Cosas que te enteras de la gente que lee tu blog
POST Nº587
Pep Gesti tiene razón cuando dice que escribir posts ya forma parte de mi modo de organizar y madurar pensamientos. Así se fraguó el sencillo experimento que inicié a finales de diciembre. Por si no lo sabes, consistió en pedirle a los seguidores de este blog “un poquito de feedback” sobre cómo son y qué opinan de lo que publico. Decía entonces que, a pesar de algunas señales aisladas que a veces recibo, el tono general es que haya silencio, como si estuviera comunicándome con una caja negra, y por eso les invitaba a que “asomaran la cabeza” para poder conocerlos y escucharlos mejor.
Confieso que tuve muchos reparos con el experimento, porque temía quedarme hablando solo con mi caja negra. Que el silencio del otro lado me dejara en evidencia y que, a pesar de lo que dicen las estadísticas, me obligara a reconocer que lo que escribo realmente no interesa. El resultado, sin embargo, superó mis expectativas. Quería saber más de mis seguidores, y lo conseguí.
Sé bien que a la gente le cuesta comentar en los blogs, y cada vez más, así que recibir 60 comentarios (52 en la propia entrada y 8 por e-mails privados) ha sido muy estimulante. Si tomamos como dato de referencia el millar de suscriptores por e-mail que tiene este blog, más varias docenas de seguidores por RSS podría decir que cerca de un 5% ha respondido. Tal como están las cosas me parece una cifra muy buena, teniendo en cuenta que, además, muchas personas que sí comentan a menudo en este blog es posible que no se hayan sentido aludidas porque sugerí que quería dar voz a personas que suelen estar en silencio.
Pero las cifras son obviamente lo menos importante. Yo quería feedback con opiniones, así que lo que ha sido una delicia para mí es eso, leer lo que me cuentan. Si quieres, échale un vistazo a la cola de los 52 comentarios que aparecen en el post, pero te lo puedes ahorrar con este resumen. Me ha llevado tiempo hacerlo, pero me lo he pasado bien y ha valido mucho la pena. Ya he explicado en otras ocasiones que soy muy fan de las síntesis, porque me obliga a leer con atención las ideas y repensarlas. Aquí dejo los resultados, reunidos como una especie de “post-mosaico“, en el que combino lo que me ha contado la gente que lee este blog:
Sobre el experimento
Lo primero que pienso es que éste es un experimento que podrían replicar otro/as bloguero/as. Mi experiencia ha sido muy positiva. Vale la pena ensayar formas más atrevidas de aproximación a las personas que nos leen. Una fórmula alternativa es aplicar una encuesta, que estoy valorando como mi siguiente paso para recoger datos estadísticos más fiables; pero la parte cualitativa (¡¡y afectiva!!) que aporta este mecanismo es especial.
Lo primero que me ha permitido el experimento es constatar que no predico en el desierto. También descubrir a gente que “me sigue silenciosamente desde hace años” y que no conocía. Asimismo, revelar algunos hábitos de lectura de mis posts, cómo se organizan, y qué usos les dan.
A eso le sumamos una reflexión colectiva de por qué no comentan en el blog, que me viene bien, y pistas sobre temas que interesan más. Finalmente, efectos inesperados, como el que sugiere Asier, cuando dice que “este experimento le hizo preguntas” que a él, como bloguero, le sirven, y eso me gusta. He visto, con agrado, que varias personas que enviaron los comentarios leen los dos blogs, tanto éste como el otro de inteligencia colectiva.
Yo creía que después de la desaparición de agregadores de feeds como Google Reader, el número de seguidores por RSS era insignificante, pero el experimento (a pesar de ser una muestra mínima) me ha servido para intuir que no es así. De los 60 comentarios recibidos, 8 son de personas que me siguen por RSS, o sea, cerca del 15%. He visto que los datos que me da FeedPress sobre esta fuente de tráfico son erróneos o, como mínimo, incompletos. José Miguel me recordó que aunque el Reader murió, “Feedly está más vivo que nunca”, porque funciona estupendamente. Alberto es también de esos fieles que me recomienda no despreciar a los que me leen por RSS.
¿Por qué se leen menos blogs?
