Mi balance (muy personal) de 2021
POST Nº 671
Se va terminando 2021, así que toca pasar revista de cómo ha ido. Es un ejercicio que no me obligo a hacer. Hay años que he dejado sin documentar por pereza, introversión u otras razones. Lo hago sólo si me apetece, y esta vez siento que es así. Me viene bien a mí, y de paso puede que cuente cosas que le sirvan a alguien.
Si tuviera que poner un número para «objetivar» cómo ha sido mi 2021, le pondría un 6.9 de 10, o sea, un «bien» raspando el «notable». Creo que es una nota que no está nada mal para los tiempos que corren. Ahora voy al grano con los detalles. Dividiré mi balance en tres partes. Primero, lo negativo, después lo positivo, y finalmente qué espero de 2022.
Lo malo
Este año, a pesar de lo propicio que era para leer más, siento que lo he hecho bastante menos. No tengo datos, pero es el más pobre en mi «actividad lectora» de la última década. Esto me molesta porque sé que la lectura de libros es el ocio más «rentable» de todos los que practico y sin embargo algo ha pasado para que lo haya descuidado tanto. Recuerdo haber sentido cierta pereza, pero también que el fastfood del móvil ha competido por ese tiempo en un grado indefendible. Lo bueno es que ya tengo un plan para esto, que contaré más adelante en un post. Será un experimento divertido que se basa en registrar mi actividad lectora y ponerme unas metas en número y tipos de libros. Ya empecé a aplicarlo y noto que me estimula bastante. Además de aumentar el número de libros leídos en 2022, quiero que crezca el porcentaje de «lectura recreativa», o sea de ficción vs. ensayos, y también las reseñas publicadas en este blog.
No sé si definir esto como «malo» (para mi trabajo seguramente lo es), pero lo cierto es que he sentido un gran agotamiento de las redes sociales. Los sobrecostes de seguir Twitter, Facebook y LinkedIn ―que es donde estoy― son cada vez más pesados y evidentes. Esto se refleja claramente en mis estadísticas. El número de seguidores en Twitter se ha estancado. El alcance de mis publicaciones en Facebook y el feedback también. Mi presencia en LinkedIn ha aumentado un poco, pero no de forma significativa. Me noto mucho menos activo en la red del pajarito, que sigue siendo mi favorita. Publico casi en piloto automático, ¿por costumbre, obligación o adicción?
Este año ha sido también muy flojo en el apartado de viajes recreativos y de aprendizaje. Esto es así incluso considerando el «efecto sedentario» de las restricciones asociadas a la Covid. Es cierto que el momento pedía prudencia para viajar, pero ha habido margen ―al menos en mi caso― para hacerlo mucho más, y no ha sido así. No sé si es por la inercia del confinamiento pero creo que he estado vago, y me preocupa porque viajar es algo que siempre me ha ilusionado y buena parte de mi crecimiento personal lo he forjado en torno a los viajes. Lo cierto es que hace tiempo que ya no hago mis míticas «migraciones creativas», esas travesías de aprendizaje que tan bien me venían, y es un síntoma. La última fue el Camino de Santiago, que hice allá por noviembre de 2019 (lo cuento aquí), pero había dejado de practicarlas desde hace muchos años.
En verano se me ocurrió cambiar a última hora el plan vacacional que tenía por otro tipo de actividad que no salió como esperaba. Esto tiene que ver con los viajes pero también con otro propósito incumplido: no he sido capaz de integrar en mi vida, de forma regular, la práctica de la meditación. Era un objetivo que tenía así que decidí renunciar a mi segundo Camino de Santiago (el primero fue el Primitivo, y este iba a ser el Portugués de la Costa), para contratar en su lugar dos «retiros» con los que pretendía sistematizar mis hábitos de yoga y meditación. ¡Pues va a ser que no! El segundo se canceló. Y el primero me sirvió sobre todo para comprobar que no estoy hecho para el Yoga, que no va con mi personalidad, y que la meditación ―una práctica que sí domino― exige unas rutinas que sigo sin interiorizar con la regularidad que requieren para que hagan el efecto esperado. No he abandonado en mi empeño con la meditación, y soy más optimista con esto, pero me he dado cuenta de que la estrategia que mejor me funciona con diferencia para producir endorfinas y oxitocinas es darme caña con el ejercicio físico. En vez de quedarme quieto, moverme mucho. De hecho, es en movimiento cuando más y mejor «medito» 😊
Otra asignatura pendiente, otro propósito incumplido, ha sido el de ocupar más los fines de semana con actividades de senderismo y salidas a la naturaleza. No me acabo de organizar bien con esto que, para hacerse, necesita cierta planificación. Mi problema es que dedico buena parte del sábado, y a veces del domingo, a escribir, que es algo que disfruto mucho. Pero creo que me equivoco, porque las actividades al aire libre son estupendas para el bienestar y sé que me hacen mucho bien. Además de que se pueden hacer con los hijos. Aquí me pongo de nota, un año más, un cero patatero.
