Burbujas sociales y Cámaras de Eco (post-448)
Merece la pena leer el último post de Julen: “¿Cada vez más dentro de una burbuja social?”, que reseña un paper publicado en Arxiv.org. (2015) por D. Nikolov et al: “Measuring Online Social Bubbles”. Es un tema del que hablaremos cada vez más porque el riesgo de que Internet, o las redes sociales, contribuyan a una mayor polarización de las ideas, a que nos encerremos en burbujas sectarias, es una tesis que tiene sentido y que vale la pena poner sobre la mesa, aunque también pueda ser motivo de cierto alarmismo no justificado.
Le he echado un buen vistazo al artículo de Nikolov et al porque es un asunto que me interesa mucho desde el punto de vista del impacto que puede tener la propagación de información por las redes sociales en la Inteligencia Colectiva. Iba a publicar un comentario en el post de Julen, pero al final, como me suele ocurrir, decidí escribir un post-express en mi blog. Ahí te dejo algunas ideas que me ha sugerido el artículo:
- La tesis de Nikolov et al es muy de la peña de Cass Sunstein, y su Infotopía, que es el que más se ha quejado de la “polarización grupal” que supuestamente genera Internet. En este caso, los autores comparan las redes sociales con otros canales de acceso a contenidos como los buscadores. En mi opinión, la conclusión más importante del artículo de que la gente pierde diversidad al acceder a fuentes por correo o #rrss en comparación con búsquedas de Internet es lógica, y previsible. En el primer caso interactúa sólo con su red social, con amigos y conocidos, que han pasado antes por un filtro que los hace más afines. Mientras que cuando mete un término en un buscador, también hay un filtro (el del algoritmo de Google), pero está menos “mediatizado socialmente” que la lista de correo o los feeds. Dicho de otra manera, los buscadores son mejores para la serendipia que el correo y las #rrss cuyos resultados controlamos más porque las fuentes de la información ya han pasado por un filtro de selección.
- El problema no está en usar más las redes sociales, sino en cuánta diversidad dejamos que entre en esa ventana de acceso privilegiado y recurrente. Distintas personas y sensibilidades pueden conseguir resultados muy diferentes. Unos pueden convertir sus #rrss en “cámaras de eco”, muy homofílicas, mientras que otros pueden convertirlas en espacios para la sorpresa. Lo interesante del estudio que cita Julen es que demuestra (estadísticamente hablando) que nuestra tendencia natural es a la homofilia, así que haríamos bien en introducir diversidad de forma deliberada en las redes sociales que usamos con más frecuencia, para atenuar el riesgo de encerrarnos en burbujas refractarias, de las que nadie (insisto, nadie) está a salvo de caer.
- Por dibujar el panorama completo, tengo que decir que muchos piensan (entre ellos yo) que no hay evidencias tan robustas que demuestren que Internet esté aumentando la “segregación” de forma significativa. Hay muchas críticas a las tesis de Sunstein. Aquí te dejo un amplio artículo de Ethan Zuckerman: “The Partisan Internet and the Wider World”, que explica y discute ampliamente un interesante y bien documentado estudio de Matthew Gentzkow y Jesse M. Shapiro: “Ideological segregation online and offline”, que demuestra que las personas que acceden a contenidos vía online se exponen a puntos de vista más diversos, que los que usan los periódicos y revistas de toda la vida.
- Tendríamos que darle más importancia a los “lazos débiles” que se cuelan en nuestro universo cognitivo, a través de las redes sociales. No veo que este tema esté trabajado mucho en el artículo de Nikolov et al. Recuerdo a la limón un paper presentado por Lada A. Adamic en la 2012 Collective Intelligence Conference (“Information propagation and filtering over social networks”) en el que decía que los “lazos débiles” introducen información fresca y novedosa, y son un mecanismo esencial para luchar contra la homofilia. Los “lazos fuertes” puede que nos influyan más, por su frecuencia y la confianza que concedemos a las fuentes, pero los “débiles” (si los usamos bien) ayudan a escapar de las “cámaras de eco”. Para entender mejor esto, basta con ponerse en el TimeLine de Twitter, y echarle un vistazo a los mensajes. Si trabajas con listas, y sólo revisas los tuits de determinadas listas, ya estas filtrando y descartando una dosis importante de serendipia, a menos que hayas introducido deliberadamente en esas listas a personas que discrepan con frecuencia de tu punto de vista. Otra estrategia es no dejarte secuestrar por los “lazos fuertes”, y permitirte a menudo un paseo por fuentes menos habituales, por esa parte del TL que no visitas casi nunca, para abrir enlaces o leer mensajes que tienen menos probabilidad de que entren en tu ventana cognitiva.
