No es un chollo, merece un respeto (post-171)

Siempre digo que el cambio radical en la relación de pareja no ocurre si te casas, sino cuando tienes el primer hijo.
Es ahí cuando te entra el vértigo de la responsabilidad y una cierta sensación de haberte metido en algo irreversible.
Salvando las distancias, su equivalente en el mundo profesional pudiera ser cuando empiezas a pagar nóminas.
Nadie duda que convertirte de trabajador por cuenta ajena a Autónomo significa un cambio importante, pero la gran sacudida vital se produce en el momento que haces-empresa, implicas a gente, y comienzas a pagar salarios.
La cuota de sacrificio que eso implica para el emprendedor-empresario (que es honesto) en términos de pérdida de autonomía personal y de estrés derivado del aumento de la percepción de riesgo es grande. Sin embargo, esto a menudo se ignora y no se valora lo suficiente.
Yo tengo una empresa pequeña, y mi riesgo es relativamente bajo porque en mi negocio no hay que hacer elevadas inversiones, y cuento con unos compañeros que parecen tan emprendedores como yo.
Mi “punto muerto” es accesible, un listón que se puede saltar incluso en tiempos revueltos como éstos, pero tengo que hacer el doble de esfuerzo para superarlo que si solo me dedicara a dar ponencias y a la vida contemplativa.
Ese extra de tensión genera agobio que terminas llevándote a casa, y compartiendo (sin comerla, ni beberla) con familia y amigos. Y además, produce sensaciones contraproducentes como estas:
- Llega fin de mes, y cuando eras empleado decías “que guay, ya voy a cobrar”. Ahora todo lo contrario “puff, bajan las reservas, toca pagar”.
- Llega el verano, y cuando eras empleado decías “que estupendo, llegan las vacaciones”. Ahora digo: “vaya, a soltar una pasta por un mes en que no vamos a ingresar nada”.
- Se termina el horario de la oficina, y te vas pa’ casita. Algunos empleados se llevan problemas, es cierto, pero la mayoría no. Ahí sigue el emprendedor-empresario dándole vueltas a los temas, rompiéndose el coco para armar el puzzle incompleto, preocupado por invertir en proyectos y haciendo virguerías para apagar fuegos por falta de liquidez.
- Nunca descansas del todo, por mucho que delegues y compartas. En consultoría, por ejemplo, aunque tengas tus cuentas al día y la facturación adecuada, sabes que tienes que seguir sembrando porque de eso depende que factures el año que viene. Hoy facturas bien, podrías relajarte, pero no… porque si te relajas… facturas mal el año que viene.
Me troncho de la risa cuando escucho eso de que “me hice empresario para ser mi propio jefe”. Pues no, ahora tienes más jefes porque cada cliente se convierte en uno.
En realidad, lo que haces es diversificar tu cartera de jefes, y eso puede ser mejor si el que tenías en tu último empleo era un capullo. Ahora puedes tener la suerte que te toquen algunos jefes-clientes comprensivos y amables, pero no siempre es así, y en algunos casos (cuando no has hecho las cosas bien porque eres humano) que te toque lidiar con cada personaje que ni te cuento, de esos que llevan un “dictadorcito” dentro que si fuera tu jefe, y no tu cliente, hubieras mandado a la mierda.
Soy optimista por naturaleza. No voy por ahí de quejica. Suelo ponerme siempre del lado del más débil, que en principio puede que sea el trabajador o empleado. Pero en estos tiempos ser (un buen) emprendedor-empresario no es un chollo, no es Jauja, y merece un respeto.
Queda muy chachi criticar tirando de estereotipos. Hay mucho demagogo por ahí haciendo chiste fácil a costa del empresario, al que por cierto también le facturan.
Claro que los tenemos egoístas y explotadores, a esos que los señalen… pero es triste e injusto no reparar en otros que con humildad y sentido del compromiso continúan al pié del cañón (más en estos tiempos) defendiendo proyectos y empleos.Hay mucha gente buena por ahí currándoselo de verdad así que hablemos también de lo bueno, demos buenas noticias, seamos equilibrados.
