10 ideas sobre innovación social: SPARK13 y el caso de los Telecentros (post-358)
Ayer Vueling me depositó en Málaga a la bonita hora de las 2 de la noche, después de largas esperas en el aeropuerto del Prat. Apenas cuatro horas de sueño en casa y madrugón para irme a Granada a participar esta mañana como ponente en SPARK, el 4to Fórum Global de Telecentros, organizado por Telecentre.org, Telecentre Europe, la Asociación Comunidad de Redes de Telecentros, la Agencia Nacional de Información de Korea NIA y la Red Guadalinfo, que hizo de anfitriona.
Tenía relevancia porque era la primera vez que se celebraba en Europa, reuniendo a más de 1.300 expertos, entidades, empresas y profesionales relacionados con las tecnologías de la información y las comunicaciones para el desarrollo (ICT4D).
Intervine en la sesión sobre Sostenibilidad, para reflexionar sobre los retos actuales y de futuro que afrontan los Telecentros. No siendo un especialista del tema, ni mucho menos, es algo con lo que me identifico bastante porque siempre me ha interesado el nexo entre tecnología y sociedad, y las estrategias para luchar contra una de las injusticias más modernas que se conocen: la brecha digital.
Mi intervención versó sobre la conexión entre sostenibilidad e identidad, el significado y los límites del fin social de los telecentros, y los riesgos que existen en las alianzas público-privadas a la hora de financiar iniciativas de innovación social. Voy a resumir a continuación algunas ideas-fuerza que compartí en la ponencia:
- Me preocupa la “sostenibilidad” (o sea, cómo hacer que dure algo) sólo de aquello que valga la pena mantener. Si por alguna razón no vale la pena, entonces es mejor centrar las energías en cómo cerrarlo y canalizar lo aprendido por otras vías. En esa línea, entiendo que los Telecentros no son un fin en sí mismos sino un medio para dar respuesta a unas carencias sociales. Si es una iniciativa pública, hay que juzgar si vale la pena mantenerla sólo en términos de óptimo social, y no sub-optimizando a partir de criterios corporativistas. Por ejemplo, ¿tiene sentido que nos empeñemos en dedicar esfuerzos y dinero a forzar la “sostenibilidad” de los Videoclubs?
- El eslogan del encuentro: “La tecnología es mágica” tiene una doble lectura. Las mismas TIC que han dotado de sentido a los telecentros (TC), también pueden hacerlos innecesarios. El abaratamiento de los PCs, la fuerte penetración de los smartphones y la descentralización de la tecnología están reduciendo la necesidad de ir a un centro físico. Lo que en un momento los hizo importantes, en otro los puede devaluar. El paralelismo que usé de los TC con los Videoclubs es sin duda exagerado, pero me sirve para hacer ver cómo funciona la tecnología, que es pura destrucción creativa.
- El futuro de los TC (como en casi todo) depende de la diversidad de contextos. En algunos sitios reducir la Brecha Digital sigue siendo la gran prioridad; mientras que en otros puede hacer falta subir escalones en la Pirámide de Maslow para impulsar proyectos más complejos de innovación social.
- El gran desafío consiste en encontrar un espacio diferencial donde aportar valor añadido al sistema. Esto incluye evitar redundancias y ganar en foco. La supervivencia de los TC depende en gran medida de que sean capaces de dotarse de una identidad fuerte y reconocible. Eso se consigue sabiendo a qué decir que no, ¿qué dejamos fuera y qué dejamos dentro?, porque una identidad débil es casi siempre hija de la dispersión.
- El foco identitario de los TC son las personas. He visto alguna idea por ahí de ayudar a las empresas, a las pymes, a ser más competitivas. Es un error, no veo a los TC trabajando con/para las empresas. Su target son los ciudadanos y punto. Asimismo, evitaría cualquier tentación de dispersar objetivos hacia proyectos que no hagan un uso intensivo de las TIC como instrumento del cambio social. No haría nada que no tenga que ver con el “uso inclusivo y transformador de las TIC para la mejora integral del bienestar de las personas”. La tercera prioridad debería ser, en mi opinión, promover el NetPreneurship o los “emprendedores de red”. Esto se concreta en promover lo que me gusta llamar las Co-(e)Skills, o sea, habilidades de colaboración mediante el uso de las TIC. Los TC pueden convertirse en dinamizadores de ecosistemas digitales de colaboración asociados a determinados territorios.
