La teta pública redundante (post-282)

La teta pública no da para más: reservas proteicas agotadas, y muchas bocas que alimentar. Si la cantidad mengua, los disparates se notan más; así nos enteramos que el problema es de gestión y no de oferta disponible.
El “café-para-todos” con fines electoreros es, y sigue siendo, después de la corrupción, uno de los agujeros más nocivos del erario público. Y de todos los fallos, ahí va uno de los más flagrantes: la proliferación de entidades/iniciativas a una escala territorial totalmente ineficiente.
Los territorios optimizan para sí a costa del nivel superior. Cada cual intenta maximizar su caudal de voto, provocando una terrible sub-optimización del sistema en su conjunto. La asignación de recursos en la mayoría de los casos responde a decisiones arbitrarias localistas, para acallar resistencias o premiar lealtades, lo que ha generado unas redundancias y solapamientos que rozan la imprudencia, y si no, veamos estos dos casos (tú seguro que puedes añadir muchos más):
- Universidades: Cada provincia o ciudad… ¡¡ala, pongámonos una universidad!! Pero… ¿No sería mejor que tuviéramos una o dos universidades andaluzas (por ejemplo, Universidad Oriental y Occidental) en lugar de NUEVE estructuras repetidas, siendo cada una más débil que el conjunto?, ¿Alguien sabe cuántas universidades sobran en España?, ¿Por qué no aligeramos esto, y creamos campus conjuntos? La tendencia internacional es esa. Un informe elaborado por una comisión internacional de expertos recomendó “fusiones voluntarias” entre universidades españolas, mientras que varios profesionales muy entendidos en el tema lo ven inevitable porque “la política de hacer una universidad en cada pueblo ha sido una barbaridad”. Un excelente y bien documentado artículo en el blog “Edunomía.es” da cuenta de los movimientos pro-fusiones que se están dando en Europa, con Suecia, Dinamarca y el Reino Unido a la cabeza. También he encontrado noticias similares entre universidades holandesas. Por cierto, los llamados “Campus de Excelencia”, una iniciativa del Ministerio, pudiera ser un buen pretexto (lo es, en realidad), pero a ver quién es el/la valiente de alzarse contra los provincianismos.
- Centros tecnológicos: En Andalucía tenemos, por poner un ejemplo, ¡¡NUEVE centros tecnológicos solamente en el sector agroalimentario!! Y entonces yo me pregunto: ¿Y por qué no tenemos uno, integrado y potente, que busque una gestión optimizada? Como dice Eva Arrilucea en su ingenioso artículo El amor entre centros tecnológicos. Historia de una fusión: “son malos tiempos para los vaqueros tecnológicos solitarios”, y es verdad, porque todas las pistas de este “negocio” apuntan precisamente en dirección contraria: integración, sinergias, colaboración, complementariedad vs. solapamientos, generación de ecosistemas, y búsqueda de masa crítica para lograr acceso global, entre otras.
Pero este noble propósito de suprimir redundancias se antoja imposible porque no hay liderazgo. Si un municipio reclama un centro tecnológico y por razones electorales conviene alegrar a un poder fáctico, entonces irá allí, cuando probablemente no sea el lugar (económica y tecnológicamente) más adecuado. Así vemos que cada región pide dinero para tener “su” parque tecnológico, “su” centro tecnológico, “su” universidad, y un interminable listado de demandas insostenibles a escala local.
Pero OJO, este esfuerzo de integración conduciría al fracaso si sustituimos, por ejemplo, esas 9 universidades/centros tecnológicos por un gran mamut centralizado. Mucho cuidado. Si estamos pensando en agregar, hay que confiar en las redes. La solución no está en crear un mega-elefante, sino una red-de-gacelas que actúen con sentido de identidad y bien coordinadas. Tampoco vale seguir pariendo intermediarios burocratizados como RETA, que de cultura-de-red tienen poco por su ADN y tipo de liderazgo. Necesitamos otra cosa.
En una mesa redonda que compartí con un ilustrísimo empresario malagueño le escuché decir que las inversiones en I+D+i hechas en Andalucía han tenido buenos resultados porque consiguieron vertebrar “un sistema de innovación andaluz”. Discrepé, porque lo que tenemos NO ES un “sistema”, sino una colección de reinos de taifas desconectados entre sí, y redundantes. Y claro que algunos avances se notan, aunque decepcionantes para el dineral que se ha gastado.
Pero, para bien y para mal, lo que no puede/quiere la política, lo consigue la economía. La crisis nos está alfabetizando en eso que llaman los “costes de oportunidad”, de modo que la escasez de recursos ya no permite seguir inventándose más cosas raras, ni más ladrillos, ni más chiringuitos, porque hay que justificarlos muy bien. La lujuria se acabó.
Para que tengamos un verdadero “sistema” andaluz de innovación, se necesita un valiente esfuerzo de reingeniería que ponga el foco (con todas sus consecuencias) en esa palabra tan mangoneada que se llama sinergias. Sin sinergias, no hay “sistema”; y sin un enfoque de sistema, no hay optimización. Lo demás son milongas, verborrea de salón.
Ah! y las empresas tampoco se van de rositas. Como decía un amigo: lo que tenemos aquí es un tejido empresarial “rudimentario y cobarde”, demasiado atado a las subvenciones. Así que a la losa de las redundancias públicas se suma el oportunismo privado, que también pugna por buscarse un sitio de primera en el escote de mamá-Estado.
