Cosas que haría para mejorar la educación (post-359)
La educación (universitaria) sufre de especialitis. Las materias y disciplinas se tratan como silos, mientras que los complejos problemas de la vida aparecen cada vez más mezclados. Me gusta como lo resume Miguel Martínez Miguélez: “Mientras la Universidad es ‘disciplinada’, los problemas reales del mundo son ‘indisciplinados”, y lo alarmante es que el sistema educativo no está dando una respuesta adecuada a ese desajuste vital, y ni siquiera se lo está planteando como una prioridad.
Ayer estuve como ponente en Agora Talentia, invitado por la Fundación Moderna, que se celebró en Pamplona, y ya va por su tercera edición. Los navarros siempre tan amables y yo me lo pasé genial hablando de educación, que es de mis temas favoritos.
El título de mi charla fue: “#HIBRIDANDO: Talento conector multidisciplinar y visión renacentista de la educación”, en la que explique por qué pienso que la sociedad, y las empresas, necesitan perfiles profesionales que sepan conectar y mezclar, o sea, “hibridar”, entre disciplinas, sectores, generaciones, talantes y culturas, entre otros. Dicho en pocas palabras, buscamos buenos “cazadores de conexiones”, de conexiones improbables que nos ayuden a encontrar soluciones disruptivas, y a tejer relaciones entre gremios cognitivos que no colaboran entre sí. Este “talento conector multidisciplinar” debe ser una prioridad en educación dado que es socialmente saludable y una fuente de empleabilidad en alza.
Una parte de esas habilidades se adquieren vivencialmente, de forma natural, pero otras se pueden desarrollar a través de estrategias formativas que se inspiran en una renovada vocación renacentista y en la recuperación de las humanidades como hilo vertebrador del Funnel Educativo.
Mi tesis es que una estrategia que potencie la Hibridación, la recuperación de las Humanidades y la colaboración educativa podría ayudar mucho a resolver cuatro carencias esenciales:
- Hiper-especialización: Gestión del conocimiento (educación + investigación) como silos vs. Pensamiento sistémico y multidisciplinar
- Desconexión entre agentes: (+) Competencia vs. (-) Colaboración educativa
- Crisis de ética y valores: “El fin justifica los medios” vs. Visión humanista
- Modelo lineal de innovación: Se innova muy poco en la intersección
Me gusta definir el “Talento Conector” como la capacidad para detectar y aprovechar sinergias entre elementos muy dispares entre sí. Ese talento suele manifestarse por dos vías: 1) Conectores de IDEAS: Habilidad especial para agregar, sintetizar y trasladar ideas o piezas de conocimiento entre ámbitos muy lejanos, 2) Conectores de PERSONAS: Crean y lideran equipos de trabajo formados por personas con talantes, culturas, disciplinas y/o edades muy dispares. Los primeros se acercan bastante al modelo que solemos conocer como “genios creativos”, mientras que de los segundos destacaría su talento como “optimizadores de la diversidad”.
Ambos tipos de “talentos conectores” no se dan a menudo en la misma persona. La capacidad de conectar ideas es un atributo de creatividad, mientras que saber conectar personas exige habilidades más sociales.
El fomento de estas capacidades requiere un enfoque integral, pero en mi ponencia quise detenerme en un tema sobre el que vengo escribiendo hace tiempo y es la necesidad imperiosa que tenemos de recuperar las humanidades, sobre todo porque la sesión en la que participé trataba sobre “Talento para la empleabilidad”, y a mí me interesaba insistir en una idea que para muchos es contraintuitiva: Las humanidades ayudan a mejorar la empleabilidad.
Pienso que estamos en un momento de exaltación de “lo práctico e inmediato”, del Saber-Hacer y de la formación utilitarista. Ese escenario, agudizado por la crisis, está promoviendo una especie de acoso-y-derribo de las Humanidades, a las que se presentan como un gasto superfluo para la empleabilidad. Es difícil olvidar esa frase épica del Ministro Wert, en la que nos decía que “los universitarios no deben estudiar lo que quieren sino lo que les emplee”.
En otras palabras, hay una fuerte tentación en la educación universitaria a “empresarizar” las competencias que se quieren desarrollar en los alumnos. Soy el primero que aboga porque se busque un mejor ajuste entre lo que ofrece la universidad y lo que demanda la sociedad, pero me preocupa que vayamos ahora al otro extremo. Julen Iturbe escribió un post el otro día que me viene perfecto para ventilar mis recelos, y decía esto: “Nuestros alumnos no pueden ser, sin más, lo que las empresas quieren que sean. Eso es demasiado peligroso si no se somete a crítica permanente. Transformar materia prima (personas) usando un molde único es algo que da pavor”. En efecto, por ahí van los tiros, y la única opción que nos queda es construir un modelo de competencias que responda a una visión integral de la educación, considerando no sólo las hipotéticas demandas del mercado de trabajo (un tema, por cierto, bastante manipulado) sino también otras perspectivas que condicionan el ejercicio de una vida plena.
