Co-Skills: Principios para colaborar bien (post-433)
En este post voy a resumir algunos de los “Co-Skills” (es el nombre que les he puesto) que suelo trabajar en los talleres que damos de Inteligencia Colectiva. Ésta es una lista mínima de “principios para colaborar” que me parecen útiles para gestionar proyectos de esta naturaleza. Es lo que he aprendido de experiencias fallidas, y logradas, de procesos colaborativos en los que he participado. No pretendo ser exhaustivo. Es sólo mi lista, tú seguramente tienes la tuya 🙂
- Aprende haciendo: Esto no va de teoría. A colaborar se aprende colaborando, a través de proyectos comunes, que son la mejor escuela para el desarrollo de habilidades CO-.
- Pon el foco en las sinergias: La existencia de sinergias y complementariedades entre los participantes son la base objetiva de una colaboración viable. Si no hay sinergias de partida, la colaboración tiende a ser forzada y demasiado costosa.
- No seas paternalista: El buen trabajo colectivo se funda en la co-responsabilidad individual, y no en el paternalismo. Los miembros deben prepararse bien y construir primero un criterio propio sobre el proyecto. Quien no se prepare bien, no debería participar con los mismos derechos de los que sí lo hacen.
- Sé constructivo/a: “Falla los penaltis el que los tira”, así que prohibido descalificar sin plantear una alternativa. En las prácticas colaborativas los que más participan son los que más se exponen, así que cuidado con los hiper-críticos que sólo se dedican a juzgar lo que hacen los demás, sin exponerse nunca.
- Liderazgo: La simetría de contribuciones es deseable, pero es poco común en las prácticas colaborativas. Siempre participan unos más que otros, y emergen liderazgos en el impulso de los proyectos. La autoridad de ese liderazgo debería basarse en mecanismos meritocráticos. Desde el ejemplo y la coherencia.
- Sé paciente con los retornos: Modular el estrés-por-la-reciprocidad es de los retos más difíciles en los proyectos colaborativos. Las cosas bien hechas, las que valen la pena de verdad, llevan su tiempo, así que no se puede gestionar la colaboración como una “Cuenta de Resultados”, de ingresos y gastos a corto plazo. Si inviertes en confianza con unos buenos socios, los resultados y los retornos llegan.
- Perfeccionismo tóxico: Ataja las posturas perfeccionistas, o demasiado exigentes, que generan estrés grupal por una sensación falsa de que no se consiguen avances.
- Equidad participativa: Los grupos son más inteligentes cuando la participación está bien distribuida. Deberías prever mecanismos que corrijan la tendencia a monopolizar la conversación en unos pocos.
- No personalices: El foco ha de ponerse en el proceso y en las soluciones. Intenta no juzgar a las personas, ni personalizar los conflictos. El reto está en comprender, y avanzar juntos.
- La eficiencia importa: La creatividad sin un grado mínimo de eficiencia grupal hace inviable la colaboración. Colaborar no puede ser excesivamente costoso en términos de tiempo y de esfuerzo. Una vez que se ha decidido una tarea concreta, hay que centrarse. Los proyectos hay que gestionarlos, fijando unos hitos y unas contribuciones individuales.
- Diversidad: Integrar en el equipo a personas con experiencias y perspectivas diferentes (incluso, con opiniones potencialmente discrepantes) es clave para que el grupo tome decisiones inteligentes. Cuando los participantes se parecen demasiado, tienden más al Groupthink; y a más pequeño es el grupo, más relevante es forzar por diseño la diversidad.
- Elementos tóxicos: Sé inclusivo/a, pero si integrar a determinados individuos conlleva un desgaste energético grupal excesivo, es mejor invitarles a que se busquen otro espacio donde sus expectativas se vean mejor representadas.
- Quién-hace-qué: La distribución de tareas y roles conviene hacerse por autoselección, teniendo en cuenta los talentos específicos, que es el modo en que se optimiza la diversidad.
