultura pobre de respeto a la diversidad. Un saludo
Santi Cicres
Buenos días Amalio y seguidores, yo escribo desde la comarca de la Selva (Girona), donde después de seguir a Amalio en las redes sociales y en su blog coincidí con él en un Proyecto de hibridación en el consell comarcal. No tengo ninguna duda que el autor de este blog sabe muy bien de qué habla y además los que le seguimos sabemos el rigor que aplica en sus aportaciones. Supongo que es por esto que el debate entre sus seguidores del blog también tiene el respecto que nunca se debería haber perdido en otros foros.
Estoy completamente de acuerdo con lo que expone Amalio en su post, con el único matiz de que no veo la forma de solucionar esto aparte de un referendum completamente vinculante dónde claramente se expongan dos opciones: Independencia SI o NO. Lo único que no acabo de entender es porqué hay que defender en ese caso que sea un 60% quienes defiendan la opción de la Independencia porque en caso que «solo» sea un 59% no veo porque debe prevaler la opción (conservadora con el status quo actual) del 41% restante.
Respecto a las elecciones plesbiscitarias, por lo que yo entiendo sirven solo para desbloquear el portazo persistente del gobierno español a ni siquiera saber cuanta gente defiende la Independencia y a ofrecer argumentos de seduccion para seguir unidos. Lo que dice la hoja de ruta es que si el mandato es claro, se puede trabajar para que ese referendum se acabe organizando de forma pactada y vinculante, o en su ausencia, votar una posible Constitución absolutamente propositiva. El resultado a contar seria la validación de esa constitución.
Por otra parte, me gustaría poner en el debate otro hecho que considero muy relevante. Porqué no se facilita a los catalanes con derecho a voto que puedan emitir su opinión desde el extranjero de una forma seria. Porqué no se puede montar un sistema de voto electrónico como funciona en muchos países que no deje fuera a tanta gente que desde el exterior quiere decidir? La burda manipulación del voto exterior puede llegar a representar porcentajes del 1%, 2% o quizás algo más que parece que estaríamos de acuerdo que resultan decisivos
Por otra parte, respecto a los corruptos, mi sentimiento y el de mucha gente de mi entorno es que nos queremos lavar los trapos sucios en casa. No hay duda que oportunistas, corruptos, sinverguenzas y ladrones los hay en todas las sociedades, lo que marca la diferencia es el sistema que tenemos para combatirlos.
En definitiva, la Independencia la vemos como una oportunidad, para construir algo nuevo, repensarlo todo, tener la oportunidad de liberarnos de ciertas mordazas legales injustas (esta legislatura del PP está promoviendo leyes retrógradas que deberán ser aplicadas implacablemente en toda España).
Ayer en RAC1 (http://www.rac1.org/vialliure/podcasts/conversa-26-09-15/) entrevistaron a Suso de Toro, Ramon Cotarelo y Ramon Lobo, tres intelectuales que como Amalio, analizan el proceso desde fuera de Catalunya. Los 3 coinciden en que la Independencia de Catalunya (o el cambio de status quo desde un amplio reconocimiento como nación) es la revolución que necesita España para dejar atrás una transición mal resuelta. Por todo ello creo que tanta y tanta gente se está pronuciando como partidaria de esta opción. En el proceso de construcción, seguro que habrá también lastres de viejos vicios de la sociedad catalana, y gente que nuevamente actuará con mala fe, pero este proyecto, comparado con una España que nos niega sistemáticamente, es normal que haya encandilado a tanta y tanta gente.
Pedro
Es estupendo que la independencia sirva para tantas cosas, pero yo esta mañana me he despertado leyendo esto de Manuel Vicent y me parece mucho más verdadero:
Sea Cataluña en el futuro cabeza de león o cola de ratón, mañana el sol se ocultará a las 19.42 por tierras de Castilla y en la oscuridad de la noche los sueños de los catalanes serán como los de todos los días.
Os dejo el enlace: http://elpais.com/elpais/2015/09/24/opinion/1443090743_129967.html
Ah, y feliz elección (a los que pueden elegir)
Amalio Rey
Santi:
Tratas varios temas interesantes en tus comentarios, que agradezco. Intentaré referirme por separado a algunos de ellos:
1) No sé si tiene que ser 60%, 2/3 o 55%, lo que sí sé es que una decisión de esta naturaleza necesita tomarse por una «super-mayoría». No basta con una mayoría simple. Y por evitar suspicacias, te diré que lo mismo pensaría si el proceso fuera al revés, o sea, que el cambio consistiera en que Cataluña independiente decidiera unirse a un estado llamado España. Mis argumentos para pensar esto ya están expuestos en mi respuesta a Agusti Lopez, que está más arriba,
2) Votacion desde el extranjero = Seguro que lo que voy a decir aqui no va a gustar a muchos, pero es una opinión madurada desde hace tiempo. Nunca he estado de acuerdo con que la gente que se va, que vive fuera, vote en elecciones de un país. Y eso aplica tambien en mi caso. Si yo he decidido irme, y vivo en otro sitio, pierdo deberes y derechos. Y lo que es más importante, no puede valer lo mismo lo que yo piense que lo que piensa quien está ahí, y disfruta/sufre directamente los resultados de esa elección. Sé que es chocante, pero es algo en lo que he pensado mucho, y creo que es lo más justo.
