Tenemos 20N: ¿Y ahora qué con el #15m? (post-254)
El panorama que nos espera para el #20N es sombrío, y conviene que nos espabilemos.
A ver, echemos un repaso a las alternativas “oficiales” que se vislumbran en el horizonte:
1) Gana el PP con mayoría absoluta: Pinta como el escenario más posible. Lo preocupante es que nunca el PP lo ha tenido más fácil para imponer su rancio modelo de país. Tiene al coco de los mercados a su favor, metiendo miedo, y una gestión nefasta del gobierno anterior que le va a dar alas para justificar cualquier cosa. Inflarán las negligencias contables de los socialistas (ya estamos viendo la jugada en CLM), y tras esa coartada, se cargaran también las cosas buenas que se han hecho. Si a esto le agregamos el desespero de una sociedad que pide cambios, los que sean, entonces tenemos el coctel servido. Pongámonos serios con esto porque no es ninguna tontería. El PP además de tener unas ganas locas de volver al poder, tiene a diferencia de la izquierda una estrategia de cambio radical de modelo de país. Que sus propuestas ahora sean vacías y centristas solo responde a una estratagema para reducir las barreras a la entrada, pero una vez dentro, si tienen mayoría absoluta, irán a saco.
2) Gana por los pelos el PSOE, perdón… gana Rubalcaba (o pierde, pero muy ajustado): Se produce el milagro, la “remontada”, por la combinación de factores como éstos: a) A Rajoy le puede la ansiedad, se pone nervioso en la antesala del precipicio del poder, y la caga varias veces, b) Rubalcaba le barre con su verborrea de laboratorio en un doble cara-a-cara, c) Mejora tímida (y artificial) de la economía, d) La izquierda desencantada se asusta y se moviliza a última hora por el voto útil, e) Se juntan los astros en un extraño movimiento telúrico de fuerzas electromagnéticas que castigan al PP por su juego sucio y egoísta durante la crisis. Si todo esto llegara a ocurrir, ¿qué lectura pensáis que haría el aparato de Ferraz del inesperado triunfo? Pues mira: no aprenderían nada de sus errores, vendría el cambiemos-gilipolleses-para-no-cambiar-nada, endiosarían al super-héroe del Efecto-R más de lo que está, seguirían las designaciones a dedo (nada de primarias, porque mira que bien nos ha ido con lo de Rubalcaba) y continuarían los intercambios de cargos entre los de arriba así como los amaños con el poder económico… pero nada de abrir el partido, abogar por una democracia real, dar un giro hacia la izquierda responsable, ni desmontar los privilegios insultantes que goza la clase política. Olvidémonos que el PSOE vaya a la refundación que tanto necesita si vuelve a ganar (o pierde muy ajustado) las elecciones. Ni de coña…
Seamos realistas, por mucho que nos pese no hay otro “escenario oficial” (o sea, estrictamente electoral) posible. Tenemos poco para elegir dentro de la parodia tragicómica bipartidista en que se ha convertido el sistema electoral español. Así que… ¿qué hacemos de aquí al 20N? ¿cuál es nuestro margen de maniobra? ¿cuál puede ser nuestra capacidad de influencia real? ¿en qué puntos el #15m tendría que golpear para multiplicar su eficacia?
Puff… tengo más preguntas que respuestas, pero sí que estoy de acuerdo con algo que leí el otro día en un twit apenas anunciado el adelanto de las elecciones: “tenemos 4 meses para cambiar el país” (peor aún, solo 3 si quitamos las vacaciones de Agosto).
He estado recreando las posibles salidas, pero como pensante-votante de izquierdas me siento atrapado en una cruel encrucijada: me repatea la idea de que España sea gobernada durante cuatro años por una mayoría absoluta del PP, pero al mismo tiempo sé que el PSOE merece un fuerte castigo, un batacazo que obligue al elefante a depurar todas sus inmundicias. Sin un drástico escarmiento en forma de votos, que es el único argumento que parece valer como prueba de incompetencia para la clase política, seguiremos soportando las mismas caras de siempre, y no habrá refundación.
Así que, visto lo visto, y después de darle vueltas desesperadas al asunto (éste de la “cruel encrucijada”), he pensado que uno necesita una estrategia. No puedo seguir con dudas, es importante que me aclare un poco, así que intenté informarme con compañeros y después hice una visita a mi conciencia, que es la tía que al final siempre tiene la última palabra.
Pues nada, enseño mis cartas por si a alguien le sirve. Cuento a continuación lo que el menda cree que deberíamos hacer en los escasos 3-4 meses que nos quedan hasta el 20-11 del 2011 (ains, si es que lo digo, tanta simetría no puede ser buena):
1) No creernos, ni de coña, eso que repiten tanto los tertulianos (incluso los progres) de que en épocas de crisis lo mejor son las políticas de derecha. Cuidadín, cuidadín… es un dogma de los mercados que nos chutan en vena, como en su momento la iglesia nos hizo creer que la tierra era plana. Pero ojo, eso se refuta con argumentos, no con retórica. Argumentos tenemos, solo que hay que esforzarse un poquito en buscarlos y entenderlos. No se sirven por la tele, ahí el pescao está to’ vendido.
2) Intensificar más que nunca las protestas. A partir de septiembre deberíamos salir TODOS LOS SÁBADOS O DOMINGOS. Que la presión resulte insoportable para la clase política, que seamos capaces de arrebatarles la agenda electoral desde la calle, que es el único sitio donde la opinión popular puede expresarse entre los circos que se montan cada cuatro años. Creo que es fundamental la regularidad, la insistencia con una frecuencia fija, el goteo en plan martillo y SIN VIOLENCIA… para que consigamos desesperar a una casta demasiado acostumbrada a no escuchar, a abusar del monopolio de la palabra. Yo empezaría la campaña el domingo-4 de septiembre, y no pararía hasta la semana anterior a las elecciones. Ahí tenemos el número redondo de DIEZ sábados o domingos para que nuestro mensaje (a fuerza de dar el coñazo) termine de calar en las instituciones, y quede claro que vamos en serio.
3) Simplificar el número de reclamos, focalizar los esfuerzos en una cantidad manejable (y recordable) de reivindicaciones. No podemos seguir dispersando esfuerzos, ni mensajes. Eso es ineficaz. Tenemos que ser inclusivos, porque un mensaje sectario no llegará a ninguna parte. Luchamos contra unos mamuts con demasiado poder para ir divididos, y mientras más quisquillosos nos pongamos en los contenidos de los reclamos, menos gente llegará al final. No menos de CINCO y no más de DIEZ demandas, redactadas de un modo meridianamente claro, léase: simple, en lenguaje de la calle, cercano al ciudadano. A la hora de centrarse, creo que las demandas que tienen que ver con una reforma sustanciosa del sistema electoral tienen prioridad, junto con las que buscan una mayor transparencia en la función pública, y desmontar los insultantes privilegios de la clase política.
