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POST Nº 723 Hablaba estos días con amigos sobre los #luditas, ese movimiento de artesanos ingleses que allá por el siglo XIX protestó contra la industrialización rompiendo telares. Esas protestas contra las máquinas que se introdujeron en la industria textil duraron, en su mayor...
POST Nº 715 Cuando hablo de «laboratorios públicos de innovación», tanto si son laboratorios «ciudadanos» (hacia afuera de la Administración)...
Los altos cargos públicos llegan casi en el momento de comenzar un evento, dicen unas palabras protocolarias o leen el discurso que le escribieron, y se van. En ocasiones conceden un ratillo de cortesía, porque irse de inmediato canta demasiado, pero casi ninguno se queda a escuchar lo que dicen los demás. Es una práctica tan habitual que la hemos normalizado, y no deberíamos.
En #CivicaFest nos juntamos catorce personas del mundo de lo participativo para contar proyectos y recorridos vitales que generen comunidad y contribuyan al uso del diseño para la innovación social
En un momento de jodida polarización, leer los comentarios tan generosos en un foro futbolero donde se respira tanta pasión y ver lo que ocurrió en el Real Arena, me llena de optimismo.
Suena brillante la capacidad de saber jugar a dos papeles: estar dentro, aparentando ser de la tribu, mientras trabajas para fichar a más gente hacia la opción antagónica. El problema es que la mayoría de las veces esto no funciona
No creo que la educación deba ser algo diferente a la propia vida, en la que también tenemos que enfrentarnos a momentos incómodos y realizar tareas poco agradables, que no son divertidas
Si el narcisismo de los individuos adultos es más preocupante que el adolescente, el «narcisismo colectivo» debería alarmarnos más que el individual. Cada vez aparecen más comunidades cerradas en sí mismas, que amplifican un yo identitario con ensoñaciones de superioridad.
El aporte de la «síntesis de evidencias» es crucial para la formulación de políticas, pero la capacidad de los gobiernos para absorber esas síntesis es limitada. Para reducir esa «brecha de absorción», hay que rediseñar los interfaces o dispositivos de síntesis que se usan, para que sean más ágiles, multidisciplinares, y sensibles a la complejidad.
Usar el modelo exponencial para explicar la reproducción de las bacterias o la difusión de un virus es algo habitual y describe bien esas dinámicas. Pero plantearlo como un fin deseable en la evolución de las organizaciones es ―socialmente― un disparate.