3) Lo de «queremos lavar los platos sucios en casa» no lo entiendo bien, pero si es lo que yo he entendido, siento discrepar. La corrupción es un problema transversal, que nos afecta a todos. Y es demasiado grave para guardarselo en conversaciones «por invitación». Si hablamos y nos quejamos de la corrupción rampante que existe en el Estado Español (que es, por cierto, una razón más que subyace, consciente o inconsciente, en la narrativa anti-españolista), pues seamos serios y hablemos a calzon quitao de la catalana. Esto es importante porque hay mucho discurso fácil y falso en la supuesta superioridad moral del liderazgo catalán. Reclamo que haya transparencia para todos, sin excepciones.
un saludo
Santi Cicres
Hola de nuevo Amalio. Por lo que concierne a los dos primeros puntos, encuentro que tu punto de vista está muy bien razonado. De todas formas, para que este 55% 60% prevaleciese creo que deberíamos añadir que no se juegue sucio, porque también es cierto que la desinformación mueve a una cantidad considerable de gente que decanta su voto hacia a una opción u otra, no precisamente por haber escuchado atentamente los pros y los contras, si no por sentirse amenazada y/o chantajeada emocionalmente. Estoy convencido que si se hubiese planteado la relación entre Catalunya y España en términos de diálogo entre dos «entidades» que se respetan y se escuchan, simplemente, no estaríamos ni siquiera planteando la independencia en este momento.
Respecto al último punto, una matización, y entro en un terreno estrictamente personal. Por supuesto que la corrupción me parece execrable sea dónde sea. Lo que parece increíble es que, como dices, en este país nunca les pasa nada a los corruptos (ni en España ni en Catalunya). Para mi, «lavar la ropa sucia en casa» no supone ninguna superioridad moral de los gobernantes catalanes, si no que supone 2 cosas:
1) Que con la independencia tendríamos la oportunidad de construir un nuevo sistema mucho más eficiente contra los corruptos (aunque ciertamente eso no significa que consiguiéramos aprovecharla)
2) Como apuntas, existe un sentimiento que no vivimos en un país serio y para los independentitas, una forma de acabar con este país de pandereta es esta. Parece que no haya forma de cambiar nada de lo «constitucionalmente establecido» en España, y ese inmovilismo también nos empuja a optar por la solución de buscar esa oportunidad que te apunto en el punto anterior.
En mi caso, veo la independencia como la ilusión de un nuevo proyecto y seguir en España como aquel encaje colectivo que no me gusta, que se muestra arrogante y autoritario y que no veo forma de cambiar. Quizás si como has hecho tu, muchos más conciudadanos del Estado Español se mostraran dispuestos a abordar este tema con un dialogo entre iguales perfectamente capaces de razonar como adultos, y buscando las sinergias que como ciudadanos nos unen, quizás luego, este casi 50% de los votantes podría volver a sentir España como su país.
Javier Úcar
Me había prometido no escribir una sílaba más sobre el manido tema catalán, pero tu opinión, Amalio, y el conjunto de comentarios que la acompañan me animan a aportar uno más, algo diferente, viendo además que se está haciendo de una manera sosegada.
Como otros participantes, me presento: soy aragonés de Zaragoza, enamorado de la Historia de esta tierra y, por tanto, implicado en el conocimiento del origen del Reino de Aragón y, como no, del de la Corona, ente supraterritorial que conformó una entidad política y jurídica muy interesante a lo largo de varios siglos. Estuvimos juntos (aunque no revueltos) pueblos ibéricos (entre ellos los condados catalanes), franceses, italianos y griegos, cada uno con sus lenguas e idiosincrasia, con un carácter fuertemente foralista que sujetaba la absolutista y normal actitud de los reyes aragoneses.
Empiezo por este preámbulo, pues, pienso, esta actitud forjó la forma de ser de los ciudadanos de la Corona de Aragón. Aunque fueran nobles, burgueses y eclesiásticos, el poder real quedaba encorsetado por el “civil” y eso, marcó a estos territorios.
Cuando Isabel de Castilla y Fernando de Aragón (de la Corona de Aragón) crearon con su unión la España de las Españas (en plural), todo cambió; la forma de gobernar castellana se impuso poco a poco (como olvidar el guillotinado del ser foral aragonés por los reyes castellanos) y desde ahí ha venido todo lo demás, muchas hispanias (cuanto me gusta este término romano) unidas en una sola, pero diferentes en su concepción de gobierno y en su ser primigenio.
Yendo a la actualidad, siempre he pensado que una posible solución a esas diferencias de ser era la creación de una nación federal, apoyándome en países como Alemania o, incluso, en EE. UU, donde todo parece estar bien establecido. Pero había un error en mis apreciaciones. El otro día me lo aclaró un amigo, el problema es que los ciudadanos españoles (muchos de ellos) no se sienten orgullosos de ser españoles; actitud que choca con la de la mayoría o la totalidad de alemanes, por ejemplo, que sí se sienten ufanos, hasta engreídos, de ser alemanes (vamos, que presumen de ello).
El motivo (o una parte) de este desapego hispano, a mi modesto entender, es que España siempre ha sido territorio lleno de bribones y golfos. Mucha gente de buen criterio se siente lejana de esta “cualidad”, como se puede ver ante el rechazo actual a todos los políticos nacionales al ser considerados corruptos y sinvergüenzas. Si hasta España generó un estilo literario que se llamó la Picaresca. Así, la buena gente no se puede sentir orgullosa de ser de aquí. Soy español, pueden decir, sí, pero cuanto compatriota caradura me aleja del sentimiento nacional, pues muchas veces, los más tunantes son los más patriotas (o dicen serlo), cómodos con las “aptitudes” y “atributos” que nos definen.
Y Cataluña “sueña” con quitarse ese lastre: quiere dejar de ser gobernada por los castellanos y, además, se siente cualificado como más, como diría, más limpio, más legal, más ético, más moderno, más, por qué no, republicano. El problema es que, tal vez, esas virtudes también están algo ensuciadas por claros ejemplos del ser catalán (con mencionar a los Pujol es suficiente). No obstante, tienen derecho a sentirse mejores.
Posible solución o la mejor solución: echar a los malos dirigentes de Madrid y de Barcelona y optar, como catársis nacional, por un país mucho mejor del que nos hemos encargado de fabricar. Entonces, tal vez, todos estaríamos orgullosos de una nación preparada y limpia. Plausible, sí, realizable, seguro que no.