Cuando hay cierto silencio del otro lado es porque la gente no te lee, o quien te lee decide no comentar. Se dan las dos situaciones, pero voy a detenerme ahora en la primera. Varias de las personas que han escrito opinan que ahora se leen menos blogs que antes. Yo tengo la misma percepción. Algunas explicaciones que me han dado son interesantes, y cito:
- Es curioso, pero yo procrastino los buenos contenidos. Cuando sé que un post requerirá lectura atenta (…) lo guardo y lo dejo para otro rato más tranquilo… que a veces no llega nunca. ¿El resultado? Leo un montón de cosas más ligeras que no requieren tanto de mí, y así guardo indefinidamente un alijo de “lo bueno”. Hoy día mi cuenta de Pocket es una profunda bodega con miles de los mejores y más añejos posts que puedas imaginar. Muchos de ellos, tuyos (Jorge)
- Cuando tengo tiempo libre, no siempre quiero tocar temas de trabajo, teniendo tantas otras aficiones, incluida la lectura de ficción (Paz). Leer libros es una actividad que vivo como descanso y no me ocurre lo mismo con la red. Creo que de tres actualizaciones que me llegan, entro y leo una (Asier)
- Me siento infoxicado, y eso que he recortado mucho, mucho, la cantidad de información que recibo (Gregorio)
- La conversación se va a Twitter, Facebook, mail, Instagram, etc. (Maribel)
¿Por qué la gente comenta poco?
Esta era una reflexión que me interesaba. Quería saber qué parte puedo corregir para generar más conversación porque depende de mí, y qué parte obedece a una tendencia general que escapa de mi influencia.
Una cosa está clara: que no comenten no significa en absoluto que el post les parezca poco interesante. Algunos, como Dani, dicen leer “con avidez” mis posts, aunque después no interaccionen con el contenido. Maribel no comenta pero asegura, y esto suena bien, que “mantiene conversaciones con mis textos” 😊 Pérez Ballester reconoce estar “camuflado” porque “me lee y no me dice nada”. Alfonso recuerda que “el silencio no siempre significa ausencia”, y que la mayoría de las veces se debe más a pereza, timidez o falta de tiempo. Para otros, como Gonzalo, es reflexión, a veces indiferencia o “exagerado escepticismo”. Jorge, para mi tranquilidad, asegura que la falta de feedback está en el “espíritu de la época” y no tiene nada que ver con la calidad del blog, ni de la comunidad que me sigue.
Según Guillermo, la sensación de soledad se debe a que muchos de los que leen blogs asumen más la actitud de consumidores que de interlocutores. Sin embargo, tiene razón David cuando se queja de que la gente puede leer muchos blogs distintos pero “acaba dejando comentarios sólo en ‘los importantes’, o sea, Dans y similares”. Eso es verdad. Hay blogs que reciben muchos comentarios por ventaja acumulativa. Es un círculo virtuoso para el autor o autora. Una vez que consiguen una alta reputación, y muchas visitas, viene gente a comentar para exponerse y atraer tráfico a sus propios blogs.
Paz y Marimar comparten un argumento común, y es la “tardanza en la construcción de reflexión propia”. Paz cree que ella es “lenta para los comentarios”, porque antes de que piense en poner uno, ya se ha pasado la ocasión, y a veces se ha quedado con la reflexión dando vueltas sin aterrizarla. Marimar dice que “suele llegar tarde” porque cuando quiere intervenir en una conversación “parece que el tema ya ha pasado, que ya hay nuevo material para leer y otra reflexión a la que dar vueltas”.
Ismael añade una explicación que me ha hecho pensar, porque apunta a algo que podría revisar. Dice que generalmente no comenta porque yo “publico más contenidos para la reflexión que para el debate”. No sé, tiendo a creer que escribo sobre temas polémicos que admiten muchos puntos de vista, así que pensaba que con eso era suficiente para suscitar debate. Pensaba que a más reflexión genera un texto, más potencial de debate hay, pero Ismael quizás no lo ve así. Este es un hilo del que me gustaría tirar, así que si piensas lo mismo, te agradezco más pistas.
