Cacerolada 2.0 vs. Fundación Desconfianza (post-149)
El domingo me convertí en el fan Nº 62.230 del canal de Facebook “Esto-debian-arreglarlo-los-que-lo-jodieron”.
No suelo apuntarme a estos grupos porque prefiero socializar vía Twitter pero la ocasión lo merecía. Era mi forma de unirme a la “cacerolada” en protesta contra la manipulación.
Supongo que sabéis de qué hablo, del canal alternativo que se creó desde-abajo para desmontar esa tomadura de pelo en forma de campaña publicitaria “Esto-solo-lo-arreglamos-entre-todos.org” financiada con 4 millones de euros por una alianza empresarial que adopta el cínico rotulo de “Fundación Confianza” y con la que pretendían convencernos de que:
- Movamos ficha primero, gastando como bellacos, para que ellos descongelen sus cuentas billonarias y se decidan por fin a invertir
- El problema de la crisis se reduce simplemente a nuestra injustificada falta de optimismo
- Las grandes empresas de este país unen su destino al nuestro, y van a liderar “de forma anónima y desinteresada” el cambio que necesitamos
- Todos somos igual de responsables de los abusos que se cometieron para llegar a la situación en que estamos hoy.
Que quede claro, yo sí creo en el valor de la confianza y el optimismo. También en la necesidad de espabilarnos, asumiendo nuestra cuota de responsabilidad en la gestión del cambio que necesitamos.
Por eso estoy de acuerdo con la idea de que “la crisis no solo está ahí afuera, también está en nuestras cabezas”. No tengo nada que objetar a eso y supongo que es la razón por la que la campaña generó tanto interés al principio, y algunos personajes que merecen todo mi respeto terminaron apareciendo en el listado de adheridos.
Pero cuando Buenafuente dice en el video de la campaña que “La crisis es un estado de ánimo con mucha base real” está queriendo decir, en realidad, algo que esta maniobra publicitaria ignora olímpicamente: necesitamos cambiar esa “base real” para generar un nuevo estado de ánimo (A propósito de esto, alguien comentaba en Youtube que “estaría bien que pegaran esos cartelitos en el INEM, a ver qué gracia le hacía a la gente”).
Pero antes de seguir, vamos a repasar el elenco de algunas de las compañías que financian esta campaña y que pretenden darnos lecciones de confianza: Telefónica, Iberia, El Corte Inglés, BBVA, Santander, La Caixa, Caja Madrid, Repsol, Cepsa, Endesa, Iberdrola, Mapfre, Abertis, Renfe y para colmo de la desfachatez, SEOPAN, la prestigiosísima patronal de las grandes empresas constructoras!!.
Según cuenta la leyenda oficial, la idea nació de un “profesional del marketing”, que se le ocurrió escribir un inocente “plan de marketing” para pedir ayuda financiera y hacer posible su sueño solidario. Pero la historia real parece haber ocurrido al revés: el tal Jaime es un mandamás corporativo que se inventó la película, se unió a otros para crear la susodicha Fundación (Des)Confianza, y con el dinero que juntó de los ricos del Reino, contrató a estas agencias publicitarias para que camuflaran de rollito social la operación de comedura de coco. Fue así como más de uno trincó una cuenta millonaria por la que mataría cualquier agencia, y otra vez lo de siempre: una operación de Marketing 1.0 envuelta en paripé participativo.
Podría escribir una decena de posts para explicar por qué esta campaña “no cuela”, y va en camino de convertirse en un magistral “caso de estudio” de lo que no debe hacerse en el Social Media Marketing, pero mejor intento reducirlo a una sola entrada. Ahí van algunas observaciones:
- La panoplia de agencias de publicidad que montan este tinglado han tirado del modelo gastado de siempre: “famosos e influyentes que arrastran con su mensaje a la gente ordinaria que los seguirá con admiración”. Resulta que estos famosos es gente de mucha pasta, que no tiene ni pajotera idea de lo que significa la palabra “crisis”, y a los que se les presupone (en lo que a consumo se refiere) una actitud de optimismo crónico más que justificado. Bonita lección nos van a dar estos, por mucho que después se intente compensar el sesgo elitista con historias de gente de la calle, que es lo que tratan de hacer ahora.
