Volar en libertad… con paracaídas (post-216)

Este viernes y sábado tuvimos en Bilbao el taller “Todo por la pasta” de #redca dedicado a las finanzas del consultor artesano y (muuuchas) otras hierbas…
Vaya por adelantado mi enhorabuena a Julen, Asier, David y Aitor por el estupendo trabajo de organización y de soporte que hicieron, y a Ricardo por ser tan buen anfitrión en la sede de Eutokia. También a los nuevos compañeros que tuve oportunidad de conocer esta vez.
Quiero empezar diciendo que el modelo de taller abierto con participación de gente del territorio pero a una escala contenida ha demostrado ser un acierto. La sesión ampliada con más de 30 asistentes insufló una agradable bocanada de aire fresco a nuestra dinámica participativa.
De escucharnos siempre a nosotros mismos podemos volvernos un poco pesados, así que viene bien romper cualquier tentación de lenguaje endogámico o pensamiento recurrente, y para eso hay que airear el ambiente. Esa es la sensación que tuve en la tarde del viernes escuchando a gente tan interesante dibujando su relación con la consultoría artesana, sus certezas y dudas, y poniendo en valor esa diversidad que en lugar de incomodarnos, nos debe enriquecer.
En este post intentaré hacer un resumen de los puntos que me parecieron más interesantes de la reflexión que tuvimos en la sesión ampliada, la del viernes por la tarde, así que allá voy:
- Naiara definió muy bien cuál era nuestro objetivo en la ronda de presentaciones: “Volar por libre… pero con paracaídas”. Eso es lo que intentamos para que la inseguridad que implica el vuelo libre se vuelva manejable y no nos estrese en exceso. Decíamos en el taller que parecíamos una “Comunidad de Práctica de paracaidistas”, aprendiendo juntos el disfrute de volar sin que eso se convierta en una temeridad.
- Necesitamos descubrir nuevas formas de hacer (y de facturar), una vuelta a los valores que nos reconcilie con el dinero digno, con el oficio del consultor que cree en lo que hace y que puede vivir de ello. Para eso tenemos que defender nuestro trabajo de una manera creativa, y eso incluye el presupuesto y cómo lo explicamos.
- Se evidenciaron las oportunidades que ofrece la red para hacer sostenible una diversidad que no cabe, ni es viable, dentro de una empresa. Y si se apuesta por el funcionamiento en red, hay que buscar dinámicas distintas a la empresa, porque son modelos distintos. No podemos esperar de la red lo que le exigimos a la gran empresa. También es cierto que las redes hay que desmitificarlas, valorarlas en su justa medida. Depende de cómo son, cuáles son sus objetivos, y qué personas las conforman. Tuvimos un largo debate, especialmente en las sesiones internas, sobre las arquitecturas de red que funcionan en la gestión de proyectos, pero es un tema tan complejo y rico en matices, que dejo para reseñar en otra ocasión.
- El CA debe aprender a gestionar la incertidumbre, a asumirla como una consecuencia natural de ese disfrute de “volar en libertad”. Es un peaje que debemos pagar, pero que con entrenamiento y una actitud adecuada, podemos revertir en positivo. Alguien decía que “tenemos que intentar la empresa que hemos soñado, y para eso no podemos traicionarnos”. Eso significa forjar un criterio propio, tener coraje para elegir entre opciones, buscar los clientes y compañeros de viaje adecuados y también, ser tolerantes al error y saber decir que no. Pero quizás el antídoto más eficaz contra la sensación de exceso de incertidumbre (esa que deja de ser sana), es buscar una relación con los clientes que se base en la confianza, y con ello conseguir un flujo relativamente estable de trabajo, y de facturación, en el tiempo.
- El punto de vista artesano es contrario a “vender tiempo en lugar de valor”. Tenemos que entender nuestro trabajo como un ejercicio en el que se da una solución, y no se venden horas. Y cuando nos toca hacer labor de coordinación de tiempo ajeno, cobrar solo por el valor añadido que significa ese trabajo y no una comisión de intermediación a costa de las horas de los socios/proveedores.
- Parece importante eso de elegir clientes que sean sensibles al espíritu artesano, y también proyectos que “nos peguen”. Nos va a quitar muchos dolores de cabeza, y hará más sostenible nuestra actividad. El estrés de facturación (y por consiguiente, la renuncia a elegir) no es siempre una consecuencia del entorno, de “los otros”, sino también de una pérdida de foco y de una falta de estrategia. Como los costes de estructura en CA son relativamente bajos, eso debería traducirse en una cierta capacidad para elegir qué nos conviene hacer. Teniendo esa ventaja, no deberíamos meternos en saraos que no nos pegan, ni nos gustan. Por otra parte, esa idea que defiendo de evitar ciertos tipos de clientes se puede, y se debe matizar, con algo que se insistió mucho en el taller: al final lo que más importa es la persona, tu interlocutor que hace de cliente. Puede darse el caso de que la organización-cliente asuste un poco, pero si la persona que te busca conecta con esta sensibilidad, la probabilidad de pasarlo bien en el proyecto aumenta, aunque esto hay que aprender a calibrarlo bien.