Amalio Rey
Gracias Javier por el contexto histórico que has compartido. Es cierto, el lastre de la golfería explica en parte el desapego español hasta el punto que haya mucha gente que quiera «sentirse mejor» tomando distancia. Por otra parte, me cuesta aceptar que en Cataluña haya menos golfos que en el resto de España, y ya ni te digo dentro de la clase política. Lo que está claro es que esto hay que limpiarlo desde las dos orillas.
cristian
Hola a todos,
primero de todo Amalio felicitarte por tu escrito, muy honesto, con criterio y con mucho sentido común. Para no vivir aquí la has clavado bastante.
Os cuento un poco, desde mi perspectiva, lo que viene pasando por aquí. A ver si me explico bien para que me entendáis, ya que se trata de algo muy transversal y lleno de matices. Lo voy a intentar.
Soy catalán nacido en Barcelona y siempre he vivido aquí. Amo España, a sus gentes Y me siento catalán. Suena raro, no? He puesto una Y en vez de un PERO. Pues sí, aunque cueste de entender, no son cosas contrapuestas. Soy independentista desde siempre y, aunque duela a algunos, me siento igual de español que de francés o portugués. Eso no significa que no me una nada a ellos. Al revés. Me une algo y muy fuerte. Algo que está por encima de la lengua, la raza o los credos: se trata de las libertades y los derechos. Libertad a que cada uno se sienta como quiera, y derecho a poder gestionarlo. Casi nada lo que nos une.
Querer que Catalunya sea una nación no significa ser nacionalista. Que quede muy claro porque a menudo se confunde. Yo me emociono mirando un cuadro de El Greco, caminando por Granada o degustando un cochinillo en Burgos. Aquí no hay anti-españoles, sino gente que quiere decidir democráticamente si Catalunya es un país o no. Son dos cosas que no tienen nada que ver, aunque cueste muuuuucho de ver, sobre todo desde el nacionalismo español.
Éste es un movimiento muy transversal en todos los sentidos. Aquí está Pepe, Laura, Mohamed, Sebastián, Isabella…. y Artur Mas. Las lecturas reduccionistas demuestran no entenderlo o no querer entenderlo. La variedad de matices en todo esto es tan rica como pobre ha sido la capacidad del gobierno central en gestionar todo esto en reiteradas ocasiones.
Ruptura? Hay que distinguir entre quién propone la ruptura y quién es el que ha roto algo. Un ejemplo hablando de matrimonios: ella le dice a él que quiere la separación después de enterarse de que él tiene una amante. ELLA propone la ruptura, pero ÉL ha sido quien ha roto la relación. Que no os confundan con juegos semánticos. Aquí quien ha estado erosionando esto es el gobierno del estado, y nosotros proponemos la ruptura.
El 90% de toda mi familia es unionista, pero este 90% no estaría de acuerdo con quedarse en el statu quo actual. Familias divididas? No. Aquí se habla del tema y, aunque a veces se enciendan los ánimos, una cervecita viendo el Espanyol o el Barça y tan contentos. Y si esto no sirve, pues no se toca el tema y listo.
La toma de decisiones ha de ser en base al número de votos. Sin duda. Pero sería tan injusto decidir algo tan trascendente con una mayoría absoluta débil, como quedarse tal y como estamos con una minoría tan fuerte.
La negativa del gobierno ha hecho crecer estos últimos años el número de independentistas. Cierto. Cuando a la gente le privas de su libertad y de sus derechos, no queda otra. Muchos se han posicionado por dignidad y por hastío. También hay razones económicas, claro (y no voy a entrar en la guerra de los números, cada uno hace los suyos acordes a la realidad que vive). Pero os asombraríais ver que al discurso de los números lo acompañan muchas emociones. Más de las que creéis. Porque al miedo se responde con alegría y esperanza. Nadie dice que será la panacea, pero la voluntad existe. Y cuando llevas 4 años manifestándote cívicamente el 11S y ves a abuelos, padres e hijos con una sonrisa en la cara, piensas que vamos por el buen camino. Porque hay un proyecto que ilusiona y que hace feliz, tanto por construir algo nuevo, como por dejar atrás algo muy antiguo.
Fronteras no se van a construir, pero muros para que el poder fáctico no cruce, sí. Muros con puertas abiertas para que las personas y los pueblos puedan pasar cuando quieran. De eso se trata.
Bueno, espero haber aclarado un poquito todo esto.
Merkel, Sarkozy y Obama han hablado. Ahora falta escuchar al más importante: el pueblo catalán.
Saludos
FP
Cristian, yo como ajeno, no he visto lo que tu comentas.
La independencia no es asunto mío, porque no veo el modelo de gobierno como el único problema, sino los que lo ocupan.
En 10 años que llevo viviendo, creando empresas, pagando impuestos, dando trabajo en Barcelona no noto lo que tu comentas, esa alegría es entre iguales. Toda la culpa la tiene «madrid». muy poco serio.
El gobierno de Rajoy es de lo peor que visto. Sin embargo, no veo a los gobiernos catalanes mejores.
La independencia tiene un costo que esconden. Se llama estafa. No hablo que no se este dispuesto a asumir, sino que lo esconden. Y acepto la independencia, pero respondan una pregunta de manera seria.
Si quieres seguir con el ejemplo del matrimonio, ella pide el divorcio por enterarse del amante de su marido, pero no cuenta que lo llama «vago» todos los días. Es un cuento de nunca acabar.
Mientras tanto, Gürtels y Trespercents se hacen ricos y gastan nuestros impuestos en sus amigotes.
Disculpen, no soy un hombre de fe
cristian
Hola FP,
primero de todo no entiendo cuando dices que pagas impuestos y que creas empresas. Y?
2: estoy de acuerdo con que el gobierno catalán lo ha podido hacer muy mal a nivel de gestión. Los que lo ocupan? A nivel político comparar al señor Mas con el señor Rajoy me parece una perogrullada enorme. Uno sabe 4 lenguas y el otro una, por poner un ejemplo. A parte de cuando los oyes hablar.
3: la culpa no la tiene Madrid, la tiene el gobierno central que es muy diferente. Lo digo porque hablar en términos de pueblos es cuando creas confrontación y pones palabras en boca de quien no las ha dicho. Y cuando hablo de culpa me refiero a ACTITUD y VOLUNTAD política. El gobierno español no la ha tenido.