De los emprendedores y empresarios que arriesgan con un genuino sentido de la responsabilidad deberían aprender esos especialistas-en-rajar-de-lo-ajeno, que no tienen cojones para asumir más preocupaciones que la de salvarse a sí mismos. Buah, así está chupa’o andar por ahí dando lecciones sobre lo malo que es el Capitalismo.
Ángel y Lucy
Hola Amalio. Nos conocemos indirectamente por Paz y una reunión pero simplemente quería comentar que nos identificamos completamente con lo que expresas pues ser un pequeño empresario se convierte en una odisea interminable en este país, especialmente si te mueves dentro de unos parámetros distintos como son la sostenibilidad y ecología.
Muchas gracias por tu post y nosotros seguiremos con nuestras preocupaciones para poder sacar nuestro negocio adelante.
Un abrazo de los Posaderos
Ainhoa
Muy interesante Amalio, como siempre. A mí este tema me toca totalmente porque conozco ambas caras: No he trabajado, en general, para empresarios honestos ni fáciles de tratar, y ahora lo vivo desde «la barrera» con el estudio. La mala imagen que existe sobre los empresarios en general es mala porque algunos se lo ganan a pulso pero los buenos parece como que no existen, son invisibles. Nuestra generación debería de luchar por cambiar esto ¿no?.
Amalio Rey
De acuerdo, Ainhoa. Creo que hay de todo. Una buena parte del empresario se ha ganado a pulso esa mala fama. Han abusado mucho. Eso está claro. Pero es el momento de cambiar la percepción, o al menos, de practicar una mirada más empática hacia lo que significa «pagar nominas para llenar neveras», que es algo muy serio. Creo que es de justicia que no se generalice, no?
Un abrazo
Amalio Rey
Gracias, Angel y Lucy. Si nos conocemos por Paz, ya sabeis, «visagra» de calidad, una estupenda mujer. Le tengo mucho aprecio a «Maripau»…
Pos’eso, a seguir quitando preocupaciones del medio 🙂
Un abrazo
Jesús Mª Pérez
Buenas noches, Amalio!
Me quedo con esta parte del texto:
«´me hice empresario para ser mi propio jefe´. Pues no, ahora tienes más jefes porque cada cliente se convierte en uno.»
Engloba lo que significa ser emprendedor y creo que ejemplifica de manera transparente el no-chollo que es “eso” a lo que tu te dedicas junto a un equipo de trabajo.
Mi más sincero respeto, amigo.
Un abrazo!
Amalio
Gracias, Jesús Ma., por pasarte por aquí. Es un placer como siempre.
Habras visto por los comentarios anteriores que esa frase generó cierto debate, por la idea de ver al cliente como “jefe”. Se pueden hacer muchas lecturas del asunto. Experiencias hay montones.
Mi respeto para ti, también, amigo…
un abrazo
Francesca
Enhorabuena por el post, Amalio.
Si ya es duro asumir la responsabilidad del propio trabajo, sin que la economía doméstica tenga garantizado el melódico ritmo de entrada de la nómina segura… responsabilizarse de que otras personas puedan pagar la hipoteca a fin de mes, es meritorio, la verdad.
Yo me lié la manta a la cabeza hace ya casi 3 años y dejé un trabajo de esos que te pagan religiosamente, aunque te limites a calentar la silla, para dedicarme al bonito deporte de riesgo que es la investigación en este país… y noto que la gente me mira raro… pero al menos yo, cuando me da por pensar que soy una irresponsable y que quien me mandaría, pues eso, no tengo que sufrir pensando que si no me prolongan la beca hay otra gente que lo va a pasar mal ¡qué sólo de pensarlo!…
En fin, felicidades por el valor, sigue así y no te hagas mala sangre con esos que rajan de lo ajeno… lo harán siempre, entre otras cosas porque mientras criticas a otro no tienes que ejercer ese otro deporte, desgraciadamente tan poco practicado y tan sano, de la autocrítica.
A parte de eso, son ahora las 21.15 h., las 20.15 h. en Canarias =)
Amalio
Francesca: ¡¡que arte tienes, hija!! Me hace mucha ilusión verte por aqui. Ya sabes, una devoradora de libros visitando mi casa es una fuente de sorpresas. Casi te traigo tirando de las orejas, pero al fin lo he logrado. El fin justifica el medio. Ya sabes, me gusta leerte, tienes como Sevilla, “un sabor especial” (bueno, Málaga también, pensándolo bien).
