Transparencia (post-97)
Esta imagen de la canoa transparente me emocionó apenas la ví.
Además de parecerme un invento genial, contiene una metáfora visual que conecta directamente con los sentidos.
Por eso la he elegido para este post, y suelo usarla en mis charlas cuando hablo de Transparencia.
De los artículos que he escrito en los últimos tiempos hay uno con el que me siento especialmente identificado.
Se publicó en el último Boletín eMOTools de Julio-Agosto pero como coincidió con el verano, en el que mucha gente estaba de vacaciones o en “modo relajado”, quiero recuperarlo aquí en forma de post.
La “transparencia” es un tema que me apasiona. Confieso que estoy casi obsesionado con la cultura de la transparencia y sus prácticas asociadas tanto en la empresa, como en cualquier organización y también en la Política. No me da vergüenza admitirlo porque pienso que es uno de los principios 2.0 que más pueden contribuir a la mejora del mundo en que vivimos.
En noviembre del año pasado, en el aeropuerto indio de Bangalore, casi a punto de embarcar nuestro avión, hice una rápida visita a una librería donde encontré un librito pequeño con el título “Transparency: how leaders create a culture of candor”, escrito por Warren Bennis, Daniel Goleman y James O’Toole.
La calidad de los artículos de la trilogía con que se arma esta obra resultó irregular, pero me sirvió para reflexionar, y mucho, sobre el concepto de transparencia, y de ahí nació la idea de escribir ese material. En este post me limito a transcribir un resumen del artículo que publiqué en la web de emotools, y que se puede bajar en PDF aquí.
Empezaría diciendo que el grado de transparencia suele servir de diagnóstico para medir la salud ética de una persona u organización, y que lo primero que llamó mi atención del libro es la asociación que establece, en su título original, entre los términos “transparency” y “culture of candor”.
El libro afirma que “un dilema urgente de cualquier líder contemporáneo es crear una cultura del candor”. Pero la palabra “candor” puede confundir un poco, porque su uso práctico en castellano no tiene exactamente las mismas connotaciones del inglés. Su traducción sugiere a la vez dos acepciones: 1) sinceridad y franqueza, 2) inocencia e ingenuidad.
Del libro he podido inferir que la inocencia (bien entendida) es un ingrediente esencial para que la sinceridad, y con ella, la transparencia, desplieguen todas sus posibilidades, y sean una realidad en las organizaciones.
Ser “astuto” es interpretado en el mundo empresarial como una virtud. Al buen directivo se le supone astucia. Pero veamos cómo la RAE define ser astuto: “Agudo, hábil para engañar o evitar el engaño o para lograr artificiosamente cualquier fin”. Otro diccionario define “astucia” en términos parecidos: “Habilidad para conseguir algo, especialmente para: 1) engañar o, 2) evitar un engaño”.
Esta definición de astucia allana mucho el camino para encontrar ese nuevo directivo “híbrido” que combine astucia e inocencia a la vez. Necesitamos una fórmula intermedia que compagine lo mejor de ambos adjetivos, y creo que la hemos encontrado: Un líder tiene que ser astuto para “evitar que le engañen” pero cándido e inocente para “no engañar”.
Pero aquí tenemos un problema. La admiración que profesamos por el “astuto” nace de la excesiva visión bélico-lúdica de rivalidad que se ha instalado en el mundo de la empresa.
En el artículo describo cuatro posturas bien diferenciadas que se dan en torno al concepto de transparencia, y que la asumen como: 1) una oportunidad, 2) un mal necesario, 3) una utopía, 4) una amenaza. Estas cuatro posturas son muy comunes, y definen una cierta gradualidad dentro del continuo entre opacidad y transparencia.
También es importante adentrarse en aspectos más prácticos y utilitarios de la transparencia. Está claro que la falta de transparencia es más cómoda a corto plazo para el empresario pues en teoría, se busca menos líos, y sobre todo, tiene que pensar menos. Pero a la larga, afecta la cohesión interna, sobre todo porque al final, «todo se sabe«.
Siempre lo digo: si ocultas información relevante a tu gente, algo estás haciendo mal. Entonces resuélvelo, pero no intentes compensarlo con opacidad.
Por otra parte, sería de tontos recetar transparencia absoluta en las empresas. Sabemos que éstas actúan en un entorno competitivo que les obliga a gestionar cierto tipo de información. La transparencia absoluta no es posible, ni siquiera deseable.
Reservarse determinada información es un derecho legítimo y razonable, del mismo modo que las personas sensatas no andan por ahí ventilando, por ejemplo, sus problemas de pareja.
Por lo tanto, el reclamo de transparencia tiene sus límites. Por eso conviene preguntarse, ¿Qué es lo que la gente tiene derecho a saber? ¿Qué temas tu gente necesita saber para hacer su trabajo o sentirse parte de tu proyecto? Según dónde se pongan los límites, así será más fácil o más difícil constatar y sentir que uno actúa con o sin transparencia.