- Los problemas sociales no se resuelven con soluciones de mercado. Desde mi punto de vista, el “fin social” de los Telecentros es no-negociable, y define los límites de lo que entiendo que es una sostenibilidad legitima. Pero OJO, me consta que el mercado tiene una capacidad de perversión infinita para desvirtuar los objetivos sociales, y más cuando se intentan tomar atajos para buscar financiación. No es demagogia, ni purismo fatalista. Es la amargura que me produce ver tantos y tantos proyectos que nacieron con un propósito loable y terminaron al servicio de grandes empresas o intereses políticos mezquinos. Si el camino hacia la sostenibilidad económica implica renunciar al fin social, entonces los TC se merecen el destino de los videoclubs.
- Cualquier socio no vale en las alianzas público-privadas. Habrá que preguntarse primero: ¿Por qué? ¿Para quién? ¿Con qué condiciones? Se trata, en definitiva, de que no perdamos el sentido crítico y la capacidad de discernimiento. Sé que hay mucha retórica alrededor de esto, así que la mejor forma de visibilizarlo es a través de los dilemas, colocándonos en situaciones de frontera. Pondré ejemplos en el siguiente punto de cómo a veces los principios se ponen en peligro, y dejan de serlo, cuando cuestan dinero.
- Los TC son “espacios públicos”, así que un principio que a mí me parece irrenunciable es el de promover el conocimiento libre. Esto significa integrar la cultura Open-Source, el copyleft y las plataformas abiertas en su propio ADN. Así que, me pregunto (pondré ejemplos hipotéticos): ¿Los TC aceptarían dinero de Microsoft, que es uno de los patrocinadores de Spark13, a cambio (explícito o no) de promover el uso de software bajo licencia? ¿Admitirían dinero de Telefónica o de Vodafone a cambio de comprometerlos con plataformas cerradas de telefonía? O, pensando también en la financiación pública, que a menudo es más partidocrática que publica, ¿Los TC tendrían que privarse de impulsar proyectos de Transparencia y de Democracia Participativa porque el político de turno que aprueba los presupuestos no ve con agrado que se transfiera poder de los partidos a los ciudadanos? Ya he dicho que no me consta que sea así, pero si ocurriera, mi respuesta es un rotundo NO, no debería aceptarse porque es incoherente con la esencia de un proyecto que debe estar al servicio exclusivo de los ciudadanos.
- La viabilidad financiera de los Telecentros va a depender de cuatro posibles fuentes de obtención de fondos: A) Financiación pública– Subvenciones, B) Patrocinios privados, C) Crowdfunding o financiación colectiva, D) Autogestión por redes de voluntarios (Procomún, bancos de tiempo). Las dos primeras siguen siendo muy válidas si se gestionan con la debida prudencia que comenté antes. Pero yo creo más en las dos últimas, y es ahí donde veo el futuro. Una línea que me parece muy prometedora es que algunos TC pasen a ser gestionados por los propios ciudadanos.
- ¿Qué determinará en última instancia la sostenibilidad futura de los Telecentros? La respuesta es tan sencilla como esta: ¡¡QUE LA GENTE LOS QUIERA!! O sea, dotándolos de significado, con mucha empatía y vocación de servicio para dar respuesta a las expectativas de la ciudadanía. La preguntaría que me haría es esta: ¿qué pasaría en tu localidad si cierran el telecentro?
