¿Management Humanista, y eso qué es? (post-344)
Vale, sé que me pongo pesado con esto pero vuelvo a insistir. Es posible que el Management ya no tenga remedio, que lo hayan matado de tanta frivolidad, o que lo que busco tenga que llamarse de otra manera, pero me basta con saber que el mundo de la empresa y la gestión lo usa y cree en él para que yo quiera mejorarlo. De esto hemos estado hablando, entre otros temas, en nuestro último taller #Redca de consultores artesanos.
Así que ésta es mi cuarta entrega del seriado que estoy escribiendo sobre liderazgo humanista. Los que visitáis con frecuencia esta casa ya sabéis que es un tema que me interesa mucho, y al que estoy dedicando una parte de mi agenda de investigación de los últimos tiempos.
Todo empezó con un artículo en la web de eMOTools en el que propuse lo que son para mí ocho rasgos del liderazgo humanista, y que tuvo tan buena acogida que me animó a seguir explorando en esa línea. Eso me llevó a revisar el papel que están jugando en toda esta historia las instituciones que más forman a directivo/as y empresario/as, y de ahí salió el post: “Escuelas de Negocios y la profecía autocumplida del Homo Economicus”, donde traté de argumentar por qué creo que esas entidades necesitan renovarse a partir de un profundo ejercicio de autocrítica. Me di cuenta que hay fallos estructurales en su modelo educativo que podrían superarse si se tomaran en serio esta pregunta: “Por qué necesitamos más Humanidades en la formación empresarial”, que fue la tercera entrega del seriado.
Después comprendí, a partir de preguntas que me repetían en varios sitios, que tenía que volver a los orígenes de la reflexión para intentar definir lo que yo entiendo como “Management Humanista”, y sobre todo el apellido “humanista” que genera tantas dudas, algo que voy a hacer en este post sin ninguna pretensión de dar definiciones académicas, sino con el único fin de poner mis propuestas en su contexto.
Lo primero que quiero dejar claro es que el término “humanismo”, tal como lo utilizo aquí, no se refiere a ningún movimiento, ideología, partido o rama filosófica concreta de las que se han dado en Europa en distintos momentos históricos; sino en su sentido más genérico e integrador, es decir:
Humanismo: Búsqueda del desarrollo integral del ser humano, colocándolo como el valor y preocupación central por encima de todo lo demás.
De modo que “Formar integralmente” implica integrar además de aspectos curriculares, el aprendizaje de normas, valores y competencias que ayuden a lo/as directivo/as a aprender a pensar, actuar y vivir desde una perspectiva crítica ejercida con libertad y plena conciencia. Lo que estoy diciendo con esto en términos prácticos es que el yo-empresario es también yo-ciudadano, yo-persona y yo-comunidad, y debe haber una armonía sin dobleces entre esos roles para que el hombre pueda realizarse en su globalidad.
Salvador García y Ceferi Soler echan mano de la obra “The Human Side of Entrerprise” de Douglas McGregor (1960) para definir al directivo humanista como aquel profesional que, con el fin de dirigir personas y obtener resultados empresariales, aplica conocimientos derivados de las ciencias humanas, tales como la psicología social, la antropología, la ciencia política o la filosofía, entre otras. Con ello, según los expertos, hay un reconocimiento explícito de que “Las ciencias económicas son claramente insuficientes para saber dirigir personas y proyectos”, y que necesitan por lo tanto aliarse con otras disciplinas como las Humanidades.
Por cierto, un error habitual es confundir la formación “humanista” con la formación en “Ética” que aunque comparten ciertamente ámbitos comunes, el alcance de la primera es mucho más integral y abarcador que el de la segunda.
La Ética es la parte de la filosofía que trata sobre la moral de los actos humanos. Estudia el conjunto de normas morales que rigen la conducta humana. Visto así, la formación en Ética que ahora se imparte en las Escuelas de Negocios (EN) tiene un objetivo práctico y concreto: establecer un marco de referencia que permita calificar las acciones y decisiones empresariales como buenas o malas. Pero si bien permite juzgar los actos y las intenciones, faltaría poner todo ello en un contexto más integral y profundo que nos lleva necesariamente a colaborar con otras disciplinas de las humanidades. Necesitamos líderes éticos pero que al mismo tiempo sepan desarrollar una nueva sensibilidad, trabajando con sus dos hemisferios cerebrales, tanto el analítico-racional (izquierdo) como el imaginativo-emocional (derecho).
