Las crisis como sistemas de depuración (post-140)

En diciembre escribí un artículo en nuestro boletín de eMOTools que voy a reseñar en dos posts.
No he vuelto a él hasta ahora por respeto a las fiestas de fin de año. No me apetecía hablar de la crisis en época de ensoñaciones.
Creo en las crisis como sistemas de depuración, porque tienen un inmenso poder terapéutico, y este modelo que tenemos destila bilis por muchos agujeros, los del abuso inmobiliario, las burbujas especulativas, el oportunismo bancario y la parodia absurda del sparring permanente en que se ha convertido el ejercicio de la política oficial.
¿Cómo operan las crisis? Dicho bruscamente, son un mecanismo de selección natural del que sobreviven solo los más fuertes pero… ¿Y quiénes son “los más fuertes”? Como yo lo veo, la fortaleza para superarla depende de dos rasgos:
- aCtitud: Carácter, perseverancia, sacrificio personal, porque para conseguir la mitad que antes, ahora hay que trabajar el doble. Lo que hace la crisis es elevar el listón, tienes que apretar la marcha y empinarse más. Y en ese sentido, funciona como un sano antídoto contra la comodidad.
- aPtitud: Sobreviven solo los más aptos, y esto suena mucho más injusto, pero es así. Los que se hayan preparado, y tengan activos y margen para maniobrar, pero también los que hayan heredado esa fortaleza, obedezca o no a su mérito personal.
Me alegra saber que la escasez de recursos, por fin, va a servir para agudizar el ingenio. No hay dinero, entonces pensemos en hacer las cosas de otra manera. Ya era hora, pero mientras más duras y rápidas sean las medidas que se tomen, más pronto el sistema se va a depurar.
El efecto terapéutico de las crisis depende en gran medida de la intensidad con que se viva. Si la maquillas, se alarga. Si la asumes, acortas los plazos.
Lo de siempre, prefiero un día con la cara roja, que cientos con la cara amarilla. Los parches dubitativos harán de la crisis un tormento más largo que se coma nuestra autoestima.
Schoemaker, profesor de Wharton, dice que los tiempos de dificultades económicas son ideales para diagnosticar los errores y fallos que han estado escondidos bajo el barullo de las épocas boyantes: “usa las crisis para realizar profundos ejercicios de auto-diagnóstico”. Pero, ¿Lo estamos haciendo? ¿O seguimos creyéndonos que se trata de un ciclo coyuntural del que saldremos pronto? ¿Se está haciendo una autocrítica franca y profunda de nuestro modelo?
Para mí desde luego que no. Por ejemplo, la Administración sigue empeñada en destinar fondos a sostener grandes empresas y bancos que están podridos. Estamos echando dinero en saco roto, además de distraer fondos de otras opciones que sí contribuyen a un cambio de modelo.
No puede ser que algunos siempre ganen. Son los que más trincan en épocas de bonanza y los que más ayudas reciben en tiempos de penurias.
Pero hagamos una lectura más positiva. Después del ajuste brusco que provocan las crisis, los que sobreviven las bendicen porque encuentran después un mercado más sano y con menos oportunistas. Tener que esforzarse mucho más para conseguir lo mismo quita del medio a los oportunistas.
Si se hacen las cosas bien, en ciertos sectores solo quedarán los genuinamente interesados e incluso, aquellos que la tradición y motivaciones más profundas (incluso emocionales, como en las empresas familiares) les hayan ayudado a resistir.
Lo peor, lo más triste de las crisis, también hay que decirlo, es el deterioro significativo que producen en las variables sociales. Su impacto sobre los trabajadores “de a pie”, es decir, sobre aquellos que no han podido hacer nada para prepararse mejor, o para cambiar el rumbo de las decisiones ajenas que les terminaron perjudicando.
Pero no seamos paternalistas, también los trabajadores tienen su parte de responsabilidad por permanecer impasibles y participar, unos más que otros, en esta lujuria consumista en la que hemos vivido.
Yuri
Lo cierto es que no me gusta mucho la palabra «desaprender», aunque se lo que quiere decir con ello. Así que me quedo con «Al final se produce una mezcla, una mezcla rica entre lo que sabíamos, que vale la pena seguir sabiendo, y lo que hay que aprender de nuevo».
