Extraños paralelismos (post-201)
Mi experiencia en #EBE10 fue realmente estimulante.
Si bien es un evento que me queda grande, que me abruma por su dimensión, me sentí a gusto con los amigos y pude desvirtualizar a otros que sigo en las redes.
Participé como ponente en el mesa de “Social Business” (#socialbizEBE) y creo que no lo hicimos mal. Teníamos muy poco tiempo, y hablar en una sala ante 2000 personas impone bastante, pero la reflexión colectiva supongo que estuvo a la altura.
Suelo dar muchas charlas así que el síndrome del miedo escénico está más o menos superado, pero confieso que durante la semana previa al EBE10 tuve el gusanillo del estrés con niveles adrenalínicos superiores a la media. Estos mega-eventos asustan, basta con subirse al escenario para que se te caiga todo, así que el menda estuvo nervioso toda la semana. Al final no fue para tanto, y me lo pasé bien.
Debo haber sido antropólogo en mi vida anterior, porque si hay algo que me gusta en estos eventos es observar. Deambulé por los pasillos conversando con mucha gente, moviéndome en corrillos más “selectos” y escuchando a todos los ponentes que pude. Así que durante el EBE estuve tomando notas que me llevan a hacer hoy un post que, curiosamente, parece un revival de algunas entradas anteriores.
Más de uno va a discrepar con lo que cuento aquí, pero no pasa nada, es parte del juego de los blogs. He afirmado en otros posts que nos movemos en un territorio donde parece que no hay estratos pero cuando hurgas bien y abres los ojos, descubres que más de uno es “2.0” de boquilla, un saco de incoherencias al que le hemos subido los humos.
Aquí también unos cuantos nombres ilustres marcan modas, como en las pasarelas, y entonces ocurre lo que ya sabemos: “donde va Vicente, va la gente”. Algunas de estas modas se convierten en reglas no escritas que después mucha gente mimetiza.
Ya lo he dicho otras veces: en el mundo 2.0 no hay tanto criterio propio como parece, ni tanta diversidad como debería.
Hay “reglas” y “practicas bendecidas” que solo se desvelan en pasillos y conversaciones privadas, a menudo para criticar al que no las sigue. Pero mientras… sonrisa agradable para parecer guay, para no dar ese puntito de tío/tía “conflictivo/a” que tan mal se digiere en el Paraíso de la Socialización.
Por ejemplo, tenemos Divos 2.0 con los que (casi) nadie se mete, al menos dentro del mundillo. Este barrio, como era de suponer, tampoco escapa de la losa de las jerarquías por mucho P2P que digamos que somos. La fuente importa demasiado para ser un territorio donde el nombre debería significar menos que la calidad de la idea.
Todo esto que vengo contando hace tiempo… pude constatarlo en #EBE10, donde en principio parece reunirse el número más alto de dospuntoceristas por m2/hora de España.
Estuve palpando con atención cómo se mueve la peña por esos eventos. No había ido nunca a uno que juntara a tantos gurucillos y personajes admirados por fans del Social Media Marketing.
Observando, conversando, o simplemente escuchando, me llevé la sensación de que empieza a cuajar una especie de casta superior de emprendedores precoces, de un grupillo bendecido por la fama, como los nuevos ricos, pero cuya riqueza se mide, esta vez, por el número de followers y suscriptores, que (como ya sabemos) no siempre es un indicador genuino de valor (aunque, todo hay que decirlo, lo prefiero a la cuenta corriente).
Creo que algunos de ellos se ven a sí mismos como la nueva élite, las estrellas de rock del emergente circo digital. Dicen estar hartos del “buenrollismo” pero… del de los otros, porque es eso precisamente lo que practican para adentro, con sus iguales, a los que justifican todo: “son amigos, ya sabes”.
Creo que la palabra que más se repitió en #EBE10 fue “buenrollismo”, y la verdad es que me sonaba muy distinta según quien la usara. Algunos gurucillos, como el de la cervecita en mano o la parejita mediática del primer día, usan la gastada etiqueta para colgársela a todo sano inconformista que les pida coherencia.
Mi tesis es que una parte de los que hablan de “buenrollismo” van sobrados de “cinismo” (vaya, me rima y to’), porque lo que realmente les importa es invertir en lo que ahora llaman la “marca personal” (es decir, diferenciarse al coste que sea… como los productos), y parecen llevar marcado en la frente el “Show me the Money”.