Para mí, el trabajo del consultor 2.0 consiste, entonces, en demostrar a los directivos que lo que ellos creen que es bueno mantener en secreto, en ocasiones no lo es. Hacerles ver que esconder ciertas cosas puede perjudicar más que beneficiar.
En el artículo enumero algunos temas en los que opino que las organizaciones tendrían que ser mucho más transparentes, dividiéndolos en dos grupos: 1) Los que tienen que ser transparentes para los empleados, 2) Los que necesitan transparencia con el mercado. Y termino el documento con un resumen de algunas ideas expuestas en el libro “Transparency” que me han parecido relevantes para poner en práctica este concepto.
Pues nada, si te apetece leer el artículo completo (por cierto, maquetado brillantemente por mi compañera Nati), te invito a descargártelo en PDF, y si te animas, a compartir conmigo tus comentarios.
armi
good
ClementTidge
Howdy! buy valtrex 100 mg beneficial internet site.
Odilas
Hola Amalio,
no reiteraré el soporte intelectual al concepto de Transparencia.
Tan sólo un apunte para la reflexión.
Se puede ser transparente por una cuestión de ética o se puede ser transparente por estrategia. Quizás no deberíamos mezclar.
Cuando recomendamos a las empresas que compartan su conocimiento, que muestren sus avances y métodos y que se abran a la red, nadie puede aludir a la ética. Es sencillamente que pensamos que es una mejor estrategia para sus negocios y de paso para el avance global del contexto social en el que se encuentran. Los límites aquí, están claros: Los que les convenga a cada organización según sus objetivos y condicionantes.
Otra cosa es una actitud personal a la hora de relacionarte con otras personas (tanto en el ámbito personal como profesional), que permita construir a tu alrededor entornos de confianza con los que establecer relaciones más «humanas» (vaya! y estratégicamente más productivas…Quizás el argumento es inválido 😉
David Sánchez Bote
Hola Amalio, gracias por el resumen de tu artículo. Nosotros también encontramos mucha resistencia de las empresas para compartir aquello que incluso no les ofrece ningún tipo de ventaja (por ser conocimiento ya superado por ejemplo). Si me permites dejo un ejemplo que acabo de encontrar de transparencia de mercado; una empresa que publica cómo consigue que su producto sea innovador con la esperanza de que otras personas sean capaces de imaginar mejoras que puedan beneficiarle finalmente (http://tinyurl.com/mwcsl8).
Esther Gómez
Interesante el post. Ya me he descargado el artículo entero. Creo que en definitiva esta transparencia (aunque no absoluta) ofrece mayores beneficios que la ausencia de esta.
un saludo.
Enrique Serrano
Desde mi pequeña experiencia, observando a quienes han sido mis responsables, percibí que la desinformación fué un elemento utilizado para preservar su autoridad en el 75% de los casos.
El uso de la información privilegiada es un viejo negocio milenario, que se lo digan a los brujos de las tribus, líderes por poseeer conocimientos de metereología o botánica aplicada a la salud.
El artículo es un tema muy interesante, y me da la sensación de que el nivel de transparencia de un lider de equipo para con sus colegas está íntimamente ligado con las metas de este lider (o jefe). Si la meta del lider es conservar su puesto a toda costa, no querrá compartir información contigo. Si te hace partícipe del proyecto, querrá que estés al tanto para que aportes. Por lo general en este caso existe ambición y metas claras puestas en la pared.
Voy a dar un ejemplo real: En cierta farmacia de cierto hospital, la persona responsable del departamento nunca quiso utilizar ese caro software de gestión de stocks.. adquirido por el hospital a un alto precio. Esta persona claro está odia los ordenadores. Los empleados trataron de persuadirla para instalarlo y usarlo, pero ella se negó. A día de hoy el software está obsoleto y los residentes no han aprendido a gestionar stck de farmacia con software moderno.
Por cierto la transparencia como término engloba muchos puntos de vista, la primera incursión de esta palabra en mi vida fué cuando viviendo en Finlandia, vi que este país aparecía número uno en transparency.org, con un gobierno honrado a lo largo de sus instituciones y ministerios.
Un saludo Amalio!
merce
Amalio, no le hagas ni caso a este troll… Como siempre estoy de acuerdo contigo. No puede haber transparencia sin humildad y buena fe. En esto de la web y las redes sociales hay mucho ignorante y otros que se hacen los ignorantes porque les conviene.
Amalio
@angel: Pensé que te habias aburrido de incordiar por aqui, y de destilar amarguras. Creía que con la crisis ya tenías bastante, pero veo que no. Solo me queda suponer que no tienes nada mas importante que hacer, lo que dice bastante de tí.
Otra vez me resisto a la tentación de borrar tu comentario, por respeto a mis convicciones, pero si echamos un vistazo a tu «histórico» en este sitio, está claro que nunca dices nada positivo, ni nada de lo que se pueda aprender. Son las cosas del «anonimo», oportuna herramienta para los cobardes.
Angel
Por favor,¿hasta donde se puede llegar con el autobombo? ¿Esto que es?!, ¿la reseña del articulo hecha por el mismo autor a falta que nadie más le lea?
¡¡¡Viva la humildad y … transparencia!!!