Ya veo que tú también eres emprendedora apostando por los deportes de riesgo. Eso de “calentar la silla” a cambio de un salario pagado religiosamente como que no te va, no mola… ¿a que no?
Sintonizo con esa vocación de atrevimiento.
Los que rajan de lo ajeno, en plan doctrina infalible, se descalifican a sí mismos. Creo que hay mucho egoismo en el personal, y también, todo hay que decirlo, “bla, bla, bla” vendido con estética social. A estos quiero verlos pagando nominas…
Una alegría tener tu visita, de verdad…
un beso
Amalio
Me parece muy interesante tu articulo, Jorge. Le estoy echando un vistazo. Quiero leerlo con tranquilidad, y te comento. Gracias por compartirlo.
un abrazo
Amalio
JT
Al final me decidí a publicarlo en el blog, así igual es más cómodo de leer y comentar:
http://la-cajita.es/blog/2010/07/03/el-modelo-socioeconomico-que-hay-detras/
Si sacas ese ratillo para leerlo, me encantaría saber tu opinión al respecto, son ideas bastante básicas pero pueden ayudar a ilustrar por qué es tan oportuno el emprendizaje social y modelos similares, tipo «for profit / for good».
¡Saludos!
Amalio A. Rey
Jorge:
Acabo de entrar en tu post, que me ha parecido muy bien escrito e interesante. Abre una línea de discusión de largo recorrido.
Me alegro que hayas documentado esa idea. Te he dejado allí mis comentarios.
Nos seguimos leyendo,
un abrazo
Oscar Carrión
Hola Amalio:
Muy cierto lo que cuentas, lo he vivido en mis propieas carnes. Por diversos motivos que no vienen al caso, vendí mi empresa hace 4 años, en los buenos tiempos, y tenía 60 trabajadores. Eran tiempos de vino y rosas, un negocio seguro y aún así tenía todos los meses 70.000 € en nominas y otros tantos en mercancía. De vertigo.
La sensación que sentía es que casi todo el mundo me trataba como un presunto delincuente, desde la administración hasta mis empleados, y tampoco es que le viera tanto color. Mucha constricción de esfínteres a fin de mes y en vacaciones, y todo el entorno diciendo, !te estás forrando!, confundiendo venta con beneficio.
A día de hoy, con nueva empresa, no tengo ninguna gana-intención de contratar a nadie. Pienso que la cosa va por encontrar nuevos formas de hacer negocios y proyectos en los que encontrar puntos con tus socios-colaboradores, y acabado el proyecto, cada cual a su marcha, compartiendo riesgos y cargas.
Ya no quiero dar la cara más que por mí y mi familia, la de sangre, y no la de un montón de empleados que sólo pensaban en sacar provecho de la situación y de todo lo que podían, y el malo siempre era el de arriba, el que se forraba.
Las empresas, por naturaleza, se constituyen con ánimo de lucro, el máximo posible, y eso sólo se consigue apretando costes y aumentando ventas, es lo que hay. Si lo que queremos es arreglar en mundo, no montemos emresas, montemos ONG´s, demos nuestros servicios a coste y durmamos tranquilos sabiendo que ayudamos al mundo.
Mal lo tenemos si el pequeño empresario es el «enemigo» a batir. Y el que sepa tanto, que monte empresa, se la juegue y a forrarse, está tirado…
Dejo un enlace de un buen artículo de mi amigo Andrés Pedreño, de la UA, sobre el tema y cómo lo está pasando la pequeña empresa en etso momentos.
http://www.diarioinformacion.com/dominical/2010/06/13/duro-ajuste-pequenas-empresas/1018547.html
Estupendo blog, enhorabuena.
Jorge
«Las empresas, por naturaleza, se constituyen con ánimo de lucro, el máximo posible, y eso sólo se consigue apretando costes y aumentando ventas, es lo que hay. Si lo que queremos es arreglar en mundo, no montemos emresas, montemos ONG´s, demos nuestros servicios a coste y durmamos tranquilos sabiendo que ayudamos al mundo.»
