Plas, plas, plas…Real Betis 2.0 (post-251)
Por dos clubes en mi vida he sentido verdadero cariño: Club Atlético Independiente (los míticos “diablos rojos” de los años 70 en Argentina, con figuras como Bochini y Bertoni), y después, Real Betis Balompié en la liga española. Así que soy futbolero, y seguidor verdiblanco de pro.
Pero aunque lo parezca… este post no va de futbol, sino de innovación y gestión del cambio. Es de eso de lo que quiero hablar, de cómo la transformación radical de un club deportivo que vivía en la época de los mamuts puede inspirarnos para entender que otros modelos de gestión son posibles, incluso en industrias que huelen a podrido como la del Futbol.
Pero volviendo a lo emocional, esto de por qué uno se hace hincha de un club y no de otro es difícil de explicar. No es nada racional, ni previsible. Por ejemplo: nietos de padres y abuelos sevillistas que salen béticos, hijos de béticos que por mucha camiseta que les regales sucumben a la tentación culé (mi Alejandro), una novieta que engatusa a un colega con el Real Madrid y cuando le deja… se queda merengón para toda la vida, un kiwi que se vuelve colchonero porque el chef de su restaurante español en Auckland es del Atlético de Madrid o una amiga que se hizo del BCN simplemente porque le gustaba el guaperas de Vitor Baia… en fin, historias reales que demuestran que las fórmulas en esto no funcionan, afortunadamente.
En 1994 me hice del Betis durante un año que viví en Sevilla. Me pongo cursi, pero es literal: fue amor a primera vista. No sé si fueron los colores de la camiseta porque el verde es uno de mis favoritos, la peña de amigos con los que compartía birras que era muy bética, el espíritu de humildad contenido en su “maque pierda…”, el hecho de que simboliza (como lo veo yo) el club más andaluz de todos, o simplemente por descarte… porque la verdad es que el Sevilla FC nunca me hizo tilín, me parecía muy soso. Lo cierto es que me fue fácil elegir.
Después he sufrido un par de descensos a segunda y me he cabreado bastante, pero las peores pesadillas (béticamente hablando) se las debo al impresentable de Lopera. Demasiados años de dictadura, corrupción, mamonadas, caprichos estúpidos, y delirios de grandeza, en la gestión de una entidad que no debería ser personalista sino la expresión de un sentimiento colectivo. En fin, que un Sr. tan ególatra como ese no le pegaba al Betis, y le estaba haciendo mucho daño (lo mismo que pienso ahora, salvando las distancias, de Mourinho al Real Madrid, tiempo al tiempo…), así que no sabéis lo encantado que estoy viendo en los últimos meses crecer a un nuevo club.
Alguno me puede decir que no es para tanto, y lo mismo es cierto, pero considerando lo jodido que está el Futbol profesional, mis esperanzas de cambio con el Postloperismo eran bastante más modestas de lo que estoy viendo. Sigo con la lupa puesta, perplejo y expectante, así que toca euforia contenida, pero creo que visto lo visto, la evolución hasta ahora es tan positiva que merece un plas, plas, plas… en forma de post.
Si uno observa con atención lo que está pasando en el Betis, siempre con la debida prudencia, puede intuir que la cosa va para “caso de estudio”. Es un ejemplo válido de que:
- Hay mucha vida después de los dictadores (para aquellos que estaban alarmados con la salida de Lopera) y que ¡¡ese tipo de líderes son prescindibles!!
- Bendita la crisis… lo bien que hace para limpiar la casa: a menos recursos, mejor se hacen las cosas y más se valora lo que se tiene.
- Hay que volver a las esencias, a confiar en lo que se es, y saber aceptar lo que no. Los tiempos del paripé y la lujuria se han acabado, incluso en el circo del futbol. El Betis puede ser un adelantado en esto si mantiene la línea actual.
