Paradojas para degustar en Primavera

POST Nº595
Soy muy fan de las paradojas como recurso para muscular la mente porque son ideas extrañas, complejas, que contradicen la intuición general. Como dije en otra ocasión, citando a Jeff Jarvis, presentar las ideas a través de la duda y la contradicción ayuda a huir del dogma.
El pensamiento paradójico, además del deleite intelectual que produce, sirve para tensar y poner a prueba nuestras ideas fijas, porque habita por definición en territorios de equilibrio inestable. Si te gusta el tema, puedes ver más posts sobre #paradojas que he publicado en esta casa.
Hoy traigo algunas paradojas nuevas, que añadí a mi colección, para comentarlas. Me voy a servir de ellas para contar cosas que me apetece decir. Los textos que cito son, más bien, el pretexto, para compartir opiniones. Cada cita está enlazada a su fuente original, por si quieres seguir investigando. En los casos en que no pongo la fuente es porque la desconozco.
Ahí te dejo las 15 ideas. Espero que, por lo menos, te hagan pensar:
P1: “No estás atrapado en el tráfico. Eres el tráfico” [Valla publicitaria, citada por Eric Liu en The Atlantic]
Tanto victimismo es inaceptable. Por ejemplo, no estamos atrapados en el gobierno esclerótico y la política extractiva. Somos eso nosotros mismos, a menos que hagamos algo por cambiarlo.
P2: “Las concentraciones racistas no hay que prohibirlas, yo quiero saber quiénes son” [Wes Bellamy, concejal en Charlottesville]
Yo también prefiero que las posturas extremas afloren y se expresen, en vez de esconderse a conspirar debajo de las alfombras. Por prohibirlas, no van a desaparecer. Que se expongan ayuda, al menos, a darse cuenta de que algo hay que hacer con ellas. Esto tiene también, como comprenderás, una evidente lectura en clave de política interna española.
P3: “Nuestra vida no es más que un fogonazo entre dos negras infinitudes” [Andrea Kohler]
La vida y la muerte funcionan al revés de lo que creemos. Existir es la excepción, no la regla. Seamos humildes. Eso ayuda a entender la muerte.
P4: “El tipo más valioso de libertad, del que no se escucharás hablar mucho, es el de la atención, la conciencia y la disciplina (…) Eso es ser educado y entender cómo pensar. Esa es la verdadera libertad. La alternativa es la configuración predeterminada, la carrera de ratas” [David Foster Wallace]
La plena atención, y la disciplina de mantener el foco y descartar, nos libera. La libertad no tiene nada que ver con andar mareados con multitud de opciones. Elegir bien, con criterio, o sea, saber renunciar, es la forma menos evidente de libertad, pero la más efectiva.
P5: “Hay que asumir que la sociedad no tiene la obligación de hacerte feliz con tu vocación” [Mauricio-José Schwartz]
Tenemos todo el derecho, y el deber, de construir la sociedad que nos merecemos. Pero no podemos pedirle a la sociedad que haga lo que nos corresponde a nosotros. Descubrir nuestra vocación, y buscarla, es cosa nuestra.
P6: “La meta puede ser el medio, y el camino para conseguirla, el fin”
A veces se invierten los términos, ¿no te ha pasado? Bien porque lo buscabas así, de forma deliberada, o bien porque te lo encuentras. La meta y el camino son conceptos escurridizos que se intercambian, y que quizás no valga la pena etiquetar.
P7: “Hoy en el mundo de la educación nadie parece molesto si le dices que está equivocado, pero se deprime si sospecha que está anticuado” [Gregorio Luri, citado por Jesús Martínez]
Lo nuevo, en estos tiempos, parece más relevante que lo bueno. Esa es, pienso yo, la incongruencia más tontuna de nuestra época. Y, como se verá, la más cara de todas.
P8: “Hay dos lados en todo, o no hay nada”
Cualquier cosa viva, admite lecturas contradictorias. Lo amargo tiene sentido porque existe lo dulce, y viceversa. Entender y practicar esa dialéctica es un arte sofisticado que dice mucho de lo sabios (o no) que somos.
