Mientras capeo el bochorno veraniego a la espera de la lenta llegada de mis vacaciones, hoy quiero escribir sobre algo que me produce mucha satisfacción. No se factura a nadie, ni lo encarga ningún cliente, pero es de las cosas que (humildemente) me parecen...
Exploro desde hace tiempo el poder de las metáforas como “moldes creativos” para innovar. Creo que hay soluciones tan ingeniosas y versátiles que se convierten en “modelos” en sí mismas, y se pueden usar como arquetipos mentales para una gran diversidad de situaciones. De ahí nació InnoBox, una herramienta de creatividad que ayuda a detectar oportunidades de innovación a partir de 30 “moldes” o “metáforas”.
He cambiado mi percepción de lo que significa una empresa que hace las cosas bien, que sobrevive solo si factura, y que factura si ofrece cosas por las que la gente está dispuesta a pagar. Te propongo este ejercicio: pregunta cuánto de lo que hace un consultor lo paga directamente el cliente de su bolsillo, y te harás una idea de la utilidad real de su cartera
Estoy ahora en Bilbao participando en una estupenda Jornada sobre Economía Abierta, organizada brillantemente por Consultoría Artesana en Red (Julen,...