Antes de terminar quiero añadir un OFFTOPIC, que no lo es tanto. Un ejemplo de incoherencia es el “Release Form” que hacían firmar a todos los ponentes en Spark13 (y que por supuesto, no firmé). Era un texto en tono imperativo, repleto de cosas que no podía hacer y de derechos que cedía a la empresa que gestionaba los contenidos generados por el evento. Una multinacional norteamericana de investigación de mercado llamada CASRO era la encargada de empotrarnos en esa lógica legalista y tiquismiquis que a mí se me antoja agotadora. Vale, vivimos en una sociedad paranoica, pero tenemos que empezar a cambiar el relato desde las iniciativas que organizamos. Un evento que se dice de innovación social como Spark13 tiene que dar el ejemplo impulsando su propio espacio de confianza, con una narrativa que se inspire en el conocimiento abierto y la cultura colaborativa, y no vinculándose a un lenguaje corporativo añejo que, aunque no lo diga explícitamente, baila al ritmo del copyright y la judicialización de las relaciones.
Aquí te dejo la presentación (bilingue) que utilicé para mi ponencia:
FJFM
Muy buen artículo. En referencia a “la brecha digital” Solo añadir que a los dinamizadores de Guadalinfo nos prohibieron figurar esa palabra en la programación de acividades (había que cambiarlas por otros nombres más eufemísticos para las actividades), y que como “objetivos anuales”, en lo que a nosotros se refería, hace tres años empezo a imponerse (aunque ahora ha cambiado con el cambio del portal del proyecto) ela siguiente retahíla:”que los usuarios suban x vídeos a youtube enlazados en el portal guadalinfo,”, “crear x galerías de imágenes en picasa enlazadas en el portal guadalinfo…” En fín. Gran proyecto, pequeña visón de cómo dirigirlo.
José López Ponce
Un excelente planteamiento: crítico y bien argumentado.
S2
Amalio
Gracias, Jose, como siempre.. por pasarte. Un placer verte por el barrio. Un abrazo 🙂
Fausto Andres Funez
Buenos dias Amalio:
Estuve presente en la charla y estoy de acuerdo contigo que los tleentros seran lo que la gente quiera y sobre todo que este enfocado en la gente.
Pero no estoy de acuerdo que sea un sistema de crear productos competitivos con emrpesas y ademas de una forma subvencionada.
Pienso que deben ser centros totalmente independientes y con creacion de valor, autosostenibles y con memoria publica de resultados.
Me encanta que se sigan considerando espacios publicos, independientes y de conocimiento libre.
Me gusto la claridad de tu ponencia.
Saludos
Amalio
Hola, Fausto:
Supongo que lo que aclaras de que los telecentros no son “un sistema de crear productos que compitan con las empresas de una forma subvencionada” es por referencias de otros, porque yo nunca he dicho eso, ni lo pienso. En el post no hay ninguna alusión en ese sentido (aunque no descarto que, equivocando los objetivos, algunos lo estén haciendo). Lo que he dicho es que los TC tienen que enfocarse en las personas, y no en mejorar a las Pymes o el tejido empresarial, que es una tentación que existe ahora en todos los programas.
De acuerdo con que sean “independientes, con creación de valor, autosostenibles y con memoria pública de resultados”. Lo suscribo plenamente.
Gracias 🙂
Silvia Palomino
!Buenos días! Me acerco para intercambiar impresiones ya que seguí también el evento y conozco el proyecto Guadalinfo. Coincido en algunos de los plantameanmientos que has plasmado en esta entrada.
El proyecto nació hace 10 años con una filosofía y objetivos claros. Sin embargo el rumbo que parece que está tomando me parece inadecuado. Concido en que los centros Guadalinfo deben ser espacios públicos enfocados a la ciudadanía y su foco deben ser las personas. El discurso que se quiere vender ahora es que se ha superado ya la brecha digital y si bien, en sus primeros años y actuaciones se trabajó la alfabetización digital, ésta ya está superada. Grave error. Como dices, cada entorno y centro Guadalinfo tiene sus propias necesidades.
Sigo manteniendo que este proyecto debe ser social y sus objeticos sociales. Nos guste o no éste es un proyecto político, dirigido por la Junta y y su administración paralela.