- Estos movimientos de cambio de actitud deben construirse desde abajo (“bottom-up”), por personas corrientes, sin condicionamientos económicos, ni políticos. ¿Qué necesidad había de ir a pedir dinero a las grandes compañías de este país? ¿qué voluntad de emprendimiento demuestran los impulsores cuando eligen el camino más fácil? ¿ir a “los grandes” a chupar del bote es el tipo de ejemplo que necesitamos?
- Esta iniciativa para que fuera medianamente creíble, debería haber evitado cualquier tentación de usar marcas o nombres de empresas. Se hubiera entendido mejor si la impulsaban personas. Pero no es el caso y basta con echarle un vistazo al Making-of de la campaña donde la agencia Arena Media Comunication exhibe un fotograma en el que aparece su logo en primer plano dejando claro el protagonismo que buscaba el mensajero.
- ¿Habéis echado un vistazo a las “condiciones de uso” del portal? Es de risa (o mejor, para llorar), porque son las clásicas de cualquier web de iniciativa comercial privada. Los organizadores se reservan unos derechos que encajan muy poco con el espíritu participativo y abierto que pretende vendernos la iniciativa. Mirad esto: “S.C.P.F., como titular de los contenidos de la web, se reserva el derecho unilateral de modificar las presentes condiciones de uso (…). Los usuarios, por el hecho de acceder a la web y utilizar sus funcionalidades, autorizan a S.C.P.F., en exclusiva y con facultad de autorizar a su vez a terceros, sin limitación territorial, para llevar a cabo la fijación, reproducción, distribución, comunicación pública, puesta a disposición y transformación de su imagen incluida en los vídeos y/o fotos que facilite”.
Esta experiencia demuestra que, por suerte, las campañas virales en redes sociales tienen resultados impredecibles, y que nadie puede apuntarse a un éxito seguro. ¿Quién lo iba a decir?, si es que parecía un “caballo ganador” al que se hubiera apuntado cualquiera. Pero no, resulta que al final va a generar el efecto contrario, ¡¡que nos cabreemos todos con esas empresas!!, así que menos mal que la manipulación no puede servirse con garantía. Juan Freire hablaba sobre este tema en este interesante artículo que leí hace tiempo.
Pero además de cuestionarme el modo en que se ha gestionado esta campaña, me interesa mucho más la cuestión de fondo que subyace en el mensaje que nos venden.
La falsedad más grave es seguir insistiendo que de esta crisis se sale fomentando el consumo. Es una receta macroeconómica inapelable, pero socialmente irresponsable, además de obsoleta. Nos invitan a realimentar el mismo ciclo que generó la situación actual, en lugar de que neguemos la mayor, y nos replanteemos las premisas. Una “huída hacia adelante” en toda regla.
Mientras más nos ilusionemos con ese interesado atajo del consumo y el buen rollito, más vamos a distraernos de la solución real que consiste en cambiar el modelo de fondo.
Bueno, no debería yo ser tan ingenuo, la estrategia está bastante clara: “cambiar (nosotros) para no cambiar nada (ellos)”.
El problema que tenemos no es solo de falta de “confianza” del consumidor, sino de “descredito” de las instituciones. Y esta iniciativa lo que hace es hurgar en la misma herida, al aparentar lo que no es, y encima suponer que somos unos gilipollas que vamos a tragar lo que nos echen.
A ver, seamos sensatos: ¿Nuestro gran problema es el pesimismo? ¿Nosotros, los españoles, que nos agarramos a un clavo ardiendo por dulcificar la realidad, los que creemos ir de favoritos a todos los Mundiales, los más optimistas de Europa? Pues no, los tiros no van por ahí.
Pero es que suponiendo que el problema fuera realmente de pesimismo, ¿cuál es la actitud REAL de la banca y de las grandes compañías que nos venden “confianza” con esta campaña? Porque la solución sería muy fácil: ¿queréis generar optimismo?, pues venga, no habléis tanto e inyectad dinero al sistema.
Si fueran tan optimistas en los hechos, tendríamos una lectura corporativa más positiva del futuro, y entonces más créditos, más inversiones, menos intransigencia con los impagos y más empresas. Si de verdad creyeran que esto no está tan mal como parece, ¿por qué no se ahorran estas arengas, y dan ejemplo reactivando la economía con su dinero?