P9: “Lo que presagia el futuro es más y más información. No habrá nada que no sepamos, pero no habrá nadie pensando en ello” [Neal Gabler]
Una cosa es la información, y otra, entender y pensar bien. A más exposición, más difícil es el discernimiento. La clave no está en los datos, sino en la calidad de las preguntas que les hacemos. Tengo dudas razonables de que, como sociedad, nos estemos planteando las grandes preguntas que deberíamos.
P10: “Bienvenidos los prototipos, pero lo que necesitamos son innovaciones masivas que institucionalicen el hackeo y lo conviertan en una herramienta de cambio social” [Alejandro Piscitelli]
Andamos tan entretenidos con los prototipos, sin duda, lo más divertido, que nadie se ocupa del marrón de que salgan del modo laboratorio para traducirlos en impacto. Habitamos en el eterno prototipo y en esa falsa sensación que generan de que con ellos ya estamos cambiando cosas. No es así. Por mucho que se diga lo contrario, el cambio de alcance se produce con la institucionalización.
P11: “A veces, la mejor solución es no hacer nada”
Al revés de lo que receta el griterío hiperactivo, no hacer nada, bajo ciertas circunstancias, puede ser la mejor decisión. Sobre todo, cuando lo más sabio es esperar. En el mundo de la medicina llaman “Iatrogenia” a las intervenciones que producen más daño que bien. Pos’eso, ahí lo dejo…
P12: “El truco para mantenerse relevante frente a este cambio rápido es la capacidad de abstracción” [Matthew Salganik]
Ante el cambio rápido, mejor alejar el zoom para filtrar las esencias. Al revés de lo que hace todo el mundo, céntrate en lo que no cambia. No te pierdas en los detalles, esos que se mueven mucho, sino en comprender las esencias. Para eso, conviene alejarse y ganar en perspectiva.
P13: “No creo que lo conservador sea algo malo. Implica que tienes un respeto por la tradición y quieres mantener lo mejor de ella. En el sur de Asia respetamos mucho la tradición y no pensamos que sea negativo” [Audrey Tang]
A más comprendo la innovación, más me doy cuenta de lo importante que es consolidar lo que va bien, ¡¡y lo que cuesta hacer eso en estos tiempos líquidos!!. El “respeto por la tradición” no es algo baladí, tampoco. De nuevo, me da miedo que lo nuevo parezca, hoy, más relevante que lo bueno.
P14: “Allí donde todo discurre sin conflicto, normalmente hay alguien con demasiado carácter que se aprovecha de la timidez o desapego de los demás” [Antonio Lafuente]
No es creíble la sana convivencia sin conflicto. Si todo parece ir como la seda impoluta, busca bien, que algo de falso hay. O alguien controla más de la cuenta, o hay indiferencia colectiva.
P15: “Hay una equiparación absurda entre el pesimismo y la sofisticación. Los pesimistas son considerados más serios y moralmente superiores. Tienen prestigio intelectual (…) Un pesimista parece que quiere ayudarte; un optimista, venderte algo. A los optimistas nos llaman ingenuos” [Steven Pinker]
Es cierto que el pesimismo, o siendo más preciso, el escepticismo, es sexy intelectualmente. En parte lo entiendo, pero es un hábito que puede llegar a ser autodestructivo. Si no aprendemos a reconocer y disfrutar, también, del progreso, nunca sabremos cuándo lo estamos haciendo bien.
NOTA: La imagen pertenece al álbum de Mathias Klang en Flickr. Si te ha gustado el post, puedes suscribirte para recibir en tu buzón las siguientes entradas de este blog. Para eso solo tienes que introducir tu dirección de correo electrónico en el recuadro de “suscríbete a este blog” que aparece en la columna derecha de esta página. También puedes seguirme por Twitter o visitar mi otro blog: Blog de Inteligencia Colectiva.
Juanjo Brizuela
Damos las cosas por demasiado supuestas, Amalio. Y así, evidentemente, no avanzamos.
