Reputación académica y publicaciones de libre acceso (post-438)

Artículo publicado en su versión original en Sintetia
Siempre me ha interesado el funcionamiento de los sistemas de reputación en el mundo científico-académico por su impacto en la gestión de los flujos de información que se mueven en la frontera del conocimiento. A más reputación se asigna a un autor o a un resultado científico, más visibilidad e impacto tiene en la configuración de esos nuevos territorios donde la ciencia se mueve para ampliar nuestra sabiduría como sociedad. Sobre esto ya escribí en este post.
En esta entrada, publicada en Sintetia, comento un artículo de John Willinsky, que forma parte del recopilatorio “The Reputation Society” de los editores Hassan Masum y Mark Tovey. Su título es “Open Access and Academic Reputation” y la interrogante que intenta responder es esta: ¿Qué impacto tiene en la reputación científico/académica publicar papers en revistas de libre acceso en lugar de en las publicaciones por suscripción de alto impacto?
Nos estamos cuestionando si Internet, y la emergencia de modelos de acceso abierto (Creative Common, etc.), pudieran alterar radicalmente el modelo de distribución de la reputación en el mundo académico, que se ha basado siempre en competir por la atención de las publicaciones de pago, gestionadas por las grandes editoriales. Este, como puedes suponer, es un asunto que pone en tensión los intereses de investigadores y editores de revistas, porque los primeros están interesados en la distribución y acceso universal de las publicaciones, mientras que los segundos siguen un modelo de negocio centrado en el acceso restringido a esos contenidos.
Por otra parte, los mismos científicos/académicos que defienden el acceso universal al conocimiento, dependen también de la reputación que fijan las publicaciones de alto impacto (en su gran mayoría, de pago), dado que son ellas las que se toman habitualmente como referencia para calcular los indicadores científicos que se usan para la asignación de recursos a la ciencia.
Me consta que en la actualidad, las revistas de editores, las de alto impacto, son determinantes para generar el tipo de reputación que sirve para conseguir puestos, promocionar y recibir incentivos económicos. Su impacto en la “reputación institucional” (la oficial) es indiscutible pero Willinsky señala que en varias disciplinas empieza a verse que los repositorios de acceso abierto se están convirtiendo en el principal canal de acceso y circulación de conocimiento, por encima de esas revistas.
Por explicarlo de otra manera, se produce una disonancia entre los instrumentos que atribuyen “reputación institucional” (las revistas de editores, que asignan autoridad desde el punto de vista oficial, por ser los únicos reconocidos por las instituciones), y los que realmente canalizan el conocimiento y sirven de fuente más habitual para estar al día de las investigaciones más avanzadas (los repositorios libres), y que se convierten de facto en fuertes distribuidores de “reputación informal” tan legítima (o más) que la primera, para ciertas comunidades de científicos.
Por aportar algunos datos de lo que significa este movimiento de publicaciones en código abierto, o sea de libre acceso, se puede consultar el “Directory of Open Access Journals” (DOAJ), que cuenta actualmente con registros de casi 10 mil revistas, con más de 5 mil de ellas que permiten búsquedas a nivel de artículos. Estas revistas son de 133 países y la base de datos cuenta con más de 1,6 millones de artículos.
arXiv, por ejemplo, es un espacio donde se intercambian artículos entre expertos en Física, Matemática, Ciencias de la Computación, Biología Cuantitativa y Estadística. Estos científicos siguen publicando en revistas “reguladas” como Physics Letters o Physical Review pero solo después de que el trabajo ha circulado meses, incluso años, por el canal de arXiv; tiempo durante el cual capturan reputación, prestigio, visibilidad y citas, sin haber publicado aún su paper en ninguna revista de pago.
PLoS es un ejemplo muy conocido de publicación de libre acceso (en realidad, es una “suite” o familia de 7 revistas en total) que cuida mucho la reputación. Ha atraído fondos para asegurarse que las publicaciones responden a patrones muy profesionales. En apenas 2 años después de su lanzamiento, PLoS Biology fue capaz de alcanzar el nivel más alto del factor de impacto (JIF) en el campo de la Biología; probablemente por ese criterio de filtrado más riguroso.
Willinsky presenta en su artículo el proyecto SCOAP (Sponsoring Consortium for Open Access Publishing in Particle Physics), que explora soluciones intermedias con el mundo editorial para convertir en acceso libre el corpus principal de las revistas que se publican en la disciplina de Física de Partículas. El proyecto calculó que bastaba con pagar 15 millones de dólares a los editores para “comprar” la apertura de esas revistas, lo que parece una alternativa eficiente porque es menos de lo que pagan las bibliotecas por licencias de suscripción de las 6 revistas más relevantes que publican el 80% de la literatura relevante de la disciplina.
Pero volviendo al tema central de este post, me pregunto si colocar un paper en canales abiertos (en vez de en una revista por suscripción) puede mejorar significativamente la reputación científica, y la respuesta es un rotundo sí. El mayor impacto reputacional viene dado por el hecho de que el trabajo es leído (y por lo tanto, citado) por más autores gracias al acceso universal que permite el canal.
