Estás viendoparticipación ciudadana
Post Nº 576 En mayo estuve en Zaragoza trabajando con el equipo de Aragón Participa, que coordina Raúl Olivan. Fue una mañana, en una sesión vertiginosa, hablando de cómo aprovechar la inteligencia colectiva para articular estrategias de participación y su forma de concretarlo en...
A finales de octubre pasé unos días fantásticos trabajando en el departamento colombiano de Nariño. Desde entonces les debo un...
Quiero comentar un pésimo artículo publicado el pasado miércoles en El País por Jordi Pérez Colomé. Es un batiburrillo de...
“Escuela de Innovación Política” (en adelante, EIP) es el nombre tan sugerente que le han puesto mis amigos...
Además del QUÉ, y del CÓMO, también importa el POR QUÉ y el PARA QUÉ de la alfabetización socio-digital. Yo veo a estos voluntarios más como innovadores humanistas, que como formadores técnicos. Y esa visión más sistémica de su rol puede cambiar mucho el impacto de lo que hacen.
No siempre el empeoramiento de la crisis genera más activismo ciudadano. A los más ricos les sobra tiempo para conspirar activamente en política, porque ya tienen la despensa llena para varias estaciones. Mientras que a los que peor lo llevan, apenas les alcanza el día para salvar lo poco que tienen. El coste del activismo se antoja hoy muy alto para los que el trabajo es su único sustento de vida.