Óscar, puede sonar contradictorio partiendo de esas premisas, pero yo creo que precisamente el futuro está en lo intermedio: empresas con ganas de arreglar el mundo. Que las hay.
La empresa-sólo-por-lucro y la ONG-sólo-por-ayudar me parecen menos «sostenibles», la una por falta de objetivos de interés común, y la otra por falta de impulso motor. Una va ciega y la otra, coja.
En cambio, si tomas las intenciones de una ONG y les montas un buen «motor» económico… voilà!
PD: Conste que yo no puedo hablar por experiencia, así que hablo por observación.
Amalio
Oscar y Jorge:
Interesante reflexión. Me gusta la propuesta «integradora» de Jorge. Creo que tenemos que pensar mucho más en esa dirección. Lo que venimos diciendo por aquí hace tiempo: «Y en vez de O». Hay espacios para hibridar, para combinar modelos, para extraer lo mejor de cada uno.
Lo que dices, Oscar, de «sentirte como un presunto delicuente» es muy jodido, puedo imaginarlo. También lo de confundir «facturación con beneficios». Lo expresas muy bien.
La idea de evitar la contratación de personas, que Franck también sugirió antes, y apostar por modelos más flexibles basados en proyectos con socios-independientes, es una opción a barajar en la línea de quitarse agobios. Entiendo a la gente que decide hacerlo, y no puedo descartar que un día tire yo mismo por ese camino, pero de momento me resisto a plegar velas.
La idea de Jorge, de explorar fórmulas intermedias, me atrae más. Ensayar modelos de «Empresa Social», donde renunciemos a «maximizar» el beneficio a cambio de compartir un sentido de proposito que sea sostenible para empresario y trabajadores. Se está avanzando en estudios sobre la «Empresa Abierta», y modelos similares, que abren alguna esperanza en ese sentido. Tendremos que estar al tanto.
Lo que sí tengo claro es que la empresa que me imagino no puede crecer demasiado. El escalado hace mucho daño, así que apuesto por Pymes de un «tamaño humano». No lo sé, Oscar, pero quizás ese fue un problema que tuvo tu proyecto anterior.
Gracias Jorge y Oscar por el intercambio. Seguimos pensando…
un abrazo a los dos
JT
Por si aporta algo al debate, os dejo un articulito que habla del «impulso» y la «estructura» de un emprendimiento y sus principales modos de funcionamiento: social y económico.
Jugando con sólo esos parámetros ya salen combinaciones interesantes y sintomáticas, a ver qué os parecen.
Lo hice como parte de mi PFC y por eso está centrado en arquitectura, pero creo que vale igual para otros ámbitos.
JT
Por si el enlace anterior no va:
http://www.box.net/shared/du56anns7d
Jorge
Lo cual, en mi opinión, no quita que el Capitalismo sea un sistema «fallido»; para mí más bien lo corrobora.
Quizás el mayor error / injusticia sea mezclar la crítica al sistema y la crítica al empresario, que muchas veces sólo es la víctima o incluso un agente de cambio poco favorecido por las circunstancias.
Amalio
Jorge: ¿El Capitalismo es un sistema «fallido»?. Probablemente sí. ¿Con cual lo comparamos? ¿tenemos que de-construirlo, echarlo abajo, pensar en otra cosa? No lo sé, la verdad. Mi experiencia con otros «sistemas» no es mejor, y es lo que puedo decir.
Está claro que el Capitalismo bendice comportamientos oportunistas, y premia en exceso las dinámicas egoistas. Eso seguramente contribuye a que tengamos esa clase de empresario que tanto criticamos, pero a pesar de esas circunstancias, del vientre de la fiera también vemos salir gente buena, emprendedores de verdad, así que todavía tenemos esperanzas.
Un abrazo!!
Jorge
Desde luego, Amalio.
Creo que desde dentro es como mejor (y de forma más duradera) se cambian las cosas, aunque muchas veces sea la opción difícil. Y por eso estoy de acuerdo en que merece reconocerse el mérito del que intenta hacer las cosas bien en ese entorno, en lugar de huir al monte y hacerse anacoreta.
¡Saludos!