Ah, por cierto, mientras escribo esto se me acaba de ocurrir una idea, a ver qué te parece: Podríamos utilizar cada sábado/domingo desde septiembre a noviembre que se convoquen las manifestaciones para focalizar cada convocatoria en una, y solo en una, de las demandas. Sería una forma de centrar el mensaje, de visibilizar de forma ordenada una por una de las demandas, en lugar de pretender presentarlas todas juntas como un batiburrillo. Esto tendría una ventaja adicional, muy relevante, y es que la gente podría movilizarse sólo los sábados/domingos en que esté de acuerdo con la demanda puntual que se va a impulsar, y no se vería comprometida a apoyar el paquete en su totalidad. En estos detalles, pienso yo, nos podemos jugar mucho…¡¡Necesitamos pedagogía, hacer las cosas más simples, y operativas para que el mensaje cale!!
Lo importante en todo lo anterior es el PROCESO. Las movilizaciones bien organizadas, y con foco, pueden hacer mucho por el cambio, pero sobre todo servirían para activar conciencias y elevar el espíritu militante, de implicación, del ciudadano.
4) Pero llegado el #20N, ¿qué hacemos? ¿Votamos, no votamos, a quién? En fin, en su momento me hice un lío con esto, y en las elecciones municipales decidí abstenerme. Pero me he dado cuenta que en el entorno de crisis actual la gente va a ir a votar, y dar la espalda a las urnas es una forma de quedarse fuera del juego. Esa opción (la de abstenerse) sería buena, la mejor, si percibiera una intención de hacerlo por parte de una parte significativa del electorado, pero he estado haciendo mi particular consulta, y creo que la cantidad de gente que va a elegir esa opción no alcanza para cambiar nada. Así que a estas alturas me inclino por: 1º) El #nolesvotes, o sea, NO votar por ninguno de la dupla PPSOE (que conste que fui votante socialista en elecciones anteriores), 2º) Votar por un partido minoritario que aglutine una opción alternativa de hacer política. Este segundo punto merece una explicación más detallada, porque es importante:
5) Votar por un partido minoritario pero con capacidad de aglutinar el voto crítico hacia el actual sistema político. Para que esta opción sea factible, tiene que haber un partido/movimiento con posibilidades reales de entrar en el parlamento con voz firme, y desde allí defender un modo alternativo de hacer política. Tengo claro que no sería un partido para “tomar el poder”, sería siempre minoritario, y esa puede ser su virtud, porque tendrá una voz auténtica. En los 4 meses que faltan tendría que vertebrarse una alternativa política NUEVA (ni IU, ni UPyD, ni nada que se le parezca) que tenga credibilidad como plataforma para canalizar nuestro descontento. No sé si tiene que ser un hipotético “Partido del #15m”, creado para este fin, o alguno de los minoritarios que ya existen tipo EQUO, pero en cualquiera de los casos el objetivo es cambiar el modelo “desde las entrañas” del sistema, jugando con sus propias cartas. Sería nuestro particular Caballo de Troya, y es una vía que me gusta, porque plantea el reto en positivo… y está en la línea de cómo yo me planteo hacer política: ¡¡a medio y largo plazo!! Pero al mismo tiempo soy consciente de lo difícil que resulta un proyecto así, los riesgos que se corren “jugando a los partidos”, y el poco margen que disponemos para consolidar una alternativa viable.
Es por ello que no descarto tampoco la opción de terminar absteniéndome otra vez, por mucho que me pese. Creo en una democracia real, y ésta se materializa a través del voto (ejercido, claro, de un modo distinto al actual), así que me dolería no asistir a la cita de las urnas. Pero se acabó, al menos en mi caso, el cheque en blanco en que se ha convertido el bucle tramposo del “voto útil”.
sergio
Sí, si no digo que no. Solo digo que la abstención también se interpreta como que la gente ya está harta de su circo y no quiere participar en él. La gente empieza a ser consciente de que esta democracia es un teatro, que da igual quien salga, porque no son ellos quien gobiernan.
Y la abstención tiene mucho más participación que el voto nulo, por eso sería más fácil que tuviera un impacto en la opinión pública. Mirad el gráfico sobre los resultados de la últimas elecciones, pinchad en el siguiente enlace:
http://corruplandia.wordpress.com/2011/05/24/resultado-real-de-las-elecciones-22m-2011/
ahí se ve perfectamente que ¡¡No nos representan!!
Pero vamos, que no es que quiera hacer yo campaña por la abstención, ni mucho menos. Ya he dicho que creo que da igual si votas como si no.
marisol
Sergio:
yo nunca he votado, siempre me he abstenido por esa razón. Estoy totalmente de acuerdo, si no te gusta el sistema vive fuera de él.
Pero ahora por primera vez voy a votar, porque pienso q es la única manera de causar un shok en las elecciones. Si la mayoria nos abstuviesemos, las cosas seguirian igual y gobernaria la derecha. Desde luego la abstencion ningun medio ni político la tiene encuenta como descontento, simplemente no cuenta.
Y aunque el voto nulo los medios lo interpreten como que “te has confundido” saben perfectamente lo que es, y una mayoria de voto nulo creo que les demostraria que son ellos los que se estan confundiendo.
Por otra parte, por votar o no votar, no voy a dejar de luchar los 364 dias restantes del año
sergio
Interesante reflexión la de marisol, solo dos apuntes:
– El voto nulo no solo significa disconformismo, también significa q te has confundido y has metido dos papeletas, o una pintada o algo raro. Los grandes medios lo suelen interpretar así (salvo casos flagrantes como por ejemplo cuando ilegalizaron HB y en Euskadi se contaron 300.000 votos nulos.
– La abstención no significa siempre pasotismo, ni mucho menos “no descontento”. Existe una gran parte de la población (cada vez más gente) q no vota precisamente debido a su gran descontento con el sistema de democracia representativa actual. Sin olvidar a otro importante sector que practica (y reivindica) la llamada abstención activa, que consiste en no votar el día de las elecciones y luchar para cambiar el sistema los otros 364 días del año.
Un beso
Prudencio
Gracias Marisol. Me sumo a tu opinión. Considero y así lo he expresado en este mismo bloque de comentarios que el Voto Nulo muestra nuestra irritación, y aunque sé que para una mayoría de personas esta situación actual paraliza y da tanto miedo que escogerán lo que aparentemente es la opción de “cambio”, yo quiero sumar con mi voto nulo un gesto, un ser humano más, a la protesta contra este sistema corrompido que quiero ayudar a cambiar con mi voto y con mis actos cotidianos. En Paz y con perseverancia. Gracias, Amalio, como siempre, por la oportunidad que nos das en tu blog.
marisol
opciones de voto:
– PP/PSOE – la misma mierda es (y algunos más) Representan el capital y no al pueblo, Ideal para quienes les gusta ser tratados como fichas de monopoly
– PARTIDOS MINORITARIOS – existen muchos de todo tipo de ideologias, seguro que alguno se adecúa a ti. Inconveniente: despues sus votos se negocian y se venden a PPSOE. Ideal para quienes creen que gobiernan los políticos y no los mercados y bancos y confian en que su partido mantenga sus principios
– VOTO BLANCO – significa que te da igual PP o PSOE. Va en beneficio del partido mayoritario (posiblemente al PP el 20N). Ideal para quienes les da igual quien les gobierne y no cambiarian nada
– VOTO NULO – significa DISCONFORMISMO. Cuenta como voto a la hora del recuento y no beneficia a ningún partido y perjudica al mayoritario. Ideal para quienes piensan que el sistema democrático actual no está bien y/o no se ven representados por ningun partido politico.