- Trabajar y colaborar entre competidores es factible, y conviene intentarlo. Eso significa que el “competidor” deja de serlo en ese proyecto para convertirse en un socio. La verdad es que mientras más competidores conviertas en socios es lo mejor, siempre y cuando eso revierta valor para el cliente.
- Algo parecido puede decirse de la relación con nuestros proveedores, que hay que valorizar con más sentido-P2P. El CA intenta huir de la palabra “subcontratación”, porque trabajar en red es algo bien distinto a subcontratar. Por ejemplo, hablando de pasta, pensamos en lo necesario que es ver a nuestros asesores fiscales, contables y laborales como socios, y no como meros subcontratistas de servicios. Construir una relación de confianza con ellos, de interdependencia, que puede incluir algún tipo de trueque, va a traducirse en un servicio mejor, y posiblemente en un considerable ahorro de pasta. Dicho de otro modo, el mensaje es éste: El consultor que es artesano con sus clientes, debe intentar que sus proveedores también lo sean con él.
- Aunque la estructura de costes fijos del CA tiende a ser más liviana, no debe devaluar su trabajo, ni vender más barato per se; porque ha de tener en cuenta que dedica mucho tiempo a sacar los proyectos si (como suele ocurrir) les mete pasión y personaliza al máximo su respuesta.
- Si queremos que la ecuación cuadre, conciliando pasta con valores, vamos a tener que replantearnos el dichoso asunto del crecimiento. Un participante reconocía que tiene “un problema con su calidad de vida” porque ocupa demasiado tiempo en cosas que no quiere. Así que una opción es adoptar modelos de funcionamiento en red para disminuir costes fijos y también, cómo no, reducir las expectativas de consumo. Ambas cosas podrían permitirnos “trabajar menos”, si es lo que buscamos.
- Si la red quiere funcionar bien, tiene que ser libre y voluntaria. Es una condición que debe cuidarse, pero que añade complejidad a la hora de fijar pautas para las interacciones económicas. Esa laxitud tiene que casar bien con la co-responsabilidad financiera.
- Quedó claro que a la mayoría de nosotros no nos gustan las cuentas, los temas fiscales, ni la contabilidad. El asuntito genera respeto, pero compartimos cierto “descuido cotidiano” en las finanzas, y maneras laxas de gestionar esto, aunque algunos nos hemos preguntado si eso es consustancial con el perfil artesano. En mi caso reconozco que solo pongo más atención si me va mal, que es cuando saco la lupa para cuestionarme los números. Mientras tanto me dejo llevar por la pasión de lo que me gusta, y lo mismo no es tan malo (¿o sí?) sentir apatía hacia la hoja de cálculo, no vaya a ser que me corte las alas.
- Hemos discutido mucho sobre formas alternativas para negociar y fijar presupuestos. Ahí tenemos un largo recorrido para innovar. En cualquier caso, yo empiezo a ver claro que las mayores oportunidades las tenemos en explorar nuevos formatos que permitan compartir riesgos con el cliente (Ricardo insiste que si compartimos riesgos, debe ser en una relación simétrica, algo a lo que le daré unas vueltas, porque me parece interesante). Esa forma de trabajar puede ser un signo añadido de distinción del CA. Tendríamos que ser más creativos a la hora de negociar los presupuestos, estableciendo una parte variable que sirva como señal de confianza y compromiso.
- Hablamos de la llamada “Economía Robin Hood”, según la cual, por un mismo tipo de trabajo se puede cobrar distinto con arreglo a quién sea el cliente. O dicho más claro, cobrar más a quien más tiene para así cobrar menos a quien no podría acceder al servicio en las mismas condiciones. Nos preguntamos si es ético, si es justo, o si se trataría de una forma solapada de “extorsión artesana”. Hubo algunas opiniones encontradas, lo que hizo el debate más rico. Pero para mí está claro: la identidad del cliente me influye siempre en el precio que pongo por un proyecto, y así seguirá siendo.
Al final coincidimos en abordar el reto de la CA con naturalidad, sin dramatizar lo que esto significa. Para eso vamos a necesitar humildad y unas orejas bien grandes, una mente abierta para integrar una gran diversidad de opciones dentro de un conjunto de valores comunes.
Eso sí, ser artesanos no es un mero “mecanismo”, sino una actitud. Yo sigo viéndolo así, y no deja de sorprenderme que mientras más lo entiendo, más coherencia le encuentro.
Cecilia
Hola Amalio,
Hace relativamente poco que he descubierto tu blog y la consultoria artesana y me siento muy identificada con esta filosofia vitalaboral. Estoy aprendiendo mucho de vuestras aportaciones y, sobre todo, me estan ayudando a reflexionar entorno a temas que hace tiempo que me rondan pero que en el día a día van quedando relegados a meros flashes. Desde que empecé por mi cuenta me he sentido en muchas ocasiones como una gota del océano… pequeña e insignificante, aprendiendo sobre la marcha a elaborar propuestas, a negociar, a decir hacia dónde quiero dirigir mis pasos, valorando cómo hacerlo, etc, etc. Viendo los posts de la sesión y de CA me doy cuenta de que somos muchas gotas, quizá un océano, y me gusta el planteamiento del trabajo en red: gotas uniéndose para formar una ola, aunque lo complejo es llevarlo a cabo. Todo un reto.