Tenía previsto para 2021 ―y así lo expliqué en mi post de balance del año pasado― un plan de desarrollo de habilidades en nuevas herramientas digitales que tampoco cumplí. Siento que en esto me he quedado un poco obsoleto, y que necesito ponerme las pilas. Sin embargo, no es algo que me apetece hacer, sino que me produce una enorme pereza. La verdad es que he avanzado con algunas aplicaciones, pero solo voy a lo estrictamente imprescindible que voy necesitando. No hay previsión en mi aprendizaje, y esa no es la actitud correcta. Dije que era optimista en esto, pero ya lo soy menos. No prometo nada 😊
Lo bueno
El acontecimiento positivo más importante del año, con diferencia, es haber terminado el manuscrito de mi libro y conseguir la editorial que lo va a publicar. Las dos cosas han costado lo suyo, un desgaste enorme, pero ―si todo va bien― se podrá comprar mi ensayo para abril de 2022. Este largo proceso lo cuento con detalles en estos tres posts (en ese orden), por si sientes curiosidad o estas pensando en publicar un libro: 1) ¿Comprarías un libro así?, 2) ¿Y tu libro para cuándo?, 3) ¡¡Tenemos buenas noticias!! Lo que puedo decir es que estoy muy feliz por esto, y que me va a dar un patatús el día que vea por primera vez mi ensayo en las librerías.
En el balance que hice del año anterior, decía que había tenido un «parón bloguero» porque decidí echar a un lado todo lo que pudiera dispersarme y dedicar los últimos meses de forma exclusiva a dar pico y pala en el libro. Esto se extendió a 2021, tanto por la edición de las sucesivas versiones como por el tiempo que me consumió la búsqueda de editorial. De ahí que pensaba dar malas noticias también en este capítulo pero, revisando mis estadísticas de publicaciones en los dos blogs, el año ha ido razonablemente bien. Comparando mis tres últimos años, ha sido, de hecho, el mejor.
En 2021 publiqué en este blog ―amaliorey.com― el mismo número de posts que en el anterior (un total de 27), pero resulta que en el otro blog ―inteligencia colectiva― fueron 22 entradas más, un espacio que había estado prácticamente abandonado durante 2019-20. Si sumamos la producción de los dos, se puede decir que he conseguido recuperar el rendimiento que tenía allá por 2014-15 que publicaba medio centenar de posts al año. No está nada mal. Unas 4 entradas mensuales. Mis estadísticas de suscriptores en ambos blogs se mantienen estables, con un incremento que no es significativo. Sumando los suscriptores a las newsletters por e-mail y los lectores de RSS tipo Feedly, tengo unos 2.100 al blog personal y 660 al de Inteligencia Colectiva. Intuyo que estos datos en 2022 sí que van a crecer.
En mi balance de 2020 también dije que se produjo un «bajonazo profesional», que se reflejó en una pérdida de mi capacidad para captar nuevos clientes y una caída brusca ―Covid mediante― de mi facturación. Felizmente, eso en este año ha cambiado muchísimo. El primer semestre anduvo algo parado, pero el segundo ha estado fenomenal. Los ingresos han crecido bastante y estoy contento con mis nuevos clientes. Y las perspectivas, además, son muy buenas. Todo indica que me espera un año positivo desde el punto de vista financiero y con un número importante de proyectos.
Otra buena noticia, esta vez de consolidación, es que he seguido sistematizando la práctica deportiva. Aunque esto ya había empezado bien en 2020, me complace comprobar que va cada vez a mejor. Se nota en la mejora de mi forma física. Corro con regularidad 3-4 veces a la semana, y sigo con una entrenadora personal que me está ayudando a fortalecer mi tren superior, que lo tenía abandonado. Siempre he sido de «correr como los cobardes» pero de pesas nada. Esa reticencia ha cambiado, y hoy ir a mis entrenos se ha convertido en un ritual asumido. No diré que voy tirando cohetes, porque se nota que no es lo que me gusta, pero voy, que ya es bastante. Y algo de musculito se va notando, que también se agradece.