Como siempre interesantes tus reflexiones. Siento no haberme acercado a escucharte en directo, pero en estos momentos ese gasto de dinero público (o malgaste) con la organización de este evento supera mis principios éticos. Gracias y un saludo .
Amalio
Hola, Silvia:
La idea de que “se ha superado la brecha digital” también me parece un error. Como bien dices, es la razón por la que insistí en respetar la DIVERSIDAD de contextos. Por otra parte, no creo que se esté produciendo una convergencia, sino que al mismo tiempo que se va “alfabetizando” más gente nueva, las exigencias digitales crecen y el listón se desplaza hacia arriba, así que sigue habiendo mucha gente que no puede saltarlo, o que se queda en un nivel muy bajo de uso de las TIC.
Sobre el evento mismo creo que tenemos sensibilidades parecidas. Comparto tu inquietud. No entendí unas cuantas cosas, me pareció un evento demasiado “escalado” para el momento que vivimos, y no estoy seguro que fuera tan útil.
Gracias a ti…
Pere Losantos
Hola Amalio,
hace unas semanas que estoy profundizando en el tema de los FABLABs y centros de fabricación local (ya sabes, mi dispersión no conoce límites) que de algún modo puede verse como una evolución del concepto de telecentro que trabajé hace 10 años ya. Donde antes teníamos “empoderar vía competencias digitales” ahora tenemos “empoderar dando herramientas -ahora ya digitales aunque no exclusivamente- para satisfacer nuestras necesidades”. Es interesante explorar el modelo de negocio de estos fablabs (insisto, hay vida más allá del fablab) y su relación con el de los telecentros, y tu artículo me resulta muy interesante. Donde pone TC reemplácese por FL, y intentemos encontrar respuesta. Cuando quieras como siempre charlamos del tema.
Pere Losantos
Mi idea de un telecentro de fabricación http://vimeo.com/26185133
Amalio
Hola, Pere:
Perdona que no haya respondido antes, pero he estado de viaje, muy liado, y me gusta cuidar los comentarios, así que los dejé para la tranquilidad del domingo.
No conocía los FABLABS, asi que agradezco que me pongas en la pista. Me parece realmente interesante. Transcribo aquí la definición de “Fab Labs” que propone la Wikipedia, para los lectores que pasen por aqui:
“Los fab labs son una red global de laboratorios locales que favorecen la creatividad proporcionando a los individuos herramientas de fabricación digital. Cualquier persona puede usar el Fab lab para fabricar casi cualquier cosa (que no haga daño a nadie); debe aprender a hacerlo por si solo y debe compartir el uso del laboratorio con otros usuarios. La enseñanza en el Fab lab se basa sobre proyectos en progreso y aprendizaje entre pares; los usuarios deben contribuir a la documentación y a la instrucción. La responsabilidad es compartida, y los usuarios son responsables de todo lo que hacen”.
Creo que es un desafío encontrar la conexión entre los Fab Labs y los Telecentros. Pienso que están en ejes diferentes, pero que al mismo tiempo comparten objetivos, y eso nos sugiere oportunidades. Lo que más me gusta de los FLs es la idea del “Make”, de aprender haciendo cosas tangibles. Es muy poderoso ese principio, que aprendi desde que leí a Richard Sennett en “El artesano”. De hecho, tengo “en producción” un post, que publicaré pronto, sobre el tema, asi que igual saco a colación a los Fab Labs, porque tienen interesantes puntos de coincidencia.
Seguro que hablamos del tema porque veo que estas muy informado, y es algo que me atrae muchísimo. Mil gracias, Pere, por las pistas. He visto el video de Austin Tingering School. ¡¡genial!! me parece un concepto muy potente, porque Europa no puede vivir solo del software. Necesitamos tambien manosear el hardware.
Por cierto, aquí te dejo un post que escribí hace tiempo, y que tiene conexiones con los Fab Labs: “Critical Making Lab: ¿Valores en la tecnología?“. Un abrazo 🙂