He insistido en el valor que tienen las carreras interdisciplinares, y/o la opción de estudiar más de una carrera buscando el máximo de disparidad entre ellas. Sé por experiencia lo útil y enriquecedor que puede ser combinar una buena formación en matemáticas y ciencias exactas (para desarrollar el rigor y el pensamiento científico) con una en Humanidades, que ayuda a cultivar la intuición, la mirada metafórica, la sensibilidad y el pensamiento integrador.
Hablamos también de impulsar la colaboración educativa. Me parece de los déficits más penosos que tenemos. La gestión del conocimiento como silos se refleja de forma patente en la falta de comunicación que existe entre facultades y departamentos universitarios. Sé de lo que hablo, porque conozco muy bien el mundo académico. Cada uno hace la guerra por su cuenta, y no hay un esfuerzo conjunto para ofrecer la mejor experiencia educativa al alumno.
A veces resulta patético. Vienen los períodos de exámenes, y los alumnos van llenando y vaciando el “disco duro” a medida que cierran una asignatura y abren otra. Está todo desconectado, y no hay nodos de intersección (por ejemplo, exámenes o proyectos interdisciplinares) que obliguen a los estudiantes a hacer un esfuerzo de integración y síntesis de conocimientos que provienen de distintas asignaturas. Este problema tiene solución, y se llama “Project Oriented Learning” o Aprendizaje Basado en Proyectos, siendo los proyectos el punto de conexión entre múltiples disciplinas y la realidad que les espera cuando salgan al mundo laboral. Un ejemplo muy interesante de este enfoque es el programa LEINN, de la Universidad Mondragón.
Antes de terminar esta reseña quiero compartir otra visión. En la ponencia intenté voltear la tortilla, para que dejemos de cargar la responsabilidad sólo en los de siempre. Se habla mucho del “talento para la empleabilidad”, pero menos del “talento directivo para emplear”. Esta segunda mitad de la historia merece tanta atención como la primera, porque lo cierto es que hay mucha ignorancia, retórica e hipocresía en las competencias que supuestamente demandan una buena parte de los directivos empresariales. Una cosa es lo que dicen en las encuestas, y otra lo que realmente buscan a la hora de contratar.
Así que no hacemos nada promoviendo unas competencias que después no son valoradas por los empleadores. Y la solución no es la que siempre se piensa: adecuar la oferta (“empleados”), sino también mejorar la demanda (“empleadores”).
NOTA: Esta nota la he añadido después de publicar el post, a raiz de que alguien envió a Meneame el artículo, y he leido algunos comentarios alli. Me doy cuenta que tenía que haber aclarado en el título que me refería sobre todo a la “Educación universitaria“, y no a la educación en general. Si bien hay carencias que se repiten a todos los niveles, cuando me refiero a recuperar las humanidades, lo hago pensando en las carrreras universitarias, sobre todo las de ingeniería, ciencias exactas y también empresariales, donde prácticamente se abandonan. En secundaria y bachillerato, las humanidades siguen teniendo relevancia.
Dejo aquí la presentación que utilicé para mi ponencia en Agora Talentia:
[slideshare id=22230925&doc=amalioreyagoratalentiaslideshare-130531002427-phpapp01]
Iván
Hola Amalio. La verdad es que le tema se la trae, es muy complejo y la verdad es que comparto tus miradas. Me gusta siempre ese toque que das de recuperar las Humanidades, es algo que creo firmemente, a pesar de haber hecho una Ingeniería. La lectura en mi caso me ha aportado mucho más que las ciencias, aunque las últimas sean en parte un motor básico de mecanismos complejos que me ayudan a conectar cosas. También creo necesario la vinculación con el mundo, con las miradas internacinaonales, algo que en Francia se hace ya con la “Inteligencia Económica”, tan conectada con la “Inteligencia Competitiva”. El caso LEINN es sin duda muy interesante, aunque para la mayor parte de los universitarios de la uni pública esas matrículas on inviables, lo mismo que los viajes por China, India, San Francisco o Finlandia. Yo abogo desde siempre por el impulso del viaje, pero no desde una perspectiva emprendedora o de buscar negocio como hacen en LEINN, Mi idea siempre ha ido más pareja siempre al toque humanista de lo que el viaje provoca en la persona y de forma vinculante con el profesional que todos somos o seremos. Por eso creo en el viaje individual, en los caminos recorridos con una mochila al hombro para aprender del mundo, creo mucho más en ese que en el grupal, pues en grupo vas ya en una burbuja con la mirada contaminada al estar rodeado de tu gente. Por ello reinvindico el leer y viajar como materias básicas para educarnos, lástima que nadie nos hable de ellas en nuestras Universidades…
Un abrazo
Talent Management (@CrearTalento1)
Excelente post. Gracias por compartirlo. Salu2!
