Innovando en el sector sanitario (post- 37)
Este jueves-20 me he ido al pueblo malagueño de Ronda a hablar de innovación. Después de sortear un buen carnaval de curvas de montaña y despertarme a golpe de volante de mi sosiego mañanero, llegué a Ronda para disfrutar otra vez del espectáculo que ofrece esta serranía.
El motivo de mi viaje fue intervenir en el marco del II Foro de la Red de Agentes Sanitarios de Innovación, invitado por la Dirección General de Innovación Sanitaria de la Consejería de Salud de Andalucía y la empresa pública SANDETEL.
El evento se celebró en un lugar singular, en una capilla del Convento de Santo Domingo reconvertido en el Palacio de Congresos de Ronda. Allí me tocó hablar para más de 50 profesionales de la Salud de Andalucía que forman parte de una interesante iniciativa que busca promover la innovación en los centros sanitarios de la Región.
Para ello se ha creado una red que agrupa a un representante por cada uno de los centros que conforman el Sistema Andaluz de Salud, y que reciben el nombre de “Agentes Sanitarios de Innovación” (ASIs).
Según he entendido, los ASIs se encargan de: 1) Identificar oportunidades de innovación en sus centros sanitarios, 2) Detectar “focos de innovación” y las personas adecuadas para movilizarlos, 3) Servir de enlace entre su centro y otra iniciativa estupenda que se está impulsando desde esta Dirección, que es el “Banco de Prácticas Innovadoras“.
Me encanta la idea de reunir a un grupo de “entusiastas de la innovación” que sirva de avanzadilla para introducir estos hábitos en las entidades sanitarias.
La innovación es cosa de personas, y se necesita gente que “empuje del carro” a partir de su propio ejemplo.
Pues nada, cuando me llamaron para dar la charla, ni lo dudé. Me parece muy divertido hablar de innovación a personas que no se dedican precisamente a la tecnología y además, poder “personalizar” este concepto tan amplio a sectores concretos, y más si es el de Salud, con tantas oportunidades para innovar.
No me equivoqué. Salvo el frío que había en la capilla-reconvertida-en-lugar-de-reunión (terminé mi charla con los pies y las manos heladas), el resto fue de primera y sin duda, el tema apasionante. Paso a resumir algunas ideas que tratamos allí:
1) Se pusieron en evidencia las enormes posibilidades para “hibridar” que existen en el sector sanitario
Es decir, para la innovación multidisciplinar y la combinación creativa de conocimiento provenientes de campos diferentes. Puse varios ejemplos (desde introducir Arte en los hospitales a integrar múltiples disciplinas de humanidades en el servicio asistencial) que sirvieron de inspiración a los participantes.
2) El verdadero valor de este tipo de iniciativas radica en generar efecto-red
Los ASIs deben tejer dos tipos de redes: 1) Las “internas” dentro de sus hospitales, aglutinando a más gente que quiera innovar, 2) Las “externas” que se formen entre ellos, entre los agentes de innovación de los distintos centros asistenciales.
3) La mejor forma que se me ocurrió para definir a estos agentes es la de “hombres y mujeres con antenas“
Se trata de personas inquietas, curiosas y empaticas que observan con inteligencia su entorno para identificar y explotar oportunidades de innovación. Estas “antenas” hay que cultivarlas, e incluso programarlas para que capten oportunidades realmente valiosas.
4) En redes como éstas, que todavía tienen que justificar su existencia, el orden en que se abordan los proyectos no es un tema baladí. ¡¡el orden importa!!
Como algunas necesidades de innovación tienen una resonancia y un impacto mucho más visible que otras, los agentes deben priorizar, en su primera andadura, aquellos proyectos de innovación que, en un plazo relativamente corto, resuelvan problemas relevantes para la gente de su entorno.
Estos éxitos visibles van a generar el necesario “efecto de demostración” que permitirá captar más voluntarios y demostrar la utilidad de la iniciativa.
5) No podía faltar mi dosis de innovación 2.0, así que puse también varios ejemplos de “Salud 2.0”.
Éste es otro tema apasionante al que le dedicaré seguramente un post en el futuro. Las posibilidades aquí son enormes, pero destaco en particular los nuevos modelos de participación proactiva de los pacientes en sus propios tratamientos.
