Recuperar la inocencia (post-17)

Acabo de leer un artículo de Alfons Cornella, en la revista Infonomía. Agradezco a Nacho Spínola que me lo haya recomendado porque con los viajes, no estaba siguiendo esta publicación en los últimos días.
El titulo del artículo (“¿Fin o principio, de una era?”) probablemente sea frío para la chicha emocional que contiene, porque no destaca su contribución más importante, y que es el llamado que hace a recuperar la inocencia, o dicho al revés, a rebelarnos contra tanto cinismo.
Alfons es brillante, y sabe transmitir las ideas como nadie. Siempre digo que es el número-1 entre los expertos españoles en innovación que conozco. Valoro particularmente su capacidad de abrir el ángulo, y de ver la naturaleza transversal de la innovación, traduciendo conceptos complejos a un lenguaje comprensible por cualquier persona inquieta.
Este artículo es una prueba de su talento. Desde luego que os recomiendo que lo leáis con detenimiento aquí, pero voy a comentar a continuación las ideas que me han parecido más interesantes, sobre todo porque creo que están en perfecta armonía con la “innovación 2.0″ que tanto defiendo:
1) “En sociedades sin derecho al error, como en Japón, los fracasados se suicidan”
Esta idea me ha producido mucha tristeza. ¡somos tan inflexibles con el error!
2) “No hay una forma moral de determinar si las decisiones de las personas son buenas o malas. La diversidad de la moralidad humana es hoy una de las grandes sorpresas que no van a evaporarse a corto plazo”
Es cierto, y me hace dudar de los efectos secundarios que puede tener el relativismo tan en boga en nuestras sociedades. Personalmente defiendo ese relativismo porque creo que refleja bien la complejidad de las cosas, y es un antídoto para la simplificación grotesca, pero para que sea más equilibrado, tendríamos que hacer algún esfuerzo por encontrar referencias mas universales, mas de consenso sobre lo que es bueno y es malo.
Ese esfuerzo ya se está haciendo, pero cuesta trabajo porque siempre aparece alguien intolerante que pretende imponer sus doctrinas como definitivas (mucho fundamentalista por ahí, desde personas hasta gobiernos).
3) “Si los problemas del mundo son tantos, más podemos ser los que pensemos en cómo resolverlos”
¡¡eso es, con participación vamos a conseguirlo!! La clave está en crear nuevos espacios de colaboración para que la inteligencia colectiva emerja con fuerza. Si unos pocos no consiguen encontrar las soluciones, confío en que hay innovadores suficientes esperando su oportunidad, pero hay que dársela ¡¡o tomársela!!
Siendo así, pienso como Alfons que en lugar de una crisis, estamos en una renovación. Desde luego, todo depende de cómo nos tomemos esta sacudida, si vemos la botella medio llena o medio vacía. Pero confío en las crisis vistas como una oportunidad de renovación.
De hecho, siempre que me ha sorprendido alguna “crisis” (bueno, seamos honestos, nunca nos sorprenden porque se veían venir), mi vida ha dado un vuelco para mejor, pero es cierto que todo depende de la actitud.
Por eso, esta “era” a la que se refiere Alfons necesita de gente optimista, que sepa ver lo bueno en lo que está pasando. Estoy terminando un magnífico libro de Douglas Rushkoff (“Renacimiento 2.0“), que comentaré en un post aparte, en el que llama precisamente “renacimiento” a lo que algunos prefieren llamar crisis.
4) “una vida más sencilla, en un hoy con más sentido”
Seguramente que este es el camino. Cada vez pienso mas en esto, en la necesidad de simplificar nuestras vidas, recuperando el sentido de las cosas pequeñas y de lo que verdaderamente importa. Actuamos como borregos, rebaño arriba y rebaño abajo, sin ni siquiera pensar qué estamos haciendo, y si lo que hacemos nos hace felices.
¡¡STOP!! Paremos, veamos que podemos hacer más sencillo (“menos es más”) para tener tiempo a vivir con más sentido, como dice Alfons.
6) “Me sorprende cada día más lo poco que estamos preparados emocionalmente para responder a los retos de la vida. Uno puede ser experto en algo muy sofisticado, y, al mismo tiempo, ser un profundo ignorante en el trato con los demás, y, peor aún, un ignorante dañino en el cuidado sentimental de aquéllos a los que justamente más quieres”
¡¡bravo, Alfons!! Totalmente de acuerdo, y da mucha penita. Lo cierto es que ninguno de nosotros escapamos a ese defecto, aunque hay unos más perdidos que otros.
Todo esto se soluciona con más EMPATÍA, esa es la palabra mágica… Necesitamos educación emocional desde la cuna, y tomarnos más en serio este asunto.
