Mercadillo de co-creación de paquetes turísticos (post-378)

¿Juntar a 40 empresas y profesionales para crear paquetes turísticos de forma colaborativa? Pues sí, eso es lo que hicimos esta mañana en Santa Coloma de Farners, y el experimento funcionó muy bien. Pero antes de entrar en detalles, te pongo en antecedentes.
CoRutas es un grupo de trabajo que se creó dentro del proyecto HibriturSelva que está desarrollando la comarca catalana de La Selva con el fin de promover un Ecosistema de Innovación Abierta para el Sector del Turismo en ese territorio. CoRutas es probablemente el sub-proyecto más relevante y prometedor de los diez que se estamos poniendo en funcionamiento dentro de esa iniciativa, pues pretende generar combinaciones entre agentes dispares de la comarca para crear productos turísticos innovadores. La idea se basa en un razonamiento muy simple: Una comarca como la Selva, que no tiene un gran producto-estrella tipo Guggenheim en Bilbao o la casa de Dalí en Cadaqués que sirva como efecto-tractor, tiene que jugar-en-equipo mediante la agregación inteligente de muchas pequeñas experiencias mágicas. Y en esas estamos, generando alianzas entre micro-productos que son inviables si se ofertan solos (o sea, haciendo la guerra cada uno por su cuenta) pero que pueden funcionar bien si se integran en paquetes conjuntos.
Para crear esos paquetes turísticos hemos apostado por dinámicas participativas y emergentes en vez de forzar combinaciones desde el equipo gestor del proyecto. El proceso comenzó con la organización el 25 de septiembre de una “Jornada CoRutas” en la que los agentes de la demanda explicaron a la potencial oferta turística las condiciones con que contratan paquetes los distintos canales de comercialización. Este punto de partida era importante porque buscábamos introducir realismo a la “fábrica” de creación de paquetes, para que se entendiera cómo funcionan esos eslabones más pegados al mercado.
Jordi Solà hizo un trabajo estupendo para caracterizar a la demanda y los distintos canales de comercialización, incluyendo techos de precios, requisitos de flexibilidad, demandas más fuertes de los turistas según destinos, etc. Ese fue el punto de partida de nuestro “Taller de co-creación de paquetes turísticos” que celebramos esta mañana, en el que Jordi explicó varios ejemplos de posibles paquetes que se podían crear según tipos de canales para dar pistas que sirvieran de referencia en el co-diseño de los productos.
Después Josep Gesti, coordinador del proyecto, hizo una cuidada presentación de cada una de las más de 40 empresas participantes (ver web con la información que distribuimos de ellas antes del taller), dando pié a intervenciones breves para completar información o destacar puntos que merecieran la pena de la oferta de cada asistente. Teníamos en el taller 7 hoteles, 8 alojamientos rurales, 6 restaurantes y 23 proveedores de actividades diversas que podían ser combinables con el turismo. El “material” era muy hibridable, porque habían desde expertos en juegos de mesa, vuelos de parapente, risoterapia, paseo con carruajes, balnearios y gastronomía termal; hasta un complejo de tenis y padle, una granja de agroturismo, una empresa de cerámica, un museo de galletas, un Pitch & Putt, así como gestores de turismo activo, museos, rutas en bicicleta, Safaris 4×4, y un largo etcétera. La distribución geográfica también era muy variada como demuestra este mapa donde fuimos marcando con colores la ubicación de las distintas ofertas.
De todos modos, sabíamos que el mayor reto estaba a la hora de dinamizar el networking entre tantas empresas para que aquello tuviera sentido. La acogida había sobrepasado nuestras previsiones, así que teníamos un número muy alto de posibles socios para combinar, lo que introdujo una dificultad operativa añadida a la gestión del taller, y eso nos obligó a abandonar la metodología que sigo habitualmente en los talleres de hibridación, pensados para no más de 15 asistentes. En algún momento estuvimos tentados en usar dinámicas de rotación por mesas para entrevistas pre-agendadas, como se hace habitualmente en los eventos clásicos de networking, pero afortunadamente desistimos.
Permíteme que divague por un momento en la parte filosófica de esta historia, porque me parece lo más interesante. El bueno de Richard Sennett da en el clavo cuando dice cosas como estas: “la ambigüedad, no resuelta con normas, puede generar una armonía y un orden interno, autónomo, mucho más genuino y auto-gestionado” (de tal modo que) “los incrementos de complejidad pueden estimular en la gente un compromiso mayor con su entorno”. Colegas de #Redca como Manel y Asier insisten a menudo en la misma idea: “La gente se vuelve irresponsable cuando se le permite pensar que otra figura con autoridad asume la función de controlar”, o dicho en Román Paladino: a más control externo, menos se fomenta la proactividad de las personas.