Aunque yo me guío mucho por la intuición, no sé… todavía dejo espacio para la duda porque es solo una percepción subjetiva que anoto en mi agenda, y que está por demostrarse.
Lo cierto es que veo extraños paralelismos entre el comportamiento en grupo de estos nuevos gurusillos “2.0” con el de los directivos-dinosaurios que ellos mismos critican.
rafael ventura
Amalio, no puedo estar más de acuerdo contigo. Es mi impresión desde hace tiempo. Cuando empecé a seguir a ciertos gurús en twitter y de algunos me extrañaba el pobre contenido de los mensajes y la audiencia que generaban.
Hay que gente que detrás no tiene nada y tiene una imagen de marca que les ha convertido en «importantes» referencias.
Dominar una tecnología, aparecer en el momento oportuno y saberte mover en este ecosistema no coincide en muchas ocasiones con la capacidad de aportar cosas realmente interesantes.
Existe además un cierto corporativismo entre los que se crearon marca personal. Hace pocos días, Negroponte comentaba en un diario que Twitter era una moda pasajera. Hubo reacciones contra Negroponte, a mi juicio, deproporcionadas. Era como «eh¡¡ que no nos toquen este invento, que no sabemos cómo nos irá en otro». Y es una herramienta de comunicación, nada más, que emplea una determinada tenología. Que pienso que dejará de ser útil, no se cuánto tiempo pasará, pero va a pasar. Cómo no? si todo tiene su ciclo de vida, y en internet son muy cortos.
Y Negroponte lleva en esto mucho tiempo…
Amalio
Rafa:
Sí, es una buena forma de definir a un guru, has dado en el clavo: «Pobre calidad de contenidos que generan audiencias infladas».
Tambien es cierto lo del «corporativismo». Son tribus de gurus que se autorrefuerzan mutuamente.
Bueno, la opinión de Negroponte no la comparto. Efectivamente, tú mismo lo dices, Twitter es un canal de socialización y depende de cómo se utilice, pero es que Negroponte (en mi opinion) ha ido muy lejos en sus conclusiones. Fué él quien no respetó ese principio. A veces los gurús quieren llamar la atención contradiciendo la opinión general, pero hurgas un poco, y no ves argumento ninguno que te haga pensar.
Por cierto, Rafa, es la gente que «lleva en esto mucho tiempo» la que precisamente menos entiende (o acepta) lo que Twitter significa.
Un abrazo
QQ
Gracias por tu post Amalio, no pude ir pero leerte ya es un pequeño % de conocimiento. Como en otras ocasiones sale el tema de que discrepar no debería ser igual a ser conflictivo, una píldora que debemos seguir tomando cada 8 horas 😀
Saludos
Amalio
Enrique:
Sabes que en eso coincidimos. Discrepar es positivo si sirve para mejorar y aprender. Se debe tomar con naturalidad.
Saludos, colega… ¿qué tal va tu proyecto?
Juana
No creo que vaya al EBE, demasiada gente para alguien como yo, donde si suelo ir a los eats&tuits y me lo paso bien, hay de todo, pero una característica es que le personal es muy simpático, abierto y optimista, esto me llamó desde el principio la atención, uno de mis compañeros de mesa dijo (en plena crisis) hemos montado una nueva empresa y nos va bien …. ¡que gusto! ….
Es verdad que hay gente más conocida y más saludada , pero es normal …. tal vez yo sea bastante inocente, pero creo que merece la pena poner tiempo e interés en esto, todo está por hacer y, eso me gusta.
Pongamos todo lo que podamos para que funcione bien, solidariamente, educadamente, inteligentemente, democráticamente …. es nuestro, de todos.
Amalio
Juana:
Tienes razón. Es demasiado grande, estresa un poco. Yo no he podido ir hasta ahora a ningun eats&tuits, pero tengo muchas ganas. Su tamaño es más agradable, más cercano. Las veces que lo han organizado en Málaga siempre me pilla viajando.
Me gusta tu punto de vista positivo. Y ser «inocente» en estos tiempos es una estupenda virtud, y lo digo con toda sinceridad. Me encanta la gente inocente: relajan, sacan lo mejor de cada uno, unen, construyen.
Intento serlo, tiendo a ello, pero tengo vicios profesionales. Esto de haber sido consultor tantos años deja pozo, hace su daño 🙂
Un abrazo!!!
