Filantropía de la atención (post-421)

Alex Steffen desarrolla, en uno de los artículos del libro “The Reputation Society”, un curioso concepto: “filantropía de la atención”, para referirse a acciones que sirven para amplificar las señales débiles de una buena idea, o sea, que ayudan a captar la atención de los medios hacia ideas que no tienen todavía la reputación que merecen.
Es “filantropía” porque se realiza como una ayuda desinteresada, sin fines de lucro, ni otro objetivo que no sea optimizar el modo en que la sociedad filtra las ideas. En lugar de captar donaciones de dinero, lo que hacen es “regalar atención” a personas, causas o ideas que lo merezcan. Desde mi punto de vista, este carácter no-lucrativo añade reputación al canal porque reduce la probabilidad de que el filtrado se contamine. Por cierto, si quieres leer otras reseñas de artículos incluidos en ese libro, aquí tienes estos tres posts: “Por qué los Sistemas de Reputación son tan necesarios”, “Legibilidad del gobierno público” y “Cómo diseñar un sistema de reputación en Internet”.
Lo que hacen estos benefactores es identificar y visibilizar de algún modo esas propuestas de alto potencial para que consigan entrar en el mainstream, actuando así como un amplificador que redistribuye la atención. Steffen lo explica así: “There are ideas that should have a stronger reputation, but don’t. Without greater recognition, their potential utility is lost to society”.
La necesidad de hacer esto se justifica por el hecho de que la aparición de buenas soluciones va mucho más rápido que la proyección y difusión de esas soluciones en los medios, lo que produce un efecto de embudo que no siempre funciona bien, e incluso con filtros que pueden funcionar francamente mal. Creo que este déficit es fácil de reconocer y todos tenemos ejemplos conocidos en los que el selector social ha gripado.
Ya he escrito en este blog sobre la reputación de las ideas. Soy sensible a este asunto porque creo que, en la medida de lo posible, las ideas deberían tener reputación en sí mismas con independencia de quien las proponga. Con esto no pretendo negar la validez de usar a los autores como señales para filtrar, pero sí llamar la atención en que somos conformistas y abusamos de ese único mecanismo, lo que hace que nos perdamos muchas cosas interesantes.
Los mecanismos de filantropía de la atención se centran en hacer escalar, crecer, una idea-semilla prometedora. Esa función amplificadora de la reputación puede conseguirse a través de distintos mecanismos. Uno de los más socorridos son los concursos de ideas/proyectos, porque los ganadores consiguen captar la atención de los medios que convierten sus proyectos en noticias. Otro canal muy eficaz son las iniciativas de Crowdfunding tipo Kickstarter.com o Goteo.org, en las que las ideas se hacen muy visibles al proyectarse en espacios que funcionan como “concentradores de la atención”, o sea, sitios webs que reciben miles de visitas y sirven para canalizar financiación por vías no convencionales. Existen otros como las plataformas de ojeadores tipo Worldchanghing.com que se dedican a monitorizar ideas y proyectos sociales a escala mundial, y seleccionar los mejores para promoverlos a través de su web. Para conseguir un filtrado que aporte valor añadido, echan mano de una amplia red de profesionales que le ayudan a descubrir esas “perlitas” olvidadas, y a avalar técnicamente el potencial de esos proyectos para que sean creíbles y atraigan la atención de los medios.
Uno de los retos más complejos de esta actividad es precisamente saber encontrar ideas y proyectos muy innovadores en rincones donde nadie busca. Según Alex Steffen, lo ideal es identificarlos sin acudir a los expertos establecidos dentro de cada área, sino trabajando con individuos que se mueven entre distintas disciplinas y campos de conocimiento, entre varias facciones y tribus, personas a las que el autor llama “circuit riders”, o expertos con mente holística.
Así que la Filantropía de la Atención tiene un doble desafío: 1) captar el interés de personas inteligentes y experimentadas que quieran servir de “ojeadores” en la identificación de ideas/proyectos (estos profesionales suelen estar muy ocupados y cuesta que se impliquen en estas iniciativas), 2) visibilizar esos proyectos de un modo original para atraer la atención de los medios. Tampoco es fácil entender las razones de por qué una determinada idea con un gran potencial no es reconocida por la corriente principal de opinión. Cubrir esa brecha, ese desfase, es el trabajo de personas como Alex Steffen, que reconoce sentir un placer enorme cuando consigue “encender una luz sobre trabajos que son dignos de mucho más apoyo”.
Nota: La imagen del post es del album de Daniel Lobo en Flickr
Julen
Complejo asunto porque habitualmente el mensajero condiciona la opinión que nos conformamos sobre el mensaje, sobre todo en un mundo donde esos mensajeros se saben con capacidad de influencia. Al final uno no sabe si es mejor que la idea, como dices, valga por sí misma, o que consiga valor porque alguien en concreto la avala.
Me temo que queda como algo irresoluble, ¿no? A veces es mejor una cosa y a veces la contraria.
Amalio Rey
Para mi es una opción más, compatible (complementaria) con la búsqueda en fuentes originales. Por otra parte, hoy es casi imposible recibir información que no esté contaminada por algún mensajero.
Lo que esto tiene de valor es que visibiliza ideas o proyectos que no captarían nuestra atención si seguimos los filtros del mainstream. Arrojan luz sobre (potenciales) perlitas olvidadas. Confirmar esa opinión ya es cosa nuestra, pero al menos te da la posibilidad de examinar algo que ni siquiera sabías que existía.
Siempre he pensado que los filtros ayudan, si son buenos. Los filtros se construyen su propia reputación. Algunas personas que sigo en Twitter son un ejemplo, porque se convierten en mis prescriptores, pero eso no significa que sean los únicos, ni los de siempre. Del mismo modo que no se debe buscar solo en Google (por eso del «Filter Bubble» de Eli Pariser), y no por ello dejaré de hacerlo, entre otros canales de filtrado que utilice 🙂
jose ismael cardozzo
Gracias por estar ahí, gracias por continuar en la construcción de pensamiento, gracias Amalio por seguir contándolo, es grato y muy agradable desde Colombia gracias!
Amalio Rey
Gracias, Jose Ismael. Aqui seguimos…
Te saludo tambien desde Colombia (Cali), donde estoy ahora misma de visita de trabajo 🙂