Alberto tal vez aporte un argumento que es complementario al de Ismael para explicar que haya pocos comentarios. Dice que “no lo pongo fácil” porque mis entradas son “tan pensadas, que tras la lectura hace falta tiempo de digestión para poner algo a la altura”. De esto interpreto que tal vez debería dejar más cosas abiertas, más preguntas y menos respuestas, para que la gente se anime a participar completando esos espacios que dejo en el aire 😊
Una explicación bastante frecuente es que la conversación se está trasladando a las redes sociales. Yo lo noto, sobre todo, en mi muro de Facebook, donde comparto los nuevos posts que publico. Es allí donde se genera más intercambio. De hecho, cuando veo que se anima mucho el cotarro ahí, invito a la gente a que se pase por el blog y comente, pero pocas veces lo consigo. Es tan fácil hacerlo en las redes sociales, y tan adictivo, que resulta complicado para los blogs competir con un canal así. A pesar de todo, Doménico opina que “con la crisis de las redes sociales, la blogosfera sigue siendo un ambiente ideal para dialogar, debatir y compartir opiniones, comentarios y conocimiento”
También hay varias personas que reconocen participar menos por “timidez online”, e incluso, autocensura. Susana teme generar con los comentarios malos entendidos y discusiones estériles, como le ha pasado en Twitter, y Marimar siente que se autocensura cada vez más en el mundo digital, que “ha perdido frescura y libertad” por miedo a tener problemas, que es algo que no le pasa en el mundo analógico.
Montecarlo hace una lectura más positiva del silencio. Dice que en él “habita gente a la que mis textos ayudan”, aunque no lo sepa nunca y, como prueba, compartió conmigo esta anécdota. Cuenta que desde hace años tenía la costumbre de dar los buenos días en Twitter, siempre con la misma frase. Unos meses atrás le comentó a un amigo que pensaba dejar de hacerlo, porque no le veía sentido ya que nadie respondía y “era como hablarle al vacío”. Su amigo puso en el grito en el cielo y le rogó que continuara porque para él era un estímulo diario leer su tweet. A raíz de su comentario, explica Montecarlo, decidió seguir con el ritual de cada mañana, a pesar del silencio. Le contó lo ocurrido a otras personas, y algunos se sumaron a la petición, identificándose con su amigo.
Responder a los comentarios
He contado muchas veces que me lo paso bien respondiendo a los comentarios. Pero aunque sea así, agradezco a Daniel que valore mi compromiso de contestar a los comentarios que me hacen. Es cierto, dedico tiempo a responderlos pero no por buenismo, ni solo porque crea que debo hacerlo (que también), sino porque me hace pensar, me obliga a retorcer argumentos, así que me interesa y me conviene. Disfruto más leyendo los comentarios que con los RTs, o los “me gusta” de FBK. Por otra parte, pienso que las cosas que nos interesan hay que hacerlas bien. De forma tranquila y con cariño. Eso incluye cultivar la conversación.
Por cierto, sigo leyendo posts de bloguero/as que no responden a los comentarios si me interesa lo que escriben, pero nunca comento en ellos. Si me molesto en comentar, espero que me den bola, así que hace tiempo que no comento en blogs donde los autores no responden, o lo hacen con desgano ☹
Rituales y costumbres
Ha sido curioso saber cómo algunas personas me leen y lo que hacen con mis posts. Susana cuenta, por ejemplo, que “en ocasiones los reserva para leerlos tranquilamente varias veces”, algo parecido a Charo, que imprime algunos para releerlos. Marimar, dice que los lee despacio, y que “a veces los trocea para aprender leyéndolos a lo largo de la semana”.
David comparte muchos de mis posts con otras personas. Elena también, recomendándoles que se suscriban (¡¡gracias!!) Maribel ha utilizado algunas entradas como material de lectura en sus talleres, igual que Borja en sus cursos para empleados públicos. Loreto los usa, en ocasiones, “para abrir debate” o “inspirar la discusión”. José Luis se inspiró en uno de mis posts para publicar un artículo en un periódico en Argentina. Monika los lee en el desayuno, “como regalito del día”, o por series en algún fin de semana.
Temas que interesan más, y menos
A menudo dudo de seguir escribiendo sobre cualquier tema, como hago ahora, o centrarme solo en innovación. El otro día hice la prueba de buscar en Google “blogs de innovación”, y no aparecía el mío por ningún sitio. Escribir sobre tanta variedad de temas castiga el posicionamiento. No me pasa lo mismo, por ejemplo, con mi otro blog. Si pones “inteligencia colectiva” en cualquier buscador, siempre va a aparecer entre las primeras 4 o 5 posiciones, que es un resultado bestial. Pero ese dilema me dura poco porque no me veo convirtiendo este blog, que es libre y personal, en un canal monográfico, porque intuyo que terminaría abandonándolo.