Quiero insistir en lo mismo: no hablo tanto del perfil futbolístico, sino del modelo de gestión. Creo que lo que está haciendo el Betis en los últimos tiempos merece una lectura extrafutbolística, y por eso voy a repasar algunas señales:
- Valorizar lo que se tiene dentro: Hay una apuesta clara por los canteranos: “el futuro del Betis son ellos” ha dicho su director deportivo, y yo me lo creo. Por primera vez me lo creo en boca de un directivo. La prueba es que se han firmado contratos profesionales con los canteranos más prometedores y los suben a la primera plantilla, adelantándose a otros clubes. El modelo de confiar en la plantilla es muchísimo mejor (desde mi forma de ver el deporte) que el de crecer a base de talonario. Esto último no tiene gracia porque cualquiera con pasta lo hace. El mérito está en levantar la obra desde abajo haciendo un uso eficiente y digno de los recursos que se tienen. Sí, sé que este cambio tan drástico parece más impuesto que buscado, por las limitaciones que impone la Ley Concursal, pero podría citar varios clubes españoles en una situación parecida y que no están siendo tan rigurosos en la gestión como el Betis. Su nuevo modelo de fichajes es todo lo contrario al desembarco fácil del Jequeísmo en el Málaga o al despilfarro insultante del Real Madrid. Tiene más parecido al del Villareal, Getafe o Sevilla (su eterno rival, pero inteligente gestor). Apostar por jóvenes con hambre es, desde luego, una decisión inteligente en época de vacas flacas.
- Dirección colectiva: La gestión del club, desde la figura de su propio presidente, está ahora mucho más distribuida. Responde a un modelo más profesional y repartido entre varias cabezas. Miguel Guillén, el nuevo presidente, decía esto el otro día: “Nunca más debemos estar en manos de una persona”. Creo que la intención es reforzar ese concepto, el sentido de proyecto colectivo, y de ahí lo del 2.0 que he puesto en el título. OJO, es un proceso, un camino largo, pero veo una actitud que ayuda a creer en eso. Por ejemplo, haría falta que prospere la demanda de nulidad de las acciones de Lopera para que vuelvan a manos béticas, y el poder pase a ser realmente distribuido entre los socios.
- Recuperar la identidad más genuina: El Betis siempre tuvo dos señas de identidad muy marcadas: la humildad y la simpatía. Con los cambios que se están dando, vuelve a sus orígenes, a las fortalezas que lo hicieron un club tan querido. El verdiblanco fue toda la vida un club simpático, apreciado por todo el mundo salvo por los palanganas (no os enfadéis, vecinos). Con Lopera se estaba perdiendo eso, y con Luis Oliver nos volvían a servir del mismo taso, más de lo mismo. La entrada de Gordillo tuvo mucho simbolismo, marcó un perfil más “de abajo”, más de currante, y significó el punto de inflexión que estábamos buscando. Los béticos tienen mucho mérito, por cierto, de no haberse tragado el sapo del Oliver, a pesar de que los resultados aparentes le amparaban. Fue una muestra de madurez haberse resistido a esos cantos de sirena.
- Gestión responsable: De las cosas que más me están sorprendiendo en este Betis (al margen de la Concursal, que impone sus restricciones) es el modelo de gasto contenido, de invertir-bien, de entender que se pueden fichar buenos futbolistas que no cuesten tanta pasta, pero que estén dispuestos a dejarse la camiseta en el campo. Es todo lo contrario a Lopera, un ejemplo paradigmático de inversión caprichosa y de lujuria hipotecaria, la misma que nos llevó a los españoles a la crisis de hoy. Esta nueva actitud me gusta porque contradice ese sambenito de gestores alegres con que se nos etiqueta a los andaluces (a veces con razón), y demuestra que la gracia de esta tierra puede combinarse perfectamente con el sentido de la austeridad.
- Líderes honestos: Una de las decisiones que más aplaudo, también en esta línea, es apostar por un entrenador de perfil serio y trabajador como Pepe Mel (elección que debemos, por cierto, a Luis Oliver, todo hay que decirlo). Admiro al entrenador del Betis, obtenga los resultados que obtenga al final de la Liga. Es un tío honesto, con credibilidad, sin aspavientos, que no vende el oso antes de cazarlo, fiel a su modelo, y que respeta a los demás. Interpreto en la figura de Mel lo que yo quiero que sea el Betis como entidad. Y me da la impresión que Miguel Guillén, el nuevo presidente, y Vlada Stosic, el director deportivo, responden al mismo perfil, así que podemos intuir (ojalá) que detrás de todo esto hay un sistema, un modelo bien pensado. Por cierto, hasta Ángel María Villar, que no es muy respetable precisamente en sus cosas, elogió públicamente al Betis y su modelo de gestión en los últimos meses destacando su seriedad.