- Fija pautas de comportamiento: Suele ayudar que el grupo fije unos códigos de comportamiento que definan los límites sobre cómo trabajar juntos y relacionarse en equipo. Son unos principios éticos y operativos que contienen básicamente una definición de “lo permitido”, “lo no permitido” y “lo obligatorio”.
- Diseño y estructura: Un diseño de interacciones adecuado aporta estructura y crea las condiciones para una colaboración sana. Es crucial prestar atención al diseño.
- Espacios para la emergencia: Aunque el diseño es importante, todo no puede estar pautado, ni formalizado. Deja espacios para que emerja lo inesperado, la sorpresa y las conexiones imprevistas.
- Meta-diseño: El desafío consiste en crear las condiciones y aportar las herramientas para que las cosas sucedan. Genera contextos de interacción que fomenten la apropiación del proceso por los implicados.
- Colaboración por defecto: Trata de integrar la colaboración en los flujos naturales de trabajo para así reducir los costes de participación. Lo ideal sería que no seas capaz de distinguir entre cuándo “produces” y cuándo “colaboras” porque ambas actividades sean las mismas. Re-diseña las estructuras y los procedimientos de trabajo para que la colaboración sea el único mecanismo posible.
- Gradualidad: Aprende a disfrutar las “pequeñas victorias”, y a trabajar en micro-intervenciones, en lugar de plantearte expectativas desproporcionadas que sólo llevan a la frustración.
- Documenta: Genera un rastro del proceso, un relato fiel de la experiencia, porque eso ayuda a producir memoria colectiva que facilite la transferencia y posible réplica de lo que funciona bien.
Si quieres ver la segunda parte de este post, accede a: “Co-Skills-2: Más pistas para colaborar“.
Nota: La imagen del post es del album de Fouquier en Flickr.
Noelia Toledo Serrano
Para mi el trabajo en equipo es fundamental. No podría trabajar din mi equipo Gracias a ese equipo voy feliz a mi trabajo y las horas pasan volando.
Stella Maris
Muy útil e interesante. Generó reflexión y autocrítica. Gracias. Estoy de acuerdo en que el proyecto se desarrolle haciendo, el movimiento se demuestra andando. Si bien conocemos estos principios, no está mal volver a pensar sobre ellos. Me cuesta trabajar en equipos pero esto de la inteligencia colectiva como riqueza es convincente. Acuerdo con la idea de incorporar pensamiento diverso y hasta disidente para aumentar la potencialidad de un grupo, aunque no es fácil.
Ricardo_ColaBoraBora
Amalio, los preliminares no son algo exento del propio proceso, del hacer, del meterse en faena e ‘hincar’. Conocerse mejor, saber que necesita, que busca, que le gusta a cada cual. Estimularse mutuamente.
Ricardo_ColaBoraBora
Todas estas cosas o ya las sabemos o las vamos aprendiendo. La cuestión es cómo interiorizarlas e incorporarlas de manera práctica en los procesos y proyectos. Ahora mismo con #KOOPtel estamos trabajando sobre eso, no tanto sobre el qué hacer juntas, sino sobre las maneras de hacerlo y principalmente, sobre aquello que llevamos implícito, consideramos más ‘personal’ (y por tanto nos cuesta más tratarlo en colectivo) y/o damos por hecho… Y por tanto no lo trabajamos suficientemente.
¿Cómo poner en juego, sistematizar un poco esas cuestiones, sin que resulte forzado, sin que esos preliminares paralicen el resto del proceso?
Amalio Rey
Asi es, Ricardo. No inventamos nada nuevo, aunque no viene mal tener “lo deseable” bien ordenado 🙂
Estoy de acuerdo con que el gran reto es la “interiorización”, o sea, incorporar estos principios o habilidades en nuestra manera de ser, y de trabajar. Reconozco, viéndome a mí mismo, que es un proceso largo y complicado.
Lo de #KOOPtel me ha gustado. La metáfora del coctel es muy resultona, da mucho juego. No creo que los “preliminares” sean tan importantes. La clave está en trabajar directamente en proyectos, hincar el codo, y aprender a disfrutar del proceso, evitando tanto estrés por los resultados.