Hay otro asunto que destaqué en un artículo anterior, porque que me parece crítico para sanear al Management, y es revisar el lugar que ocupa la DIGNIDAD, que es un concepto esencialmente humanista, en las prioridades del mundo corporativo. O como dijera Octavio Paz:
“Una educación humanista hace comprender nuestra propia indigencia y nuestra apertura intrínseca hacia los demás; la responsabilidad que tenemos frente a los ‘otros’ que habrán de venir en el futuro, así como la dignidad compartida de todos los seres humanos”.
En un intento de resumen, creo que hay algunas características que pueden distinguir al Management Humanista, y son estas:
- Insiste en la centralidad de la persona frente al determinismo de lo económico.
- Concede una gran importancia al área afectiva, interesándose por el fomento de la autenticidad y el autoconocimiento.
- Ve a la empresa como una comunidad de personas, y por eso impulsa una reflexión antropológica desde dentro de ella.
- Promueve el sentido global y la visión de conjunto, para superar la obsesión productivista. Por eso invita a “abrir el zoom” para entender el contexto social, cultural, económico y político que condiciona las decisiones.
- Reconoce la diversidad como algo positivo, insistiendo en el respeto por la diferencia como una oportunidad (“cada ser humano es único e irrepetible”), y evitando la tendencia a estandarizar perfiles. Se basa en la idea de que “todas las personas son diferentes, y hay que ayudarlas a ser ellas mismas”.
- Explora constantemente nuevas vías de incrementar la libertad y la responsabilidad personal. Por eso la formación humanista se basa en modelos de aprendizaje significativo, que son co-gestionados por los propios alumnos con el fin de que puedan integrar a su personalidad los nuevos conocimientos y competencias de una manera natural y reflexiva.
- Trabaja por la igualdad de oportunidades para todos, y lucha contra cualquier forma de discriminación. Guiado por los valores de la solidaridad y el bien común, el humanismo está comprometido con la tolerancia y actúa según el principio de “Trata a los demás como quieres que te traten”.
En realidad, lo que me planteo aquí es “un nuevo Renacimiento”, una recuperación de la vocación renacentista que entendía a la educación de forma integral y promovía el estudio de ciencias ligadas al espíritu humano, con igual importancia que otros saberes más técnicos o utilitarios.
Para terminar, cito a Gabriel Castelló Taliani que invita a los nuevos economistas humanistas a “volver al hombre”, y lo explica así:
“A nuestro parecer, la Economía debe fundarse y echar raíces teniendo como fundamento una concepción antropológica. La Economía debe basarse en lo que dicen otras disciplinas sobre el hombre para trabajar a partir de ellas, y no contra ellas como ocurre muchas veces. La falta de conocimiento que tiene la Economía del hombre hace que cuando se entremezcla una cuestión antropológica dentro de su campo de actuación (justicia, solidaridad intergeneracional, reparto de riqueza, el ocio como valor, el logro de la salud…), la actitud habitualmente sea de perplejidad o de disparate. Se debe mirar qué es el hombre para, a partir de ahí, inducir el comportamiento económico que genera (consumidor, inversor), sabiendo que dicho análisis estará fundado en un conocimiento sólido de la unidad esencial de la Economía que es el hombre”.
Juan Manuel Martin.
Amalio, si entendemos el concepto de humanista como los valores intrínsecos de las personas (ética, moral, lealtad, etc..), considero que junto a la capacitación profesional necesaria, son los valores imprescindibles para ser un líder empresarial, la falta de uno u otro nos daría figuras diferentes a la de un líder empresarial, como: manipulador, incompetente,…
Amalio
OK, Juan Manuel. Estamos de acuerdo 🙂
Cecilia
Como ya escribí en twitter, siento que el título “Management Humanista” está muy lejos de lo que en realidad se desprende de sus reflexiones.