– ABSTENCION – significa pasotismo, no descontento. Perjudica la democracia, ya que la opinion de todos cuenta. Beneficia al partido mayoritario ya que disminuye el porcentaje de votos.Ideal para quienes piensan que todo es perfecto y nada debe cambiar
Yo votaré nulo. Si ganase voto nulo no se que pasaria ¿alguien lo sabe? pero desde luego causaria una gran parálisis. Creo q seria la mejor opcion dentro del sistema político actual de demostrar democráticamente el cabreo que tenemos y que seria algo histórico.
Prudencio
Me parece muy interesante la opinión de Sergio y quisiera destacar las cosas en las que estoy de acuerdo:
* Los Micromercados pueden ir sustituyendo al Macromercado financiero.
* Las Cooperativas que apunta Sergio son parte de la solución, a mi juicio, como también lo son las empresas de vivienda nueva, con compromiso social, que es donde yo me muevo, que están empezando a generar a su alrededor pequeños movimientos donde la microeconomía empiece a moverse: Comprar al pequeño comerciante cercano que te da una solución más personalizada a un precio pactado y asequible. Tener tus servicios básicos de hogar con personas del mismo barrio que conoces. hacer intercambios con el banco de horas. Potenciar las redes de compradores que se unen para ejercer una demanda potente que consiga mejores precios en empresas comprometidas socialmente. . . .
Y sin violencia. Como pudo hacerse la única revolución social pacífica que conozco con la figura de un hombre como Gandhi, capaz de ser ejemplo para sus semejantes.
sergio
Salirse del sistema de verdad no es poner barricadas, sino crear un sistema de producción y consumo al margen del establecido. Si en vez de mendigarles empleo y consumir sus productos (los de las multinacionales y grandes empresas) creamos nuestras propias cooperativas de producción y nuestras redes de consumo al margen, el sistema se cae solo, no hace falta tomar las armas. Si dejamos de usar sus bancos, están acabados. Si nos salimos del sistema, creando uno paralelo, aunque quieran no tendrán nuestro dinero para pagar su monarquía, su casta política, sus rescates bancarios, su ejército y sus fuerzas de control y represivas. Yo creo, y cada vez más firmemente, que no se trata de conquistar el palacio de invierno, de hacerse con el poder. No hace falta alcanzar un poder tan grande que permita expropiar los bancos y bienes de producción (cosa que veo harta improvable, los poderosos tienen las armas masivas de represión y comunicación). Se trata de crear nuestra sociedad a parte. Sin nosotros no son nadie, no pueden mantener este sistema de locos al que nos tienen esclavizados y que nos han metido tan profundamente en la cabeza que nos cuesta mucho ver otra alternativa.
Esto, aunque suene lejano, ya se está haciendo. Existe la Cooperativa Integral Catalana, por ejemplo, que está formada por una red de cooperativas de producción, consumo y servicios de todo tipo (desde alimentación y vestimenta, hasta educación y sanidad, pasando energía, fontanería, temas jurídicos, informáticos… Se organizan mediante democracia directa y además han creado su propia moneda para realizar los intercambios de productos y servicios. Y en Madrid está en proceso de crearse la CIMA (Coop.Integral de Madrid y Alrededores), con un enfoque muy similar.
Desde mi punto de vista, este tipo de iniciativas son las verdaderamente revolucionarias con mayúsculas y capaces de cambiar las cosas. Participar en la elecciones o no, no creo que tenga especial relevancia, puesto que no creo sinceramente que con ello se consigan cambiar de verdad las cosas. Cada uno que haga lo que quiera estas elecciones, yo sé que después del 20 de noviembre todo seguirá la misma tendencia. Y creo que nuestros esfuerzos deberían ir encaminados a la construcción de esa sociedad más justa por la que luchamos, desde la democracia directa. Pero ojo, no es necesario destruir la que tenemos ni poner barricadas. No hace falta la violencia. Si nos salimos del sistema, se cae por su propio peso. De hecho, creo que se esta cayendo de todas formas. El problema es que si no tenemos montado el nuestro para cuando eso pase, vamos a pasar hambre y tendremos que pedir ayuda a los poderosos para que nos den limosnas mientras montan otro sistema que les siga beneficiando y a nosotros explotando.
Evidentemente, esto que propongo requiere más implicación que meter un voto en una hurna, requiere trabajo, inteligencia y paciencia. Es un cambio lento pero firme. Pero vamos lento porque vamos lejos.
Un abrazo
josé miguel
Dices: “Esa opción (la de abstenerse) sería buena, la mejor, si percibiera una intención de hacerlo por parte de una parte significativa del electorado, pero he estado haciendo mi particular consulta, y creo que la cantidad de gente que va a elegir esa opción no alcanza para cambiar nada”… ¿Qué es eso?… ¿Pesimismo… Miedo?… Asi empezó la locura del voto útil que nos ha llevado a esto… ¿Votar en conciencia es también “no votar” cuando tu conciencia te lo dicta?… ¿Necesita estrategias la verdad, para ser verdad?
Amalio
Jose Miguel:
No es ni miedo, ni pesimismo. Si echas un vistazo a este blog, te vas dar cuenta que mi pensamiento, y mi acción, van por otros tiros.
Una cosa es el “voto útil” para reforzar los grandes partidos, y otra muy distinta es el “voto útil” para castigarlos y construir alternativas. Por primera vez las hay, si somos ingeniosos e intentamos ponernos de acuerdo. Pero para eso hay que concentrar el voto alternativo, el voto-castigo, en determinadas opciones que hasta ahora no han tenido cabida en el espacio democrático que decide de verdad.
Lo que yo busco es conciliar mi conciencia individual con una razonable capacidad de influencia en el cambio social. Mi conciencia es lo primero, obviamente, pero también tengo que ser capaz de gestionar bien las restricciones. La realidad es la que es, y lo que yo quiera inventarme, o tú, es puro embuste.