- Por último, me gustaría recordar que el uso de buscadores (vs. redes sociales) también está mediatizado por el efecto de “Filter Bubble” que tan bien explica Eli Pariser en su libro. Google cada vez personaliza más sus resultados de búsqueda según la información previa que tiene de nuestras preferencias (y de otras variables de filtrado que dejan fuera por sistema muchos otros contenidos que pueden ser relevantes). Esta funcionalidad que parece (y es) tan cómoda, nos va encerrando en proto-burbujas que siguen lógicas de “path dependence”, o sea, el horizonte de información al que accedemos está condicionado a lo que hemos buscado en el pasado. Y lo preocupante es que esta obsesión por la personalización (insisto, con las ventajas que tiene, que las tiene) está embebida en la mayoría de los grandes artefactos digitales que usamos para consumir y filtrar información, tanto en buscadores como en redes sociales tipo Facebook. Una forma de atenuar ese efecto en los buscadores es navegar en “modo incognito”, porque el sistema no dispone de los datos que necesita para construir la burbuja de un anónimo.
Por matizar lo anterior, tengo que decir que estas quejas hay que ponerlas en su contexto. Sinceramente, no creo que con Internet nos vayamos a volver más sectarios que sin él porque intuyo que la burbuja en la que vivíamos antes era más estrecha y rígida. Pero lo que verdaderamente importa es que el riesgo de encerrarnos en ellas existe, y que conviene aplicarnos alertas que nos ayuden a acceder (por diseño) a fuentes más diversas. Desde ese punto de vista, es bueno que sepamos que existen esas burbujas, aunque me consta que unos están más expuestos a ellas que otros. Creo que la clave está en lo que dice David Weinberger: “La red nos va a hacer más inteligentes, sólo si queremos ser más inteligentes”.
Nota: La imagen del post pertenece al álbum de Reinhold Brezovszky en Flickr
Julen Iturbe-Ormaetxe
Una práctica muy simple para combatir vía RSS la burbuja es usar la suscripción a búsquedas. No solo conviene activar suscripción a fuentes “fijas” sino también hacerlo a bùsquedas de tal forma que lo que prime es el contenido y no quién lo escribe.
Me guardo tu artículo en Diigo 🙂
Amalio Rey
Si, Julen, esa es una buena práctica. Yo uso muy poco la “sucripción a búsquedas” via RSS, y es algo que veo que debería utilizar mucho más. Tomo nota, y voy a trabajarme un poco más eso. Gracias
Juan Antonio Mota
Excelente el punto de partida de Julen y tu reflexión posterior.
Como bien dices la homofilia es un proceso natural y no creo que estemos entrando de forma general en sectarismos o procesos que puedan menguar la inteligencia colectiva.
Debemos tender a la diversidad, a contrastar datos e información, a realizar nuestro aprendizaje embebiendo puntos de vistas y conformar nuestra sabiduría en base a nuestras elecciones personales.
Esto no significa que ese proceso natural pueda tener un enfoque extremista, de hecho la comunicación, las redes son utilizadas en muchos casos para tales fines.
La libertad no se gana desde la ignorancia sino de la creencia de fortalecerla con la tolerancia y el respeto hacia las ideas-
Amalio Rey
Juan Antonio:
Nuestra tendencia natural es, efectivamente, a juntarnos con parecidos, porque nos hacen sentirnos más cómodos. Por eso hay que introducir por sistema algunos trucos o mecanismos que nos ayuden a exponernos a más diversidad. Un saludo