Conozco a más de uno que trata a patadas a SU gente, a los que rodean su vida cada día, y después se muestran como personas encantadoras en los negocios o tratando a la gente que les interesa. En mi tierra llaman a esto “candil de la calle, y oscuridad de la casa“, y es una de los hábitos más injustos del ser humano, ¡¡y tan común!!
7) “Es preciso redescubrir la inocencia, como eficaz antídoto del cinismo que envenena a los adultos que ya han abdicado de la ilusión”
He dejado para el final (y titulado con ella este post) la idea que resume mejor el antídoto contra este inventario de calamidades: ¡¡recobrar la inocencia!!
Pero me pregunto: ¿Cómo lo vamos a conseguir si solemos reírnos y burlarnos de la gente aparentemente ingenua, y admirar al avispado? Los “listos” generan una especial atracción, son “sexi”, incluso aquellos que juegan en la frontera del cinismo. Por el contrario, la gente “inocente” o “ingenua” nos parece a veces aburrida.
Personalmente voy en dirección contraria. Admiro cada vez más a la gente buena, a la gente con afectos, que es honesta y actúa por principios. Es ahora mismo el primer requisito, en lo que más me fijo, cuando selecciono a alguien para eMOTools.
Si todavía nos queda alguna duda, deberíamos observar mejor a nuestros hijos, a los chavales. Son más felices que nosotros porque son más inocentes, pero viéndolo desde otra perspectiva, también creo que son menos felices que los niños de antes porque aquellos eran más inocentes. Perdonen el juego de palabras, pero… ¡¡todo cuadra!!
8- “Éste ya no es el declive de Occidente, sino quizás del mundo entero. La globalización sacude el sentido del mundo. El éxito se mide por igual en todas las latitudes, a través de ese ecualizador universal que es el dinero”
Esta es la única idea en la que, quizás, discrepe con Alfons. Pienso que la crisis emocional está, sobre todo, en Occidente.. y desde aquí la estamos exportando, pero todavía hay muchos lugares que, por fortuna, consiguen darle la espalda o al menos atenuar sus efectos.
Creo que la búsqueda de la felicidad en países africanos o de Latinoamérica transcurre todavía por otros derroteros, y en este sentido, el Occidente industrializado tiene mucho que aprender de ellos. Pienso, en contraste con Alfons, que hay (todavía) diferencias significativas en el modo en que culturas orientales o del Tercer Mundo miden el éxito.
Por terminar, de nuevo me gustaría agradecer la contribución de Alfons Cornella, que una vez más da en el clavo. De hecho, es un tema que bien merece un libro, y no se por que me parece que Alfons está rumiando en esa dirección.
Si no ha pensado en ello (que lo dudo), me animo desde este humilde foro a invitarlo a que lo haga, a que tire de la cuerda de esta interesante tesis para brindarnos un libro cargado de evidencias que nos ayude a recuperar la inocencia…
Miguel A.
tendríamos que hacer algún esfuerzo por encontrar referencias mas universales, mas de consenso sobre lo que es bueno y es malo.
No existe ni lo bueno, ni lo malo, son solo conceptos culturales, seria imposible consensuar nada relativo a esas ideas, pues cada individuo tiene ya por nacimento su propia idea de lo bueno y lo malo impuesta socialmente, y añadido a la complejidad de la mente humana, pues hace de esto, una tarea imposible.
6) “Me sorprende cada día más lo poco que estamos preparados emocionalmente para responder a los retos de la vida. Uno puede ser experto en algo muy sofisticado, y, al mismo tiempo, ser un profundo ignorante en el trato con los demás, y, peor aún, un ignorante dañino en el cuidado sentimental de aquéllos a los que justamente más quieres”
Estoy de acuerdo, creo que una buena base moral y ética es fundamental en la educación de nuestros hijos, y no digo con esto que este en contra de la religión, pero si creo que deberia ser de enseñanza obligatoria la asignatura de ÉTICA (y lo escribo con mayusculas no por resaltar la palabra) ya desde el colegio, y acompañando a esta asignatura, debería impartirse Filosofía, pues si de algo adolece la gente más joven es de no tener el más mínimo interés por pensar, ni por plantearse las cosas que suceden a su alrededor, ni siquiera las que hace uno mismo.
Un saludo.
De un inculto e inocente mental pero con ganas de aprender.
Thomas
Hola Amalio,
Una consulta sobre la pintura ilustrando la chica emocional en post-17; por quién está hecha la pintura y el título de la misma pintura, cuál es?
Saludos.
