Un mes después: impasse, siembra y dudas
POST Nº 680
Prometí contar a los seguidores de este blog todo lo que va ocurriendo de interesante en torno a mi libro. Así fue en el proceso de encontrar la editorial, una intrahistoria que agradeció mucha gente que está pensando en publicar el suyo. Hoy voy a compartir mis primeras impresiones después de haberse cumplido un mes de la publicación de El Libro de la Inteligencia Colectiva. El tiempo pasa volando.
Las dos primeras semanas de marzo fueron una cascada brutal de emociones. El ensayo se puso rápido en el candelero, y captó muchísima atención en las redes sociales. Me sentí abrumado (y feliz) por la cantidad de mensajes en Twitter y las recomendaciones o «me gusta» en LinkedIn y Facebook. Ahora, sin embargo, el remolino ha amainado casi del todo para dar lugar a un silencio que me produce incertidumbre. Volveré después sobre esta cuestión.
La editorial y yo mandamos un número de ejemplares de cortesía a dos perfiles de lectores: 1) personas que tuvieron una participación muy destacada ―bastante por encima de la media― en el estudio de investigación que hice para el ensayo, en señal de agradecimiento, 2) voces autorizadas, con mucha credibilidad, que puedan hacer reseñas u opinar sobre el libro. No estamos inventando nada, es lo que comúnmente se hace, solo que en este caso los primeros han sido más de los habituales, dado que fue un estudio con ciento catorce participantes, así que aumentamos el número de envíos pero me costó un horror decidir a quiénes, dejando fuera a muchos que seguramente lo merecían porque llegar a todos tenía un coste inasumible. Espero que me comprendan ☹
Decía que ahora siento un silencio que me produce incertidumbre porque tal vez esperaba un feedback más rápido de las personas a las que envíe esos ejemplares. Tiendo a pensar que si un libro es bueno, y apetece leerlo, rápido te pones con ello y, si te lo estas pasando bien (o mal), empiezas a compartir tus impresiones en público. Después comprendí que eso no es realista y corregí mis expectativas. Caí en la cuenta de que un libro llega a manos de alguien que ya tiene otros tantos por leer, así que ―incluso siendo interesante― el mío se tiene que poner en cola. Además, que para leer un tipo de libro como este («sesudo», me dicen) se necesita encontrar el momento apropiado porque no se consume del tirón. Por último, que mucha gente lee cosas que le gustan (o le disgustan) pero no lo suficiente para tomarse el trabajo de dar feedback y menos en público. Esta «contención» es aún más frecuente en personas que se reconocen con autoridad y tienen una extensa red de seguidores, lo que hace que pongan un precio alto a sus opiniones. El umbral de calidad que debe tener un ensayo para que esas voces «influenciadoras» le den un espaldarazo público se eleva muchos enteros, así que está por ver si mi libro supera esa prueba. Y tengo muy claro que ese es el factor crítico, la pieza que le faltaría, para llegar a lectores que no lo busquen, sino que lo descubran.
De todos modos, sé que debo ser paciente, aunque es algo que me cuesta. Esto es una siembra a medio y largo plazo. Hay que dar tiempo a que mucha más gente termine de leer el libro y le apetezca comentarlo. Precisamente por eso vamos a esperar un poco para empezar la ronda de eventos de presentación en distintas ciudades. Ya me han invitado a algunas, y lo que he dicho es que prefiero esperar porque más que «presentar el libro para que se venda», lo que quiero es organizar encuentros para «conversarlo». Lo que más deseo es tener conversaciones con personas que ya lo hayan leído y traigan preguntas inteligentes, que ensanchen mi mirada sobre el texto que escribí. Dije en su momento que la magia de un libro es que es como esa criatura que se ha marchado de casa y ya no controlas. Yo lo escribí con una voz y unas intenciones, pero una vez liberado me gustaría saber qué ha llegado a los demás, y, de ser posible, que me sorprendan.