Entre las comunidades de pacientes, dinámicas y comprometidas, que están surgiendo, destacaría sobre todo el fenómeno de “patientslikeme“, que constituye un ejemplo extraordinario de lo que las herramientas 2.0 pueden significar para la mejora de la calidad de vida de los enfermos.
Este sitio-web es un fiel reflejo de la revolución 2.0, pues en ella los pacientes que padecen una misma patología intercambian información sobre síntomas, tratamientos y resultados, y acceden juntos a información que les permite participar con más criterio (“su” criterio, y no solo el del médico) en la mejora de sus dolencias.
6) La falta de tiempo, y la sobresaturación de trabajo, se reconoció como un obstáculo importante para innovar
En la jornada se hizo mención a una dificultad que es extrapolable a muchos otros ámbitos donde se quiere promover la innovación: ¡¡la falta de tiempo!!
Algunos agentes se quejaron de una cruda realidad: ¿cómo le vamos a pedir a un médico o al personal no asistencial que dedique tiempo a innovar si apenas le alcanza para cumplir sus tareas comunes? El día a día les consume, así que les hablas de “innovar” y te responden: ¿en qué momento?
Es un problema real, al que todavía no encuentro respuesta. Y si es así, mucho me temo que varios de estos agentes olviden lo aprendido y pierdan el entusiasmo cuando terminen el Foro y regresen a sus labores cotidianas.
7) Necesidad de potenciar un enfoque más bottom-up y participativo en la gestión de la Red
En el marco del Foro alguien del equipo promotor de la iniciativa preguntó a los agentes si tenían claro, si sabían “¿qué se esperaba de ellos?”. Esa pregunta fue repetida por la ponente varias veces, y la respuesta fue más bien tibia y poco entusiasta. Un buen amigo que estaba allí presente me hizo un comentario muy certero, y que quiero citar aquí: “oye, Amalio, y… ¿ por qué en lugar de preguntar eso, no pregunta: ¿qué queréis hacer?“.
¡¡EUREKA!!! Porque es un buen razonamiento 2.0. Muchas iniciativas institucionales fracasan porque pretenden dictar a los participantes lo que deben hacer, en lugar de preguntarles qué desean y qué les entusiasma más. Ese es el camino, y por eso me pareció tan pertinente esa acotación.
He dejado para el final de esta reseña lo que ocurrió al principio del Foro, con los primeros ponentes. Paco Porras, un inventor de esos que son capaces de cambiar el mundo, Domingo García (un discapacitado en silla de ruedas) y Juan José Giraldo, ingeniero de la empresa PROTOTEC, presentaron una innovación tan sencilla como impactante llamada, por el momento, “bipedestador”.
El invento consiste en una base móvil controlada por un mando que permite mantener erguida, y desplazarse, a una persona parapléjica.
Creo que lo más fácil es ver la foto, para que se comprenda.
La demostración fue emocionante, sobre todo por la reflexión que hizo Domingo García mientras usaba y mostraba el artilugio.
Nos dijo que cuando te fallan las piernas echas en falta muchas cosas, y una de ellas es poder tomarte un café en la barra de un bar, y en definitiva ¡¡ponerte de pie!!
Nos ha contado que el “bipedestador” no solo tiene una utilidad funcional innegable al permitir desplazarte y ejercitar el cuerpo erguido, movilizando funciones que están habitualmente dormidas en la silla de ruedas; sino que su aporte más significativo es emocional, de autoestima.
En su caso, después de 13 años de estar siempre sentado o acostado, cuando probó este aparato se sintió de nuevo persona, volvió a poder mirar a la cara sin tener que elevar la cabeza (esta idea me hizo comprender lo diferente que puede ser el mundo visto desde una silla de ruedas), y recordó las lagrimas que soltó cuando pudo mover por su cuenta uno de sus trofeos en la estantería de su casa.
Esta presentación me sirvió para:
- comprobar lo gratificante y agradecido que puede ser innovar en el sector de la salud por el impacto que tiene en la calidad de vida de las personas
- valorar la grandeza de inventores como Paco Porras, que empeñó más de 15 años de su vida en hacer realidad un sueño: “levantar de la silla” a un parapléjico
- darme cuenta, una vez más, de lo mucho que tenemos y que no valoramos, a menos que lo perdamos.