Amalio
Hola,
Perdona que no te haya respondido antes, pero estaba intentando encontrar “el rastro” de esa imagen, y no lo he encontrado. La extraje del buscador de imagenes de Google, y no tenía datos de autor. Por eso ni siquiera lo he citado. Lo siento porque no te puedo dar mas información. Si averiguas algo mas, me lo dices, y entonces añado el dato en el post. Gracias. Amalio
Amalio
Peter, que casualidad, nos une la misma “anecdota” absurda. Cuando nació mi hijo Alejandrito, de padre y madre cubanos, pero nacido en Madrid, pasó a engrosar la lista provisional de “apátridas”, porque para Cuba tampoco podía ser de alli.
En fin, que como a tu hija mayor, se arregló el entuerto como se solucionan las tonterías jurídicas, con sentido común. A partir de ese día, Alejandrito se convirtió por arte de magia en el primer español de mi familia.
Pero OJO, discrepo con la ultima idea de tus comentarios: tener una patria no te hace “ciudadano del mundo”, más bien todo lo contrario.
Es posible que el ratito que nuestros hijos fueron “apátridas” ha sido el momento en que mas cerca han estado oficialmente de ser “ciudadanos del mundo”. Los “papeles” van en sentido contrario, porque sirven precisamente para legitimar los muros…
Peter Hodgson-2
Hola Amalio,
Seguramente merece un hilo aparte. Pero dadas las prisas bueno es un comentario. 🙂 Buscando por la red, Craig Calhoun parece estar en la cima del ‘establishment’ cuando de sociología como disciplina científica se trata.
No sé si fiarme del periodista de El País, me parece extraño que lo único relevante de esta intervención fuese la (auto)crítica de los viajeros frecuentes y el sentirse ciudadanos del mundo.
El no conocer a los vecinos y el tener ‘amistades’ en lugares remotos me parece más propio de jovenes tímidos refugiados en el red.
Una anécdota. Cuando nació mi hija mayor, la patria-potestad tenía que ser del padre. Yo, en esos momentos, tenía nacionalidad británica por lo que la niña no podía ser española, habiendo nacido en Málaga. Pero, ¡tampoco podía ser ciudadana del Reino Unido! Era la segunda generación nacida fuera del país. Este galimatías la convertía en apátrida, no ciudadana del mundo.
Amalio
Diego:
Ante todo, gracias por tus siempre interesantes comentarios.
Totalmente de acuerdo en que “la mejor forma de aprender es equivocándose”. Es quizas una de las leyes básicas de la educación de los hijos.
A mi personalmente me ha costado comprenderlo con mi hijo. Como concepto está bien, pero otra cosa es llevarlo a la práctica. La madre de mi hijo se atormentaba verlo caerse, e intentaba evitarlo siempre, pero pronto comprendí que cayendose, él solo, aprendería lo que significaba, así que he intentado siempre que “explore” por su cuenta para que viva la experiencia del error. Del mismo modo que hay que aprender a diferenciar muy bien los distintos tipos de errores, y actuar en consecuencia.
¡¡Iniesta lo tiene claro!! El fracaso (dejo constancia que no me gusta la palabra ni un poquito) entendido como varios errores con consecuencias significativas, enseña muchísimo, nos hace sabios.
En cuanto a las referencias morales, sí que creo que en algunas cosas tenemos que ponernos de acuerdo, como sugiere Peter en su post de ARQUICLUB. No quiero hablar de “moral”, sino de “etica” asumida de forma voluntaria, pero para eso tenemos que aceptar que hay cosas que estan mal en esta vida, sobre todo cuando hacen daño a otros.
Amalio
Peter:
Lo de la “visión californiana” merecería una reflexión aparte, y creo que me estas dando una pista interesante para escribir un post en otra ocasión. Prometo hablar de ello.
Volviendo a Alfons Cornella, creo que es un tio que si bien, efectivamente, mira demasiado al Norte como fuente de inspiración, y tal vez se mueva en un registro algo distante de la realidad que podemos vivir por estos lares, intenta siempre buscar el equilibrio, adoptando una visión más humana que la de otros “gurus” que conocemos, y en ese sentido lo respeto mucho. Además, es un tío inteligente y en algunos aspectos, ha demostrado ser bastante visionario (o bien informado, como quieras verlo).
Por cierto, me estas tirando de la lengua con este tema, y sin que esto tenga que ver directamente con Cornella, hoy precisamente he leído en la prensa un resumen de la charla previa que ha dado sobre “cosmopolitismo” el profesor Craig Calhoun en un forum que se está organizando ahora en BCN, de la Asociación Internacional de Sociologia.
