POST Nº 683 La pedagogía del esfuerzo es un valor en crisis. Una parte del discurso de las nuevas corrientes educativas se ha empeñado en devaluar el esfuerzo como palanca para el aprendizaje. En su lugar, abogan por que el alumnado se sumerja en...
Escribo para comprender
POST Nº 683 La pedagogía del esfuerzo es un valor en crisis. Una parte del discurso de las nuevas corrientes educativas se ha empeñado en devaluar el esfuerzo como palanca para el aprendizaje. En su lugar, abogan por que el alumnado se sumerja en...
Si el narcisismo de los individuos adultos es más preocupante que el adolescente, el «narcisismo colectivo» debería alarmarnos más que el individual. Cada vez aparecen más comunidades cerradas en sí mismas, que amplifican un yo identitario con ensoñaciones de superioridad.
El aporte de la «síntesis de evidencias» es crucial para la formulación de políticas, pero la capacidad de los gobiernos para absorber esas síntesis es limitada. Para reducir esa «brecha de absorción», hay que rediseñar los interfaces o dispositivos de síntesis que se usan, para que sean más ágiles, multidisciplinares, y sensibles a la complejidad.
Usar el modelo exponencial para explicar la reproducción de las bacterias o la difusión de un virus es algo habitual y describe bien esas dinámicas. Pero plantearlo como un fin deseable en la evolución de las organizaciones es ―socialmente― un disparate.
Todos hemos trabajado con personas que parecen difíciles. Algunas son constructivas y otras tóxicas. Las fronteras entre esos dos perfiles a veces no son tan objetivas, ni estáticas, como puede parecer. Depende en parte de la percepción que nos hacemos de ellas, pero no vale todo. Algún filtro hay que poner.
Se puede ayudar a la gente ―desde el diseño urbanístico― a vivir con la ambigüedad, la contradicción y la complejidad, y a beneficiarse de ellas
El filósofo Amador Fernández-Savater, en un artículo publicado en elDiario.es, echa mano de Foucault y su interpretación del poder como un «campo social de fuerzas» que, en lugar de emanar concentrado desde una especie de «sala de mandos», se alimenta de las múltiples relaciones que atraviesan nuestra experiencia de la cotidianeidad, desde la educación, a la ciudad, la sexualidad o el trabajo.
Un grupo de 17 investigadores de distintas disciplinas, desde biólogos, ecólogos y ambientalistas hasta psicólogos, antropólogos y expertos en asuntos públicos, acaban de publicar un artículo en la prestigiosa revista científica PNAS cuya tesis principal es que el impacto de las redes sociales y las tecnologías de Internet en los ecosistemas de información y en el bienestar humano es un asunto tan trascendental y urgente que merecería ser reconocido e investigado como una “disciplina de crisis”.
El papel -en forma de libros, revistas y periódicos- es de los pocos sitios que nos quedan donde no dejamos un rastro de datos y no nos siguen la pista monopolios como Google, Amazon, Facebook & Cía. Quizás terminemos refugiados “en el santuario del papel” para que sepan algo menos de nosotros, para poner cortafuegos a sus ojos vigilantes.
En nuestra compulsión por clasificarnos, transformamos casi todo en un concurso. Sin embargo, dice Alfie Kohn, la mejor cantidad de competencia dentro de una organización es ninguna. Cuanta más energía dedique un individuo u organización a luchar por ser el Número Uno, menos probable es que pueda conseguir y mantener una calidad auténtica, y que disfrute de la experiencia lo suficiente para que sea sostenible.
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