Esto es lo que dicen algunos suscriptores a este blog sobre los temas que más les interesan:
- Educación, humanismo empresarial, derechos humanos y política (Pérez Ballester)
- Cómo organizar el tiempo, porque es aplicable a la vida diaria (Paola)
- Algunas claves de mis rutinas (Asier)
- Lo que tiene que ver con las “personas-trabajando-juntas” (Juanjo)
- Reseñas de libros técnicos y densos conceptualmente (Juanjo Ríos)
- Colaboración, inteligencia colectiva, innovación, diseño organizacional, educación y redes (Dani)
- Visión artesana (Dani)
- Metodología asociada a la innovación, incluidos los canvas (Borja)
- Visión personal-humanista de la innovación y la tecnología (Juanjo)
- El momento de trasformaciones en que vivimos, cómo incorporamos la tecnología en todo eso, y sus consecuencias (Manuel)
- Crónicas de los congresos de inteligencia colectiva a los que asisto (Leticia)
- Estupidez colectiva (Pere)
- Cambio climático (Pere)
- Mis historias personales (Virginia A.)
En cuanto a los temas que interesan menos, Alfonso aprecia “un exceso de temas que tienen que ver con las administraciones públicas”. Juan Isasi, por su parte, me ha hecho recordar, por un comentario tangencial que hizo, que siempre que publico posts políticos, sobre todo cuando son seguidos – a veces me dan “brotes” 😊 – tengo pequeños sismos en mi listado de seguidores. Hay gente que me suele criticar eso, aunque no ha sido así en este caso.
Recuerdo que en la época de que me dio por escribir muchos posts sobre el #15M, o también alguna entrada polémica sobre Cataluña, se me rebotó un montón de gente. Yo procuro escribir sobre estos temas con sinceridad. Soy una persona política, como todas, así que me parece super saludable exponer lo que pienso también en ese ámbito, que nos afecta a todos. Me la refanfinfla el impacto que eso puede tener en mis estadísticas de visitas. Solo me importa, y esto es así, no decir tonterías, ni algo de lo que me arrepienta por superficial o bocazas. Lo que piensen los demás, es cosa suya. No puedo controlar eso, ni me apetece.
Juanjo Ríos me recomienda publicar vídeos cortos en los que resuma los conceptos más importantes de algunos posts. Es algo en lo que vengo pensando desde hace tiempo, pero que no me atrevo a hacer. Tengo una relación incómoda con las cámaras y los micrófonos, o sea, lo contrario que siento al escribir. Si consigo que alguien me ayude a montar y gestionar técnicamente las grabaciones en un canal audiovisual, igual me animo. Creo que vendría bien, y tal vez me termine gustando, pero ya se verá.
Opiniones positivas
Me gusta, como a todo el mundo, que celebren mi trabajo, pero me causa pudor hablar de mí, sobre todo si son halagos. No puedo evitar contar esto porque es parte del feedback que pedí. Lo he puesto al final confiando en que al ser un post tan largo, pocos van a llegar hasta aquí 🙂
Se que ésta no es una muestra estadísticamente representativa de los que me leen. Diría que está sesgada en positivo porque lo lógico es que quien se moleste en darme su opinión sobre el blog sea más fan que crítico. Aun así, me siento abrumado por la de piropos que he recibido. Quiero que sepáis que ¡¡leeros me ha alegrado varias tardes!!
