PIXAR: un grande que sigue arriesgando… (post-14)
Hoy inauguro en mi blog un estilo de post más veraniego y desenfadado a propósito de la película que acabo de ver anoche: WALL.E de Pixar Animation, y dirigida por Andrew Stanton.
PIXAR hace películas arriesgadas, como los buenos innovadores. Wall.e, su última producción, es un buen ejemplo. Me ha parecido una pieza sublime de juego paradójico entre lo feo y lo bello, entre lo triste y lo esperanzador.
Al salir del cine he pensado que hay que ser muy bueno (y muy atrevido, también) para entusiasmar a un niño con escenas de escombros y basuras. Es éste el escenario que domina gran parte de la película, con toda su crudeza y sin concesiones. Me ha recordado el coraje de Tim Burton con su sorprendente Novia Cadáver, y por el que siento igual o más respeto todavía.
PIXAR ha innovado más que nadie en la industria de los Animados. Se acabaron con él las películas ñoñas que subestiman a los niños y las historias estereotipadas de color rosa.
Este film es capaz de trasmitir ternura (¡¡qué ojazos!!) de un frío robot, y de convertir un planeta-basurero en un jardín de esperanza. La capacidad de PIXAR para hacer de la moraleja un mensaje sutil y espontáneo, evitando los lugares comunes y el discurso retórico de los animados a la vieja usanza (léase Disney… sin Pixar), es digna de admiración.
No me cansaré de decirlo: adoro la valentía de estos Estudios para meterse en historias difíciles con su singular estética realista. Wall.e está plagada de escenarios grises y de momentos que, siendo puristas, podrían considerarse demasiado duros para la inocencia que se le presupone a un niño, pero el efecto es arrollador.
Los niños se meten sin temor en la historia que les hace pensar. El discurso narrativo y las imágenes les obligan a estirar sus neuronas, al mismo tiempo que nosotros, los adultos, sentimos que estamos ahí como algo más que generosos acompañantes.
Por cierto, en la película todos se disputan una pequeña planta sobreviviente de la tragedia que ha vivido la Tierra, como el último eslabón para recuperar lo perdido. Es curioso, pero me he sentido profundamente identificado con esa plantita, que he visto tan verde y tan maravillosa, y que me ha servido para darme cuenta una vez más que lo grandioso está en los detalles, en esos detalles que pasamos por alto todos los días.
Enhorabuena, PIXAR, por continuar la senda de la innovación, por ser tan atrevido y tratar a los niños como personitas pensantes. Sigue arriesgando, que el cine (y nuestros chavales) lo agradecen.
RiverDD
Leyendo este post he pensado que quizás los niños son los que menos «contaminados» mentalmente estén, es decir, están más libres de prejuicios y protocolos sociales, normas de comportamiento, …. y eso hacen que sean los que mejor aceptan el cambio y por lo tanto la innovación.