Hay muchas verdades. No hay una única verdad. Pero siento decirte que para que “mi” verdad, en la que creo “a conciencia”, sea compartida por mucha gente (condición necesaria para producir un cambio), hace falta una estrategia. ¡¡por supuesto que necesitamos una estrategia!!
sergio
Hola,
Yo creo que crear un partido del 15M sería un error por las siguientes razones:
1) Romperíamos la unidad que tanta fuerza le ha dado al movimiento, puesto que muchos militantes de las bases de los partidos pequeños de origen marxista (IU, PCPP, IA, EQUO…) no estarían de acuerdo (ya están ellxs trabajando para obtener votos, estarán dispuestxs a perderlos, incluso algunos tienen diputados). Tampoco estarían de acuerdo gran parte de lxs militantes de tradición libertaria, pues ellxs apuestas por la democracia directa y no creen en la democracia representativa (aunque se cambiara la ley electoral, aumentara la transparencia y desaparecieran los privilegios políticos). Con lo cual, dudo muchísimo que se llegara al consenso de crear un partido del 15M, a no ser que todos estos estxs militantes se desvinculen del movimiento, lo que le quitaría muchísima fuerza pues son muchos y de lxs más activos.
2) Si creáramos un partido ya sería hipócrita considerarnos apartidistas. Además creo que la simpatía de mucha gente se perdería, la gente está harta de partidos políticos que prometen mucho pero no cumplen porque no están en el poder, y cuando llegan al poder ya se les ha olvidado lo que prometían (véase cualquier partido que haya estado en el poder). Además, se cumplirían las sospechas de que el 15M se creó desde el principio con este objetivo, lo que alimentaría las desconfianzas hacia lxs más escépticxs y podría servir como arma para desprestigiarnos.
3) Se corre el riesgo, bastante probable (por lo expuesto anteriormente), de que este partido del 15M no consiga ni un escaño, lo que podría ser la puntilla al movimiento, probablemente ya debilitado por escisiones y abandonos. Y les daremos la excusa perfecta a los grandes (PP,PSOE) para reírse de nosotrxs y responder a nuestro “no nos representan”, y no sin parte de razón, que nuestro partido representa muchísimo menos.
4) Existen otros detalles como elegir quién va en las listas, en qué orden, con qué criterios,… que profundizarían aún más en esa división dentro del movimiento e irían en contra de nuestra forma de actuar hasta ahora (sin líderes ni representantes)
5) Para que fuera realmente representante del 15M sin escisiones, debería contar con el consenso de TODAS las asambleas del territorio, cosa que veo muy muy improbable (y más aún con el tiempo que nos queda).
Con lo cuál, el hecho de trabajar en tratar de crear un partido del 15M o llevar una intención de voto conjunta para el 20N (ya sea votar a un partido concreto, votar a cualquiera de los partidos pequeños, votar nulo o no votar), no solo creo que es una pérdida de tiempo y fuerzas (pues muy probablemente no se consiga el consenso necesario en nuestras asambleas para llevarlo a cabo), sino que además creo firmemente que acarrearía divisiones y sería el principio del fin del movimiento más bonito, más esperanzador y con mayor potencial de cambiar de verdad las cosas en la historia de nuestra falsa democracia.
Señorxs, nos estamos jugando mucho más de lo que algunxs pueden pensar según sus comentarios. Creo que debemos hacer una reflexión profunda y replantearnos el debate.
Dicho esto, desde mi humilde punto de vista creo que la postura que el 15M debería afrontar de cara a las elecciones debería ser la que ha traído hasta ahora, mantenerse al margen de partidos políticos, continuar la lucha en la calle, y que el 20-N cada cual haga lo que crea más conveniente.
Me gustaría que me diérais vuestra opinión sobre lo que acabo de escribir.
Un abrazo
PD: puede incluso que algunxs opotunistas (o malintencionadxs) creen un “partido de los indignados”, “15M” a espaldas de las asambleas y sin consenso de lxs participantes del 15M. Habrá que estar al loro para dejar claro que no lo hemos creado nosotrxs, pero seguramente cree confusión entre nosotrxs y nuestrxs simpatizantes, y puede que consiga debilitarnos.
PD2: mi postura particular ante las elecciones me la reservo para mí, no creo que vaya a aportar nada a este debate 😉
Amalio
Sergio:
Tu lectura es para tener en cuenta. Entiendo las reticencias. Pero yo pienso que esa “unidad” ya se ha roto, y el movimiento ha “perdido fuerza” hace rato porque no se ha pasado a una acción que provoque cambios reales. Las opciones son claras: 1) Entras en el sistema, y lo cambias con sus propias reglas, 2) Te sales del sistema, pero de verdad, pones barricadas, haces la revolución con mayúsculas. La primera opción, de momento, es la que más me gusta. Sobre el resto de los puntos que señalas, ya avancé mi reflexión respondiendo a otros comentarios de este post y de otros relacionados.
Un abrazo
pablo cueva
Sigo muy interesado todo este debate, me parece esencial mantener este tipo de reflexiones de las que puedan generarse estrategías comunes.
Aporto mi opinión.
Creo que el 15M es sobre todo un movimiento, su esencia (y a la vez virtud) es haber aunado a ciudadanos de todo tipo. Intuyo que entre la mas social “indignada” hay gente que ha optado por todo tipo de opciones políticas en las citas electorales. Esto siempre me ha parecido lo más interesante porque es un ejemplo real de ruptura con el sistema: votantes del PP o de IU, del PNV o de BILDU juntos indignados. No se si este valor se está dejando de lado.
Para mi la estrategia es la de insistir activamente (apoyo lo de las manifestaciones todos los fines de semana) y mantener y aumentar la base social, la dinámica del movimiento. En Bilbao he tenido la impresión de que la estructura del movimiento es muy débil.
Además, pero en un segundo plano de prioridad, la coyuntura del 20N requiere de alguna respuesta. Creo que hay que sumar, es decir, puede ser una buena idea organizar una plataforma que recoja las demandas esenciales del 15M. Pero no descartaría que los indignados que simpatizaran con otras opciones políticas (mayoritarias o minoritarias) plantearan en sus respectivos partidos la inserción de, al menos, la propuesta de reforma electoral dentro de los programas electorales. Me suena muy bien que cualquier indignado el 20N pueda hacer lo que quiera, sin consignas cerradas, pero con la insistencia en el cambio de la ley electoral como primer objetivo. En mi tierra, Euskadi, tengo claro que un partido del 15M no sacaría muchos votos puesto que tengo la impresión de que el electorado está muy decantado a priori por otro tipo de estrategias políticas. Pero ni por eso lo descartaría aqui tampoco.
Amalio
Gracias, Pablo. Aportas una nueva línea a la reflexión, y que es muy razonable. Entiendo que te parece más sensato que no haya “consignas cerradas” para votar por nadie, e incluso concibes la idea de que los indignados puedan cambiar desde adentro a los dos grandes partidos. Yo en esto último soy mucho más pesimista.