Luis Martin-Domingo
Gracias Amalio por tu magnífico post.
Estoy muy de acuerdo y quiero comentarlo en dos des sus puntos:
MULTIDISCIPLINARIDAD: De acuerdo que debiera darse mucho más en el mundo educativo. Personalmente creo que un camino es que distintos centros educativos (e.g. ingeniería, derecho, económicas, psicología, etc), incluso desde distintos países actúen en proyectos conjuntos.
En este punto quiero darte las gracias por tus feedback e información sobre distintas iniciativas que me enviabas hace unas semanas. Lo tengo todavía en standby, por falta de tiempo, el proyecto que te comentaba de gestionar empresas (ya en funcionamiento) enteramente por universitarios, mientras estudian en distintas disciplinas en distintos centros e incluso distintos países.
HIBRIDACIÓN: Aquí te puedo confirmar por experiencia personal que funciona muy bien. Yo personalmente combino con estudiantes de MBA actividades turísticas con materias humanísticas (comunicación, geografía, historia, vida rural, etc.). Como ves algunos te hacemos caso a la hora de hacer la educación de un MBA un poco más abierta y diversa…
En mi caso concreto organizo actividades alrededor de la muralla China y la ciudad prohibida. En la clase sobre la muralla China los alumnos, además de visitarla, desarrollan habilidades de comunicación (con Chinos), conocen un entorno rural chino, contribuyen a su sostenibilidad (recogiendo basura) y estudian historia China para poner la muralla en un contexto histórico.
http://www.slideshare.net/luispain/mba-class-at-the-great-wall-of-china
Otra actividad es aprender geografía China en la ciudad prohibida. Aprovechando el flujo de turísticas chinos de todos sus rincones.
http://www.slideshare.net/luispain/mba-class-at-the-forbidden-city-of-beijing-china-13335850
Estos conocimientos son muy útiles cuando tienes una reunión con un chino, ya que agradecen que conozcas un poco de su historia y cultura. A parte de que les acompañes a brindar con el alcohol de 50º (baijiu) diciendo: GANBEI
Luis Martin-Domingo
MULTIDISCIPLINARIDAD: De acuerdo que debiera darse mucho más en el mundo educativo. Personalmente creo que un camino es que distintos centros educativos (e.g. ingeniería, derecho, económicas, psicología, etc), incluso desde distintos países actúen en proyectos conjuntos.
En este punto quiero darte las gracias por tus feedback e información sobre distintas iniciativas que me enviabas hace unas semanas. Lo tengo todavía en standby, por falta de tiempo, el proyecto que te comentaba de gestionar empresas (ya en funcionamiento) enteramente por universitarios, mientras estudian en distintas disciplinas en distintos centros e incluso distintos países.
HIBRIDACIÓN: Aquí te puedo confirmar por experiencia personal que funciona muy bien. Yo personalmente combino con estudiantes de MBA actividades turísticas con materias humanísticas (comunicación, geografía, historia, vida rural, etc.). Como ves algunos te hacemos caso a la hora de hacer la educación de un MBA un poco más abierta y diversa…
En mi caso concreto organizo actividades alrededor de la muralla China y la ciudad prohibida. En la clase sobre la muralla China los alumnos, además de visitarla, desarrollan habilidades de comunicación (con Chinos), conocen un entorno rural chino, contribuyen a su sostenibilidad (recogiendo basura) y estudian historia China para poner la muralla en un contexto histórico.
http://www.slideshare.net/luispain/mba-class-at-the-great-wall-of-china
Otra actividad es aprender geografía China en la ciudad prohibida. Aprovechando el flujo de turísticas chinos de todos sus rincones.
http://www.slideshare.net/luispain/mba-class-at-the-forbidden-city-of-beijing-china-13335850
Estos conocimientos son muy útiles cuando tienes una reunión con un chino, ya que agradecen que conozcas un poco de su historia y cultura. A parte de que les acompañes a brindar con el alcohol de 50º (baijiu) diciendo: GANBEI
Un abrazo,
Luis
Homo Minimus
“Las empresas” no son un ente amorfo y homogéneo que demande un conjunto de competencias monolítico. Hay cientos de miles de empresas y miles de puestos distintos. ¿Cómo esperas que un sistema burocrático educativo diseñe una “experiencia educativa para el alumno” que sea válida para todos?