Así que al final prevaleció la idea de apostar por el caos creativo, la serendipia y la autogestión, siguiendo lógicas más parecidas a un mercadillo. En lugar de encorsetar aquello con una agenda rígida de entrevistas, seguimos un formato abierto, para que la gente fuera más proactiva y se co-responsabilizara del proceso, fijando sus propias normas de interacción. Recordando la metáfora visual del tráfico caótico de Hanói (imagen del post) que tanto se usa para ilustrar las ventajas del caos autogestionado, quisimos confiar en que los participantes encontrarían su “trayecto óptimo” dentro del tráfico caótico del taller sin necesidad de poner semáforos. Confieso que estábamos algo acojonados porque no sabíamos si funcionaría, pero al final te das cuenta que sentir ese temor es bueno porque es una señal de que de verdad estas cediendo control.
El mercadillo funcionó genial. Salieron 32 pre-paquetes turísticos colaborativos del taller que ahora hay que seguir trabajando en forma de proyectos. Sé que a veces salimos eufóricos de esos ejercicios creativos, con ideas geniales, pero después se pierde el ímpetu ejecutivo y no se llega a nada. El reto ahora es convertir esos proyectos en productos y servicios reales, un camino que está por hacerse.
Aquí tienes el álbum en Flickr con imágenes del taller, tanto de la parte más informativa como del mercadillo donde se co-crearon los paquetes turísticos. Si quieres seguir de cerca el proyecto HibriturSelva puedes hacerlo a través de esta web o su cuenta de Twitter: @HibriturSelva. Para acceder al Informe que elaboramos (versión en español) sobre el proyecto y las oportunidades de crear un ecosistema de innovación turística para el territorio, puedes bajártelo en PDF aquí.
Iván
Tiene muy buena pinta el proyecto Amalio, te sigo de cerca. Uno de los mejores ejemplos que he visto en mi vida es como se lo montan en Nueva Zelanda. Creo que es un país muy interesante a observar, pues allí al menos en los hostels hay una gran conexión de cooperación con otros negocios. Allí también me gustó como mezclan sin problemas entre personas(turistas-viajeros) de diferentes edades. Imagino que en eso influye que es un país muy volcado con la naturaleza, los espacios abiertos y la aventura..Vamos hablando. Abrazo y suerte
josepgesti
Comparto, como sabes, tu percepción de que el taller funcionó muy bien, y de que la dinámica no-reglada que usamos fue un acierto (y lo digo «a posteriori», después de pasar por el correspondiente «acojone» previo). Y de hecho creo que es honesto contar que nos abocamos a esa dinámica tras concluir que ninguna otra posibilidad «reglada» nos parecía mejor.
Pero déjame añadir que, además de esa maduración previa y co-responsabilidad que citas, podríamos nombrar otros dos factores que ayudaron a la fluidez del taller: por una parte la confianza que se percibia entre los miembros del grupo (me gusta pensar que ahí tiene bastante que ver el ecosistema de colaboración que poco a poco va calando). Y por otra parte el papel no-protagonista, no-experto, de los facilitadores del taller (creo que intentamos dejar claro ese papel secundario en el proceso) que empodera a quienes de verdad tienen la capacidad de co-crear, en este caso paquetes turísticos.
Un lujo poder formar parte de este proyecto.
Un abrazo!
Amalio Rey
Hola, Pep:
Lo de adoptar una «dinámica no-reglada» he querido destacarlo en el post porque ya sabes que costó lo suyo que se entendiera, y superar este temor que teníamos de que aquello tendiera a un excesivo caos.
De acuerdo con lo que dices. HibriturSelva está sembrando unos activos de mucho valor, y el más importante es la confianza. Vamos notando que la gente participa, y se libera, sin poner las pegas que veíamos al principio. Eso es así porque se van sintiendo protagonistas, y eso se aprende haciendo.
Un placer también para mí compartir esta experiencia con vosotros…
Un abrazo!!
Julen Iturbe-Ormaetxe
Bonito proyecto, Amalio. Siguiendo a Sennett, a lo mejor también puede ser interesante jugar con el continuo de la cooperación-competición (de su último libro) para reflejar cómo dinámicas «mixtas» entre todos los agentes de la comarca pueden favorecer una especie de «competencia sana» por apoyarse entre sí (generar más visibilidad y más visitas) y también por ofrecer algo diferente con cada uno de los paquetes.
A ver si me leo el pdf con tiempo.
De todas formas, lo importante es la dinámica de colaboración entre los agentes, que se vean como co-constructores de su competitividad, ¿no?
Hablamos 🙂
Amalio Rey
Gracias, Julen. Sip, supongo que se pueden mezclar comportamientos. Lo que pasa es que la «competición» es casi la postura natural entre la gente que ofrece cosas parecidas. Es lo que han venido haciendo siempre. El desafío ahora es que entiendan y experimenten las oportunidades del ganar-ganar. La creación de paquetes conjuntos apunta a eso, a compartir la tarta a cambio de hacerla más grande porque el resultado conjunto va a ser más atractivo. El Informe en PDF puede ser útil para cualquiera que esté pensando en promover ecosistemas de innovación turística asociados a un territorio.
Tienes razón, la dinámica de colaboración, el propio proceso, ha sido con diferencia lo más relevante…