Es cierto que mucho votante está ya muy decantado, pero la clave puede estar en que si la gente tiene la sensación que un “Partido de los indignados” está en condiciones de arrastrar mucho voto, entonces eso produzca una especie de efecto-llamada. Me explico: se trata de romper con la tendencia del “no voto por X porque seremos pocos, y no va a valer de nada” que termina realimentando siempre al bipartidismo en todas sus versiones. La meta es visibilizar que tenemos una masa crítica para que ese voto alternativo se note. Sobre eso hablo en el post que sigue a éste, por si quieres leerlo. Muchas gracias
Prudencio
No se nos vaya a perder de vista que lo que sabemos que está caduco es el sistema actual, y que para rehacerlo pacíficamente es conveniente que haya una postura que lo ponga en tela de juicio. Saramago, en su novela http://www.alfaguara.com/es/libro/ensayo-sobre-la-lucidez/ nos cuenta la historia de un pueblo que decidió que su voto fuera en blanco. . . esto es lo que pudo poner, de forma pacífica, al sistema contra las cuerdas, hasta tener que replantearse a sí mismo. Esta es mi opción. Voto nulo. Creo que un gobierno próximo del PP en una situación económica, social y política como la actual, ayudará a amalgamar más y mejor nuestra mayoría menor de personas indignadas y dispuestas al cambio.
Amalio
Prudencio:
“Una postura que lo ponga en tela de juicio” puede instrumentarse de muchas maneras, y no solo con el voto nulo. Una de ellas es creando o impulsando una (nueva) formación política, con voto, que defienda la refundación del sistema. Insisto, no veo viable conseguir mayorías tan arrolladoras en favor del voto en blanco, creo que debemos ser prácticos, más pragmáticos, y saber medir nuestras posibilidades. Que un pueblo pequeño, una localidad, lo consiga sí que es posible, pero a escala país no. Ya viste cómo después del movidón que se produjo alrededor de las elecciones municipales cuando el #15m estaba en pleno apogeo, el porcentaje tan bajo de abstención que hubo si lo comparamos con la gente que fue a votar. No hubo un cambio tan significativo respecto de elecciones anteriores para lo que uno podía esperar. La explicación de esto es que al final la gente tiende a alinearse con una opción votable, y asiste a las urnas por sentido de responsabilidad.
Un abrazo
Juan Antonio Romero
Como dice Amalio hay que pensar en positivo, yo apostaría por crear un partido 15M, podría estar realmente bien, ¿¿¿que se pierde????…., firmando las reglas de juego de antemano para que el ciudadano sepa que se prentede hacer si se consiguen x escaños… es decir… las 5-10 pretensiones comentadas anteriormente, eso sí… en orden de prioridad….. que a mi parecer… creo que tendrían que revisar las propuestas del 15M, algunas son un poco “extrañas”…, deben ser muy claras y sobre todo con el fin de ayudar al conjunto de la población, pensando mayoritariamente en la crisis actual.
Sería necesario buscar a un lider carismático sin fines personales. (ardua tarea)
Estoy seguro que ganar no se ganará… eso está claro… pero… si consiguen escaños suficientes para poner en la cuerda floja la mayoría absoluta del partido ganador… quizás algunas de las peticiones del movimiento se podrían llevar a cabo… y algo es algo dijo un clavo 🙂 …. tampoco veo útil el voto nulo o en blanco… ya lo hemos visto en las pasadas elecciones.
Amalio
Juan Antonio:
De acuerdo, estamos en sintonía. Es cierto, queda pendiente revisar las reivindicaciones porque algunas “suenan un poco extrañas” para la ciudadanía. Con lo del “líder carismático” estoy bastante menos de acuerdo. Yo apuesto por un poder distribuido, que haya caras, personas con nombres y apellidos, pero que sean varios, y que la represantación visible del partido-movimiento sea compartida y rotativa.
Es ese el objetivo, “conseguir escaños suficientes para poner en la cuerda floja a la mayoría absoluta del partido ganador”… pero sobre todo, multiplicar la voz de nuestros reclamos en las instituciones, que son mucho más poderosas de lo que cualquiera cree…
un_sueño
Sin duda. Un partido político (quizá el eufemismo ‘formación política’ conlleve menos prejuicios) puede ser perfectamente asambleario, horizontal, abierto, participativo, …
Sin líderes, eso por supuesto; hay mil razones que lo justifican y, la mayoría de ellas, racionales.
Estoy de acuerdo en intentarlo. Opino que hay que partir de lo que tenemos y ahora tenemos el Congreso. Además, el resultado no afectaría a nuestras convicciones; tan solo nos indicaría si seguir o no por ahí.
Por eso no veo problema en que cada persona busque su propia iniciativa, que cada una proponga una alternativa, ni en que cada una se adhiera o actúe según sus ideas; eso nos enriquece.
Mientras se busquen los mismos objetivos y bajo las mismas reglas básicas del 15M, toda acción será positiva y todas estarán conectadas. Más o menos, la diferencia entre 1 acampada de 50.000 personas o 1.000 acampadas de 50 personas.
Amalio
Un_sueño: Si, es cierto, lo de “formación política” entra mejor. Es terrible lo fatal que suena “partido”, y así nos va. Coincido con tu visión, creo que es posible crear una opción “votable” que sea horizontal, participativa y abierta. También con que vale la pena probar, por lo menos para saber si seguir o no por ahí, porque repetir las mismas formulas de siempre como el “voto útil” ya han demostrado ser un engañabobos.
OJO, en términos electorales sí que es diferente 1 acampada de 50 mil personas a mil de 50, y ahí está precisamente el problema, y por lo que hablo tanto de una estrategia para agrupar el voto. El segundo escenario nos deja a todos fuera del lugar donde se toman las decisiones, el Parlamento…
Maru
Hola, pues yo me apunto al punto 5º de Amalio, es lo que exactamente tenía pensado, un nuevo partido que aglutina mucho de lo que deseo en política, hacer que crezca y defienda los intereses de ciudadanos a los que no nos representan ninguno de los que ya están. Pero después de haber leído las diferentes opiniones vertidas más arriba, no sé yo, estamos muy perdidos y si no nos unimos muchos a lo mismo, ganarán los de siempre. Precisamente ahora HAY QUE VOTAR, HAY QUE MOJARSE, nos jugamos demasiado…saludos.
Amalio
Hola, Maru:
Totalmente cierto con esto: “si no nos unimos muchos a lo mismo, ganarán los de siempre”. Por eso insisto tanto en que se cuaje una estrategia, y empecemos a hablar en serio de las opciones electorales del #m15, por mucho que nos pese..
saludos
un_sueño
No comparto tu premisa de que tan sólo disponemos de 4 meses. Sin prisa ni pausa me parece suficiente. Insisto: ni pausa!.
En cambio me parecen aceptables todas las soluciones propuestas. En el 15M coincidimos en una serie de objetivos; sobre cómo conseguirlos, cada cual actuará como crea conveniente en cada momento; y todos serán válidos; somos la suma.
Eso sí, ayudados enormemente por un movimiento que nos está dando principalmente conciencia y reflexión; las preguntas que nos está generando son tan clave como las respuestas que vamos a ir encontrando.