Todo el post me parece muy interesante y rico en matices. Me ha llamado especialmente la atención el tema de establecer una relación «artesana» con los proveedores ya que me parece importantísmo aunque no siempre sencillo.
Resulta refrescante saberse acompañado, poder compartir experiencias y avanzar conjuntamente.
Un abrazo,
Cecilia
Amalio
Hola, Cecilia:
El trabajo en red puede ser de una gran ayuda para la gente que trabaja “sola” por su cuenta. Lo de colaborar “artesanalmente” también con los proveedores/socios fue una reflexión que hicimos por primera vez en este taller, y a la que le daré más vueltas porque me parece importante.
Un abrazo
Iñigo
Hola Amalio:
No sabes la envidia que me ha dado Iranzu, que pudo asistir al evento. Ya me ha puesto al día y me parece que fue interesantísimo. Sobre todo para nosotros que estamos empezando.
Nos hemos apuntado hablar más adelante con CA, sobre todo de la parte de acudir a proyectos más grandes (aquí o fuera) de forma conjunta. Y aprovechar todavía más la red que tenéis montada.
Un abrazo
Iñigo
Amalio
Hola, Iñigo:
Pues si, hable con tu compañera y me contó de que ya estais «on the road» con vuestro proyecto, y me ha dado una gran alegría. Así se hace, compañero!!
Contad con nosotros para lo que haga falta. Tú descubres la oportunidad, y nosotros hacemos red con vosotros..
un abrazo
amalio
Sonia González Pachón
Sin duda alguna «la desconferencia» es el futuro , en donde, las personas y su bagaje experencial son las protagonistas 😉
«Ser grande es cuestión de actitud»
Atte.
Sonia
Amalio
Gracias, Sonia, estamos de acuerdo. La actitud es lo más importante.
un saludo
Juanjo Falcon
Excelente resumen de una excelente jornada.
Juanjo
Amalio
Gracias, Juanjo, por pasarte por aquí, y por participar en el Taller con tus buenas ideas…
Nacho Muñoz
No sabes bien, Amalio, cómo me ha corroído la envidia por no haber podido estar ahí con vosotros estos días.
Cada uno de los 14 puntos que ofreces dan muchísimo juego y largo debate, sin duda. Me hago una idea gracias a tu post y a los que van apareciendo acerca de los temas tratados, pero vamos, que como haber estado ahí de protagonista creo que no hay nada. Me hubiese encantado aportar, aunque fuera sólo en minúsculas, y sobre todo participar de esas conversaciones que seguro que fueron sugestivas.
Un abrazo.
Amalio
Nacho, creeme que te hemos echado en falta. Al menos yo me he imaginado lo mucho que te hubiera gustado estar con nosotros. Estoy seguro que, conociéndote, hubieras flipado con la riqueza del debate y la inteligencia del personal. Es cierto que nunca es igual si no estas ahi, pero el «resumen distribuido» que se ha hecho entre varios participantes te puede acercar bastante a los contenidos que de alli salieron.
Un abrazo, colega… espero que tu chica vaya recuperandose rápido con la ayuda de tan buen enfermero 🙂
Un abrazo
Visi Serrano
Hola Amalio.
Me encantó escuchar tu voz por primera vez y en directo en Bilbao. Te sigo desde hace tiempo y tus reflexiones y comentarios me ayudan a pensar y a hibridar algunas ideas propias.
Muchas gracias por permitirnos participar del taller abierto y valorar positivamente esta primera iniciativa. Viví un evento de conversaciones de calidad y mi re-encuentro con los valores de la profesión tal y como la entiendo. Un remate ideal para un viernes muy intenso.
Un abrazo. Nos leemos.
Visi
Amalio
Gracias, Visi. También me gustó conocerte. Estabas bien atenta, y era fácil saberlo porque eres muy expresiva.
La participación vuestra en la jornada abierta fue un descubrimiento, un aire fresco tan agradable… que somos nosotros los que tenemos que agradeceros.
He entrado en tu post, y publicado un comentario. Enhorabuena por tus ideas «peregrinas».
Un abrazo
laura
para cuándo un tallercico de estos en el sureste español?? 🙂
Amalio
Laura, a ver, a ver…. ésta es una red distribuida, con nodos. Se van organizando de forma espontanea, por la iniciativa de la gente. Supongo que ahora toca un poco de Sur, quién sabe, no??
saludos
Iván
Gran Post y sabias reflexiones Amalio.
Amalio
Gracias, Iván. Pensaba que te vería en Bilbao durante el taller, pero bueno, ya nos reiremos juntos el 18F.
un abrazo 🙂