Éstas son solo algunas pistas, pero es que veo un montón de pequeños detalles que me gustan y que sería muy largo citar aquí. Estos cambios son fácilmente equiparables a los que necesitan las grandes organizaciones empresariales, y me gustaría que los leyeras en esa clave, seas del equipo que seas, te guste o no el futbol.
No soy iluso, y sé que con los gestores del futbol es difícil ilusionarse, pues pasa lo mismo que con los políticos. Pero de momento digo que lo están haciendo bien, y necesitan que se confíe en ellos, así que plas, plas, plas…
risman
estandarte de nuestras vidas !!! Gracias, Amalio, por plasmar en negro sobre blanco este sentimiento verdiblanco… que atrapa y que llega a lo más humano del corazón y alma…TE QUIERO, BETIS !!!
David
Real Betis, estandarte de nuestras vidas !!! Gracias, Amalio, por plasmar en negro sobre blanco este sentimiento verdiblanco… que atrapa y que llega a lo más humano del corazón y alma…TE QUIERO, BETIS !!!
Amalio
Gracias a tí, David, por pasarte por aqui. Pues eso, «sentimiento verdiblanco» del bueno… Quiero mucho esos colores, y a veces me cuesta saber por qué…
un saludo
Amalio
Hola, Angel:
Veo que eres un palangana implicado, y a mucha honra…
En mi post menciono al Sevilla con mucho respeto, y lo pongo de ejemplo de «gestión inteligente». Chapeau con la gestión que ha llevado el club, desde luego… muchísimo mejor que la del Betis, que ha sido de p… pena.
De todos modos, si somos honestos, conviene reconocer que «el milagro» del Sevilla se cuajó a partir de una operación inmobiliaria que se llama Nervión. Teníais esa carta en la mano que era un comodín muy valioso, y que os ha salvado. También a un señor que se llama Monchi, con buen olfato. Pero no voy a quitarle méritos al Sevilla, porque ha mostrado dos grandes virtudes que reivindico para el Betis: 1) Desarrollar una buena cantera, 2) Fichar barato, a base de buenos ojeadores, para después vender caro (en lugar de al revés, como hace el Real Madrid… o como hizo el propio Betis de Lopera).
Te confieso, Angel, que yo soy muy poco resultadista. Creeras que en el futbol, como en todo ámbito competitivo, lo que vale es eso. Pero yo disfruto mucho más el proceso, el modo de hacer las cosas. Por supuesto que no quiero terminar bajando a segunda, ni ser el pupas de la liga, pero lo que más deseo es un club limpio, con una identidad amable, un juego bonito de ver y una hinchada que se sienta orgullosa de ese modo de hacer.
Cuando decía que el Sevilla era «soso» para mí, no me refería a lo que cuentas, sino a su estética e identidad. El Betis siempre me pareció, desde el primer día, un club con más salero… y eso es lo que me atrajo. Tu dictamen pretencioso sobre el himno es una muestra más de la cultura-palangana y ejemplifica otra razón de por qué no me hice del Sevilla. Hay muy poca modestia en Nervion, empezando por el Presidente, que no lo querría para el Betis ni en pintura (otra evidencia de que no soy «resultadista»).
Una anécdota: el otro día un colega-palangana me decía que el Sevilla había ganado «dos champions», y lo seguía repitiendo sin darse cuenta que eran «copas de la UEFA»… jjjj. ¡¡cómo sois, mira que confundirse… es que no hay color!!
Sin duda que el Sevilla se ha transformado en los últimos años, y eso hay que celebrarlo, y reconocerlo.
Yo el futbol, honestamente, no lo veo solo desde su punto de vista «competitivo», que es donde tú pones más el acento. A mí me parece más una cultura, un modo de compartir, y un sentimiento… que no van tanto por lo competitivo sino por el «aquí y ahora». Es la razón por la que estoy disfrutando los cambios del Betis. No soy menos ambicioso que tú, pero mis ambiciones van por otros derroteros…
Oye, no soy «enemigo» del Sevilla, que conste. Soy seguidor del Betis, y nada más.