4. respecto al matrimonio, cierto que no vamos a entrar en si tenía razones para ser vago o no. Tampoco voy a entrar en el ejemplo, poco acertado a mi modo de ver. En lo que sí voy a entrar es en que si tan cansado estaba el hombre, coge, habla con su mujer y lo deja. Antes que tener una amante. No encuentro serio eso de hacer pagar a alguien un comportamiento desagradable y que no te gusta, con otro comportamiento igual o más desagradable todavía.
5. sigues llevándolo todo al 3% y a la corrupción. Yo no estoy de acuerdo en que el señor Mas y su partido hayan robado, y si se demuestra, que paguen con todas sus consecuencias. Pero estás comparando peras con camiones. En este momento en el que nos encontramos (estas elecciones) no se trata de modelo de gobierno, sino de PROYECTO DE NACIÓN. El modelo de gobierno vendrá después, y te aseguro que con gente como el Sr Junqueras o la CUP eso de robar lo tendrán harto mucho más difícil.
Un saludo y me alegro de que veamos las cosas diferentes. Eso enriquece.
FP
Cristian,
Vuelvo a explicar como lo hice antes, que no estoy en contra de la independencia, es mas me parece correcto y creo que lo único que Artur Mas dijo con mucho criterio fue algo similar a que toda nación aspira a tener su estado. Pero parece que no cala que haya otras formas de pensar. SI o NO, a eso se reduce todo.
Cuando digo de pagar impuestos y crear trabajo (cosa que sacas de contexto) hablo de la tensión que se esta viviendo; hablo acerca de estos gobernantes y funcionarios públicos están obligados a darme explicaciones y rendir cuentas (cosa que no esta pasando); hablo de la falta de respeto por los que si lo hacemos.
Por otro lado comentas que «sigo en el 3%» repitiendo el discurso, sin escucharme lo que aclaré muchas veces, y es que no estoy en contra de la independencia, pero dejadme estar muy en contra de este proceso, porque CiU de Artur Mas y ERC de Junqueras (el cual puedo estar mas de acuerdo y decepcionado también) son los que han gobernando y «mal negociado» con el estado español. si hablo del 3%, hablo de la falta de autocritica, hablo del «todos roban», de «españa nos roba mas»…
Ese es el problema de este proceso, que participan politcos que quieren ganar elecciones, envenenan la gente solo con aspiraciones de perpetuarse en el poder.
Amalio Rey
FP, lo que cuentas demuestra lo complejo que es este asunto. Debo decir que también estoy de acuerdo contigo. El mensaje de la independencia ha de reconocer que el cancer de la mala gobernanza también está presente en los poderes fácticos catalanes, los nacionalistas, esos que se quedarían alli, para seguir chupando del bote. Son los Artur Mas y demás «líderes» que ven en esta oportunidad un reciclaje dentro del poder. Hay mierda en los dos lados, y eso también hay que decirlo, si queremos ser serios.
FP
La seriedad parece que no da votos… miren como manejan los británicos el tema. de otras cosas no sabrán pero de esto parece que si.
Tema Escocia, perece para todos ok, pero recuerden que le prohibieron al primer ministro estar fuera del proceso para preguntar acerca de seguir dentro de la unión… el motivo, tienen la maquinaria del estado, dinero publico, dinero que no va a educación…. cosa que están usando tanto el gobierno de españa y el de catalunya.
el debate enriquece, pero dudo que el «discurso», el maniqueo sirva de algo…
Amalio Rey
Hola, Cristian
Todo lo que cuentas me parece muy interesante, y sobre todo las paradojas de sentirse a la vez catalan, español y ciudadano del mundo. Lo de la ruptura, y quien lo ha roto, es así y punto. Me quedo, sobre todo, con estas dos ideas tuyas: «sería tan injusto decidir algo tan trascendente con una mayoría absoluta débil, como quedarse tal y como estamos con una minoría tan fuerte» y que ha aumentado el número de independentistas en los últimos tiempos porque «muchos se han posicionado por dignidad y por hastío». Algo me dice que uno de los motores impulsores más vigorosos del proceso de Cataluña es esa idea de «dejar atrás algo muy antiguo», o dicho más claro, unos gobiernos rancios e inmobilistas que llevamos sufriendo en la Moncloa desde hace tanto tiempo. Si en España hubiera un proyecto de gobernanza fresco, abierto e innovador, estoy seguro que las fuerzas centrífugas no serían tan enérgicas. Que tengamos que aguantar a estas alturas a un órgano tan obsoleto, y parasitario, como la Monarquía, ya dice bastante. Que el Presidente de este gran país sea un personaje oscuro, mediocre y escurridizo como el Sr. Rajoy, cuyo único plan es no tener plan, es que da ganas de irse bien lejos. No es fácil convivir con este tipo de símbolos 🙁
FP
Aclaro, vivo en Barcelona, me da igual la independencia porque no veo ni siento un problema de identidad.
Pero esto es muy poco serio en relación a como se esta manejando todo.
Los actores son mediocres, las propuestas son mediocres, la ruta es mediocre y el destino incierto.
No pasa por «derecho a decidir o no», eligieron a Mas y Rajoy.
No pasa por usar la maquinaria del estado para «librar los tanques» como respuesta a un planteo.
No pasa por «España nos roba», no hay datos claros y certeros que ambos acepten, solamente gente gritando.
No pasa por «somos mejores», sino dejar los egos de lado.
No pasa por «nos meten miedo» cuando hablamos de consecuencias, asumibles o no, depende de cada uno, pero no se pueden dejar sin respuesta «seria».
la independencia, en una europa como la actual, es un proceso muy serio para darselo a charlatanes..
He leído por allí que lo planteas como un divorcio, entonces es momento de dejar a los abogados, porque este griterío de emociones es insoportable e insostenible, donde todos esconden verdades, donde el manual del maniqueo entre vecinos esta a la orden del día y no se habla de la gravísima situación en que dejan el gobierno y sus estructuras.