Franck
Ummm esto si me huele a algo conocido. Lo he vivido mucho tiempo y los has descrito muy bien
Tengo un gran respeto a los emprendedores, y también creo que se merecen más de reconocimiento. Es cierto que Diaz Ferrán es un tío nefasto para la imagen de los empresarios.
Donde me pierdo un poco es cuando hablas de responsabilidad, lo que entiendo por tener empleados y generar – o no destruir – empleos en un momento de los + complicado. Si tienes empleados es porque tu modelo de negocio lo requiere. A nadie le gusta pagar por preocuparse, salvo si esta realmente obligado de hacerlo.
Si echas a un empleado, más aun en una pequeña empresa, la capacidad productiva de tu empresa se reduce, pasaras más tiempo en la producción (lo cual es muy malo para un pequeño negocio, el dueño deberia enfocarse a generar más ingresos), lo cual es previsible que a medio plazo tus ingresos también bajen, etc…
Te invitaría a reflexionar sobre modelos de negocios 100% automatizados, y aunque no creo que sea aplicable a todos los negocios, si creo que reflexionar sobre como automatizar al máximo un negocio debería ser la primera y máxima preocupación de un empresario. Y me temo que muy pocos empresarios lo estan haciendo.
No creo que sea irresponsable pensar en optimizar tu negocio para lograr una mayor felicidad personal. Después de todo, se trata de tu vida, y de tu negocio, no¿?
Me temo que vamos a tener que acostumbrarnos a que lo único que se va a quedar en los países desarrollados son la innovación y la creatividad, porque todo los demás va a encontrar una respuesta más eficaz (calidad y precios) en países emergentes.
Este es el escenario en el qué creo, entonces me pregunto: cuantas horas dedico a la semana en innovación y creatividad en mi negocio. Si la respuesta a esta sencilla pregunta te da escalofríos, debes actuar cuanto antes…
Amalio
Hola,
Cuando hablo de «responsabilidad» me refiero, por ejemplo, a no echar gente a la calle solo porque tus beneficios se reduzcan, a no relocalizar tu negocio en China solo por ganar mucha más pasta, a ser recíproco con la gente que apostó por tí en momentos difíciles, a comprender que la empresa NO se hace solo para ganar dinero (tampoco para irte a la ruina, obviamente) porque de ella dependen muchas familias, así que vale la pena «echar la guerra» en momentos como estos, en lugar de salir huyendo como ratas apenas se pone la cosa chunga. A eso yo llamo «responsabilidad» del empresario.
No entiendo a qué te refieres con eso de «modelos de negocio 100% automatizados», y me pierdo más cuando dices que debería ser la máxima preocupación de un empresario.
Me temo que hablamos de cosas diferentes. Yo me imagino, como dije antes, a un «empresario-emprendedor», es decir, alguien que no se arruga a la primera, que no busca lo fácil y que disfruta generando riqueza tanto personal como social. Estoy pensando en modelos de negocio que además de retribuir como merece al emprendedor, generan empleo y contribuyen a una sociedad más sana. OJO, no es el único modelo posible, hay otros válidos, que cada cual haga lo que mejor le plazca, pero es éste el que más me valoro.
Pero bueno, ya sabemos que todo depende de qué variables incluyas en eso que tu llamas «felicidad personal».
La innovación es uno de los caminos, 100% de acuerdo. No solo sirve para «optimizar», sino tambien para re-pensar la empresa, y sus valores. Como sé que hay emprendedores que lo hacen, gente «responsable» en los términos que expliqué antes, por eso me parece tan injusto meter a todos en el mismo saco.
Gracias, de nuevo, por aportar tu punto de vista, que siempre hace pensar…
Franck
Amalio, me refería a contemplar modelos de negocios que no sean hacer el comercio de horas de trabajo a una tarifa. Son modelos pocos escalables y automatizables.
En tu caso, pensando en temas de consultoría y formación, deberías contemplar la venta de productos (ebook, audios, videos) en tu web y luego montar servicios online de consultoría 1 a 5 o 10 0 50 personas (webinars, workshop online, grupos mastermind, seminarios, etc…).
Te entiendo perfectamente en todo lo que dices. Y comparto tus inquietudes.