Creo que sigues anclado en los viejos paradigmas de la educación universal, homogénea, burocratizada, pública e igual para todos. La educación diseñada por gente como tú, con mejores o peores intenciones, nunca dejará de ser un lecho de Procusto para el aprendiz.
Es también gracioso eso de que tú o la gente como tú tenga que “educar al empleador” para que demanden las competencias que tú decidas desde tu despacho que son importantes. Considero que alguien que se juega su dinero es mucho más apto para decidir qué tipo de gente quiere en sus empresas que un humanista-renacentista-conector que no pone su dinero y que cree que puede arreglar el mundo diciendo a los demás qué y cómo deben aprender.
Un poquito menos de arrogancia planificadora-diseñadora creo que nos iría bien a todos.
Saludos.
Amalio
Hola:
He leído con interés tu comentario, porque parecía inteligente y agradezco la discrepancia bien servida. Pero después de intentar digerir tus argumentos, a mí me parece que tú no has leído el mismo post que yo escribí: 1) Nunca he dicho que exista “un ente amorfo y homogéneo” llamado “empresas”, ni que ellas demanden un conjunto monolítico de competencias, 2) Nunca he propuesto, ni propondré, un sistema educativo burocrático y menos con una experiencia educativa única “que sea válida para todos”, 3) Nunca he dicho que las competencias educativas hay que “decidirlas desde un despacho”, 4) Nunca he hablado de “planes” que “le vayan bien a todos”.
No sé, “Homo Minimus”, pero a mí me parece que te dejas llevar por una buena docena de prejuicios. Y lo más incoherente es que me pidas menos “arrogancia” desde un comentario con un tono bien arrogante. Pero no me sorprende, suele ocurrir con la gente que se expresa desde la rotundidad. Tal como lo planteas tú, dejas poco espacio para la convergencia, pero aún así, lo voy a intentar. Voy a hacer el esfuerzo por comprenderte que no has hecho tú. Te resumo mi punto de vista sobre lo que (creo que) intentas decir:
1) Efectivamente, me refiero a la educación pública, y a las universidades públicas. O sea, esa que se costea con nuestros impuestos. La oferta privada que haga lo que quiera, y que la pague quien la pueda pagar siguiendo criterios de mercado. Allá ellos.
2) El sistema educativo público está obligado a encontrar un modelo que ofrezca una “experiencia educativa integral y satisfactoria” para los alumnos, y que al mismo tiempo, responda (como mínimo) a las necesidades sociales (y del mercado de trabajo) más comunes. No hablo de dar respuesta a “la larga cola”, sino a un mínimo de expectativas que buscamos la mayoría. A partir de ahí, que cada universidad se esfuerce por encontrar su espacio diferencial y aportar más valor añadido. Pero ese mínimo hoy no se cumple.
3) No he hablado de que la educación universal es el único modelo aceptable en el ámbito universitario. Creo en la diversidad. No estoy en contra de que haya universidades privadas, y propuestas educativas “de nicho”. Pero mi post hace referencia, como ya dije antes, a la educación universitaria de naturaleza pública, que es la que realmente me interesa que sea buena, porque es la que posibilita el principio de “igualdad de oportunidades”.
4) Nadie va a “educar al empleador” si él no quiere hacerlo por su cuenta. Pero OJO, el que tiene dinero no siempre toma buenas decisiones. Es más, a menudo toma malas decisiones por ignorancia, soberbia, egoísmo, exceso de ambición, y un largo etcétera. Reducir la inteligencia de las decisiones de los empleadores al factor “yo pongo el dinero, yo asumo el riesgo” me parece de una simpleza enorme. Igual o peor que imponer la reeducación de los empleadores por decreto, desde un despacho, que es algo que yo nunca voy a proponer. Si lees más posts en este blog, verás que no me pega.
Cuando decía que era TAMBIÉN importante (es decir, “y” en vez de “o”), que los directivos mejoraran su “talento para emplear”, me refería a que muchas decisiones de contratación hoy se guían por paradigmas obsoletos, abordan el empleado como un mero recurso, y no gestionan el proceso como una relación de interdependencia, sino de asimetría. El empresario que quiera seguir haciéndolo así, pues allá él o ella. Es libre de gastarse la pasta como quiera. Pero quería referirme a aquellos que saben que el dinero no lo es todo, y que todavía tienen mucho que aprender para tomar mejores decisiones.