Aun usando la más amplia e integradora acepción del término humanismo, en sus reflexiones nada demuestra que para su “economista ideal” el ser humano sea el valor y la preocupación central por encima de todo lo demás. De nuevo se vuelve a usar al ser humano como un objeto de estudio para ser capaces después de manipular a nuestro antojo.
No hay nada DIGNO en usar al ser humano como algo al que podemos inducir el consumo.
En su propuesta sobre el Management Humanista se vuelve a usar al hombre como INSTRUMENTO y no como fin último. Cosa que creo que es lo que nos ha hecho llegar a la situación de crisis en la que estamos ahora.
En definitiva discrepo totalmente con el uso que se le ha dado aquí al concepto “humanismo”. Sería más apropiado llamar a sus entregas “Liderazgo Antropológico” por ejemplo.
Amalio
Hola, Cecilia:
Gracias por tus comentarios. Si ves que el título está lejos de mis reflexiones, no puedo más que respetar tu punto de vista. Discrepo, en cambio, con lo categórica que eres al juzgar el post. No creo, honestamente, que el texto “nada demuestre” (como dices) de la importancia del ser humano por encima de todo lo demás. Incluso me parece que estamos leyendo artículos distintos, porque en las 7 características que sugiero del Management Humanista, todo pivota alrededor de conceptos como la diversidad, la dignidad, la honestidad y la centralidad del ser humano por delante del determinismo económico. Esta idea se expresa tal cual, para que no quede dudas.
Frases como “de nuevo se vuelve a usar al ser humano como un objeto de estudio para ser capaces después de manipular a nuestro antojo” me parece injusta y desproporcionada. Lo siento, Cecilia, pero no se ajusta al texto. ¿Quién habla de “inducir al ser humano al consumo”? Me gustaría saber dónde se propone eso.
Lo que sí tengo claro, y ya lo avancé en comentarios anteriores, es que en el mundo de hoy hay empresas, hay economía y hay personas trabajando en las empresas. Y eso va a ocurrir por mucho tiempo. No podemos darle la espalda a eso, y pretender que esa realidad cambie sin asumirla. Entiendo que el término “Management” genere dudas y desconfianza, como bien advertí al principio del texto, pero sigo pensando que nos sirve para generar conexiones y abrir un diálogo con un mundo que no podemos dejar de reconocer que existe, y que tiene más poder del que nos gustaría.
Agradezco la sugerencia de cambio de nombre, pero el término “humanismo” me parece más cálido, cercano y comprensible, para los objetivos de transformación que propongo, que el de “antropológico”, que suena más sofisticado.
Muchas gracias
un saludo
Iván
Gran post Amalio, me gusta mucho tu enfoque humanista y el de Julen, da nuevos aires frescos a eso gris llamado Management. El tema del humanismo como eso del renacimiento o la hibridación son áreas fascinantes y que al final incluso van muy conectados. Creo que es un tema complejo y que apenas nadie toca, por ello me agrada siempre que lo mencionas. Al final es un tema con el que también me identifico y en cierta forma intento aplicar. A lo mejor incluso el que sea el apellido Humanista le podría dar una vuelta y decir que el Humanismo siempre debe estar por delante del Management. Es decir da igual si estamos en la empresa, en la universidad o en nuestra vida diaria o de hobbies, el humanismo a final de cuentas puede ser incluso una forma de encarar y entender la vida.
En mi propia vida y experiencia academica/profesional he estado vinculado casi siempre a una rama técnica y he intentado aplicar o buscar el contacto con las humanidades. Creo que es una carencia fuerte en las propias escuelas técnicas y de ingenieros, apenas hay referencias a NADA de humanidades. Es decir, por regla general las ramas de ciencias y sus profesionales desconocen o no tocan ninguna conexión con las humanidades.