Pero creo que el entorno macroeconomico esta cambiando, y que a su vez, nos toca adaptarse, nosotros a aquel cambio. No creo que luchar contra la globalización sea una solución razonable a medio plazo: te dejará en una posición agotadora, sin fuerza para pensar en desarrollar nuevas fuentes de ingresos.
Cuanto antes haces el cambio, mejor preparado estarás a competir en un entorno cada vez más competitivo.
Amalio
Franck: Gracias, colega, por tus sugerencias que tienen una lógica económica impecable. Entiendo el sentido de tus ideas: «reducir las fuentes de agobio» :-)) y depender menos de otros.
La idea de transformar SERVICIOS-intensivos-en-personal en PRODUCTOS que se pueden distribuir por canales «automatizados» es una forma de quitarse problemas de encima. Eso es indudable, pero en mi caso, y hablo solo por mí, no acabo de verlo. Lo mismo soy un poco sadomasoquista, y me gusta «manosear» la arcilla. Me sale mi vena artesana.
Por otra parte, creo que a mí me van los caminos difíciles, es ahí donde me apetece innovar. Sé el coste que tiene eso, pero «me pone» explorar.
Quizas la solución está en combinar un poco de todo. Por ejemplo, cuando hablas de «productos», quizas una forma de implementar eso es trabajar más el e-learning. En eMOTools tenemos mucho conocimiento ahí encapsulado, y gente buena para compartir conocimiento, así que vamos a trabajar más esa vertiente. Lo que hemos hecho hasta ahora en esa linea ha salido genial, y nos hemos divertido, que de eso se trata.
Gracias, Franck por tus consejos. Coincidimos y discrepamos, así que seguro que hay un espacio de oportunidades entre los dos puntos. Un saludo!!!
Franck
Ahora si estoy al 100% de acuerdo contigo, Amalio. No digo sustituir TODO YA, solo digo completar, equilibrar mejor el mix, eso si, hacerlo ya.
Tu mismo podrás ver lo que mejor le va a tu negocio, y enfocar tu energía hacia los temas que más te gustan (por las razones que sean).
Muchas PYMES TIC/eMarketing tienen la linea de info-productos automatizados a cero. Craso error…
Alberto Blanco
Amalio, me siento identificado en tu reflexión. En mi experiencia, la tensión y el agobio que te llevas a casa se aprende a manejar con los años y sobre todo con el equilibrio entre la visión y la ambición.
No estoy del todo de acuerdo con que cada cliente es un jefe. Aunque me imagino que lo has utilizado como una frase hecha, es bueno destacar que en una empresa de servicios como la tuya o la mía el cliente no es el jefe, es la razón de ser. Si al cliente se le ve como un jefe se corre el riesgo de confundir servicio con servilismo.
Por desgracia en España va a ser muy difícil acabar con los estereotipos del empresario «Díaz Ferrán». Ya se encargan los poderes públicos de silenciar las muchas y buenas iniciativas de emprendedores responsables. Y es que estos emprendedores no dejan de ser peligrosos para el sistema, porque los condenados tienen la mala costumbre de querer salirse del carril único hacia el que dirigimos.
Gran post. Un abrazo.
Amalio
Hola, Alberto:
Es cierto, aprendemos a manejar esa tensión, pero en tiempos como los que estamos viviendo, muchas veces ya no depende de nosotros.
En mi caso, que tiendo a mentener el foco, no me planteo ambiciones de crecimiento, y solo aspiro a hacer las cosas bien y tener proyectos interesantes, puedo decirte que hay días que siento agobio. No quiero ni imaginarme cómo me sentiría si tuviera un negocio con una estructura de costes más pesada o inversiones elevadas en activos, como soporta gente que conozco.
Respecto a lo que comentas del cliente y el jefe, no es solo una «frase hecha». El cliente es, en principio, «la razón de ser», estamos de acuerdo, pero a veces (más de lo que uno quisiera) se convierte en «el jefe». No siempre hacemos las cosas bien (al menos yo), y no siempre damos con el tipo de cliente que nos conviene.
No digo que yo los trate como «mi jefe», y entiendo lo que quieres decir. Pero es que en la práctica puede ocurrirte que bajo ciertas circunstancias la relación adquiera una naturaleza parecida. No sé si te ha pasado, pero a mí sí.