Si a mi me preguntan, se debe abrir un proceso serio que desemboque o no en la independecia, en donde no se puede utilizar ningún tipo de maquinaria propagandistica del estado (miren el caso de Cameron, no puede participar del referendum) y donde la sociedad discuta que quiere de manera seria.
Esto no puede terminar con una Catalunya lluire, sino independiente y reconocida por el estado español, sino solo ser´
Desde mi posición, el sr Mas y el sr Rajoy son patéticos e inutiles para la sociedad general
Amalio Rey
FP, estamos de acuerdo. El problema es que, estando en manos de patéticos e inútiles, algo habrá que hacer, no?
FP
y tu crees que esta es la forma? sumarse a los del 3% para echar a los de la gürtel?
yo no puedo
Gerard Garcia
Muy buen articulo, pero me quedo con la aportacion de David, fruto de mis experiencia y tertulias durante estos ultimos 10años con cataluna de los de antes, de los de siempre y de los nuevos.
En el fondo, ahora mismo, todo se ha vuelto hacia lo economico; es «lo unico» que importa. Y, desde el lado de los beneficios, no les hables de saldar deudas.
La aspiracion es la foralidad vasca y navarra, no la independencia, que tampoco la reclama Euskadi.
Amalio Rey
Gerard, es un error pensar que todo el problema con Cataluña es económico. El balance fiscal es uno de ellos, porque es totalmente cierto que es un territorio que ha sido sub-financiado para la riqueza que aporta y para las necesidades que tiene de infraestructuras, etc. Pero hay otras fricciones más intangibles, que tienen que ver con el respeto, la empatía y sensibilidad hacia lo diferente, y las divergencias entre paradigmas políticos, que hacen mucho daño a la relación entre ambas partes. Ese componente no-economico, que es probablemente el más complejo, no puede ser subestimado. Como sigamos pensando que todo se reduce a «la pela es la pela», vamos mal…
Joan Carles Cruces
A todos los opinantes anteriores:
Queridos opinantes. Estoy gratamente sorprendido con vuestras opiniones, surgidas a partir de la lectura del artículo de Amalio. Opiniones y respuestas, sencillas y sensatas, abiertas y constructivas… bastarían que una mayoría de españoles ( catalanes incluidos ) las leyeran para darse cuenta de que sí, existen caminos para resolver cualquier conflicto o problema. Deseo pensar que no seréis, somos, los únicos que nos damos cuenta de lo complicado del problema y lo difícil de solucionar. Gracias por dar reposo a mis atribulados pensamientos.
Amalio Rey
Pos’eso, Joan. Me alegro que no haya habido incendios por aqui 🙂
pedrito
En cualquier caso creo que para decidir, al margen de implicaciones economicas, la separacio…deberia ser la mayoria de las personas que tienen capacidad de votar…no la mayoria de los que votan..o sea si hay 5 millones en censo..mas de 2 millones y medio a favor de la separacion..matrimonial o de sociedad…porque el»lueblo catalan»en realidad es la sociedad xatalana..desde el pi i domenech hasta el ro,eralez y el ultimo magrebi o colombiano(el ultimo en cuanto a llegada, clarostá)
Por cierto a mi conciudadano Brizuels…te aseguro que para muuuuchos nacionalistas vascos…tú no eres vasco… aqui todavia no esta claro quien lodria votar un posible referendum…
Amalio Rey
Por cierto, me faltó decir esto: en términos de legitimidad, no vale el reparto del número de escaños en el Parlament. Ya sabemos que la ley electoral es asimétrica y caprichosa. Lo que importa es el % de votantes, personanitas, humanitos 🙂
Juanjo Brizuela
Amalio: tema complejo magníficamente expuesto.
Sinceramente a quienes gestionan lo público, y lo emocional de la identidad, deberían caérseles la cara de vergüenza por hacerlo sin visión, sin acuerdo, sin nada de nada.
Suscribo TODO, absolutamente.
Sólo una cosa desde la «parte» que quizá más controle: la comunicación.
Me ha dado pena absolutamente la utilización del discurso del MIEDO por parte de uno de los contendientes. Si sólo apelan a eso es que su discurso, argumentos, persuasión y lo que es peor, sus acciones pasadas, presentes y futuras, no aportan ningún valor, ni una ilusión y ni una apuesta por la gente para elegir eso.
Me parece de una propagando bochornosa y además sin ningún sentido de comunidad ni de hacer y desarrollar identidad, absolutamente lamentable.
Soy de Vitoria-Gasteiz, soy vasco. Muchas de esas cosas se piensan también por aquí.
Sólo un pequeño «matiz» más: que con una serie de gobiernos consecutivos, mayorías simples y absolutas pueda pasar esto debería hacer pensar pero muy profundamente si este sistema tiene validez o no. A los hechos nos remitimos.
Reitero, bravo por el post Amalio. Eso se llama compromiso.
Amalio Rey
Juanjo: Me haces ver que, efectivamente, no sólo es intolerable el discurso del miedo,sino que con esta crisis identitaria se abría una oportunidad de oro para comunicar de otra manera, desde los sentimientos, esos que siguen conectando (a veces subterraneos) a los catalanes con el resto de España. Claro, el marketing político (con perdon) es capaz de manipular cualquier cosa, y genera suspicacias, así que quien se atreva a trazar puentes emocionales con las verdaderas expectativas de los catalanes, lo tendrá que hacer de forma auténtica. No es fácil, porque la confianza se ha quebrado. La chulería tiene eso, que harta 🙁
Agustí López
Hola Amalio
En primer lugar quiero felicitarte por la valentía, no porqué las opiniones estén perseguidas sino porqué es un tema espinoso con el que puedes tener hilos inagotables…
Estoy de acuerdo con casi todo, especialmente con que no es sólo una cuestión económica. Este proceso viene de hace años, con campañas de recogidas de firma «contra Cataluña» y expresiones como «cepillar el estatuto» o «españolizar a los niños catalanes». Al contrario, se han desaprovechado todos estos años de democracia para fomentar desde las escuelas el conocimiento mutuo. El roce lleva al cariño, y de esto último se percibe muy muy poco. Por supuesto, también está la cuestión económica que en los últimos años de crisis ha llevado las cosas al límite en muchos casos.