El sartén por el mango lo tiene, por ahora, el Gran Capital, así que vendría bien que sean ellos los primeros en mover ficha. Con bancos e inversores optimistas que adelanten pasta, lo mismo se consigue revertir el estado de ánimo porque habría más empleo. Quizás logren así destrabar un poco esa “base real” que genera la desesperanza.
Cuando la Fundación (Des)Confianza anuncie (y acredite fehacientemente) a los españoles que ha decidido inyectar miles de millones de euros en forma de créditos e inversiones, entonces me voy a creer que pretenden invertir en optimismo. De lo contrario, la palabrería sobra e irrita.
Mientras tanto, el canal de Facebook alternativo “Esto-debian-arreglarlo-los-que-lo-jodieron” llevaba contabilizados a día de hoy la friolera de casi 80 mil adheridos, sin haber gastado un duro, ni comprometer su independencia con dinero corporativo. En cambio el sitio oficial se ha quedado estancado en menos de 70 mil, a pesar del dineral que se han gastado y el apoyo recibido por los medios de difusión.
La réplica bottom-up a la campaña de buenrollismo optimista está impulsada por un grupo que se ha bautizado con el inapelable alias de Fundación “Personas cansadas de tanto engaño”. Me gusta, es sensato y sugerente.
Otros posts publicados sobre el tema:
El fiasco del marketing de estosololoarreglamosentretodos.org. Rizomatica
Mentiras arriesgadas. Calvo con barbas
Estos se creen que somos tontos: el fracaso de una campaña y el éxito de su réplica. Altermon
La red busca otros arregladores. El Periódico
La sutil manipulación de estosololoarreglamosentretodos.org. Altermon
Mentiras y gordas. Yo me bajo.
Jorge
Debo reconocer que estaba esperando esta entrada, jeje. Desde que vi la campaña me di cuenta de que era un ejemplo de libro de cómo saltarse los principios básicos de lo 2.0 (varias puntas de vuestra estrella de colores, por así decirlo) y echar a perder un mensaje que, personalmente, hubiera puesto yo mismo en marcha si hubiera podido. Creo que era un mensaje latente que muchos esperábamos oír de un momento a otro. Pero no podía proceder de quienes procede.
En cuanto a la contracampaña, yo veo luces y sombras:
Sombras:
La respuesta mayoritaria me parece sintomática de nuestra sociedad; el grupo de Facebook con más fans es el de «…losquelojodieron». Por lo visto es lo que mejor se nos da a los españoles, escurrir el bulto, cargar las culpas a otro, exigir desde fuera y comentar la jugada sin mover un dedo. Una lástima, ya que con esta reacción (por lo demás bastante justificada), todo lo que la campaña pudiera tener de cierto o positivo se aparca definitivamente.
Luces:
Efectivamente, demuestra que tampoco somos tan manipulables (como dice JLP), al menos en nuestros «medios» más sociales, y que la web 2.0 se defiende a sí misma, por decirlo de algún modo.
También me anima ver que, como dice alguien en el comentario anterior, sí que ha habido gente que ha sido capaz de hacer suyo el mensaje, limpiarlo y moverlo de modo realmente 2.0.
Vamos, que la respuesta a burdo intento top-down sí que ha logrado despertar un poco, por puro efecto rebote, la iniciativa bottom-up más allá de la simple protesta.
Si la campaña tiene algún efecto positivo a la larga, no será por la campaña en sí, que desaparecerá pronto ante el abucheo popular, sino porque la gente se haya apropiado del mensaje e iniciado su propia campaña, esta vez sí, genuinamente 2.0.
A mí me llamó especialmente la atención la contracampaña de Todxs (recomendada la entrevista que sale al final). Aparte de haber convertido el Facebook en un canal continuo de propuestas alternativas innovadoras, frescas y optimistas (aunque siempre sale el típico cabreado antisistema), defienden muy acertadamente que la red social virtual ha de complementarse con la red local, vecinal, etc. Personalmente es casi la única contracampaña con la que comparto algo más que el «mosqueo». A ver en qué queda la cosa…
PD: Lo más sorprendente es que el propio Facebook esté comenzando a censurar algunas páginas de contracampaña. Se queda uno preocupado. Si subimos nuestras vidas y nuestras iniciativas a «la nube» y nos las cortan como quieren…
Amalio
Jorge: Agradezco un monton tu entrada, porque asi me ahorras ampliar información y ademas, lo haces de cine. Tu reflexion es 5 estrellas, como siempre. Aportas argumentos interesantes y que complementan en tono mas positivo mi post que es mas contestatario.