Soy futbolero. Siendo exacto, más bético que futbolero. El Real Betis, mi Betis, ha sido otra de mis alegrías este año. He disfrutado mucho viendo jugar a ese equipazo que tenemos. Y, sobre todo, que mi hijo pequeño se tomara un descanso del «manquepierda». Dada su corta edad, el único sentimiento verdiblanco que había vivido era en modo sufridor, pero este año hemos descubierto otra manera de disfrutar a nuestro equipo. El grande, que tenía al Betis de segundo equipo, empieza a mostrar mucho más interés por ver sus partidos que los del Barca, así que igual consigo reconvertirlo. En fin, seguiremos poniendo velitas al santo Pellegrini, que ha renovado hasta 2025 como regalo de navidad.
Dejo para el final los dos temas más importantes. De salud bien, vamos tirando y llevando la edad con bastante dignidad. Van apareciendo pequeñas goteras, pero ―de momento― soy un privilegiado. Lo mismo puedo decir de mis hijos, que están bien, ¡estupendos! No puedo estar más contento y orgulloso de ellos. Buenas personas y cero problemas me dan.
¿Y qué espero de 2022?
Va a ser un año importante, potente, para mí. Nos vamos acercando peligrosamente a números redondos con la edad, así que habrá que «celebrarlo» de un modo diferente. Sé que me esperan curvas emocionales pero también grandes estímulos.
La publicación de mi libro en abril va a ser un hito que lo va a absorber todo desde el punto de vista profesional. Tendré que hacer muchos «bolos» de presentación para ayudar a que se difunda (y se venda). Creo que será una bonita oportunidad para conocer en persona a muchos de los lectores frecuentes de este blog y del otro. Por mucho que intento contener mis expectativas, estoy emocionado por todo lo que pueda ocurrir en torno al libro. También decir que estaré escribiendo a tope el segundo volumen que seguirá a ese ensayo. Mi plan es terminarlo en el mismo año porque está bastante avanzado.
Por terminar, tengo claro que lo importante es comerse menos el coco, y centrarse en HACER. Como dice Saramago: «Creo que no sabemos quiénes somos. Lo que uno hace, en el fondo, es mucho más importante que lo que uno sabe sobre sí mismo». Por eso, este tipo de revisiones anuales, en las que uno examina con detenimiento lo que realmente ha hecho ―y lo que no― ayudan muchísimo a «sabernos» mejor, para intentar mejorar lo que se pueda. Y lo que no, aceptarlo 😊
Espero poder seguir compartiendo momentos contigo en esta casa. Estoy muy agradecido de que me leas y que dediques una partecita valiosa de tu tiempo a pasarte por aquí. Y si comentas, mucho mejor, porque así podemos conversar. ¡¡Te deseo un feliz 2022!!
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Iván
Hola Amalio,
Feliz 2022 para ti y los tuyos. Felicidades por el lanzamiento del libro, mucha suerte con ese tema durante los próximos meses.
A ver si hablamos pronto.
Gracias por el apoyo durante 2021.
Abrazo,
Paz Sánchez Zapata
Gracias por compartir, Amalio. En estos tiempos vernos es más difícil y al menos leer esta reflexión me hace sentirme más cerca. Es admirable tu coherencia personal e intelectual, que no decae un ápice con el paso del tiempo. Y es admirable la cantidad de logros que consigues, aunque a ti te parezca que no llegas. Lo cuentas tan bien que tus hazañas parecen posible para cualquiera de nosotros, pero ya te digo yo que ni con la lengua fuera podría yo hacer ni una cuarta parte…jajaja. Debes sentirte bien orgulloso!.
Ojalá que este año te traiga muchas cosas buenas en todos lo sentidos…estoy segura de que va a ser muy especial para ti.
Un abrazo con mis mejores deseos para ti y los tuyos.
Amalio Rey
Que bonitoooo, Paz, lo que me has escrito. Muchas gracias por tus palabras, tan generosas. Uno se esfuerza, trata de “llegar”, pero supongo que como la mayoría de la gente. Me consta que tú consigues cosas de las que te puedes sentir muy orgullosa. Ahora te devuelvo el piropo: la calidad y el cariño que le pones a todo lo que haces es muy encomiable. Hemos trabajado juntos así que sé bien de lo que hablo. Por otra parte, de verdad, no veo “hazañas” en nada de esto. Lo que a uno le gusta hacer, fluye. Lo que no, no sale. Ojalá que 2022 sea todo lo bueno que nos merecemos, Paz. ¡¡un abrazo fuerte!!