Intentaré resumir las opiniones más generosas que he recibido, agrupando las ideas relacionadas:
- Sospecho que debes disfrutar haciendo este trabajo. Esas cosas se notan (Elena)
- Me das una alegría cada vez que entro en Feedly y veo que has escrito algo (Alberto) – Leo todos tus posts y puedes creer que me alegra recibirlos (Concha) – Siempre es una alegría encontrarme con un post tuyo en el correo, te lo agradezco de corazón, y te animo a que sigas escribiendo aunque no recibas feedback tan a menudo como quisieras (Juan)
- Se nota que cada post está muy trabajado (José) – Tus posts rompen ese falso principio de internet de que las entradas de blogs deben ser cortísimas, de lo contrario, no se leen (Elena) – Disfruto especialmente de los posts de “calado”, esos muy largos para lo que hoy se estila, esos donde recapitulas experiencias, metodologías, conocimientos. Valoro mucho ese esfuerzo por ordenar, destilar y compartir en unos ámbitos donde abundan las lecturas superficiales y no tanto los posts sesudos” (Pep) – Leo todos tus posts porque ninguno de ellos es banal. Ni una vez he sentido que había uno “de relleno” para cumplir con el calendario propuesto (Elena)
- Tus ideas me abren la mente y me hacen pensar (Mariona) – Me haces pensar y aprender (Marta) – Aprecio y valoro mucho tu espíritu crítico, el margen que siempre dejas para la duda y la reflexión y la generosidad con que compartes tu experiencia y conocimiento (Juan) – Generas abundancia donde muchos medios buscan lo contrario (Cristian)
- Me pones al día de lecturas y tendencias (Pérez Ballester) – A través de tu trabajo tengo noticia de autores que de otro modo no conocería (Concha) – Las lecturas y experiencias que comentas me abren nuevos caminos (Juan José)
- Encuentro muchas pistas sobre las emociones, en torno al cambio, en tus escritos (Manuel) – Lo que más me gusta es tu enfoque tan humano y sencillo para cualquiera (Charo) – Siempre hay un punto de vista especial que tratas (Juanjo) – Hay criterio, mucho, pero sobre todo visión valiente y personal (Juanjo) – Leo siempre con interés tus post, que son inspiradores y honestos (Doménico) – No hay tanto contenido original en la Blogosfera hispanoparlante. El tuyo no solo es original sino honesto (Guillermo) – Haces el bien a la inteligencia colectiva y lo más lindo es que realmente eres tú (Gloria) – Te percibo como alguien muy coherente y sensato, honesto y empático (Charo)
- Disfruto de tu enfoque a contracorriente en plan de qué-bien-logra-decir-lo-que-yo-pienso-y-siento-pero-no-sé-expresar y eso me hace sentir un poco menos loca entre tanta gente abonada a ideas fijas (Monika) – Tus post son apetecibles por el valor que le aporta tu enorme capacidad de síntesis y tu buena escritura (Paz) – Me encanta tu capacidad de contarlos, de exponer argumentos, con las palabras justas y adecuadas (Loreto) – Admiro tu capacidad para crear contenido tan rápido y tan valioso (Marimar) – Me maravilla que, siendo una persona tan ocupada, encuentras tiempo para escribir posts que a mí me llevarían no menos de 8 horas (Juan José)
- No siempre estoy de acuerdo con lo que explicas, pero siempre valoro como lo explicas y la valentía con que lo haces (Judith) – Siempre me aporta algo lo que tú escribes, incluso aunque no esté de acuerdo, que es poco frecuente (Leticia) – Es un placer leerte, incluso en cuestiones en las que a veces no comparta tu punto de vista (Daniel) – Tus comentarios y los de la comunidad que forman los seguidores de tu blog siempre son enriquecedores, también, por supuesto, en las discrepancias más intensas (Santi) – No siempre coincido con tu visión y, eso, las pocas veces que ocurre, me hace enriquecerme de nuestras diferencias (Miguel Ángel)
- Me siento en deuda contigo, así que me alegra poder compensarte con este comentario (Miguel Ángel) – Cada vez que leo un post tuyo me das ganas de ser más activo con el mío (Doménico) – Estoy esperando tu libro con muchas ganas (Concha)
- Te voy a dar la opción de que inundes mi email con notificaciones de cuando escribes algo nuevo (Fausto) – Eres un imprescindible en mi mundillo web desde hace ya muchos años, y lo sabes (Judith) – Sigue escribiendo otra década más que yo seguiré por aquí (Antonio)
Después de leer todo esto, comprenderás cómo me siento. Gracias a todo/as por asomar la cabeza y decir “aquí estoy” con tanta generosidad. Y si eres de los que no participaron y sigues en silencio, por la razón que sea, todavía estas a tiempo 🙂
Sonia
Hola Amalio, soy nueva en ésto. Una persona me recomendó que entrara y leyera…y así lo he hecho.
Me encuentro “pez” en general, pero me gusta leer lo que escribes.
Seguiré lo que escribes y prometo ser crítica ( constructiva, espero).
Un saludo desde Galicia.
