Correr y escribir (post-285)
Retomo mi divertimento de reseñar libros. Hoy toca un texto de unas 220 páginas que se lee de un tirón: “De qué hablo cuando hablo de correr” del japonés Haruki Murakami.
Explorar las conexiones entre un deporte que exige esfuerzo y constancia, como es correr, y la escritura de libros me parece fascinante. El autor lo resume así: “En mi caso, la mayoría de lo que sé sobre la escritura lo he ido aprendiendo mientras corro por la calle cada mañana”.
Aunque Murakami dice ser un “corredor mediocre”, su currículo deportivo no es ninguna tontería: corrió sus primeros 42 km de maratón en pleno verano ateniense, ha competido en varias ediciones de los maratones de Boston y de Nueva York, y participó en la ultramaratón de 100 km del lago Saroma, entre otras proezas más cotidianas como correr habitualmente unos 70 km. a la semana. Por cierto, el escritor comenzó a correr a una edad relativamente tardía, a los 33 años, y su apogeo como corredor, según él mismo explica, le llegó pasados los 45.
Confieso que a estas alturas, además de ese libro no he leído ningún otro del nipón (sé que más de uno me va a matar por eso), así que no sé por qué esperaba algo más sofisticado, porque el libro está escrito con un estilo extremadamente sencillo. Es como un diario íntimo en el que va relatando sus euforias y frustraciones en la práctica del correr. Me sorprendió la humildad y franqueza con que cuenta su experiencia, con sus fallos y debilidades.
He practicado footing durante muchos años. Para ser exacto, más de 25. Ahora llevo un tiempo en modo low-profile (que me lleva por la calle de la amargura) porque al parecer abusaba con el ritmo, me daba atracones, y eso me trajo algunos problemillas físicos. Me entra nostalgia solo de recordar la explosión de endorfinas que sentía al calzarme las zapatillas para callejear por una ciudad extraña, o correr junto al mar. Intento ahora, poco a poco, recuperar ese hábito, aunque me está costando; y como también me encanta escribir, este libro me pareció la mezcla perfecta para hallar inspiración.
Murakami dice que no es un novelista con talento natural, pero que lo compensa con mucho trabajo y esfuerzo: “Tengo que tomar el cincel y el martillo e ir picando poco a poco el suelo rocoso hasta abrir un profundo boquete; si no, no consigo llegar al manantial de la creatividad. Escribir una novela me exige malgastar mucha fuerza física”, y esa capacidad la consigue precisamente mejorando su forma atlética, preparando su cuerpo. Según él, los escritores profesionales tienen que desarrollar un sistema inmunitario propio, a base de mimar su forma física “para hacer frente a esa peligrosa (a veces incluso letal) toxina que anida en su cuerpo”. Esa energía que necesita el escritor para poner a raya esa “toxina” la tiene que obtener de alguna parte, y él lo hace corriendo.
Para mucha gente el acto de correr se ha integrado en su ciclo vital hasta formar parte irrenunciable de él: “para mí correr a diario es vital, de modo que no puedo aflojar o dejarlo sólo porque esté ocupado (…) es mi cuerpo el que me insta espontáneamente a salir”. Pero es cierto también que, como confiesa Murakami, se puede vivir algún período de hastío y desmotivación: “entre el correr y yo se presentó esa época de pereza que les llega a muchos matrimonios”, y que él bautiza como la “tristeza del corredor” o “runner’s blue”.
Tengo claro que correr tranquilamente mientras se contempla el paisaje exige cultivar una cierta mentalidad. La clave está en disfrutar del proceso, como ocurre precisamente cuando se crea literatura. El resultadismo puede quitarle toda la gracia.
He experimentado esa sensación que describe Murakami de correr “para lograr el vacío”, y que es como alcanzar un estado similar al de la meditación, un hábito que en períodos intermitentes de mi vida he practicado. Aunque, a veces, la carrera pueda convertirse en todo lo contrario: en un ir-y-venir de ideas vertiginosas que anidaban en mi mente y que brotan como un carnaval cuando las pongo en el ambiente adecuado. Aún así, pensar-mientras-corro no tiene nada que ver con hacerlo sentado en un despacho. Ni punto de comparación.