Por si no has leido la noticia, te resumo lo que reseña El País como una de sus ideas más interesantes (lo siento porque no tengo la cita original y me tengo que limitar a citar al periódico):
“Calhoun habló de ese grupo formado por personas que se expresan en inglés, viajan con frecuencia y tienen amistades en los lugares más insospechados del planeta, incapaces, no obstante, de saber el nombre del vecino del rellano. Una élite que vive la ficción de sentirse ciudadanos del mundo y cuya percepción de la realidad no suele ir más allá de los vestíbulos de los aeropuertos y de los hoteles de la cadena Hilton”.
A esto le llama “cosmopolitismo de lujo”, y para apostillar, nos dice: “los únicos ciudadanos del mundo que hay hoy en día son los refugiados que no encuentran país que los acoja y tienen que vivir con la carta de la ONU”, ¿qué te parece?
RiverDD
Buenas!!!
Lo primero saludar a Nacho, que hace mucho que no se nada de él. Un saludo, Nachito!!!.
Lo segundo comentar y dar mi opinión sobre algunos de los puntos que destacas, Amalio:
1) Castigar el error.
A mi siempre me ha parecido un error castigar el error. Me gusta más animar y enseñar mediante el refuerzo positivo. Al fin y al cabo todos nacemos sin saber y tenemos que aprender, y la mejor forma de aprender es equivocandose. Si haces una cosa y la haces bien, no aprendes nada nuevo. En cambio si te equivocas, te ves en la obligación de aprender de tus errores.
Esto me recuerdo a una historia de un empresario que tenía un empleado que le hizo perder muchísmo dinero. El empresario lo llamó para hablar con él, se puso serio y le echó una buena bronca. Cuando terminó de echarle la bronca el empleado le dijo que iría ahora mismo a recoger sus cosas para dejar la empresa y el empresario le dijo que no. “Me ha costado mucho dinero que aprendas esta lección. Ahora que la sabes no te voy a dejar ir, ¿no?”.
Me quedo también con una frase de Roberto Iniesta, el cantante de Extremoduro: “Os voy a hablar con la sabiduría que me da el fracaso”.
2) Determinismo moral.
No creo que exista ni el bien absoluto ni el mal absoluto, así que es muy difícil evaluar la moralidad de una persona en función a unos actos que tienen como fin un bien o un mal (no absoluto).
3) Muchos problemas, pues más para pensar y resolver.
Esto es una actitud positiva. Qué hay muchos problemas, pues mejor. Más donde elegir que resolver. También me gusta mucho el enfoque que hace Amalio donde la Inteligencia Colectiva puede emerger. Nos encontramos ante la situación ideal (bueno, no tanto pero creo que tendemos a ella) para que la Comunidad resuelvas sus problemas de forma Global. Tecnológicamente tenemos una infraestructura bestial (internet), pero nos falta trabajar en formatos estándares y abiertos (Open Document Format es un primer paso) y, lo que desde mi punto de vista es más importante, una circulación “Libre del Conocimiento”. Para ello es imprescindible un cambio de mentalidad y que la Propiedad Intelectual, los Derechos de Copia Privada (Copyrigths), y los modelos legales que lo sustentan (lease patentes y demás) pasen a ocupar un segundo lugar. No quiero decir que desaparezcan (que tampoco estaría mal), pero sí que la sociedad debería empezar a entender que es más productivo a nivel global que todo el mundo tenga acceso a la información y que todo el mundo pueda utilizar los grandes y pequeños avances que la humanidad realiza. Un ejemplo de esto son el Software Libre y las licencias Creative Commons. (Aquí hay mucho de lo que hablar).
4) “una vida más sencilla, en un hoy con más sentido”.
Una preocupación filosófica recurrente en mi vida que nunca tiene solución.
7) Redescubrir la Innocencia.
Este punto me recuerda un poco al comentario que hice en tu post sobre PIXAR y Wall-e. Es más sencillo innovar si no estamos “contaminados” con los prejuicios y normas sociales.
Esto me recuerda un experimento que hicieron con una imagen en la que los niños veían 7 defines y los adultos veían a una pareja en actitud “cariñosa”.
Este es el link de la imagen: http://lasegundapuerta.com/wp-content/uploads/2008/03/delfines.jpg
Aún sabiendo que hay siete delfines cuesta encontrarlos (cuando eres un adulto con prejuicios sociales establecidos) 🙂
Saludos
Peter Hodgson-2
Hola Amalio,
Como mi post en arquiclub se centraba en el artículo de Cornella se me ha quedado algo importante en el tintero.
El el último párrafo de este post, mas o menos encubiertamente, pides a Cornella “un libro cargado de evidencias que nos ayude a recuperar la inocencia”.
Me gustaría que pensases en el escribir el libro tú, que tienes una visión menos californiana de la realidad.
Un abrazo, Peter