No dejo de pensar que las personas también tienen un peso crítico aquí. Algunas son más difíciles que otras para compartir proyectos 🙁
Amalio Rey
Alfonso: Esa es la idea. Estoy seguro que cada uno tiene su propia lista, según experiencias vividas en proyectos de este tipo. Algunas incluso serán muy pesimistas, y razones tendrán para eso.
La humildad es, desde luego, un punto de partida esencial para reconocer la necesidad de los otros, que es una premisa básica para colaborar. Sin humildad, no hay confianza, ni generosidad. Y sin eso, es muy difícil colaborar. Por otra parte, hablamos de si hay o no hay, cuando el tema es mucho más complejo. No es binario porque hay grados 🙂
Tendría que pensar más tu pregunta, pero hay un factor que me parece decisivo y que se descuida bastante: las SINERGIAS. Siempre digo que es la base de una colaboración viable. Si no hay sinergias, el coste va a ser excesivo, y no vale la pena forzarlo. Un segundo elemento es el de la AFINIDAD de propósitos y de “feeling”. Hay que compartir objetivos, y en cuanto a la química, he aprendido que por lo menos deben cumplirse unos minimos. Igual estoy diciendo una obviedad, pero que yo mismo me he negado a veces a aceptar. Por terminar, tambien pienso que es esencial no ser PATERNALISTAS, y también aprender a ceder CONTROL (que tiene que ver con ese perfeccionismo con que a veces miramos las cosas). No sé, es como lo veo.
Alfonso Romay
Me gusta a modo resumen, como una lista de origen para construir la mía propia.
En ese sentido, aunque están implícitos de varias formas, siento que la visión abierta y la humildad son bases a tener en cuenta y que resaltaría.
En esa línea, hablando de inteligencia colectiva y de principios para colaborar bien, me planteo qué factores son decisivos para abordar con mejores garantías ese proceso colaborativo. ¿Hay pre-condiciones para mejorar esas posibilidades de éxito?
Y, en tu experiencia, ¿hay factores que son siempre decisivos y otros simplemente recomendables? ¿O la variabilidad de un proyecto a otro exige analizar toda la lista e ir priorizando a medida que andas el camino?
Iván
Buenos apuntes Amalio. Creo que la actitud es vital, si me permites el atrevimiento apuntaría el estar abierto al cambio, creo que cada vez las organizaciones ( y las personas) deben estar preparados para en muchos campos estar ante un estado de Beta continuo en la que se permita modificar roles, parámetros o estrategias en breves espacios de tiempo, bajo la cohesión del grupo y el colectivo o equipo. Estos días hemos tenido unas reflexiones interesantes en la empresa, nosotros estamos en el área de nuevos negocios de nuestra organización, somos una empresa dentro de un grupo y de una multinacional lo que es tema. Ahora mismo estamos inmersos en procesos de cambio ( división). Nos podemos definir como una empresa, pero también como una especie de spin-off , nuestro coordinador definió lo de nuestra inteligencia colectiva como un equipo de Delta Force ( jajaj) por lo de tener una flexibilidad , improvisación y capacidad de adaptación al cambio y entorno mucho mayor que en el core business de la organización, tanto en lo individual como en el colectivo. Quizá mejor te lo explico un día con unas cervezas :).
Amalio Rey
Por supuesto que la aCtitud es vital. La mayoría de los Co-Skills contados en el post, como ves, tienen que ver precisamente con eso. También la aPtitud, porque hay gente que colabora poco no porque no quiera, sino porque no sabe. De ahí que hablamos de desarrollar “habilidades”.
A ver si caen pronto esas cervezas, amigo 🙂
#Jerby (@Blograme)
Amalio, muchas gracias por el artículo. Estamos recopilando información para la creación de un ‘micronicho del comentario’ y lo que aportas nos va a ser mucha utilidad.
Amalio Rey
Gracias, Jerby. Me alegro que te sea útil 🙂