Pero no veo claro lo de los 2/3 o un 60/40. Claro que las mayorías pueden cambiar, sí. Pero si para todo en esta vida sirven los 51% ¿porqué iba a ser distinto ahora? Así hemos hecho referéndums y cambiado gobiernos hasta ahora. Vale que es algo trascendente pero me parece injusto que sobre la marcha se busquen otros baremos. Aunque, y es mi opinión, no creo que sea el caso el domingo. Además de JpS y CUP hay independentismo en otras listas como CSQP o PSC. Claro que el domingo en los quesitos saldrán como bloque del NO, pero tampoco se ajusta a la realidad. Al final, habrá que hacer un referéndum.
¡Gracias!
Amalio Rey
Agusti:
Me ha costado decidirme a escribir sobre este tema. No por miedo porque a estas alturas, francamente, me da lo mismo lo que piensen de mi. Mi resistencia era porque no sabía si iba a ser capaz de expresar lo que pienso de un modo en que yo me sintiera satisfecho. Pero escribir en el blog me hace bien y al final, me ha ayudado a aclarar mis ideas. La conversación posterior también.
Por ejemplo, lo que comentas del 50%, reconozco que es un asunto complicado, con muchas aristas. A mí también me cuesta aceptar que haya situaciones en las que la mayoría simple no sea suficiente. A bote pronto parece injusto, pero seguiré con el ejemplo de un matrimonio que tiene hijos y muchas historias comunes (casa, deudas, etc.). Ninguno de los dos debe divorciarse/separarse si no tiene muy claro que su decisión es firme. Si hay dudas, mejor esperar. No bastan con las ganas, hay que pensarselo bien, porque tiene consecuencias que afectan a mucha más gente. Pues bien, la relación entre Cataluña y España es algo parecido. Hay muchas «historias comunes», que se han acumulado, y que no se pueden romper tan fácil. Si hay que romperlas, se rompen (como los matrimonios), pero no se puede jugar ligeramente con eso. En mi opinión, si en el #27S ganara el SI a la independencia por un margen pequeño (fíjate que para invertir el sentido del voto de un diferencial del 2-3-5% basta con que la mitad, solo la mitad, se pase a la otra opción), se daría una situación muy inestable, que generaría dudas, y lo que es más importante, no tendría el «consenso» ciudadano suficiente para impulsar un cambio tan brutal.
Las elecciones son habitualmente cada 4 años. Si te equivocas ahora, puedes arreglarlo en 4 años. Total, al final se parecen bastante los que ganan 🙁 con honrosas excepciones. Pero, Agusti… ¿te has puesto a pensar el «pollo» que implica un proceso de independencia? => desgarros emocionales, negociaciones interminables, largos conflictos institucionales, aislamiento transitorio, traslados de residencia en los dos sentidos. No soy para nada catastrofista, ya he dicho que una Cataluña independiente sería viable, pero es un tema demasiado serio, y de un impacto brutal, para que se tome una decisión así por un 2-5% de diferencia. No lo veo, honestamente. Se necesita un consenso mayor. Un saludo
pedrito
A ver..el simil del matrimonio…. yo creo que es mas apropiado el de la comunidad de vecinos…un edificio antiguo….en el que los vecinos del principal quieren adimistrarse solos..olvidandose de todas las obras que se han hecho y que son los mejor ubicados..sorpresa!!
Amalio Rey
Nop, Pedrito. El ejemplo es desafortunado. Un edificio es indivisible. Un país no. Y por cierto, si cataluña quiere administrarse sola tendrá que (según mi punto-6) negociar los términos con España, para repartir cargas derivadas de las «obras que se han hecho».
javier
Me llama la atencio y me entristece o alguna otra enocion, no se, estoy currando, que, para opinar lo primero es una justificacion de..soy de no se donde..tengo amigos en tal sitio pero naci en… en fin… qué antiguo todo…!!!por cierto…qué es el pueblo catalan??alguien lo sabe?qué caracteristicas hay que poseer para pertenecer a el y tener capacidad de decidir??
Amalio Rey
Javier:
No debería ser necesario hacer ese preludio identitario, pero la realidad me dice que sí. Contribuye a la credibilidad, y así me evito que después me sometan a un interrogatorio de tercer grado 🙂
Respondo a tu pregunta. «Pueblo catalán», escrito por mí, significa ni más, ni menos, que: conjunto de personas que viven en Cataluña. Así de simple.
David Soler
Hola Javier
Empiezo diciendo que yo no solo no soy independentista sino que ni siquiera soy nacionalista. A lo sumo sería catalanista (que es un concepto que se perdió hace unos 15 años).
Es fácil, aunque tal vez no se entienda. Tu te sientes muy orgulloso de ser de cierta parte de España, de tu pueblo o ciudad, por ejemplo, y al mismo tiempo de ser español. Pues muchos catalanes se sienten más vinculados a Catalunya que a España sentimentalmente hablando. ¿Como hemos llegado hasta aquí? Pues sería largo analizarlo pero el caso es que hemos llegado y ahora tocaría darle la vuelta. Es obvio que no hemos sabido hacerlo pero la pregunta primera sería ¿le interesa a alguien que los catalanes se sientan bien diciendo que son «españoles»? ¿estamos dispuestos a pagar algún tipo de precio por ello? o todo lo contrario, ¿estamos dispuestos a no reconocer nada de esto y a aplicar el «que se aguanten»?
Y no niego que pueda parecer antiguo. Mas decía hace 5 años que el concepto independentismo le parecía caduco y oxidado pero ya ves donde está ahora. Por mucho que nos parezca mal, anticuado y provinciano es lo que pasa. Y, personalmente, me parece que darle la espalda y hacer como si nada pasara no es la solución.