Amalio
“Sin prisa, ni pausa”, OK, un_sueño, estamos de acuerdo. Pero creo que tenemos que coordinar acciones para que la suma tenga un impacto, una influencia. Si cada uno tira por su rumbo, no vamos a generar un efecto que se note en el sistema. Es por eso que me preocupa lo de la estrategia, lo de intentar encontrar una opción electoral mayoritaria dentro del movimiento de indignados. Mucha gente no quiere hablar de esto, por rechazo frontal al sistema, o porque no quiere influir en el voto, pero yo soy de los que piensan que ha llegado en momento de que hablemos de esto, si queremos que el #m15 transforme sueños en realidades.
La coherencia está, precisamente, en esto… en la coordinación de esfuerzos, y en una postura ante las urnas que sume, y no que reste o se disgregue…
José
votaminorías ya ha explicado de forma bastante clara los problemas que la Ley D’ont implica, cuya consecuencia es que todo voto blanco o nulo va a beneficiar al bipartidismo. La opción de crear un partido 15m no la veo muy viable, no por sólo por cuestiones prácticas, sino porque la primera reacción por parte de la población sería el rechazo. Ya tenemos dos partidos en el congreso que apoyan firmemente la reforma de la ley electoral y creo que la mejor estrategia sería el apoyo a estos dos partidos con vistas a conseguir el que para mí sería el objetivo fundamental (aunque reconozco que muy difícil):
Evitar que ninguno de los dos partidos pueda formar mayoría con los partidos nacionalistas.
Las dos opciones ya tienen un gran apoyo social (UPYD consiguió más votos que ERC). IU fundamentado en la izquierda tradicional puede conseguir atraer a muchos votantes desencantados con el PSOE y UPYD, desideologizado (no veo que se pueda decir que UPYD sea de derechas) y centrado en aspectos concretos de gestión (eficiencia en la gestión de recursos públicos, reducción de las duplicidades de competencias y de las administraciones ineficientes, entre otras), puede ser una opción válida para los votantes que quieren salir de la dinámica bipartidista y buscan una opción que se centre en resolver cuestiones prácticas (y la reducción del coste ineficiente de los estamentos de poder es una de las que más dificultan la salida de la crisis).
Así que creo que ya existen opciones, que la mejor estrategia sería reforzarlas, para evitar un gobierno en mayoría PP o PSOE y evitar que los partidos nacionalistas, con una desproporción enorme entre votos y representación que los favorece injustamente, sigan teniendo las llaves del gobierno.
La naturaleza del 15m es ciudadana y apolítica, y la supervivencia a largo plazo del movimiento debería respetar estas dos premisas básicas. El 15m tiene que sobrevivir a las próximas elecciones y acompañar a la política hasta que se consiga realizar el cambio. Si queremos evitar la catástrofe más inminente, creo que la mejor opción sería interceder para que nadie pueda formar un gobierno en mayoría y la abstención, el voto en blanco o el nulo no lo van a conseguir.
Paga ganar esta batalla hay que votar. Si se hace bien, el próximo gobierno se vería obligado a reformar el sistema antes de cuatro años.
JT
Para mí que el movimiento #15m no es apolítico ni de lejos. Es el movimiento social más cercano a la política que he visto en España en mucho tiempo. A la política, al debate político auténtico, no al sistema actual.
Yo lo dejaría, como se viene diciendo, en “ciudadana y apartidista“.
Amalio
Jorge: Es lo que comentaba antes a Jose. Este movimiento es “ciudadano”, pero no me parece “apolítico”. Lo de “apartidista” es por los partidos que tenemos ahora, por las opciones que tenemos para elegir. Porque estoy convencido que si tuvieramos un partido de nuevo tipo, que en su forma de funcionar emulara en cierto modo a la forma de trabajar del #m15, entonces la gente no tendría problemas de decir: “Oye, yo respaldo a ese partido porque sí me representa”. Lo que quiero decir es que seremos “apartidistas” hasta que no tengamos un partido que sea honesto con sus votantes.
JT
Sí, tienes razón. Somos apartidistas por un “no nos representan” circunstancial.
Dan ganas de montar un partido, la verdad. El partido del sentido común.
Amalio
Sip, me gusta la opción. Lo mismo ya tenemos ese partido, pero tanto bosque complejo no nos deja verlo 🙂
Amalio
José:
Expones argumentos interesantes.
Mi pregunta: ¿crees realmente que “la primera reacción por parte de la población (a un partido del #15m) sería el rechazo”?.
La alternativa que propones creo que puede generar más rechazo todavía, o lo que más me preocupa, que al ser partidos que nacieron dentro de la lógica partidocrática actual, corramos el riesgo de que el voto que vaya a ellos solo con una “vocación de indignados” se termine instrumentalizando como un respaldo orgánico a sus propuestas político-ideológicas. Sin embargo, si se crea un partido, movimiento o “contenedor electoral” totalmente nuevo, que se abre explícitamente para ese fin, nadie va a poder adjudicarse respaldos que no tengan que ver con la vocación del #15m. Si yo voto a ese partido-movimiento, estoy votando sin ambages porque los reclamos de los indignados se defiendan en el Parlamento. No hay ambiguedad, ni instrumentalización.
De todos modos, tu análisis del papel que pueden jugar IU y UPYD me parece sustancioso, y merece ser considerado. Me ayudas a valorizar esta opción, que en su momento descarté del todo.
Lo de que la “naturaleza del 15m es ciudadana y apolítica, y la supervivencia a largo plazo del movimiento debería respetar estas dos premisas básicas” es una declaración de intenciones que tiene sustancia, pero que merece algún repaso. Ya hablé de esto en un post hace tiempo: ¿estas tan seguro que “el core” del #m15 no está formado por personas que tienen una determinada inclinación política? ¿No crees, por ejemplo, que la resistencia a los mercados y a sus aliados de la política de derechas no marca ya un cierto posicionamiento? ¿Tendríamos que ignorar eso por sumar gente, y a costa de hacer descafeinar las demandas? No sé, tengo mis dudas al respecto. Por otra parte, ¿y si resulta que ese nuevo partido-movimiento es capaz de identificar una serie de reivindicaciones muy concretas, e inclusivas, que en forma de programa electoral consiga reflejar el espíritu de “limpieza democrática” que defiende el #15m? Yo, honestamente, no descartaría esa opción, esa posibilidad.
De acuerdo en que hay que evitar que “nadie pueda formar un gobierno en mayoría”, y es cierto que la abstención no lo va a conseguir.