En la escuela de agrónomos recuerdo como algunos compañeros incluso se sorprendían de mi gusto y pasión por la Historia y la lectura. Otra aportación que te hago es la influencia del viaje en esa aportación humanística, no solamente es algo que he sentido en carne propia, es experimentado por muchos viajeros que también son profesionales. Incluso es posible que tus propias experiencias viajeras y emigrantes fueran motores que potencian e impulsen esa atracción y enriquecimiento por estos temas , ya se sabe aquello de que la diversidad enriquece a uno como ser humano. Un abrazo Amalio y espero verte pronto por Málaga
Amalio
Hola, Ivan:
Sip, podemos cambiar el orden de las palabras. Nos sentiríamos más cómodos hablando, por ejemplo, de “Humanismo en la gestión”. Pero sigo pensando que es mucho más eficaz y práctico usar una palabra que conocen las empresas, y los empresarios (“Management”), para llevarla a nuestro terreno de las Humanidades. Creo, lamentablemente, que ponen mucha más atención en un término que empieza por “Management” que por “Humanismo”, y es por eso que sigo creyendo que el orden es el correcto, por ser más efectivo para los fines que buscamos. Como le comentaba antes a Julen, si el apellido “Humanista” termina transformando radicalmente a eso que conocemos por “Management”, incluso cambiándole el nombre, me parece perfecto. O si quieres nos inventamos otra palabra, pero tiene que ser una que el mundo de la gestión y la empresa entiendan, y les sea atractiva. Si no, seguiremos los de siempre hablando entre nosotros, y no se va a cambiar nada.
Sip, lo del Humanismo es una carencia fuerte en las escuelas de ingenieros. He trabajado con muchos tecnólogos en proyectos de transferencia, y lo he notado. Así que estoy de acuerdo que esto es aplicable a cualquier ámbito de la vida, y las profesiones. Este artículo pretendía centrarse sólo en la gestión de las organizaciones, que es algo a lo que dedicamos buen parte de nuestro tiempo los consultores. Pero no significa, ni mucho menos, que el Humanismo se vaya a subordinar a eso.
A ver si nos vemos ya en Málaga, o en Granada….
un abrazo
Julen Iturbe-Ormaetxe
Dándole vueltas a tu planteamiento, creo que hay otro elemento que debes introducir y es el de el lugar que ocupa el trabajo en nuestra vida. Me parece previo. Además, creo que condiciona lo que podamos hacer con el enfoque humanista. Sé que son mis neuras pero creo que alguien nos ha comido el coco lo suficiente como para que “humanista” sea algo que pueda aceptarse después de “management” sin poner en cuestión qué cosa es el management hoy en día.
En fin, rico e interesante lo que estás proponiendo. Da para muchas vueltas y revueltas. Aquí en nuestro entorno cercano Mondragon Unibertsitatea ya tuvo que clausurar un grado en Humanidades de Empresa… quizá resultó que eran incompatibles… o que las empresas no estaban preparadas todavía para estas cosas 😉
Ánimo.
Amalio
Julen:
Si quieres podemos introducir la pregunta del “valor que ocupa el trabajo en nuestra vida”, aunque opino que ese factor aparece explícito cuando decimos que debe haber una armonía entre el yo-empresario, yo-ciudadano, yo-persona y yo-comunidad. También cuando se insiste en la centralidad de la persona frente al determinismo económico, además de otros argumentos que se citan en el post.
No existe ninguna actividad, ni propuesta, ni tesis, que se salve de “comidas de coco”. Personalmente entiendo el Management, desde su acepción mas neutral, como la disciplina de gestionar organizaciones. Seguiremos teniendo organizaciones, y empresas, por mucho tiempo, así que lo mejor que hacemos es aprender a gestionarlas bien. No veo problema con eso porque, sin ir más lejos, es a lo que nos dedicamos tu y yo como consultores.
De modo que no veo problema con que el término “humanista” nos sirva para cambiar la esencia del Management mercanchifle que se publica en libros. Al principio del post dije que quizás haya que cambiarle de nombre, pero seguimos hablando de lo mismo: “gestionar organizaciones con un sentido humanista”.
Revisando lo que hago, y quizás lo que haces tú, sospecho que nos dedicamos en su mayor parte a cosas para las que las empresas “no están preparadas todavía”. No veo problema con eso, porque en algún momento hay que empezar. En algún post anterior comentaba que hablar de esto hace apenas 5 años sonaba a utopía trasnochada, pero que la situación ha cambiado tanto, que hoy empieza a ser mucho más viable una formación de este tipo. Por eso lo de Mondragon Univertsitatea es más una experiencia de la que aprender, que una evidencia de incompatibilidad. Esto no se puede ver desde una perspectiva binaria, sino que es un camino gradual. Si el Humanismo es un “troyano” que introducimos en el Management para que termine siendo otra cosa, ¡¡bienvenido!! No pretendo convertir a las empresas en ONGs, pero si conseguimos que sean mucho más sensibles a la dimensión humana de lo que son hoy, habremos avanzado bastante. De eso va el Management Humanista, al menos como lo veo yo.
