Patrones curiosos que nos descubre el buscador de Google
POST Nº605
En un post anterior presenté el libro de Seth Stephens-Davidowitz: “Todo el mundo miente: lo que Internet y el big data pueden decirnos sobre nosotros mismos”, que explica por qué Google se ha convertido en el gran confesionario de nuestro tiempo, y cómo las huellas que deja la gente en el buscador son una fuente inagotable de datos para hacer investigación.
El autor aprovecha esos datos de búsqueda y los analiza, de forma agregada, para hacerse preguntas que conducen a resultados sorprendentes. Traigo a este post algunas de las observaciones más curiosas, divertidas o chocantes que salen del estudio de Stephens-Davidowitz:
Sesgo de género:
- Los padres parecen ver más niños que niñas superdotadas, cuando esa es una conclusión que no tiene ninguna evidencia científica. Por ejemplo, preguntan 2,5 más veces: “¿es mi hijo superdotado?” que “¿es mi hija superdotada?”; y demuestran un sesgo similar cuando usan otras frases relacionadas con la inteligencia que quizás no dirían en voz alta como: “¿es mi hijo un genio?”.
- Los padres buscan en Google “¿es mi hija gorda?” más o menos con 2 veces más frecuencia que “¿es mi hijo gordo?”. También hay el doble de posibilidades de que pregunten cómo ayudar a una hija a perder peso frente a cómo hacerlo con un hijo.
- En general, los padres parecen más propensos a utilizar palabras positivas en preguntas sobre hijos varones que sobre hijas. Por ejemplo, suelen preguntar más si un hijo está “contento”, y menos si está “deprimido”.
Sobre el sexo:
- La queja más frecuente, en Google, relacionada con el matrimonio, es la falta de relaciones sexuales. Las búsquedas de “matrimonio sin sexo” más que triplica la de “matrimonio infeliz”, y es 8,5 veces más frecuente que “matrimonio sin amor” 🙂
- En Google hay 16 veces más quejas sobre un cónyuge que no desea tener relaciones sexuales que sobre uno que no está dispuesto a hablar 🙂
- De las 100 primeras búsquedas hechas por hombres en PornHub, uno de los sitios porno más populares, 16 son vídeos de temática incestuosa. Mientras que ese registro en mujeres baja a 9 de cada 100.
- Este dato es increíble, además de ser uno de los favoritos del autor: Los hombres hacen, más o menos, el mismo número de búsquedas sobre cómo practicarse sexo oral a sí mismos que sobre cómo hacer para que una mujer tenga un orgasmo.
Ansiedad, urbanitas y nivel educativo:
- Existen tasas más altas de búsqueda sobre ansiedad (por ejemplo: “síntomas de ansiedad” o “remedio para la ansiedad”) en poblaciones que residen en zonas rurales con niveles educativos e ingresos medios más bajos, que en grandes ciudades con altos niveles educativos. El estereotipo del urbanita neurótico, dice el autor, puede no ser más que eso.
¿A qué edad los chavales eligen a su equipo favorito?:
- Alguna vez, en mis elucubraciones futboleras, me he preguntado esto: ¿a qué edad seríamos más eficaces de captar a un niño o niña para nuestro equipo de fútbol?, o más concretamente, en mi caso: ¿a qué edad tenemos más posibilidades de que un chaval sevillano se haga del Betis, y no del Sevilla? 🙂 Pues el autor estudia esto, pero para el beisbol, que no creo que sea demasiado diferente. Según su análisis, la edad más importante en la vida de un varón (lo hace solo para los niños), a efectos de consolidar su apoyo de adulto a un equipo de beisbol, es alrededor de los 8 años. En general, según indica su análisis, se capta a un niño entre las edades de 8 y 15 años. A más crece, a partir de esa edad, más difícil es, incluso aunque ese equipo gane mucho y capte así más atención favorable. Por ejemplo, a la hora de determinar a qué equipo seguirá finalmente, que un equipo gane torneos cuando un varón tiene 19-20 años genera cerca de 1/8 de impacto (en la elección del club de sus amores) que, si gana cuando tiene 8 años, ¿será así en el futbol? ¿las chicas elegirán igual?
Búsquedas que anticipan tendencias y pueden servir para la prevención:
- Cada vez hay más pruebas de que las búsquedas en Google vinculadas con actividades delictivas guardan correlación con la posibilidad de cometer esos delitos. O sea, en términos probabilísticos agregados, si más gente busca cosas diciendo que quiere hacer algo, más gente lo hará.
- En la línea anterior, una investigación realizada por Christine Ma-Kellams et al (“Rethinking suicide surveillance: Google search data…”) demuestra que las búsquedas en Google vinculadas con el suicidio se correlacionan estrechamente con las tasas de suicidio por estados.
Basado en los dos ejemplos anteriores, el autor sugiere usar ese tipo de datos para hacer una distribución temporal y geográfica más optimizada de los recursos preventivos según el momento y las zonas donde se nota más o menos incidencia en las búsquedas.
¿Qué buscamos sobre los genitales por sexos?:
- La principal preocupación que expresan las mujeres en las búsquedas relacionadas con sus genitales es el mal olor de la vagina, y cómo remediarlo. Lo curioso es que la frecuencia de estas búsquedas, según los datos generados por Google, son bastantes similares a la que sabíamos era la gran obsesión de los hombres: preocuparse por el tamaño de su pene.
- Los hombres hacen más preguntas en Google sobre su órgano sexual que sobre cualquier otra parte de su cuerpo. Preguntan más sobre cómo conseguir un pene más grande, que sobre cómo afinar una guitarra, preparar una tortilla o cambiar una rueda. ¿Y las mujeres se preocupan tanto por el tamaño de los penes? Pues por cada búsqueda que hacen las mujeres sobre el falo de su pareja, los hombres hacen alrededor de 170 sobre el propio 🙂
- Más del 40% de las quejas relativas al tamaño del pene de una pareja es porque es demasiado grande, siendo esa la queja más frecuente.
Pues, ya ves, los datos de búsqueda en Google, procesados de forma agregada, y utilizando variables de filtrado relacionadas con la ubicación geográfica, el sexo y otras, nos pueden revelar tendencias o patrones muy curiosos. Como expliqué en mi post anterior, el hecho de que la gente sea tan sincera en el buscador, añade más fiabilidad a esos datos, aunque también arrastra otros sesgos asociados a esa fuente.