Iván
Hola Amalio. Yo soy de los que te leo y comento a veces, aunque no siempre. Suelo leer todos los posts que escribes, tengo algunos blogs de referencia que me sirven como dirección de muchas cosas, uno es el tuyo , otro es el de Julen y también leo regularmente el de Enrique Dans. Los blogs en general me ayudan a ampliar miras y a llegar a temas interesantes que no domino, que desconozco o que en general encuentro interesantes. No comenté en el post del experimento , pues creo que estaba más encaminado para la gente que no suele comentar, o al menos así lo entendí yo. Las cosas que más me gustan de leerte son la sinceridad, la transparencia y la autenticidad, aunque de lo que escribes hay obviamente temas que me gustan más que otros, creo que aprendo con casi todo, y eso es algo que hace ser lector constante del blog. Una de las cosas que más me gustan es cuando lees un libro y desgranas cosas, te gusten o no, como El Efecto Medici o El Grit, libros que tras leer los posts leí. Un abrazo desde SIngapur.
Joan Carles Torres
Hola, Amalio,
Supongo que no debo ser el único que, abrumado por la extensión y la calidad de los argumentos/ideas que planteas en tus posts, no acostumbro a comentar por que me da pereza… me explico: normalmente tus artículos requieren comentarios pensados, elaborados, rumiados en un proceso de reflexión que demanda un tiempo que no dispongo (o que prefiero dedicar a otras actividades más mundanas) y la alternativa de hacer comentarios “rapiditos” solo para que se vea que ‘ando por ahí’ no creo que valga la pena. Además, en muchos temas, es mejor estar calladito y parecer tonto que comentar a la ligera y despejar cualquier duda al respecto.
En cualquier caso, no dejes nunca de alimentar tu blog (por muy caja negra que te pueda parecer en ocasiones) porque somos legión los que seguimos aprendiendo y creciendo con tus aportaciones.
Un abrazo.
[Postdata: me da mucha envidia (sana) tu capacidad de generar contenidos interesantes]
Julen
Qué bien te lo pasas, Amalio. Da gusto disfrutar de este torrente de contenido que saca a la luz a esa siempre presente minoría silenciosa. Un trabajo muy bonito. A mí, ya ves, me da pereza. Creo que cada vez escribo más para mí.
En cualquier caso, tiene que reconfortar saber que están ahí 😉
Rayco Expósito
Hola Amalio, asomo la patita, en mi caso tengo sindicado tu blog en el RSS y de vez en cuando leo 2-3 artículos del tirón. Por cierto te sigo en twitter pero hace mucho que no veo tus tuits, no sé si será cosa del algoritmo. En cuanto a cuestiones políticas no coincido contigo en algunos de tus planteamientos pero en todo lo relacionado con innovación, estrategia, estructuras participativas etc… soy un consumidor apasionado de tus artículos, aunque en estos momentos estoy algo más desvinculado del ámbito empresarial sigo con el gusanillo. No comento en tus artículos porque están tan bien trabajados y argumentados que para aportar algo interesante a menudo pienso que tendría que reflexionar y documentarme bastante y así siempre lo dejo para más adelante, no me lo tomes en cuenta. Un abrazo de otro de tus lectores silenciosos 😉
Teresa
Buenos días Amalio:
Soy Teresa Pérez ( @DUEdevocacion) te sigo en redes y te tengo añadido a mi Feedly, a través del cual leo los blogs de interés, sobre todo blogosfera sanitaria, pero leo más cosas de interés, como todo tu contenido desde que te descubrí gracias a una mención de un artículo tuyo en el podcast de @conectantes ( Miguel Ángel Mañez y Chema Cepeda).
Este post me parece super interesante no, lo siguiente, porque esta conversación la hemos tenido mil veces los blogueros sanitarios, que estamos igual, la gente ya lo lee, no comenta y la conversación está en las redes, sobre todo en Instagram y esto es así queramos o no.
Me leeré con calma mejor el post y te aseguro que lo pondré en práctica en el mío, porque la media de lectura por página del Analytics me dicen que no leen el post completo, o leemos transversal y destacados, guardamos mucho para leer después, tenemos diógenes digital y no nos da la vida para leer luego todo.
En mi caso, el contenido que me apasiona lo leo bien, releeo y aprendo de expertos como tu.
Enhorabuena por tus contenidos, creeme, llegan y mucho, y nos sirven hasta enfermeras activas y apasionadas como yo.
Un saludo.