“Para ganar esta batalla hay que votar” = pues sí, me ayudas a aclararme, gracias 🙂
#votaminorías
La abstención, el voto en blanco y el nulo son alimento para el PPSOE, como ya se explico en varios blogs cara al 22M. Resumiendo: al abstenerte no cuenta tu voto para nada y mientras no haya una ley que haga necesario un mínimo de participación no hará menos legítimo al gobierno que surja, y dado que el electorado de derechas es muy fiel, no votar es poner la alfombra roja al PP; el voto nulo influye subiendo la participación y haciendo que los partidos minoritarios requieran más votos para obtener un escaño, por lo que los perjudica; el voto en blanco, además de los daños del nulo se reparte de modo no proporcional favoreciendo de nuevo a los mayoritarios, por lo que votar en blanco es votar a PPSOE. La única alternativa viable es votar minorías con opción a obtener al menos un 5% de los votos, esto es, con opción a sacar algún escaño, porque votar a un partido sin opción a ese mínimo es como votar nulo. Estas son las consecuencias de la famosa ley D’ont que tanto perjudica a partidos pequeños y que hasta que no se cambie o hasta que no haya una mayoría (con números en la mano) real capaz de dar el campanazo en las urnas. Por eso hay que ir con mucho cuidado y, lamentablemente, a nivel nacional, las opciones viables pasan por IU para la izquierda e UPyD para la derecha. Ambos partidos llevan en su programa el cambio de la ley electoral y, aunque siguen siendo gatos, tal vez deban tener una oportunidad (una y no más) para demostrar que si son o no la misma mierda. Porque alternativas como EQUO, Piratas o CiudadanosenBlanco, lamentablemente sólo son factibles en grandes núcleos de población donde tal vez pudean romper brecha y entrar en el congreso.
Sea como sea, personalmente, las esperanzas de que unas elecciones sirvan de algo que tengo son pocas. Pena que nuestro Jefe del Estado no tenga los arrestos que tuvo el Islandés…
Amalio
Gracias por tu aportación que es muy pedagógica y ayuda mucho a entender las opciones. Totalmente de acuerdo con lo que dices de la abstención en un escenario en el que no hay una ley que exija un mínimo de participación para legitimar el gobierno que se elija. Si esa ley existiera, estoy seguro que la sola amenaza de anular unas elecciones haría que la clase política espabilara.
Las opciones de IU y UPyD son legítimas, y las prefiero que las del PPSOE. A estos partidos minoritarios les conviene cambiar la ley electoral, y eso funciona a nuestro favor, pero permíteme que dude de ambas alternativas por las razones que avancé antes sobre IU. Mucho tendría que cambiar. Y sobre UPyD, el río también suena bastante regulin en cuanto a cómo funciona ese Partido por dentro…
Pero tienes razón en que tal vez se les pueda dar una (y solo una) oportunidad para que demuestren su lealtad hacia las reinvindicaciones del #15m.
Muy interesante tu aportación… gracias
Joan
Yo propondria un #nolesvotes + azar: Una vez descartadas las papeletas PPPSOE se colocan el resto cabeza abajo, se escoge una y, sin mirarla, se introduce en el sobre.
Cualquier otra alternativa intentando predecir sin datos qué es lo que va a hacer el resto de la gente me parece poco efectiva
Rebeca
Mira, yo lo veo muy claro, hablando con gente y gente, sobre todo padres y madres (los míos de 50 años) todos opinan lo mismo: si no hay un partido del 15m, no hay 15m, no van a cambiar nada y no va a valer para nada. ¿A quién votar? La mayoría de la gente está de acuerdo con las reivindicaciones del movimiento, pero no con cómo funciona de cara a las urnas. La mayoría, además, está desinformada diciendo que el movimiento de indignados predican el abstencionismo, o voto blanco (que es completamente INÚTIL, a menos que un altísimo porcentaje de gente lo ejerciese, y no va a pasar) y por eso hay miradas de resentimiento…
Si no hay un partido alternativa claro, no hay 15M.
Amalio
Hola, Rebeca:
Esta idea: “si no hay un partido del 15m, no hay 15m” suena rotunda, pero conviene repensarla. Comprendo el sentido, y está en la linea que propongo de votar por una opción alternativa, en lugar de abstenerse.
Esa lectura quizás responde a nuestra propia incapacidad de invertir en el largo plazo. Creo que somos demasiado ansiosos, y queremos ver resultados ya. Jorge comentaba arriba que quizas este juego tenga varias partidas…
JT
Conforme te leía iba pensando precisamente eso: utilizar cada sábado/domingo desde septiembre a noviembre que se convoquen las manifestaciones para focalizar cada convocatoria en una, y solo en una, de las demandas.
Permitiría darle un ritmo y a la vez una novedad a cada convocatoria. Y si nos lo curramos y lo hacemos didáctico y digerible, mejor que mejor.
Por lo demás, como tú, me debato entre la fe en la capacidad de cambio de la sociedad y la frustración de un marco político que se esfuerza en todo lo contrario. La sensación es que, o jugamos a su juego, o perdemos…
… salvo que entendamos que ese juego no se gana en una sola partida. Es la única idea que me tranquiliza: podemos jugar a nuestra manera (con la opción del partido minoritario o cualquier otra) y quién sabe, aunque el juego bipartidista gane por esta vez, a lo mejor logramos sembrar algo que marque el principio de su fin. Y al menos mi conciencia estará mucho más tranquila: no más perversión del voto por bloquear a otros, no más votar al menos malo, no más conformarse.
Amalio
Jorge:
Pues si, creo que es una idea muy práctica, y que añade pedagogía al movimiento. Creo que vamos a tener que “jugar a su juego” pero para cambiar piezas y tablero. El peligro que tiene siempre eso es que cuando un movimiento se transforma en Partido para “entrar al sistema” con el objetivo de cambiarlo, termina mimetizándose, y es el sistema el que lo termina cambiando. Pero no sé por qué pienso que el #15m tiene una naturaleza única, está mostrando maneras y una sabiduría que no vi nunca antes, y que si somos capaces de articular un “contenedor político” que sirva para aglutinar el voto de los indignados, sí que podríamos dar un buen golpe sobre la mesa.
¡¡por supuesto que este juego no se gana en una sola partida!! eso lo he intentado explicar en el post. Si aparece una opción política alternativa que valga la pena votar, una especie de “Partido de los indignados”, solo va a conseguir entrar en el Parlamento como fuerza minoritaria en cantidad, pero la calidad y proyección de su voz puede ser mucho mayor que lo que representa en porcentaje. Ése solo sería el primer paso, pero el camino es largo…
Prudencio
Hola Amalio. Me alegra saludarte. Gracias por ayudarme en mi reflexión a través de la tuya. Me gusta mucho tu idea de que cada semana se trate un tema en las asambleas y que esto permita enviar en cada fin de semana un mensaje a la sociedad y a la clase política, al tiempo que mantenemos viva la llama.
Mi alternativa, en la que estoy y siento que va madurando, es el voto nulo. Sabes que entre votos en blanco y nulos fuimos casi 1 millón de personas las que expresamos de este modo nuestro malestar en las elecciones locales anteriores. Me gusta imaginar que pudiéramos ser 2 millones o2,5 millones los que optemos por este “plante” al sistema, ejerciendo al tiempo nuestro derecho a votar. Sería muy difícil para la clase política y el conjunto social abstraerse de esta abultada realidad.