Un saludo!
gavicagodonosascoa
vamos hacer una republica catalana entre trileros los del porro y el botellon viva la republica bananera de cataluña
David Soler
Yo entiendo que no se entienda desde fuera de Catalunya el tema de por qué unos no se sienten españoles y quieren independizarse. También entiendo lo del contrato, La Constitución, y toda la legalidad vigente. Pero por un tema de practicidad ¿no os parece que ya es tiempo de dejar de discutir sobre esto y que no podemos estar inmersos en un dialogo de besugos durante muchos años más? ¿tanto cuesta ser absolutamente transparente, mostrar los números (que es adonde parece que hemos llevado el debate), llegar a un «acuerdo» justo y zanjar el asunto? Repito, sólo por practicidad porque el tema ya cansa y supongo que a todos nos gustaría no tener que seguir debatiendo sobre esto.
Amalio Rey
David:
En mi opinión, reducir esto a números y a la «practicidad», es simplista. Hemos llegado a un punto en el que se ponen en juego sentimientos muy fuertes. Creo que hay también un matiz cultural, que nunca ha sido bien entendido (ni respetado) desde Madrid. Fíjate que ni siquiera hablo de debates sobre historia, en los que cada cual echa mano de sus propios argumentos, y hay datos para todos los gustos. Se trata de sentimientos, arraigos, «sentires». No es solo «la pela es la pela», que también. Hasta que no se comprenda eso, no iremos a ningún sitio. Por ejemplo, yo estoy tan harto de los insultos a los catalanes como de las barbaridades que se dicen alli sobre los andaluces. Ese mosqueo mutuo no se resuelve con una hoja de cálculo. La discrepancia es más profunda, y siento que sea asi.
David Soler
Amalio:
Hace 10 años todo se reducía a un tema sentimental. Y te lo digo yo porque también estaba en el grupo de los que nos sentíamos «distintos». Pero no distintos por encima o por debajo, simplemente sentíamos que éramos más de una cosa que de otra. Nosotros nos sentíamos más catalanes que españoles (cada uno en una escala distinta que partía del 51/49 al 100/0) y veíamos que en el resto de España, y en muchos de aquí, por supuesto, el ratio era al revés. Es como al que le gusta el fútbol y al que no… cosa de sentimientos que no son racionales y difíciles de explicar.
Pero de unos años aquí parece que los que apoyan el independentismo han cambiado los argumentos y ahora lo racionalizan. Y lo hacen con el tema de las balances fiscales y el «España ens roba». A mi, personalmente, me parece que el argumento sentimental es más fuerte que el racional pero chico, lo llevan ahí. Y te lo digo yo que, como la mayoría de familias catalanes, convivimos independentistas, unionistas y «pasotas» casi a partes iguales.
Por eso digo que si el «problema» es de reparto del pastel entonces lo fácil es ser transparente que para los tiempos que corren debería ser lo normal, no?
Por lo demás estoy de acuerdo contigo en los matices culturales y en lo de que la historia ya no debería justificar nada porque el problema está en donde pones el punto histórico en el que hay que fijarse. ¿En 1714? ¿En el 1450?
Un abrazo Amalio
José Miguel Bolívar
Muy de acuerdo, maestro, y muy bien escrito en mi opinión. Se trata sin duda de un tema complejo, con múltiples matices y gran diversidad de consecuencias, pero precisamente por eso me parece imprescindible atacarlo con sensatez, sin maniqueísmos ni fundamentalismos. Lo que es evidente es que, como bien dices, «Nadie más que yo puede decidir con quién quiero convivir». A partir de ahí, solo queda decidir «cómo» llevar a cabo el cambio.
Un fuerte abrazo
Amalio Rey
Gracias, JM. Estamos de acuerdo. Un fuerte abrazo
Pedro
Vaya por delante que me parece un artículo magníficamente escrito.
Para empezar como Amalio, me presento: vivo en el País Valenciano, y me considero tan alejado de los que están anunciando una invasión catalana de este territorio, como de los que consideran que vivo en los países catalanes.
Yo sólo tengo una objeción que hacer y es respecto al derecho a decidir: esto no es un matrimonio, lo siento; esto (España) tiene una Constitución (el contrato) que dice que la relación entre las partes es indisoluble, y que para cambiar semejante «barbaridad» democrática, hay que cambiar el contrato; lo siento, pero es lo que hay.
¿Y cual es la razón de que tanta gente buena e inteligente sostenga otra cosa? Pues tal vez la misma que lleva a gente como Fernando Trueba, por ejemplo, a decir que no se ha sentido ni cinco minutos español después de toda una vida en España?
Ahí hay que buscar la raíz de tanto desatino; a lo mejor resulta que el problema de desafección no está sólo en Cataluña, sino en el resto de España; a lo mejor resulta que casi 40 años de democracia no han servido para crear un sentido de pertenencia entre los ciudadanos de este país.
Ah, y para acabar, unas notas de frivolidad desde el sur de Cataluña: el independentismo es pijo de cojones: y yo no voto a un tipo como Romeva ni harto de vino.
Salud.
Amalio Rey
Hola, Pedro:
Interesante y fino tu comentario. Vamos por partes:
1) Un contrato llamado constitución: Si en un contrato de dos partes, una de ellas disfruta de una brutal asimetría de poder (electoral y de facto), y se atrinchera en la idea de no adaptar, ni cambiar nunca nada (precisamente porque sabe que «el marco legal» le protege), entonces ese contrato es impugnable, y carece de legitimidad. La constitución española y nuestra caduca ley electoral están secuestradas por un círculo vicioso: «Solo se cambian por una mayoría parlamentaria que no le interesa cambiarla». Eso hay que romperlo por alguna parte.
2) Esto es mucho más parecido a un matrimonio de lo que tú supones. Todo depende de desde donde se mire. Si lo examinas desde Madrid (o España), es difícil ver la metáfora porque Cataluña es vista como un menor de edad dentro de una familia numerosa. Pero si te situas en Cataluña, y te pones en el lugar de los que viven allí, sí que pensarías que sentirse parte de un matrimonio a la fuerza no es nada descabellado.