Maria Villar
Hola soy nueva por aquí, me gusto mucho una entrada tuya y no dude en subscribirme, y no lo suelo hacer, gracias por animarnos y por hacernos partícipes de los resultados sobre las personas que leen tu blog. Lo que más me anima es comprobar que hay gente con criterio y con ganas de intercambiar conocimientos y experiencias dignas de ser contadas. Siempre he creido en el bien social como la solución a todos los problemas, te recomiendo un libro q se llama tribu de un periodista norteamericano no recuerdo ahora su nombre. La tribu es si lo es, es lo mejor q le puede pasar a una persona, agradezco pertenecer a esta la tuya. Un abrazo!!!
Fausto Alava-Moreno
Pues me he llevado una gran alegría con la notificación en mi email de que tenías nuevo artículo.
Y leyendo el artículo, la alegría ha sido inmensa.
Te tomas el esfuerzo de leer los comentarios de tus lectores, y de interaccionar con ellos.
Y hasta has hecho un post completo, tratando de entender un universo tan complejo como el de tus lectores.
Muchas gracias por compartir tu tiempo con nosotros Amalio.
Un fuerte abrazo
Ismael Peña-López
Por alusiones 😉
Ante todo me haré eco de algo que dices justo después de mencionarme citando a Alberto, el “no lo pones fácil”. A mí una vez me dijeron de mis apuntes que “me acababa el tema”. No creo que sea cierto que uno pueda acabarse el tema, pero en mi caso sí es verdad que suelo compartir más mis certidumbres que mis dudas. O mejor dicho, cómo he llegado a las (pocas) certidumbres que tengo. Así, cuando abro un tema, intento exponer las principales distintas visiones que conozco y me posiciono con sus argumentos. Y es cierto que el lector puede compartir esos argumentos o no, pero no dejo mucho margen fuera de ello. Podría ser que a ti te sucediera lo mismo.
Dicho lo cual, vayamos a un caso particular: Sobre los laboratorios ciudadanos en el sector público
Decía en el comentario inicial que tus contenidos son para pensar y no para debatir. A lo mejor debería haber dicho que yo los uso para pensar y no me apetece debatir. Hay dos motivos por los que no publiqué ahí en particular.
El primero –y otros te lo han comentado– es que el apunte es extenso. Y no tanto extenso en contenido, sino largo en contenidos. ¿Qué parte comento de todo ello? Es enorme. No puedo comentar solamente una cosa. Es más, no puedo comentar una cosa sin comentar el todo. Dado que es extenso, el comentario debería ser igualmente extenso. Eso no es un comentario y, sobre todo, me lleva al segundo punto.
Lo segundo es que en el tema de los laboratorios ciudadanos en particular estoy todavía formándome una opinión. En este caso particular, además, una opinión muy importante: en función de ella, en mi situación actual, deberé actuar en consecuencia. Desde este prisma, y dado que sí tengo ya parte de opinión creada, voy a lo que me interesa de verdad y abandono otras cosas. Es una cuestión no sé si de economía del tiempo o de ecología del conocimiento, pero sí hago una selección activa.
Ojo, no busco lo que estoy de acuerdo y abandono lo que me contradice, no. Busco lo que sé que voy a utilizar inmediatamente para formar esa opinión que necesito por cuestiones profesionales y dejo de lado lo que podría ser interés personal — no es del todo cierto, simplifico, pero supongo que se me entiende.
Es en esa selección donde el comentario queda en segundo término y pasa por delante lo que comentaba de “publicas más contenidos para la reflexión que para el debate”.
Ahora seguramente escribiría mi comentario de forma distinta: utilizo tus contenidos para mi reflexión y dejo para otros el debate. El debate, ahora, en la fase en la que estoy, “no me aporta” porque “me monto el debate dentro de mí”, buscando contrastes no en un debate activo sino acumulando más fuentes.
¿Y cuándo entraría a debatir yo?
Podría haber entrado en la disyuntiva que presentas con Antonio Lafuente de si el laboratorio tiene dos fases y si deben separarse. Mi opinión es ambivalente: creo que dependen del contexto (espacio, tiempo, comunidad) separar o no esas fases.
¿Podría haber dicho eso en un comentario?
Podría.
Pero, ahora mismo, me distrae de mi objetivo, que es el GRAN mapa de herramientas y usos.
Admito, pues, que el tema de comentar seguramente es más un tema del receptor que del emisor.
i.