Gracias por estas frases pero sobre todo por tus reflexiones a partir de ellas.
Me quedo con esa preponderancia de lo “nuevo” frente a lo “bueno”. Para pensar
Abrazo
Julen
Apunta, Amalio: Breve historia de la paradoja, de Roy Sorensen.
Amalio Rey
Julen, ¿pero has leído tú ese libro? ¿me lo recomiendas? porque yo ya lo había visto pero, por alguna reseña, me parecía un poco castaña 🙂
Julen
Lo tengo leído por partes hace mil años. En su día me lo regaló David. Es en plan filosofía, pero tenía cosas útiles. Le voy a dar una segunda oportunidad y ya te cuento
Miriam Cervino
Hola Amalio, muchas gracias por la estas paradojas y su explicación. Me resultan muy interesantes, al menos para pensar y pensar sobre ellas. Para mí es algo casi nuevo y, a la vez, casi imprescindible ya, el hecho de consolidar lo que va bien. Querer innovar y ser disruptivo en este mundo de cambios rápidos es como un imperativo y, la verdad, me crea mucho estrés. Pararse a mirar lo que ya existe y funciona no es algo a lo que estemos muy acostumbrados y me alegra que lo menciones y hasta que lo recalques
Amalio Rey
Miriam, “Pararse a mirar lo que ya existe y funciona no es algo a lo que estemos muy acostumbrados”, Pos’si… tienes mucha razón. Un saludo
Miriam Cervino
Amalio, se me ha quedado dando vueltas lo de “Lo nuevo, en estos tiempos, parece más relevante que lo bueno” y me pregunto…bueno, más bien, te lo pregunto a tí, como se innova si nos fijamos en lo que ya existe, o eso en sí mismo es ya innovar. Hay que coger lo que funciona, por ejemplo en una empresa y potenciarlo o dejarlo como está pero dándole importancia al fijarnos en los detalles?
Amalio Rey
Lo primero que te diría es que innovar no es un fin, sino un medio. Primero hay que pensar un problema no resuelto, e intentar resolverlo con soluciones originales. Pero hay problemas bien resueltos, o que al menos su solución actual puede ser mejor que “lo nuevo” que a algún iluminado se le ha ocurrido. Yo, como innovador, no ando buscando “algo nuevo” como propósito, sino que parto de un problema que me duele, de un reto, o de una oportunidad, y a partir de ahí exploro posibles soluciones. Si “lo nuevo” que veo no es mejor que “lo bueno” que existe, entonces es mejor seguir buscando. Por otra parte, si algo funciona bien, lo primero que haría yo es potenciarlo. Si ves que algo “nuevo” puede ser más “bueno” que eso, pues obviamente, adelante con esa innovación. No sé, tal vez te estoy contestando con obviedades 🙂
Miriam Cervino
No, para nada, obviedades no, al menos para mí. Me queda claro con el ejemplo que me pones y con lo que dices que innovar no es un fin sino un medio y que partamos desde un problema que nos duele. Mejor explicado, imposible. Muchísimas gracias por tu respuesta y tu rapidez
Daniel
¡Gracias Amalio por la degustación de paradojas!.
Por añadir una reflexión, en relación a la P5: “Hay que asumir que la sociedad no tiene la obligación de hacerte feliz con tu vocación” agregaría una connotación más a las que has indicado: pese a que se descubra y se encuentre la vocación, como bien indicas, puede que no se dispongan de las cualidades necesarias para ejercer dicha vocación, al menos no con la intensidad y dedicación que se pudieran desear, siendo necesario combinarla con otro tipo de actividades quizá menos vocacionales.
Hay que reconocer también los límites de cada cual, cuando estos sean patentes.
Amalio Rey
Totalmente de acuerdo, Daniel. Cuando hablaba de “encontrar la vocación” es, como ya supones, una condición necesaria pero no suficiente para ser feliz con el trabajo que uno hace. Que se te dé (relativamente) bien, como para poder ganarte la vida con eso, es otra historia. Un saludo