3) Desafección democrática: Por supuesto que en la relación España-Cataluña ha hecho muchísimo daño el tipo de clase política que gobierna el conjunto del estado español (y también la catalana). Por muy paradójico que parezca, el gran promotor (y responsable) de una posible independencia de Cataluña habrá sido el PP.
4) El independentismo es muy diverso, con muchas sensibilidades (faltaba más, con lo complejo que es el asunto). Pero estoy de acuerdo con lo que comentas de Romeva y Cía. Me parece un oportunista, pero no pienso lo mismo de otros líderes independentistas, por ejemplo, de Oriol Junqueras.
Un saludo, y gracias por compartir tu punto de vista 🙂
Pedro
Muchas gracias Amalio por tu contestación; entiendo lo que dices y creo que todos coincidimos en que buena parte de este problema tiene que ver con la falta de sensibilidad de las partes, pero, siendo esto cierto, a mi me preocupa también la ligereza con que se pretende ventilar el ausnto: ni es cierto que la cosa no tenga arreglo alertando el caos, ni es cierto que se pueda solucionar convocando elecciones «plebiscitarias».
Quien está esperando emanciparse (Junqueras dixit) desde tiempos inmemoriales, bien podrían trabajar unos años más para conseguir consensos que modifiquen los mal llamados (lo siento) «contratos»; y los otros (los que ahora claman por el federalismo): ¿qué han estado haciendo todos estos años de democracia mientras? ¿pactar con Pujol la estabilidad a cambio de prebendas? Me queda aludir a la tercera parte (los inmobilistas el gobierno) pero para estos no tengo receta.
En fin, es una pena que nadie haga pedagogía de los enormes beneficios de estar juntos, de enriquecernos conviviendo con la diferencia, pero compartiendo un objetivo común.
saludos
Pedro
Julen Iturbe-Ormaetxe
Y no olvides, Amalio, algo tan simple como el miedo al cambio. Quienes tienen poder hoy no quieren que nada cambie. Esto incluye a Cataluña. O cualquier otra cosa. Que los bancos o hasta parte de la iglesia no quiera una Cataluña independiente… en fin.
Por cierto, como suele decirse, parece lógico pensar en una Cataluña interdependiente. Pero, ¿por qué no desde la independencia llegar a la interdependencia?
En qué saraos te metes. Mira que eres animado jajajaja
Amalio Rey
Hola, Julen: La interdependencia es algo que está por encima de los deseos o las intenciones. Somos interdependientes y punto. Otra cosa es, como bien dices, de qué forma se gestiona, y por supuesto que una de las opciones (a mi juicio, viable) es la independencia. Otra, modificar el marco de convivencia para hacerlo más federal con un reconocimiento explicito de Cataluña como nación. Pero es el pueblo catalán quien tiene que decidir.
El «miedo al cambio» es brutal. Los poderes fácticos son, por definición, conservadores. Pero por dibujar el panorama completo, diría que también existe la «euforia del cambio», que confunde realidad con ilusión, creyendo que las mayores frustraciones de Cataluña se deben al estado español así que quitándolo del medio, van a resolver todos sus problemas. El corazón pesa mucho en estos dilemas, y lo entiendo, pero cuidado con descuidar la razón.
Cristóbal Aguilera
Me posiciono.
Nacido en Córdoba y criado en Cataluña. Ciudadano del mundo con casi los mismos años fuera que dentro de Cataluña. Casado con catalana de segunda generación de emigrantes. Hijos nacidos fuera que viven aquí, Catalunya, como si toda su vida lo hubieran sido. Bilíngües perfectos.
Podría haber escrito lo mismo que Amalio pero sin duda no mejor. Gracias por compartir estas reflexiones. Tan solo añadiría un punto:
8. ¿Por qué cojones están todos empecinados en creer que los ciudadanos somos gilipollas?
Amalio Rey
Gracias, Cristobal. Ya veo que estas metido en el epicentro, dentro de la mismisima batidora. Te estaran agitando por todos sitios para que tomes partido 🙂
Sip, ya sabes, todo gilipollas se proyecta en otros: «Piensa el ladrón que todos son de su condición» (y a veces acierta)
Marc Navarro
Hola Amalio,
Yo sí que preferiría una Cataluña independiente pero he de decirte que tu artículo me ha parecido lo más sensato que he leído sobre este asunto en mucho tiempo.
La verdad es que en unos momentos en los que impera la demagogia, el chantaje emocional barato, las amenazas más o menos directas y un (por desgracia) largo etcétera se agradece que alguien aporte una opinión desde el respeto y la sensatez.
Un abrazo,
Amalio Rey
Hola, Marc:
Es un tema tan complejo, y que remueve tantas (hiper)sensibilidades, que resulta muy difícil abordarlo con un mínimo de sensatez. Quizás yo tenga la ventaja de no ser español de origen, ni vivir en Cataluña, así que consigo tomar cierta distancia. Un abrazo
David Soler
Estoy 100% de acuerdo en lo que escribes, Amalio. Yo tampoco soy independentista pero sí estoy a favor del derecho a decidir (aunque solo sea porque el debate ya hace años que dura y me agota).
Me parece que hemos vivido la peor campaña de la historia y que ni vale el discurso del miedo por un lado ni la vida super happy que pintan desde el otro. Nadie, nadie sabe lo que va a pasar así que lo más normal sería que, aunque suene muy raro, la gente votara asumiendo que cualquier cosa puede pasar incluso las peores.
Es tremendo que muchos usen la opinión de economistas como si fuera «palabra de niño Jesús» cuando todo el mundo sabe que los economistas son muy buenos explicando el por qué pasó algo y nada para predecir (en la mayoría de los casos, eh? y ejemplos tenemos muchos. Pero la población tiene una memoria muy corta.
Saludos Amalio. Felicidades por el post.
Amalio Rey
Gracias, David, por pasarte. Se abre un escenario bastante incierto, pero hay que ser optimistas. Un saludo