Sigo pensando que muchos empresarios no entienden la importancia de la formación humanista, ni se les pasa por la cabeza que la educación en humanidades puede ser muy buena para la empresa. Tienen mucha pasta, pero no se han enterado de eso. No tienen esa aptitud óptima que tú les presupones.
Recibe un saludo de Homo Maximus 🙂
Homo Minimus
El objetivo de una empresa es ganar dinero para sus propietarios o accionistas. Si no, estaríamos hablando de una fundación o asociación de beneficiencia o Ong.
Bienvenido a la sociedad de libre mercado donde se respeta la propiedad privada y las preferencias de la gente.
El tema de la reeducación de las conciencias es mejor que la dejes para tu país de origen, o para Corea del Norte o Venezuela.
Tu programa político de “igualdad de oportunidades” y tu adoctrinamiento con dinero público por favor hazlo con tu dinero, no con el de mis impuestos.
Amalio Rey
Vaya, Homo Minimus, de nuevo parece que no me lees. Discrepamos en los referentes. Tenemos, en apariencia, prioridades distintas. Es una pena que simplifiques tanto mi punto de vista, y prefiero pasar por alto tus alusiones a Corea del Norte y demas. Un tio inteligente como tu deberia llevarse mejor con las zonas grises. Con lo sabio que es matizar. Por cierto, me ha encantado tu blog. Escribes con gran calidad y es un gustazo leerte. Me he bajado tu traduccion de FOCUS, que tiene una pinta estupenda. Pues nada, seguire explorando en tu Minimalismo Existencial, porque es un registro que me atrae mucho. De momento, ya te he RT algunas entradas.
Recibe un afectuoso saludo de Homo Maximus
Celso
Hola Amalio,
Excelente tu entrada de hoy y la propia presentación que has compartido.
Desde luego, una educación y formación hibridada y multidisciplinar aportaría grandes beneficios a todos, a los formados, a la sociedad y también, por qué no decirlo, a las empresas.
Yo soy ingeniero y trabajo habitualmente en como jefe de proyectos, en los que son múltiples las disciplinas que se requieren. La labor fundamental que realizo, además de la específica del área en cuestión, es integrar la información que llega de las diferentes fuentes. Esto obliga a entender aunque no seas experto en el tema de muy diversos temas, y en mi experiencia, es muy enriquecedor. Salí de la carrera hace algo así como diez años y lo que en ella recibí fueron una ingente cantidad de conocimientos especializados y encapsulados. Poco se impartía sobre algo que tuviera que ver con campos ajenos a la técnica, salvo excepciones que eran consideradas las “marías” y poco útiles (por mí también en su momento). Pero con el tiempo, me he dado cuenta de que la diversidad (humana y de conocimiento) es la mejor herramienta de aprendizaje. En cuanto navegas por otros campos, descubres caminos insospechados que conectan lugares aparentemente sin nada en común. Algo así como cuando en una ciudad, después de estar perdido llegas a un lugar que reconoces y entiendes perfectamente toda la ruta que habías hecho. Una especie de serendipia.
Y en cuanto a lo que comentas sobre una formación basada en proyectos, totalmente de acuerdo. Permiten poner en el mismo tarro muchos conocimientos además de requerir trabajo en equipo. Dan la perspectiva necesaria para abordar problemas de manera global. Mis mejores experiencias formativas han sido cuando trabajaba de este modo. Se aprende a unir conceptos y a colaborar.
Como apuntas, nada sencillo pero merece el esfuerzo intentarlo.
Felicidades por la entrada, recoge de forma resumida y creo que muy acertada, muchos e importantes puntos.
Saludos.
Amalio
Hola, Celso:
Gracias por compartir tu punto de vista. Aquí tenemos conversación para largo porque el tema se presta.
El trabajo que describes y el modo en que lo abordas responde a lo que ahora llamamos las “Personas T”, que es una metáfora que describe lo buena que es la combinación de un conocimiento profundo de una especialidad (el tronco de la “T”) con una capacidad “social” para conectar con otras disciplinas de forma transversal (la tilde de la “T”). Por ejemplo, en términos muy practicos, los ingenieros o informaticos que han desarrollado una buena “tilde” (gestión de proyectos y equipos) suelen ser mas valorados y ganar mejores salarios que los que solo tienen un buen conocimiento técnico (que sería el tronco de la T).
La formación basada en proyectos es la opción ideal para el desarrollo de competencia. No tengo, como tú, la menor duda.
Un saludo 🙂