Antonio
Un post clarividente que se puede extender con pequeños matices a la Comunidad de Valencia. No voy a extenderme porque esta dicho y sería redundar, simplemente se confirma que la búsqueda de sinergias, colaboraciones, eficacia… es más fruto de la falta de recursos/dinero/financiación que de convencimiento. Por eso no tengo claro o mejor dicho tengo claro que esto no es suficiente para corregir lo que comentas en el post. Hace falta transformar la gestión y para esa contar con lideres capaces de romper el “statu quo”.
Amalio
Hola, Antonio:
De acuerdo. Se buscan las sinergias como un “mal necesario”, y no como una oportunidad de hacer las cosas mejor. Hay una actitud reactiva, en lugar de proactiva. Está claro que se necesita una estrategia y mucha valentía. No me extraña que estos mismos problemas se repliquen en comunidades como la de Valencia, lo que demuestra que no es un problema de si es el Partido A o B. Gracias por participar
Encarni
Sin olvidar que las administraciones prefieren siempre invertir en ‘proyectos-dinosaurio’, mastodontes que proporcionan titulares jugosos en prensa (aunque la mayoría de las veces sólo venden humo) antes que en pequeñas iniciativas verdaderamente útiles pero menos “vendibles”
Amalio
Hola, Encarni: De acuerdo. Por eso decía que no se trata de generar fusiones que instauren “grandes mamuts centralizadores”, y esa es, como uno puede intuir, una tentación de la vieja política. La obsesión por los titulares llega a situaciones esperpénticas, más aún cuando nos vamos acercando a elecciones. Todo vale, cualquier cosa… ¡¡si yo te contara!!
Nacho Muñoz
Amalio:
Va a ser que la portada de la web de emotools es un buen filtro para saber cuándo publicamos, jjj. He visto este post cuando visitaba la web 😉
He rescatado un par de frases de uno de los enlaces que recoges sobre la problemática de las universidades:
– «El gobierno -recoge el informe- debe actuar con valentía para adoptar medidas impopulares», porque «lo que se precisa, en pocas palabras, es un cambio radical»
– La premisa básica pasa por reducir el «actual entramado legal para permitir una mayor flexibilidad y libertad».
Por un lado, no sé qué gobierno tendría las agallas suficientes para emprender un cambio tan drástico en una institución de tanto arraigo, en unas taifas tan bien asentadas en nuestro pais. Pero por otro, parece que este momento de crisis sería el ideal para llevar a cabo medidas que fueran encaminadas a esa optimización de los recursos (por una vez estos palabros tienen más sentido que nunca) en aras de una mejor gestión y calidad de los servicios.
Desconozco si estas opciones se encuentran en los debates internos de nuestros gobernantes. Lo que sí parece evidente es que no están en el debate público, por lo que se agradece un post de opinión crítica como éste para avivar estas realidades.
Amalio
Nacho: Sí, la homepage de eMOTools se ha convertido en nuestro “tablón de anuncios”, colega 🙂 Sobre lo que dices: esto del liderazgo va precisamente de “actuar con valentía” pero si definimos “valentía” como adoptar “medidas impopulares” habría que definir bien para quién, o sea, a quiénes afectarían esas decisiones. Pongamos un ejemplo hipotético: que decidan unirse las cuatro universidades andaluzas de la parte oriental (Málaga, Granada, Jaén y Almería), pero sin cerrar campus, sino optimizando recursos, elevando la excelencia, consiguiendo una mayor presencia internacional, generando más intercambio y colaboración entre ellas: ¿quién se va a molestar por eso? ¿para quiénes va a ser esto “impopular”? = la respuesta es clara: para los políticos y cuadros dirigentes que pierdan cuotas de poder por la fusión, los que se queden fuera de la nueva burocracia adelgazada. Son ellos los que van a agitar los fantasmas que hagan falta para que la medida no prospere. Irán a los periódicos, asustarán al personal, agitarán los patriotismos provincianos. En fin, la historia de siempre. Entonces es en ese momento cuando se ponen a prueba los liderazgos. Pero no los tenemos 🙁 En cuanto a la capacidad de un gobierno para provocar fusiones entre universidades, es cierto que éstas cuentan con amplia autonomía por su propia naturaleza. Pero el dinero público es imprescindible para su supervivencia, y la crisis está poniendo en entredicho ese modelo de sostenibilidad. No porque la Universidad Pública no sea un destino legítimo para asignar dinero de los contribuyentes, sino porque hay demasiadas redundancias entre ellas, y eso hay que cortarlo por lo sano. La crisis va a ayudar a hacer cosas buenas que antes no nos atrevíamos, aunque… todo hay que decirlo, también será la coartada perfecta para imponer despropósitos…
Josean Rodriguez
Hola Amalio!
Quisiera discrepar, pero no puedo…Nosotros tampoco nos libramos de ello, quiero pensar que en cuota más reducida de la que tu describes…pero con cuota a fin de cuentas.
Política y territorialidad van de la mano, y eso es mucho enemigo frente a eficiencia, estrategia y razonabilidad de las inversiones..
Un gusto leer tu opinión crítica
Amalio
Josean: Por supuesto que este problema se da también en otras regiones españolas, pero si hablamos del País Vasco, muchísimo menos. Conozco algo de por ahí, como sabes, y seguramente hay cosas que se han hecho mal, pero en las políticas regionales vuestras percibo un mayor acento en buscar sinergias y complementariedades entre las piezas que forman el sistema. Y cuando ha hecho falta convencer para que ciertas piezas se unan o colaboren, los pasos se han dado con firmeza. Yo me he centrado en el caso andaluz porque lo conozco bien, y puedo aportar argumentos que demuestran lo que digo, pero me consta que el [no]sistema está extendido a todas partes. Un gusto verte por aquí, como siempre