Josean Rodriguez
Lo que es evidente, y tus reflexiones en el EBE lo confirman, es que en este ecosistema social convivimos muchas sensibilidades y formas de entender la compartición de conocimiento, networking, marca personal, empoderamiento, innovación…y desde luego dista mucho de ser homogénea…incluso ni para la básica asunción de los valores 2.0.
A partir de ahí, es comprensible que algunos atrevidos con algunos trienios y el ego alto, no se corten en practicar su propia estrategia de marca personal, distinguiéndose del resto con pose de divos…
Si te digo la verdad, tampoco me molesta demasiado, dan color y divierten…eso sí, a la hora de ponerse serios y de colaborar, tengo claro con que tipo de gente y empresa iría y con quién no, y ciertamente, como hemos coincidido en otros debates, a los tramposos se les pilla rápido.
Un abrazo Amalio
Amalio
Josean:
Bueno, está bien que la peña no sea homogenea. Caben muchas sensibilidades, y así debe ser. Lo de la «marca personal» es que merece un post aparte. Está de moda hablar de eso. A mí me preocupa que nos empeñemos en trasladar a las personas los modelos de marketing de productos. Pero más todavía, que empiece a prosperar la idea de que uno tiene que buscar ser diferente al coste que sea. Algunos se montan unos personajes que sí, consiguen ser diferentes, pero siendo falsos o a costa de hacer unas gilipolleses de mucho cuidado.
Eso de la «estrategia de marca personal» es que no sé si reirme, o llorar…
Haces bien en reirte, que te dé gracia… lo vas a llevar mucho mejor que yo
Un abrazo
Raffles
Los mismos vicios de siempre. Da igual en qué ambito te muevas, siempre encuentras los que llegaron primero, los veteranos, los trepas…
A pesar de todo el EBE es una opción interesante para conocer gente de verdad, más allá de los avatares. Yo no tuiteé, me dediqué a hablar (con personas interesantes) y a escuchar (a esas mismas personas)
Amalio
Fernando:
¿que tal? Bueno, tú que fuiste a EBE apreciaste lo mismo que yo?
Totalmente de acuerdo con las oportunidades que ofrece este evento para conocer gente buena, buenísima. El evento, honestamente, ya me parece demasiado mogollónico. Su dimensión es excesiva para el tipo de encuentros que a mi me gustan, pero entiendo que a mucha gente le funcione ese formato, porque tiene mucho para elegir.
No se, quizas es la edad, que ya nos estamos poniendo viejos… (obviamente, hablo por mi)
un saludo
Bartolome
Muy interesantes Amalio tus puntos de vista sobre el «mundillo 2.0» que particularmente me parece muy enriquecedor, pero que puede convertirse en una moda elitista si no llega a los colectivos que podrían sacar valor de ello.
No ayuda nada el argot ni los grupos impermeables, hay que democratizarlo y difundirlo para que al llegar a todos se enriquezca y mejore exponencialmente.
Saludos desde Valladolid
Amalio
Bartolome:
Qué pena no haber podido verte en Logroño, ¡¡te fuiste pitando, colega!!
Pues eso, hay de todo en la viña del señor. Gente muy buena, muy válida, muy honesta… y me gustaría reivindicar eso. No quiero dar una imagen negativa, ni rotunda…
un abrazo
JoseLopezPonce
Lamentablemente no pude asistir al #EBE10, lo seguí por la Red y mi impresión virtual del evento coincide con la que describes. Son percepciones subjetivas que se van objetivando con el tiempo y los comportamientos.
Un saludo
Amalio
Jose:
El evento estuvo bien. Tiene un mérito enorme organizar una movida de éstas, y los que empujan este carro lo han hecho perfecto. Me consta que Luis, Benito y Jose Luis se esmeran un montón, y es gente muy válida. Al final #EBE10 se convierte en una fiesta en toda regla, lo que está genial.
Pero yo me refería a los comportamientos de cierta «élite del circo digital», cómo se expresan, cómo se aman a sí mismos, e intentan proyectar un interfaz «social» que no me encaja con los hechos.
La insistencia obsesiva en el «buenrollismo» fue lo que me sirvió de disparadero para escribir este post. Es un término que me molesta particularmente. Se usaba con un tono de chulería, en plan listillo (ya sabes, el cínico que va de agudo por la fiesta diciéndole ingenuos a los demas), cuando en realidad… si miras bien, te das cuenta que el «buenrollismo» se lo aplican entre ellos.
Es que a mí la incoherencia me molesta mucho, y creo que se me nota. Ya sabes, cada uno tiene sus neuras…
Un saludo…