Willinsky referencia un estudio de Gunther Eysenbach (“Citation Advantage of Open Access Articles”) que demuestra que los artículos de acceso libre dentro de la revista Proceedings of the the National Academy of Sciences tendían a ser dos veces más citados entre los 4 y 10 meses después de su publicación. Otros estudios como los de Philip Davis et al, no encuentran un patrón que confirme que las citas aumentan, pero sí que crece significativamente el número de lectores de esos artículos. Es lógico suponer que un aumento de visibilidad, gracias al acceso libre, es un buen primer paso para mejorar la reputación.
Finalmente, como bien señala Willinsky, ese aumento de la accesibilidad se traduce en una mejor reputación de la investigación en general, porque crece su presencia e impacto entre profesionales, decisores públicos y sociedad en general. Quitar las barreras de costes que implican las suscripciones hace la ciencia más asequible, y eso la acerca más a la realidad, facilitando (por ejemplo) el movimiento de la gestión pública basada-en-la-evidencia, que tanto reclamamos.
Nota: La imagen del post pertenece a Amy Mullarkey en Flickr
Julen
A lo mejor se lee porque está abierto, pero entonces… si todo fuera abierto no cabe duda de que los filtrados serían imprescindibles. Porque entraríamos en la paradoja de la elección de Schwartz: ¿no nos llevaría a la parálisis por exceso? Por preguntar… 😉
Jesus M
Hola Amalio ,interesante y relevante reflexión la que haces. Mi hipótesis es muy sencilla: un profesor universitario va a publicar donde mas beneficios consiga. Este mes pasado tuve la oportunidad de leer el último libro de Carles Ramio (ahora Vicerector de la UPF) y lo deja claro. La universidad incentiva, sobretodo, la investigación -no la docencia , que es una cosa menor-, para ser publicadas en un determinado circuito de revistas (la indexadas) que conforman carrera profesional (llegar a ser catedrático). Fuera de eso, están los profes que abandonan esta competición académica ( muy exigente) y compatibilizan con consultoria y demás. La realidad, resumiendo mucho, ahora es esa. No quiere decir que , progresivamente, se vayan abriendo otros caminos de reputación via circuitos de publicación abiertos, pero la governanza de la universidad no está muy por labor.
Nota: el libro que aludo es Manual para jóvenes profesores universitarios (algo así)
Amalio Rey
Jesus: Conozco la universidad, y el mundo de la investigación académica, y coincido totalmente en el escenario que describes. Todo se reduce, efectivamente, a esos dos comportamientos. Pero pienso que la universidad sí estaría a favor de usar los circuitos de publicación abiertos, siempre y cuando se sistematicen mecanismos de filtrado reputacional en esos ámbitos. En definitiva, si te fijas, lo que en esencia estamos hablando es de ¿Quién asigna reputación? o mejor, ¿qué sistema de reputación utilizamos? Las revistas por suscripción usan mecanismos profesionales regidos por editores, muy exclusivos, cerrados y poco transparentes, mientras que las publicaciones de libre acceso podrán implementar procedimientos alternativos, con lógicas más distribuidas (inspiradas en la Ciencia 2.0 y en la Inteligencia Colectiva). Si el filtrado funciona bien, es de calidad, la universidad estaría encantada de adoptarlo, sobre todo porque bajaría sustancialmente los presupuestos de acceso a publicaciones. Es así como lo veo. Gracias
Amalio Rey
Julen: Como sabes, siempre que haya abundancia se necesita filtrado. Eso afecta cualquer tipo de publicación científica, sin distinción. Esta exigencia aumenta en el caso de las revistas de libre acceso, porque (en principio) no pasan por los procesos de revisión tan rigurosos y competitivos que se dan con los editores profesionales. Así que si se diera el escenario que comentas, el de «todo abierto», no nos plantearíamos el dilema entre reputación «institucional» e «informal»; pero seguiriamos necesitando algún mecanismo de filtrado reputacional que nos ayude a centrar la atención en los resultados científicos de más calidad, con toda la complejidad que sabemos que tiene eso.
Alfonso Prim (Innokabi)
Interesantes reflexiones que comparto al 100%. Creo que es fundamental hacer accesible el conocimiento y más concretamente, la investigación, para generar riqueza. El mundo académico está centrado en la investigación y no en la transferencia de ese conocimiento al mundo emprensarial y las empresas por su parte, necesitan muchos de los avances que se producen en el campo investigador, pero no saben cómo acceder a ellos. Esa conexión en general no existe, y eso es un gran problema. Unir el ámbito empresarial con el académico es uno de los grandes retos. Proponer investigación en Universidades por ejemplo, con un objetivo de generar empresas es algo que falta y que sería de gran ayuda en este momento.
Muchas gracias por la información que aportas en tu artículo.
Un saludo
Amalio Rey
Alfonso:
Creo que son dos temas distintos. Uno es el acceso al conocimiento en su formato científico, sin «traducción», para que la ciencia se abarate y mejore su accesibilidad. Y otro es crear puentes, interfaces (spin-off, consultoría, etc.) para hacer más «digerible» ese conocimiento en ámbitos donde no hay una cultura cientifica tan elevada como pueden ser las empresas. Las publicaciones de libre acceso ayudan, sin duda, a que la ciencia de vanguardia llegue, y se exponga a entornos que no pueden pagar los altísimos costes de las suscripciones a revistas de editoriales. Su impacto social es altamente positivo. Un saludo