Juanjo Brizuela
Qué bueno leer todo esto amigo Amalio.
El 2022 celebraremos como se merece tu libro y también habrá que preparar esa “fiestuki redonda” que dices o qué.
Por aquí ya sabes que siempre estaré dispuesto a echar un cable.
Abrazote, Feliz Navidad y Feliz 2022
Amalio Rey
Sip, Juanjo, a ver si puedo presentar el libro en Vitoria. Me encantará contar con tu apoyo y de más compis de por ahí. Un abrazo fuerte, y gracias por estar siempre ahí…
Alberto
Feliz 2022, Amalio.
Espero que el nuevo año nos
Permita profundizar cara a cara en algunas de nuestras conversaciones.
Amalio Rey
¡¡Gracias, Alberto!! Ya sabes, por aquí estoy de anfitrión, por si os animáis de venir al sur…
Juan Manuel Reina Gil
Estoy absolutamente seguro de que el 2022 va a mejorar la nota media de manera sustancial. No solo por la presentación en sociedad del libro, que dará que hablar, sino por los nuevos caminos que van a nacer y que ahora mismo ni puedes imaginar, gracias al esfuerzo que has puesto en él.
Disfruta de tus acciones que son muchas y buenas.
Amalio Rey
¡¡Gracias, my friend!! Me alegra mucho verte por aquí.
A ver si es verdad que mejora la nota, aunque yo con que no baje me doy con un canto en los dientes 🙂
Creo, como sabes, en mi proyecto editorial, pero esto de la venta de libros es un asunto muy caprichoso. Ya veremos.
Un abrazo fuerte
Emilio Santos Vilariño
Gracias Amalio por compartir tu balance del 2021.
Valoro especialmente tu coherencia intelectual y tu insistencia en la bondad del ejercicio físico y la importancia de este en el bienestar personal.
Enhorabuena por la publicación de tu libro el cual pienso adquirir y leer.
Felices Fiestas y un 2022 pleno para ti y los tuyos.
Amalio Rey
Gracias a ti, Emilio. Lo de ser coherentes es un propósito, una intención, que a veces se consigue, y a veces no. La vida está repleta de charcos concebidos para que caigamos en incoherencias, y eso ya lo tengo asumido. El bienestar personal vinculado a la práctica deportiva es un pilar fundamental, que hay que priorizar. Felices fiestas para ti, y gracias por dejar aquí tu traza…
Julen
Jeje, comparto unas cuantas de tus reflexiones: la conexión entre mi estado físico y el emocional/intelectual, la “preocupación” por leer más allá de lo académico/profesional, el cansancio con las redes sociales, la producción bloguera… No sé, a ver si me animo a hacer balance, tal como tú lo has hecho.
Leyendo lo que has escrito… bueno, dices que vas a hacer “números redondos con la edad”; yo estoy en los 57 y veo cómo lo que está “al otro lado del trabajo”, o sea, la “jubilación”, empieza a ocupar una parte cada vez más importante de mi pensamiento. Porque, claro, ¿qué representa el trabajo en nuestras vidas? Y si la pregunta fuera al revés: ¿qué representa lo que no es trabajo en nuestras vidas?
De lo que comentas para 2022, fantástico que tengas esa ilusión con la divulgación de tu libro. Te va a dar mucha vida. Ya te dije, en lo que podamos ayudar, sabiendo que es tan fundamental para ti, por aquí andamos.
En fin, una lástima el 3-2 del otro día aquí en San Mamés
Cuidamos mucho, Amalio, que está feo el asunto del bicho.
Julen
*cuidaos, no “cuidamos” 😉
Amalio Rey
Gracias, Julen. Sip, puedo imaginarme esas conexiones que tenemos. Somos de la misma quinta, y de sensibilidades parecidas. Me va a gustar leer tu balance. Lo de la “jubilación”, de momento, no pasa por mi cabeza. Es una palabra totalmente ajena a mi conversación interna, pero es un error que así sea. Tienes razón. Creo que estaré trabajando hasta el último de mis días, más para mal que para bien 🙁 Gracias por tu apoyo para mi libro. Toda ayuda me va a venir bien para darlo a conocer. Después, los lectores dirán. Lo de San Names me dio mucha rabia. Fue un partidazo, estaba disfrutando muchísimo pero un cambio de jugador “destensó” al Betis, y el Athletic siempre juega muy bien allí con mi equipo. Una pena porque estaríamos más consolidados aun en la 3ra plaza. ¡¡Buen 2022!!