Pues nada, te dejo algunas frases de Murakami que me gustaron mucho:
- “Para mí, correr, al tiempo que es un ejercicio provechoso, ha sido también una metáfora útil”
- “El solo hecho de correr una hora todos los días, asegurándome con ello un tiempo de silencio sólo para mí, se convirtió en un hábito decisivo para mi salud mental (…) corro para lograr el vacío”
- “Escribir novelas se parece a correr un maratón. Por explicarlo de un modo básico, para un creador la motivación se halla, silenciosa, en su interior, de modo que no precisa buscar en el exterior ni formas ni criterios”.
- “El cuerpo es un sistema que aprende y funciona a base de práctica: sólo reconoce un mensaje, y lo comprende, tras haberle hecho sufrir de modo específico e intermitente”
Termino la entrada con el epitafio que, el autor japonés, elegiría para su muerte: “Haruki Murakami: Escritor (y corredor) – Al menos aguantó sin caminar hasta el final”.
pilar
Hola Amalio, te felicito por la asociación de ideas que te ha hecho vincular el libro de Haruki Murakami a tu blog…y que yo asociado además al Design Thinking ;):
Mis frases favoritas por propia experiencia como runner modesta pero muy enganchada:
“correr tranquilamente mientras se contempla el paisaje exige cultivar una cierta mentalidad. La clave está en disfrutar del proceso […]
“..profesionales tienen que desarrollar un sistema inmunitario propio, a base de mimar su forma física”
“El solo hecho de correr una hora todos los días, asegurándome con ello un tiempo de silencio sólo para mí, se convirtió en un hábito decisivo para mi salud mental (…) corro para lograr el vacío”
Gracias!
Amalio
Gracias, Pilar. Esas ideas que has elegido son también importantes para mí. Coincido contigo. Un saludo!
Yolanda
He entrado en este blog a través de http://www.tatum.es/blogosferarrhh/Paginas/Ranking.aspx, como uno de los mejores blogs… y he topado con este post tan motivante para mí en estos momentos! sin duda, libro que leeré en próximos días!
Os sigo desde ya!
Saludos!
Amalio
Hola,Yolanda. Gracias por pasarte, y a la gente de Blogosfera de RRHH por enseñarte el camino 🙂
Si estas intentando empezar a correr, o ponerte en buena forma fisica, este libro desde luego que puede ayudarte. Es muy ligerito y agradable de leer.
un saludo
luis.tic616
Estaba bicheando por tu blog y mira que me encuentro este post justo cuando acabé de leer el libro de Murakami ayer.
Tengo prácticamente los mismos subrayados que tú y el libro me ha gustado.
Mi “carrera atlética” es un poco distinta y en cierto modo inversa. Desde los 10 y hasta los 18 años practicaba atletismo de competición, federado y todo, además de hacer pinitos en las carreras populares (estoy muy orgulloso por ejemplo de haber corrido con 12 años la primera cursa del corte inglés y ¡quedar el 486 de todas las categorías! – creo recordar que corrimos unos 25.000)
A los 15/16/17/18 entrenaba a diario, carrera y gimnasio, era un atleta del montón pero disfrutaba mucho y creo que el atletismo marcó mi personalidad de forma clave. A los 19, cuando entré en la Uni, lo dejé abruptamente como atleta (aunque continué como entrenador de categorías infantiles en una escuela de atletismo, hasta tengo 2 cursos de 3 de lo que en aquellos tiempos era la máxima titulación de entrenador de atletismo). Después acabé la carrera, trabajar, … etc y lo dejé completamente hasta hace unos años que he querido reencontrar el inmenso placer que produce correr cuando tu forma física te permite correr un buen rato sin sufrir. En eso estoy ahora, intentando que una máquina que se ha olvidado recupere su memoria, y peleando con mis rodillas.
PD. Yo tampoco he leído nada más de Murakami. ¿Alguna recomendación?
Amalio
Perdona, Luis, se me había pasado este comentario.
Bueno, ya ves, son casualidades. Ocurre mucho que varias personas estén haciendo o pensando al mismo tiempo cosas parecidas.
Joer, Luis, ¿el 486 entre 25 mil personas? Eras un maquina, entonces 🙂
Eso de que “el atletismo marcó tu personalidad de forma clave” lo puedo entender perfectamente. Está claro que “correr” no es solo “correr”, sino que es mucho más que eso, y Murakami lo explica genial.