Creo que es cierto, que no basta con quejarse, sino que hay que extraer lo bueno del mensaje, a pesar del mensajero.
Nos apuntamos a la contracampaña que sugieres, y de nuevo, muchas gracias por aportar esta interesante y útil reflexión, compañero…
otrx
Además de explayarte sobre la campaña original, que se agradece, seguro que a mucha gente le sirve si cuentas cosas sobre las contracampañas. Además de la de «estosololoarreglanlosquelojodieron», que es la más numerosa pero un poco informe, la gente de estosololoarreglamossinellos , y, sobre todo, los de estosololoarreglamosentretodxs, están empezando a organizarse bastante en serio, de diversas formas. Inspirados como contracampaña, pero con idea de seguir haciendo cosas cuando la campaña original no sea más que un mal recuerdo. Y seguro que hay otras que se me han escapado 😀
Amalio
Otrx: La verdad es que las otras contracampañas las descubri despues. Solo conocía en ese momento la que comenté en el post. Pero leyendo el comentario que sigue al tuyo, de Jorge, creo que tu sugerencia está más que satisfecha. Jorge participa en una de las campañas que comentas, y lo explica de lujo. Gracias por la sugerencia… porque lo importante es arrimar el hombro y empujar entre todos…
jemarba
La mejor campaña que podrían haber publicitado estas compañías es hacer un compromiso público de que cada una de ellas creará 20.000 puestos de trabajo en 2010, y que en caso de no hacerlo, todo el Consejo de Administración y Directivos de las que no lo consiguiesen se irían directamente al paro el 01.01.2011.
Eso si es adquirir un compromiso para arreglar la situación.
Juanra
Me identifico totalmente con JM Bolívar. Cuando lo vi por primera vez y me uní al grupo (entonces había menos de 500 personas) pensé que era una iniciativa privada de alguien que quería cambiar el mensaje de crisis y depresión por uno optimista y de esperanza. Creo que es más fácil salir de esta (y cualquier) crisis si eres optimista (no tumbado, claro). Luego, cuando vi que era una orquestación política que consiste en que ellos sigan sin hacer nada, mirando cómo la situación no mejora y destrozando las arcas públicas, y nos delegan la responsabilidad a nosotros la verdad es que aluciné. Aún así, creo que la idea no era mala, la pena es, como todo lo que hace este gobierno, la «cagada» en las formas.
Amalio
Juanra: Pues eso, casi me pasa lo mismo. Por cierto, esto no es tanto una «orquestacion política» sino más bien «corporativa-empresarial». Aquí se busca pasta, aunque al gobierno le venga bien para atenuar el desplome electoral. Siendo rigurosos, tenemos que reconocer que ésta no es una iniciativa de Zapatero, aunque le beneficie. Esta razón última explica que veamos al PP protestando en TVE contra la iniciativa a pesar de que tambien le mola (y bastante!!) echarle un capote al capital… pero es que le mola mucho mas hacer gobierno, y para eso necesita lo de «a peor, mejor».
JLP
Una de las principales lecciones de esta historia es que el “Marketing” en la era de los Medios Sociales tiene que estar fundamentada en la credibilidad y la transparencia. Cualquier fisura en estos principios, por muchas que sean las cortinas de humo, rápidamente dinamita los objetivos de cualquier campaña en la red. Hoy por hoy, manipular cada vez será más difícil.
Amalio
Así es, JLP. Una de las principales lecciones «técnicas» que podemos extraer de esta historia es que no es posible el Social Media Marketing sin transparencia y credibilidad. Lo resumes muy bien. La otra, que estamos intentando resolver esta crisis con un pensamiento bastante borrego, aplicando recetas obsoletas. No estamos siendo nada imaginativos para identificar los problemas y abordarlos de otra manera. Como sigamos con la cantaleta de «mas consumo», vamos a perder una oportunidad de oro de adoptar las soluciones sostenibles que necesitamos. Por cierto, en un comentario anterior te agradecí tu post, que me alumbró mucho en la reflexión.