Guillermo
Espero que, como en otras ocasiones, no me aleje demasiado del objetivo de tu artículo (en todo caso cuanto con tu sincera comprensión 😉 ) , pero ha dado la casualidad de que acabo de leer este otro artículo sobre el educador Francesco Tonucci
http://www.eldiario.es/andalucia/Francesco-Tonucci-exito-escolar-relacion_0_103940046.html
… y he pensado que facilitaría mucho conseguir lo que planteas en este artículo si se dispusiera de una educación desde la infancia como la que plantea Tonucci, a partir de la que fueramos conscientes de nuestras capacidades “humanas”, donde aprendieramos a vivir y no solo a ser eficientes.
Amalio
Hola, Guillermo:
Puedes “salirte” con libertad, colega. No te cortes 🙂 El articulo de Tonucci es excelente, lo acabo de tuitear. La solución ideal, desde luego, es que la formación humanista se diera desde la infancia. Si crecieramos comprendiendo de verdad estos conceptos, y desarrollando esas capacidades, todo sería mucho más fácil.
un saludo
Guillermo
He dudado en hacer referencia a “esto” porque no quería hacerle publicidad
http://desencadenado.com/2013/03/favores-sexuales-y-relaciones-laborales.html
pero me puede más la indignación.
Las actitudes que manifiesta ese artículo, la manera manipuladora de hacer las preguntas y algunos de los comentarios, reflejan el nivel moral general y en concreto de algunos “gestores” que para mi es el motivo principal de estar donde estamos.
Absolutamente indignante.
Amalio
Es una verguenza. Yo no me he cortado, y tuitee el articulo, para que la gente opine. Además, lo he comentado. No puedo entender cómo algunos ven en esas preguntas “dilemas inteligentes”. Una tomadura de pelo, buaj….
Un abrazo
Guillermo
Acabo de leer tu comentario. Siento que hayas tenido que volver a entrar en ese “antro” pero me alegro que hayas tenido la ocasión de dejar tu opinión.
Voy a dejar de leer ese blog, a pesar de que cuenta cosas interesantes sobre temas de empresa cuando se pone a manifestar su ideología es insufrible. Además, he llegado a pensar que es una estrategia. Hace poco el autor decía que sus últimos webinar no habían tenido mucho éxito y no me extrañaría nada que ponga estas bazofias para que la gente hable de él aunque sea mal. Pues a partir de ahora conmigo que no cuente.
Un abrazo
Juanma
Me ha parecido muy acertada la aclaración en torno al concepto de humanismo. Esos “studia humanitatis” cuyo objetivo es la educación integral del hombre son, a mi juicio, no sólo la clave del pensamiento crítico e independiente, sino también un medio para comprender el mundo y participar en él. Sin embargo y aunque estoy de acuerdo en la diferencia que estableces con la ética, creo que ésta debe insertarse en ese management humanista, ya que entre las características que mencionas incluyes la diversidad, la responsabilidad personal o el trabajo por la igualdad de oportunidades, cuestiones que considero son parte de la ética, en tanto tienen relación con el respeto, la tolerancia o la imparcialidad en el juicio. Es decir, son principios o rasgos de unos principios de conducta.
Y ya por añadir algo más (que he cogido carrerilla XD), pondría al lado de la dignidad la honestidad como prioridad también esencial.
Enhorabuena una vez más, porque es un tema realmente interesante y textos como el tuyo me parecen más que necesarios en los tiempos que corren.
Amalio
Hola, Juanma:
Por supuesto que la Ética debe insertarse en el Management Humanista. En ningún caso decimos que eso no sea así. Solo quería dejar claro que la formación humanista es mucho más que formación en ética, que lo segundo es un subconjunto de lo primero.
De acuerdo con que Dignidad+Honestidad son dos conceptos que son prioritarios en la nueva formación empresarial. Ambos se complementan y refuerzan.
Gracias…