Lo de que el sistema realimenta el circulo vicioson y los estereotipos, estoy totalmente de acuerdo.
Gracias, Alberto, por participar, un abrazo!!!
Leila
Me ha gustado mucho tu post, Amalio, y da la impresión al leerlo de que te ha salido del alma 🙂 He oído menudo esas frases hechas que comentas y estoy muy de acuerdo en que ser emprendedor no es ningún chollo. Lo he vivido en mi familia y en las épocas flacas ver pasar los días sin que entre un proyecto o un cliente a la oficina es de las cosas más duras y tristes con las que me he encontrado.
Amalio
Gracias, Leila, valoro mucho tu opinión. Pues mira, he escrito el post de carrerilla, me está pasando eso últimamente cada vez más. Creo que voy aprendiendo a conectar con los temas que me atraen mas porque son cosas que me pasan a mí.
Lo que cuentas de tus vivencias familiares ayuda, sin duda, a comprender lo que siente un emprendedor. Si lo has visto en casa, no se te olvida. Es una pena que mucha gente no haya compartido eso.
Me alegra verte por aqui… un abrazo!!!
Juana
Es bueno decir estas cosas en público, intentémonos poner en el lugar de «el otro», trabajo en la Administración y me resulta fácil ponerme en el lugar de mi jefe y del jefe de mi jefe y hasta del presidente de gobierno y hasta del lider de la oposición …. es un buen ejercicio.
Amalio
Juana:
Al final se trata de desarrollar la empatía, entender ópticas distintas, ponerse en la piel del otro.
Esto vale tanto para los empresarios como los trabajadores. Es verdad que tenemos una larga tradición de empresarios que desprecian la dimensión humana del trabajo, pero de ahí a abusar de topicos malolientes va un trecho. Es simplismo barato, chiste fácil.
Me alegro verte por aqui…
David Soler
Amalio,
Este es de esos post en los que a uno no se le ocurre que decir porque has expresado exactamente lo que pensamos muchos emprendedores. Felicidades!
Amalio
David: Me alegro haber podido expresar lo que sientes como emprendedor. Sintonizar con ello no me ha sido difícil porque es parte de mi vida.
Gracias!!
Ángel Águeda Barrero
Quizás en el término medio encontremos la solución. Empresarios como Gerardo Díaz Ferrán crean un sentimiento negativo hacia el empresario que a mi me resulta comprensible. Hay miles de empresarios, pequeños y grandes, que crean riqueza para todos. Hay miles de empleados que también lo hacen. En ambos roles también existe lo contrario.Empresarios y empleados se necesitan mutuamente, cuando ambos nos tengamos el respeto y reconocimiento que nos merecemos, conseguiremos vivir mejor.
Gracias por tu artículo.
Ángel Águeda
Amalio
Hola, Angel:
Diaz Ferrán entra en la categoría de «egoístas y explotadores» que cito en el post, a los que tendríamos que señalar con más energía. Que siga ese señor presidiendo la confederación de empresarios es un prueba de que algo huele mal, muy mal, en ese gremio.
Pero esa gentuza padece mal de altura, una patología que se extiende a buena parte de la clase política y los sindicatos. Por eso me gusta hablar de «empresarios-emprendedores» para hacer la distinción entre los que de verdad generan y comparten riqueza (en cualquiera de sus formas), y los que adoran el capital y/o viven de subvenciones.
Necesitamos buenos empresarios, gente que emprenda, y hacerlos más visibles.
un saludo!!
Felipe Borrero
Amalio.
Muchas gracias por su post. Al fin alguien pide un poco de respeto por nosotros los agobiados empresarios.
En mi país Colombia tenemos un decir. «Mal de muchos, consuelo de tontos». Saber que otros empresarios también pasan por las mismas angustias me tranquiliza, pues hay muchos verdaderamente exitosos, lo que prueba que podemos salir vivos de esta experiencia.
Amalio
Felipe:
Gracias a tí por pasarte por aqui. Se puede salir vivos de la experiencia, y lo que es más importante, tranquilos de conciencia. Algunos han perdido el respeto, los hay aquí y allá, pero yo hablo de los buenos, que también los tenemos.
un saludo…