Ah, mira, acabo de descubrir que has publicado un nuevo post que complementa el anterior, y que tambien me ha gustado mucho. Animo a la gente que pasa por aqui a que lo visite. Saludos…
Juan Martínez de Salinas
Buenos días Amalio,
Este tema me saca de mis casillas y estoy totalmente de acuerdo contigo.
Para empezar me parece una desfachatez pedir a los millones de parados que consuman y que esas empresas tienen mucho cinismo detrás de esa campaña.
Esta claro que se debe ser optimista, sin embargo, con buenos pensamientos no se llega a ningún lado. Se necesitan acciones contundentes que ayuden a mejorar esto. No olvidemos que la crisis lleva con nosotros casi dos y pocas cosas han cambiado por no decir nada. Se necesitan medidas que den financiación a las empresas que lo precisan para seguir adelante, se debe incentivar la investigación, el desarrollo y la innovación que ayudara a generar nuevos nichos de empleo, el mercado laboral pide a gritos una reforma contundente que nadie se atreve a acometer, etc. El problema es que pronto tenemos elecciones y a los políticos sólo les ronda ya en su cabeza como conservar sus asientos para seguir chupando del bote.
Las personas deben darse cuenta que aunque ellos no acometieran nada para estar en esta situación, deberán ser ellos los que tomen medidas para salir adelante con valentía, decisión e imaginación. Estamos demasiados acomodados y ciegos esperando que los demás hagan algo por nosotros.
Saludos y buen fin de semana,
Juan
Amalio
Hola, Juan: Te habrás dado cuenta por la extensión del post que a mí tambien el asunto me sacó bastante de mis casillas. No hay nada que joda más que pasar de la euforia a la decepción, porque la mayoría de nosotros cuando vimos por primera vez esos carteles sobrios y directos que parecían decirnos «movilízate, no te acomodes» sentimos un subidon de alegría, pero al echar un ojo detrás de las cortinas, descubrimos la farsa. Eso jode un montón.
Por cierto, «con buenos pensamientos» sí que se llega muy lejos, porque «pensar» bien ayuda a «sentirse» bien, y eso te lleva a «actuar» mejor. Pero siendo así, los buenos pensamientos no son mágicos, y el problema casi nunca se reduce solo a eso.
Lo de estar acomodados es una realidad. Por eso usé el término «Cacerolada», porque apunta a la necesidad de que nos movilicemos.
José Miguel Bolívar
He reconocido en alguna otra ocasión haber sido uno de los «pardillos» que apoyó la iniciativa durante sus primeros días de lanzamiento. Soy un convencido del valor del optimismo y la confianza y me dejé llevar por el «buen rollito» del mensaje. Entono el «mea culpa» por no haber dedicado más tiempo a hurgar en los verdaderos motivadores de la misma.
Evidentemente estoy de acuerdo con el contenido de tu entrada y también soy fan del grupo de Facebook.
Intenté causar baja en «la farsa» pero no he encontrado la forma. Sólo es posible dejar de recibir e-mail pero no puedes hacer un «unsuscribe». Todo muy 1.0, sin duda.
La experiencia positiva es que la próxima vez será difícil que vuelva a caer en otro engaño como este.
Amalio
Jose Miguel, como siempre, habla muy bien de tí tu sinceridad. No te preocupes, jjjjj… yo estuve a 2,5 mm. de caer en la trampa, de que me pillaran de pardillo tambien. Casi me pasa lo mismo que a tí, porque tambien soy un convencido del optimismo y la confianza. Me salvó el hecho fortuito de que en ese momento estaba muy liado, y no me adherí… y también, todo hay que decirlo, porque preferí digerir un poco más la idea antes de comprometerme. El día que la retomé, y empecé a informarme, fue cuando me dí cuenta del fiasco. Rizomatica, el blog de JL Ponce, me ayudó a tirar de la manta, así que quiero agradecérselo públicamente aquí.
De esto se aprende, pero deberíamos intentar que esto no nos vuelva demasiado desconfiados, porque tampoco es bueno.