Dije que sentía incertidumbre en cuanto a la acogida editorial y a las ventas del libro pero, aunque suene pretencioso, no tengo ninguna duda de su calidad. Ni del contenido, ni del estilo narrativo. Quedé muy satisfecho con el resultado final, y mira que es difícil que yo diga eso de algo hecho por mí, porque soy el crítico más feroz que pueda haber conmigo mismo. Pero este ensayo, en su versión final, cuando manoseo un ejemplar o me pongo a repasarlo de nuevo ―cosa que hago sorprendentemente a menudo, lo cual es un buen síntoma―, siento que me gusta mucho la calidad de la impresión y los textos que leo, que es una obra útil y bien escrita, y que puedo estar más que orgulloso por lo que ha llegado a manos de los lectores después de diez años de trabajo. Siempre podía ser mejor pero colma todas mis expectativas en lo que a la calidad se refiere.
Claro, mi libro no se lee como una novela. Ya me hubiera gustado tener el talento para escribir un ensayo novelado que fuera de lectura ligera en plan hamaca. A todo el que me pregunta le aviso que es un libro «para estudiar con rotulador» y, por tanto, más denso que una obra de ficción, de las que se compran y consumen en los aeropuertos. Tampoco es un libro de Management o que se encuadre en una categoría que ya tiene un mercado cautivo de lectores fieles. A esto habría que sumar que no es un «one big idea book», de esos que se resumen en un gran titular de una tesis deslumbrante. Suelo decir que es, más bien, un «framework book», o sea, una obra que: 1) ordena con pedagogía un tema que hoy está disperso, 2) propone un lenguaje, un marco terminológico coherente, para poder hablar más y mejor entre nosotros sobre este asunto. Es propositivo, y me dicen que sintetiza muy bien un puñado de ideas clave, pero ni es rotundo, ni machaca con un eslogan que sea disruptivo, algo que suele ayudar a que un ensayo se posicione dentro del saturado mercado de las ideas.
Mi experiencia en las librerías está siendo frustrante. La suerte es que, en cierto modo, me había preparado para eso. Investigué un poco y sabía que al mundillo de las librerías no hay quien lo entienda. Visité algunas y tuve que buscar mi libro en las estanterías, perdido entre muchos otros. También comprobé que lo clasifican mal, en la sección de «Economía y Empresa» en vez de como ensayo de ciencias sociales. He constatado que el sentido de mi libro no es fácil de entender a la primera, ni de clasificar, incluso para los libreros. Que el término «inteligencia colectiva» no es tan intuitivo, ni autoexplicativo, como uno pensaría, incluso después de ponerle como subtítulo «¿Qué ocurre cuando hacemos cosas juntos?». Es probable que a los lectores, y a los libreros, les cueste darse cuenta del valor práctico que aporta una temática tan urgente como esta.
Siempre había soñado con encontrarme mi libro en la sección de «Novedades», entre los destacados que ponen en la entrada o que puedes mirar desde la calle cuando pasas por un escaparate de una librería. Pero, visto lo visto, creo que no va a poder ser. Me han contado que son los libreros quienes deciden el número de ejemplares que aceptan recibir de cada obra, y cuáles ponen como destacados. Y para aparecer en estos últimos, deben tener un número elevado de ejemplares para hacer pilas con ellos. Son esas pilas del mismo libro que vemos en las Novedades, cuando se entra, así que si de mi ensayo aceptan uno o dos ejemplares, ya sabemos que no va a ir a «la portada» de la librería, y esto tiene consecuencias importantes en su visibilidad.
Que mi ensayo no aparezca en la sección de Novedades me frustra un poco. No solo porque me costará vivir esa experiencia única, casi orgásmica, del escritor que, de forma anónima, entra a una librería y puede observar qué hacen los lectores al manosear y abrir su obra. He soñado muchas veces con ese momento mágico que, hasta ahora, no he vivido. Y va a ser complicado, porque si no está en las Novedades, solo será comprado por las personas que lo buscan expresamente porque ya lo conocen, cuando yo lo que quería es provocar el momento serendipia, abriendo su alcance a nuevos lectores que «lo encuentren sin buscarlo».
Aviso que todavía no tengo estadísticas de las ventas, ni las voy a tener a corto plazo. Lo digo porque me preguntan a menudo cómo se está vendiendo. Mi respuesta es: ¡¡ni idea!! Las editoriales recogen y suministran datos de venta a los autores solo cada cierto tiempo. Esto significa que todo lo que he contado aquí son meras impresiones personales después de pasar el primer mes. Ya se verá qué pasa a medida que vayamos teniendo más noticias, y el libro se lea más. Yo sigo ilusionado con recibir feedback y generar mucha conversación en torno a él. También que el libro se venda lo suficiente para devolver a la editorial la confianza que puso en mí.