Un saludo 🙂
Angel
Siempre es mucho mejor ser del Betis que del dupolio Madrid-Barcelona, pero te has perdido una gran fiesta en Sevilla con estos 7 años en los que no tenemos rival en Sevilla los sevillistas.
No está mal para un equipo que es soso tener el mejor himno del mundo, haber sido dos veces mejor equipo del mundo según una institución alemana, ganar 5 títulos seguidos, ser el mejor equipo copero de la década, y haber tenido dos jugadores campeones del mundo formados en su cantera.
Creo que a nivel de ejemplo de innovación y de modernización, no hay casi ningún club en España (quizás el Villarreal) que sea mejor ejemplo que el Sevilla FC.
Creo que es un ejemplo de ambición y soñar en lo que se puede ser con esfuerzo, excelencia en la gestión e iusión.
El Betis quizás ha representado mejor la alegría andaluza aunque se sea pobre en recursos, pero creo que en un mundo competitivo hay que ir a comerse el mundo, y al final todo el mundo quiere aspirar a lo mejor. Y esto es lo que debe hacer Andalucía si quiere engancharse a la modernidad, y tiene al Sevilla FC el mejor ejemplo de que esto es posible, pudiendo llegar a ser con pocos recursos el mejor club del mundo del mejor deporte del mundo en aficionados.
En las ideologías sí hay vuelta atrás y a muchos nos atrapó el corazón con ideas que sonaban muy bien y ahora la experiencia y la razón nos la eliminó de la cabeza.
Pero como bien dices, elegiste un camino emocional sin vuelta atrás que no vas a poner mucho en tu post como ejemplo de forma convicente, porque como muestra de gestión y de buen hacer en la innovación, el mejor ejemplo es el del club al que declaraste tu enemistad al escoger tu corazón el Betis, cuyo modelo para sus actuales dirigentes reconocido o no, es el Sevilla FC.
Quizás no represente tanto a la Andalucía del último siglo, pero sí es del que más orgulloso pueden estar los andaluces.
Pepe
No te olvides del peruano Franco Navarro en Independiente.
Amalio
Pues juro que no me acuerdo de este futbolista. Lo he buscado por la Wikipedia, y veo que fue un «diablo rojo» muy destacado de los años 80, pero yo para ese tiempo le perdí un poco la pista a Independiente. Mis mejores recuerdos son de los años 70, cuando el club argentino se paseó por las Libertadores, e incluso ganó 3 a 1 en aquella final memorable por la Intercontinental vs. la Juventus. Esa noche, mientras veía el partido por la TV, y siendo muy pequeño, se ha quedado grabado para siempre en mi memoria.
Un saludo
Salvador
Esto de la gestión de cambio, el BETIS, la razón, la emoción es … un tema que me «apasiona», lo estudiaré con «cariño». Hacer algo sin entusiasmarse, para mi, no merece la pena. Gracias por transmitirme entusiasmo BETICO
Amalio
Gracias, Salvador. El poder y la economía del futbol son temas muy curiosos de estudiar. Ahí se concentran tantas euforias como miserias, es una refrito magnificado de lo que pasa a escala social.
Seguir a un equipo como el Betis es una más de las emociones que me permito. Nunca me gustaron los clubes que lo ganan todo, o tienen la capacidad de fichar lo que quieran. Prefiero los retos, el triunfo sufrido, y ya ves, me hice del Betis…. la mejor réplica del Atleti en el Sur de España.
un abrazo 🙂
Salvador
A- Lo siento, no eres objetivo. Te pueden las emociones y te dejas llevar
B- Pero si lo entiendo tan bien es porque me llega, porque lo siento, porque lo disfruto y lo sufro
A- Tu apego incondicional hace que distorsiones la realidad
B- Querer es como la crisis que dice Amalio: cuando se quiere, mejor se hacen las cosas y más se valora lo que se tiene.
Amalio
Salvador:
Tiene pinta de que las opciones A no son nada descabelladas. Hay razones para sospechar que me pueden las emociones y que distorsiono la realidad. Me apunto a tu tesis 🙂
O lo mismo no, nadie lo sabe todavía. Ya veremos si es así, pero por el momento, un voto de confianza, amigo..
Gracias por pasarte, bético!!