Y como bien dices, Amario, yo también creo que para «sobrevivir» en el tiempo es necesario llegar a equilibrar la balanza entre lo que sabemos-dominamos + lo verdaderamente nuevo. Y por supuesto, para tener valor para hacer «lo nuevo-lo desconocido», viene muy bien un poco de la ‘soberbia de innovador’ 🙂
Aparentemente la crisis, parece que nos empujaría a hacer cosas nuevas (impensable hasta el momento) aún sin tener dicha soberbia. Pero, de momento no está pasando eso (al menos en mi entorno).
¿Es posible depurar? ¿No sería mejor permitir el lujo de abrir un nuevo nicho para aprender lo desconocido? en cuyo caso, ¿Como ‘convencemos’ a los ‘estables’ a que ‘done’ una parte de sus recursos para la generación de este nicho?
¿No ha sido suficiente con el impacto del crisis? (ojo… no estoy deseando que empeore la situación).
¿Nos falta un poco más de ‘soberbia de innovador’?
Post + comentario para distribuir dentro de la organización para sensibilizar – y animar – 🙂
Amalio A. Rey
Yuri: Un placer, casi oriental, tenerte de nuevo por aqui….jj. Sí, ya sabes, a mi me gusta la mezcla. Existen muy pocas cosas en las que lo que sabiamos antes no nos sirva. Algunas ideas fijas, que ya no funcionan, hay que desterrarlas del stock de habilidades y conocimienos, otras merecen una revisión, un retoque, y finalmente estan los “principios” o “conceptos troncales” que en muchos casos siguen siendo validos convenientemente enriquecidos o adaptados al nuevo entorno.
No me gusta nada que se nos diga que tenemos que “desaprender todo”, me parece un fundamentalismo mas (por cierto, no es ni mucho menos lo que propone David).
Creo, y con tristeza, que la cosa se va a tener que poner aun peor para que algunos (que tiene poder) muevan el culo… y lo haran por nuestra presion. El olor a podrido esta camuflado con colonia, de la falsa, y con nuestra propia resistencia a “creer lo que sabemos”, o intuímos.
Por eso las crisis, con todo su dolor, dejan que el olor a podrido joda de verdad, moleste tanto pero tanto, que tengamos que hacer algo.
Gracias por pasarte por aqui, colega…
David Sánchez Bote
Las crisis son también un buen momento para desaprender, es decir, poner a cero nuestros esquemas para incorporar nuevos y más sanos marcos de significado. Sin embargo, me parece, que demasiada gente (u organizaciones) vive aún enamorada de lo que fue, sin plantearse siquiera que no pueda volver a funcionar. Como si lo que estuviera mal fuera el contexto y no lo que hacemos en él.
Tiempo para desaprender y desenamorarse…tiempos difíciles
Amalio
Buena aportación, David. Estoy de acuerdo con ese apunte que añade valor a lo dicho antes. Las crisis como una oportunidad de desaprender es, pienso yo, parte del proceso de depuración.
El ejercicio de «desaprender» es doloroso, sobre todo si te pilla con mas edad. Tambien depende de la capacidad y el hábito que tenga cada uno. Hay gente que lleva toda la vida, sea por la razon que sea, aprendiendo-desaprendiendo-aprendiendo-desaprendiendo, de forma iterativa gracias a que vivido muchos ciclos laborales y personales que le han obligado a cambiar constantemente. Pero tambien tenemos otras personas que han tenido mas estabilidad, y no han encontrado en su entorno (ni han tenido la motivación interna) la «presión» para reaprender. Esa gente esta sufriendo muchismo ahora por tener baja resiliencia.
Por otra parte, David, creo que nunca «ponemos a cero» nuestros esquemas, ni lo necesitamos. Al final se produce una mezcla, una mezcla rica entre lo que sabiamos, que vale la pena seguir sabiendo, y lo que hay que aprender de nuevo. Por suerte es así… Porque tambien temo que vayamos al otro extremo, y caigamos en la tipica «soberbia del innovador» que dice: «oye, cámbialo todo, ya no vale nada de lo que sabias».
En las crisis hay que desaprender muchas cosas, y como bien dices, son tiempos dificiles. Gracias por pasarte por aqui
pituskaya
Uy, me parece poco sensible algunos aspectos que enuncias.