Aprovecho para invitarte a conocer más sobre el libro, y, cómo no, a comprarlo. Y si ya lo has leído, a publicar valoraciones tanto en redes sociales como en las páginas donde se comenta sobre libros tipo Amazon o Goodreads, que ayudan mucho a darle visibilidad. Todavía hay pocos comentarios, y eso es algo que anima mucho. Si eres tímido/a o te da pereza exponerte públicamente, me conformo con que me des un poco de feedback en privado. También agradecer las reseñas que ya han hecho, hasta ahora, Julen Iturbe-Ormaetxe y Juan Carlos Cubeiro, ¡¡gracias!!
NOTA: La imagen de la entrada es de Uroburos en Pixabay.com. Si te ha gustado el post, puedes suscribirte para recibir en tu buzón las siguientes entradas de este blog. Para eso solo tienes que introducir tu dirección de correo electrónico en el recuadro de “suscríbete a este blog” que aparece a continuación. También puedes seguirme en Twitter o visitar mi otro blog: Blog de Inteligencia Colectiva
Inma Martos
Hola, Amalio. Gracias por compartir tus inquietudes sobre este proceso. Hay quien dice que promocionar un libro cuesta tanto o más que escribirlo. Esto no es exagerado : hay mucho curro en tu publicación, eso es indudable, pero el silencio que te hace sufrir ahora es más elocuente de lo que crees. En este momento las ideas y los mecanismos de IC que propones están circulando por el cerebro de muchos lectores. Opino que es muy pronto para que se produzca la ansiada llegada de comentarios sobre tu criatura. Por ejemplo, yo pertenezco al grupo de lectores no expertos en el tema, aunque tengo algunos conocimientos de áreas afines a este campo: Sociología, Sociolingüística, Filosofía, etc. Encontré tu libro por una casualidad de la vida. Me muevo en el mundo de la literatura, soy profesora de Instituto e imparto también clases en Formación Profesional. Tu trabajo me está ayudando mucho como docente: ha puesto nombre a tareas que ya realizaba, pero sobre todo, me ha proporcionado mecanismos de IC que voy a implementar en mis clases para resolver problemas y conseguir retos.
Si hay una profesión donde reinventarse es urgente, es la del docente ( hoy mismo ha cambiado el currículo de Educación Secundaria: desaparecen notas numéricas, la enseñanza de la Filosofía, entre otras novedades todas muy discutibles). Por ello, los métodos para identificar tus propuestas de innovación y su concreción en mecanismos correspondientes me han servido para conseguir retos en el proceso de educación- aprendizaje. Es difícil explicar cosas tan complejas de forma tan fácil. Pero tú lo consigues: tu análisis
” toma tierra” a cada paso del libro, como tú bien dices (por ejemplo, pienso en este momento en el Cuadro 5 del cap. 8 , donde sintetizas y das una gran variedad de pistas).
Por ello, un trabajo tan bien planteado y a la vez tan completo y ambicioso, necesita tiempo. Como tú mismo refieres en el libro ” Ir más lejos juntos” requiere un gran esfuerzo colectivo. Creo que somos muchos los lectores que, como yo, estamos ahora esforzándonos – con gusto e ilusión, eso sí- y con el rotulador en una mano y el libro en otra. Así que, si me lo permites, me quedo con una idea de tu libro que te viene bien: ” Disfruta del camino” . No me cabe la menor duda de que, si hay atajos, sabrás aprovecharlos
( por ejemplo, en otro comentario un lector te ha sugerido empezar ya las presentaciones. Estoy de acuerdo. Otro atajo, – no sé si podría llamarse así- , sería traducir el libro al inglés, dada la amplia competencia de títulos actuales).
Disfruta pues de la oportunidad de acercarte a tus lectores. Se ve que eres perseverante y crees en lo que haces. Y ¡ gracias por tanto curro! ¡ Suerte!
