EmprendeWOW: Proyectos lustrosos que se desinflan (post-521)
La aventura de emprender está sujeta a las mismas euforias, sustos y frustraciones que se dan en la vida de cualquier persona. Pero puede que algunas percepciones se magnifiquen por la intensidad con que esto/as emprendedore/as as hacen la inmersión en sus proyectos y por las expectativas que generan en instituciones y medios deseosos de contar historias noticiables.
Conversando el otro día, mientras me llevaba a la estación de trenes, con un amigo y estupendo profesional que se dedica desde hace muchos años a acompañar iniciativas emprendedoras en una entidad bastante reconocida, estuvimos repasando la trayectoria de varios proyectos que tenían un patrón común: tuvieron en su momento una gran repercusión en los medios pero, después de marearnos a todos con promesas y más promesas, se disolvieron como un azucarillo.
Lo que yo he visto es que hay unos tipos de proyectos emprendedores que producen con facilidad una especie de “efecto WOW” porque combinan elementos sorprendentes y/o prometen soluciones realmente inesperadas. Por eso son muy mediáticos, ideales para generar noticias y atraer la atención, lo que en principio puede ser bueno pero después cuando se ponen bajo el microscopio empiezan a descubrirse detalles que hacen ver que son más storytelling que propuestas viables.
Estos proyectos se quedan en la frontera de cuajar de verdad porque al entrar en contacto con la dura realidad, y someterse a restricciones impuestas por los hábitos de consumo, la viabilidad tecnológica, las normativas, el modelo de ingresos, etc. demuestran que como idea eran seductores pero que como negocio o innovación de impacto, para nada. Que conste que tengo en la cabeza, con nombres y apellidos, varios ejemplos de proyectos y emprendedores vaporosos como los que estoy describiendo aquí pero estamos en días de fiesta, así que mejor no apuntar a nadie con malos recuerdos para no hurgar en la herida 🙂
Lo cierto es que casi siempre el diablo esta en los detalles y en no informarse bien. Los medios, y OJO: también algunas entidades de apoyo al emprendimiento que necesitan titulares y estadísticas para justificar resultados, se mueven por el sesgo de confirmación: buscan/desean una noticia que llame la atención y que sugiera una posibilidad, así que se fijan solo en lo que confirma esas expectativas para poder construir un relato molón. Pero no hay que hurgar mucho para darse cuenta que el trazo grueso del storytelling no supera el test de la realidad. Pocos entran en los detalles porque exige tiempo y somos muy perezosos. Pocos se hacen las preguntas adecuadas para hacer una validación con rigor antes de poner el altavoz sobre el proyecto. En fin, lo de siempre, andamos como pollos sin cabeza y muy carentes de pensamiento crítico.
Mientras tanto, el emprendedor o emprendedora de turno se hace famoso/a (aunque sea localmente) y eso genera estatus, credibilidad y más probabilidad que capte fondos públicos, que son los que más se dejan llevar por los fuegos artificiales. La fama y el impacto mediático hace creer a estos emprendedores que su idea/proyecto es mejor de lo que es. Algunos se ponen tontos, otros se autoengañan, y en general pierden el foco. Entonces se pasan más tiempo en saraos y ventas de la idea que en dedicar tiempo a validar y afinar su implementación. A más noticiable se vuelve la promesa, más sigue inflándose la burbuja (de las expectativas) entre todos, incluso cuando el proyecto ya tiene pinta de que hace aguas por muchos sitios. Después, más huida hacia adelante con más subvenciones o rondas de financiación para salvarlo porque nadie desea una crisis reputacional.
Pasado el tiempo uno pregunta por ese proyecto súper-lustroso o por aquel emprendedor que contaba sus ideas de forma espectacular, y se da cuenta que se lo llevo el viento, sin pena, ni gloria. Fue un bluf sobrefinanciado. Casi siempre con dinero público o con las entradas que pagan algunos que yo me conozco para asistir a esos eventos-show de Management donde se cuentan chorradas sin ninguna evidencia.
Canela
Una lástima que se financien proyectos que son solo eso.. proyectos con buen marketing y se dejen fuera otros proyectos que sí son viables y escalables.
Julen Iturbe-Ormaetxe
Ha pasado, pasa y seguirá pasando. Ley de vida. Momentos fugaces de farándula y boato. Luego a lo mejor resulta que la idea no era tan maravillosa o simplemente había que currársela más. Naturaleza humana. Conste de esto también tiene que haber para que otros reluzcan jeje
Amalio Rey
Desde luego. Pero creo que aún así se pueden hacer cosas desde las instituciones (y los medios) para mejorar los mecanismos de filtrado antes de poner los focos (y el dinero) en cualquier proyecto 🙂
Víctor Gómez
A eso en mi tierra lo llaman vendehumos