Estoy de acuerdo en que la crisis provoca la depuracion en algunos campos y aspectos, incluso como reaccion, para frenar un consumismo desaforado, y un endeudamiento incontrolado; pero el planteamiento esta realizado desde un punto de vista muy especifico, y olvida que los «los mas aptos» ademas deben reunir otros requisitos, por ejemplo: una determinada edad, pues una edad muy avanzada tambien es un impedimento para tener mayor margen de maniobra, el tiempo corre en nuestra contra.
Ademas creo que hay otros aspectos que pueden convertir en «menos apto» a los que no forman parte de ningun colectivo o sector «preferenciado».
Creo en el valor de la formacion, de la prevision, pero creo que en esta crisis pueden resultar insuficiente para mucha gente. Los tiempos duros pueden prolongarse demasiado, y marginar a personas que simplemente desean vivir «tranquilos», sin vivir la vida como una lucha constante, personas que tienen capacidad, preparacion, y recursos sociales y personales, pero que no apuestan por la supervivencia de este sistema tal como lo conocemos, que va camino de no dejar ni las migajas para nuestros descendientes.
Aunque me salve, no podria decir que vea algo terapeutico en la crisis; los riesgos son muy grandes, para los que siempre han vivido en la frontera de la pobreza, para los que nunca salieron de la misma Conocemos nuestros gobiernos y quienes nos gobiernan, ellos no van a ser capaces de priorizar las necesidades colectivas.
Maquillar la crisis, es algo demasiado imposible para muchos que la viven intensamente aqui, y en tantos lugares, son millones los que llevan viviendo una crisis permanente, como reflejo de que esto no puede funcionar asi.
Siento parecer pesimista, pero es la reaccion a percibir que nuestro modelo esta completamente agotado, que el tiempo apremia, y que la concienciacion global aun va muy despacio, como para pedir empoderamiento a la ciudadania.
A la fecha no han cambiado siquiera las apariencias del propio sistema
Ya no son capaces ni de engañar, seguira recayendo la fortuna, y con ella gran cantidad de «aptitud» en manos equivocadas.
La crisis perpetua la mentira, porque los que sobreviven a ella, les resulta rentable que no cambie nada demasiado. Les acomoda como «supervivientes».
No. no creo que por si sola, sea depurativa, principalmente creo que es excluyente.
Interesante post, invita a la reflexion, es un placer leerte.
Amalio
Hola, Pituskaya: Lo siento si te han parecido «poco sensibles» algunos de los puntos que he comentado. Las crisis son duras, tienen su coste, a veces muy elevado. Ocurre como las enfermedades, que algunas vienen bien para corregir desviaciones que a la larga son peores.
En cuanto a la aptitud, no olvido lo que dices. He reconocido que es injusto, pero yo me limito a describir lo que veo, aunque a veces no me guste. He señalado que a veces incluso esa aptitud no obedece a méritos personales. Dicho esto, pienso que en una porción importante la aPtitud puede desarrollarse, si se combina con una buena aCtitud. Y por eso lo que tenemos que hacer es empujar a los que parten con desventaja, para no excluirlos y facilitar la igualdad de oportunidades, pero sin paternalismos que generan mas dependencia.
Es cierto, en todas las crisis los riesgos son grandes. Eso no se puede negar. Pero es que el riesgo, ese gran riesgo, se fue incubando en el periodo anterior, y no es culpa de la crisis, sino su causa. Lo que hace la crisis es «echar la mierda», y hacernos ver la cantidad de mierda que fuimos acumulando como Diógenes.
Discrepo con tu idea de que «la crisis perpetua la mentira». Si lo que habia era una mentira, no teniamos manera de verla sin una situación crítica como ésta. Un bofetazo, dos o tres hacen faltan. Eso pasa con la economía, la sociedad, incluso las parejas. Un buen bofetazo viene bien para darte cuenta de la falsedad en que se vive.
Estamos de acuerdo de que nadie asegura que una crisis va a ser necesariamente «depurativa», habrá que gestionarla bien para que lo sea, y comparto contigo mis dudas de que eso se esté haciendo, pero es potencialmente depurativa, y lo terminará siendo. Que se termine a medio o largo plazo dependerá de cómo se gestione.
Además de «depurativa», es «excluyente», buena matización. Todas las crisis lo son. Tampoco conozco ningun proceso de depuración que sea 100% perfecto. La mayoría se lleva con las impurezas materias de valor, «falsos positivos».
Muchas gracias por tu opinion