Amalio Rey
Gracias, Inma, por tantos detalles, que me vienen muy bien. ¡¡eso es feedback del bueno!! Es una gran verdad eso de que «promocionar un libro cuesta tanto o más que escribirlo», y es algo que llevo francamente mal. Prefiero, por mucho, escribirlo No sabes cómo me alegra descubrir que el libro te está ayudando mucho en tu función docente. De hecho, una de las líneas que más me interesa es la de integrar más la «inteligencia colectiva» en el ámbito educativo. En su momento expliqué que el personal docente era el tercer perfil de lectores al que se dirigía mi ensayo. El capítulo 8, efectivamente, está cargado de ejemplos. Pueden haber más de 150. Tienes toda la razón en que me tengo que aplicar el cuento, ese mismo que recomiendo, de «disfrutar el camino». No hay atajos, y esa es una buena forma de verlo. Lo de traducir el libro al inglés, ¡¡ya me gustaría!! Porque sé bien lo que se ha publicado en inglés sobre el tema ―me lo he leído casi todo― y creo que no hay nada parecido que centre el análisis, y en modo divulgativo, como hace este texto. El problema está en que las traducciones son caras así que tendría que ser una editorial anglosajona interesada en adquirir los derechos, cosa que no es nada fácil. ¡¡gracias a ti!!
Ismael Peña-López
¡¡Que no cunda la calma!!
Yo creo que hay que darle tiempo al libro, tanto en las librerías como en las mesas de aquéllos a los que se lo has mandado. Date tiempo.
Para muchos, el libro es una cima a la que se llega después de un largo camino de miles de pasos y miles de compañeros de viaje.
Pero para muchos otros, el libro será el ojo de una cerradura a través del cuál acercarse a un panorama probablemente desconocido, o solamente aproximado de oídas.
Seguramente habrá más de los últimos que de los primeros, y además seguramente son los principales destinatarios del libro.
Así que la aventura justo comienza ahora.
Un abrazo Amalio
i.
Amalio Rey
jjj… que cunda la calma, querrás decir, Ismael 🙂
Me gusta tu punto de vista, y se alinea con el del resto de los compis que me están dando feedback. Conviene darse tiempo. Hay un tipo de lector que ya estaba esperando el libro, porque me seguía y quería ver plasmadas en una obra el resultado de tantos años de reflexiones sobre este tema. Además, son personas que ya le dan importancia al asunto, están bastante sensibilizadas. Después están los que escuchan hablar de esto por primera vez, o les parece un tema ajeno. Los primeros van a buscar el libro, los segundos lo van a encontrar. Me interesa muchísimo llegar a los segundos, para ayudarles (si quieren) a ponerse las gafas. Pero, como explico en el post, para que encuentren un “ojo de la cerradura” que desconocían que existe, el libro necesita visibilidad en Internet y en las librerías. Debe estar en el pasillo donde esos potenciales lectores pasan caminando abiertos al descubrimiento. Colocarlo en el pasillo no está en mis manos. Dependerá de la cadena de difusión (y prescripción) que tenga.
Julen
Supongo que… paciencia, Amalio, paciencia. La producción editorial es enorme y no tiene que ser fácil sacar la cabeza en semejante bazar. El tiempo nos irá colocando en nuestro sitio.
Amalio Rey
Gracias, Julen. Eso es, toca tener paciencia y confiar en que, pase lo que pase, habrá valido la pena. Yo ya estaba avisado, de sobra, de que el mercado editorial es muy caprichoso.
Ricardo Antón Troyas
Amalio, diría que tu libro es un libro de largo recorrido, que poco a poco irá ganando atención y referencialidad. Mi consejo, si tienes disponibilidad para ello, aceptaría las invitaciones que ya te están haciendo para presentar el libro. No esperaría. Esas experiencias te pueden darun buen pulso, te iran entrenando, las conversaciones emergerán. ¡Seguro!
Y si te hace ilusión y/o te suscita curiosidad eso de que el libro este en la sección de novedades a modo pila de ejemplares, pues montaría una especie de experimento sociológico en una librería.
¡Ánimo y calma!
Amalio Rey
Aupa, Richi. Sip, quiero creer que es un libro “de largo recorrido”, que tardará un poco en ensanchar su potencial de lectores. Vamos a ver. Gracias por el consejo que me has dado. En principio, me gustaría presentarlo en un mínimo de ciudades concretas:, donde creo que tendría más tirón, esto es: Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Donosti, Málaga y Sevilla. A partir de esas, “hasta el infinito y más allá” 🙂 Puede ser estimulante empezar a probar con alguna, como bien dices. Tal vez lo haga en abril. Me has sacado una sonrisa con lo del “experimento sociológico”. Gracias por los ánimos. Un abrazo