En mi forma de ver la situación, si esto provocara la victoria en mayoría del PP y una nueva derrota para el PSOE, se darían las condiciones para que se sintiera en la calle la no aceptación de una política de derechas, que sería continuamente rechazada de frente por una parte de la sociedad cada día más importante, al tiempo que provocaría la catarsis necesaria en la izquierda para que de verdad fuera lo que pretende ser, en su defensa de un sistema social más justo y no maniatado por el poder financiero.
Por si ayuda, que a mi si, a seguir pensando.
Amalio
Prudencio:
Es, sin duda, un tema complejo. Tenemos que reflexionar entre todos. Yo llevo un tiempo hecho un lío, créeme…
A mí me encantaría que cuajara la idea de varias movilizaciones entre septiembre y noviembre, dedicando cada una a visibilizar una demanda concreta del programa colectivo del #15m. Así que estoy intentando difundir esta propuesta a ver si alguien me oye…
Sinceramente, ni llegando a 2,5 millones de votos nulos vamos a conseguir que la clase política entienda que es un imperativo reinventar la ley electoral y de partidos. Bueno, perdona, es posible que lo entiendan de boquilla para afuera, pero al final… esto es un tema de intereses. A los grandes partidos NO les conviene cambiar las reglas de juego, porque así siempre están “en la pomada”: primero tú y después yo. Se resisten a perder poder, así que harán la vista gorda y siempre tendrán formas de interpretar interesadamente el fenómeno del abstencionismo. Para que un “plante” al sistema tenga capacidad “vinculante” (por decirlo de algún modo), la abstención tendría que llegar a niveles abrumadores, y eso es muy difícil de lograr porque la gente tiende a pensar en positivo, y no ir a las urnas se plantea en negativo, como dar la espalda a la democracia, algo que ha costado mucho conseguir en este país. Tendría que estarse cayendo España para que consigamos poner de acuerdo a tanta gente en torno al abstencionismo. No lo veo viable, y creo que por esa vía perdemos mucho voto por la transformación, que podría sumar para que entre aire fresco en el Parlamento…
Pero en fin, tengo más preguntas que respuestas, aunque escribiendo y compartiendo siento que voy alejando los nubarrones de la incertidumbre
Un abrazo
Laura
Estoy muy de acuerdo con muchas de las cuestiones que expones, sobre todo con el tema del abstencionismo. Yo llevó siendo abstencionista desde hace 10 años, momento en el que comprendí que hasta que el sistema de partidos no cambiara mi conciencia me impediría votar.
Explico mi reflexión: una democracia, definición establecida por la ciencia política, es una organización social en la cual el poder recae en el pueblo. El problema a sido que ese poder se lo hemos transferido a un sistema de partidos que hemos creado, formado por diferentes empresas privadas cuyo producto es la ideología materializada en el voto, los partidos políticos (pp). Hemos creado un tablero de juego de roll en el cual los pp se han saltado todas las normas y valores morales y éticos. Por tanto hasta que no consigamos cambiar las bases de la partida, todos los jugadores que estén dentro sera imposible que a mi me representen, aunque efectivamente haya partidos (como el mencionado Equo) con los que pueda compartir ideas.
Por ello además participo activamente en la comisión de Política de Sol, por que nos hemos dado soberanamente la oportunidad de como ciudadanos liderar el cambio y por primera vez desde decir: “no soy anti tal, sino que soy pro esto”.
Un saludo a todos
Amalio
Laura:
El sistema de partidos está podrido, pero ¿cómo lo desmontamos? A ver: 1) Conseguimos un nivel de abstención apabullante, y con ello se intenta anular las elecciones, hasta que se cambie la ley electoral y de partidos, 2) Impulsamos una opción política alternativa que sume votos suficientes para hacerse oír en el Parlamento y fuerce una transformación legislativa con hondura, y desde adentro. Bueno, siempre hay una tercera, que es “hacer la Revolución”, provocar una parálisis brusca del sistema, pero no veo a Europa preparada (todavía) para eso.
Cuando me abstuve en las elecciones municipales lo hice siguiendo tu lógica: “no quiero participar en un juego cuyas reglas me parecen tramposas, y no comparto”. Pero me he dado cuenta que así siempre me quedo fuera, me auto-anulo, nunca esta opción alcanza a ser suficiente en cantidad para cambiar nada. Por eso ahora me inclino más a construir esa alternativa de cambio, un partido-movimiento, a través del cual canalizar el voto de la transformación genuina, que exija precisamente un cambio en las reglas de juego que tu planteas…
Juan Antonio Romero
Pues… yo pienso que puede ser una jugada perfecta para el PSOE, la única forma de ganar las elecciones no es con guiños hacia el 15M, los guiños no son suficientes, tienen que declararse partidarios notables de un cambio en la forma actual de ejercer la política. Dudo que el PP, quiera escuchar a los indignados… el orgullo les puede, y ese puede ser un error muy grave de cara a las elecciones de 20-N, y actualmente ganar las elecciones lo tienen realmente fácil, incluso la mayoría absoluta, aunque pienso que deberían ser listos y escoger un representa más adecuado que el Sr. Rajoy, puesto que las estadísticas actuales no lo ponen muy bien. Yo también había pensado, como mucha gente, en la alternativa de que se forme un partido que represente al 15M, eso haría mucho daño a ambos partidos sobre todo a la “izquierda” actual, pero serviría como ejemplo para que la “clase” política tenga presente que el poder está en el pueblo, y que los que se sientan en un escaño son representantes de todos los ciudadanos, no sólo de una fuerza política o menos aún de intereses propios.
Amalio
Juan Antonio:
Ojalá que un partido fuerte, y con peso histórico, como el PSOE se atreviera a asumir como suyas, pero sin trampas, ni oportunismos, los reclamos del #15m. Pero eso es imposible. Ahora mismo la Partidocracia ve a este movimiento como una amenaza, y es lógico que así sea, porque sus demandas apuntan frontalmente a vicios y privilegios que están en los cimientos de las lógicas de poder que sirven de sustento al PSOE. Mi opinión es que el Partido Socialista no se diferencia mucho del PP en cuanto a cómo se gestiona internamente, porque ambos responden a la misma filosofía: “De-arriba-a-abajo”, llevan muchos años funcionando así…
senovilla
Siempre está esa salida tan cómplice que ofrece IU a todos los del 15-M, algo que era de cajón por parte de ese partido.
Un abrazo.
Amalio
JFS: La salida que ya propuso IU fue desestimada, como sabes. Tú debes entender bien las razones: es también un partido top-down (ya lo has visto en Extremadura, con las presiones desde arriba) y sus dinámicas han estado en buena medida secuestradas por la partidocracia-sindicalera… la izquierda profesional, vaya…