En cuanto a Murakami, creo que Francesca te recomendó por donde comenzar.Yo hice la misma pregunta a un amigo, y me sugirió dos libros: “Tokio Blues” o “Kafka en la orilla”. Aunque he visto que la mayoría recomienda estrenarse con el primero.
¡¡un abrazo!! y ánimo con las rodillas…. que yo tambien tengo mis lios… 🙁
Camilo Pino
Un crítico del New York Times lo atacó durísimo cuando lo publicaron en los Estados Unidos (http://www.nytimes.com/2008/08/10/books/review/Dyer-t.html?pagewanted=all) precisamente por lo llano del lenguaje. Yo lo disfruté mucho. De hecho, es un libro que le suelo regalar a amigos corredores. Al final es un libro sobre la disciplina, tan importante a la hora de escribir.
Amalio
Camilo:
jjj… vaya crítica. Gracias por pasarme el texto, porque me ha sido muy curioso. Me lo he leído, y pienso que es un clásico de esa raza que llaman “críticos puristas”, una especie de vigilantes de la excelencia in vitro. Yo, desde luego, lo que más aprecié de este libro de Murakami es precisamente lo que él critica: la sencillez y cercanía con que cuenta su historia. Nada de sofisticación literaria. Es un texto arriesgado para la marca-Murakami, y por eso me gusta más.
Exactamente, habla sobre la disciplina, y su conexión con el oficio de escribir. Ahí está la clave. Gracias!!!
Francesca
Dice que no es un novelista con talento natural… qué gracioso, Murakami… je, je…
Lo que sí es cierto es que cuando se tiene talento para algo, si se trabaja, se consigue llegar a unos niveles que sin talento es imposible alcanzar, pero lo de Murakami no es solo meter horas… le vamos a disculpar la frase porque es él y escribe como escribe… 🙂
Amalio
Francesca: Es que el Murakami es un tío muy pero muy modesto. Talento natural debe tener por toneladas, pero estoy de acuerdo con él que aún contando con ese talento, la calidad que alcanza (y que seguramente se auto-impone) necesita de ese proceso de “cincel y martillo” que comenta en su libro. A mí me da que este japonesito también mete muchas horas a la escritura. Un abrazo 🙂
Isabel
Sin duda lo importante “siempre” es el proceso. Sustituyo el correr por la bicicleta y me quedo con las citas, especialmente con la segunda, con ese tiempo de silencio y de vaciado… Es como el aprender, engancha.
Saludos 🙂
Amalio
Así es, Isabel. La bicicleta es una práctica también muy propensa para la meditación “on the road”. Aunque hay que tener cuidado con eso porque conviene mantenerse en alerta. No es como correr, que uno puede “desconectar” más, porque depende de sus propios pies. La bici puede ser más peligrosa si uno se ensimisma demasiado. Pero sí que se consigue algo de “vaciado”, sobre todo si transitas por lugares silenciosos, y con paisajes inspiradores. ¡¡claro que engancha!!!
Gracias por pasarte!!!
Paulino
Amalio, entiendo y comparto las frases que has subrayado en esta entrada.
Soy atleta popular, acabo de cumplir 45 años, y todavía confío en mejorar mi marca de maratón que es de 2h 45 min.
Hace poco reflexionaba en el blog, usando como metáfora de vida al maratón.
http://paulinoetxebeste.blogspot.com/2012/02/45-cumpleanos.html
Los días de entrenamiento duro, no dan para muchas reflexiones, pero hay muchos kilómetros de rodaje regenerativo que son momentos de fluidez y torrente de ideas, que justifican todos los sacrificios.
El running, es para mí algo mucho más profundo y productivo, que un hábito saludable,me ayuda a apuntalar las traviesas sobre las que construyo mi creatividad y alegría.
Un saludo y gracias por la entrada!!
Amalio
Paulino: ¡¡vaya marca que tienes, colega!! eres un maquina….jjj. Qué envidia me entra!!! He entrado al enlace que me pasaste por tus 45 cumpleaños. Es como lo cuentas, se trata de mantener una buena actitud vital. Y a más años, más hay que cultivar eso.
Me alegro que veas al running como Murakami, y como yo mismo >> salvando las distancias respecto a atletas como vosotros 🙂
Un saludo